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lunes, 11 de abril de 2022

EL DECAIMIENTO VOCACIONAL EN LA ODONTOLOGIA

La falta de estímulos, es una razón suficiente para que la gente termine en el desaliento y hasta odiando su empleo, oficio o profesión.  Los estímulos pueden ser diferentes aunque a veces se suman. Algunas personas consideran como fundamental el reconocimiento de su trabajo; otras se consideran felices por el solo hecho de saberse partícipes del deber cumplido, y otras reniegan de su esfuerzo y decaen en su entusiasmo cuando no reciben las compensaciones económicas que consideran justas.
No caben dudas que en las profesiones de la salud, las recompensas remunerativas han dejado de ser en muchos casos, ya no solo atractivos para el normal desarrollo del trabajo, sino que a veces resultan insuficientes para acceder a un nivel de vida digno.  Muchos profesionales experimentan un verdadero vacío emocional cuando visualizan la discrepancia entre lo que pensaban al comienzo de su carrera, y lo que les ofrece el ejercicio de la profesión. Hoy en día, gran parte de los odontólogos dependen de su inserción en algún sistema privado de salud que en general les fijan unilaterálmente sus aranceles, y le imponen normas de trabajo que a veces vulneran la libertad de decisión del profesional, cercenando al mismo tiempo las posibilidades de reclamar condiciones  dignas de trabajo. El ejercicio de la odontología, a su vez, le generan una propensión a enfermedades y accidentes profesionales que lo encuadran perféctamente en una "profesión de riesgo", y su hábitat de trabajo se conceptualiza como "área crítica". Esta situación ha sido perféctamente descripta por el Departamento de Trabajo de los EE.UU analizando un total de 974 ocupaciones que experimentan exposición a contaminantes, infecciones, condiciones azarosas, contacto con radiaciones y riesgos menores como quemaduras, cortes, desgarros y lesiones punzantes. Entre los 15 trabajos que pueden afectar la salud de quienes los realizan, los odontólogos ocupan el segundo lugar.    El odontólogo en particular, suele visualizar los obstáculos que se le presentan para el ejercicio digno de su profesión, no obstante lo cual debe extremar al máximo su capacitación permanente para brindar una práctica indolora, emplear los nuevos materiales que le ofrece la industria dental, imbuirse de los nuevos conocimientos sobre la moderna ortodoncia, la implantología, la cirugía bucomáxilofacial y el abordaje de la enfermedad periodontal y la caries dental, enfermedades éstas últimas que afectan a gran parte de la humanidad, todo ello enmarcado por una serie de cuidados que respeten al máximo las normas de bioseguridad.
Hemos escuchado a muchos profesionales odontologos, atrapados en la maraña de la seguridad social y la medicina prepaga, expresar la falta de incentivos para llevar a cabo determinadas prestaciones por la exiguidad de los aranceles, en contraste con la responsabilidad que emana de su realización.  El "por lo que me pagan", suele constituirse en un pretexto exculpatorio para el desgano y para la cumplimentación de requisitos insalvables, lo que significa un verdadero peligro para la salud.  Sin embargo, saben muy bien que los profesionales de la salud, aún bajo esas condiciones, son los primeros en hacerse cargo de la responsabilidad de defender los criterios de calidad en la atención de los enfermos en particular, y de la salud pública en general.
La pandemia que vivimos, ha visibilizado los problemas a que fué sometida la profesión odontológica y las falencias personales e institucionales que resultaron extremádamente difíciles de superar, especialmente para quienes solo viven de su ejercicio privado.
Mientras tanto el número  de odontólogos en nuestro país no cesa de crecer, y cada tanto aparece alguna nueva facultad, especiálmente privada (9 públicas y 11 privadas) que libera nuevos profesionales al mercado de trabajo que no se condicen con el aumento vejetativo de la población.
A fines de 2021, la relación odontólogo/habitantes ronda los 1/692 en todo el país, y en las grandes urbes puede llegar a 1/250. 
Ya ni siquiera los docentes universitarios, logran despertar la pasión en sus educandos, como resultado de que ya no se esfuerzan en dicha tarea por la razón más que aceptable de considerarse incapaces de impactar en la conciencia de sus alumnos cuando ellos mismos padecen situaciones de injusticia, a pesar de su capacitación y dedicación.
El ejercicio de las profesiones de la salud, centra su eje en el sufrimiento humano, y ésta situación genera un plus en la responsabilidad de quienes disponen del conocimiento y las destrezas para mitigarlo. Pero si al final de su tarea no se consideran satisfechos con la compensación obtenida, su entusiasmo decae y la salud de sus pacientes puede resentirse.
Todos estamos contestes en que los miembros de la justicia, que accionan sobre la libertad, los bienes y la honra de los ciudadanos, deben estar bien remunerados para poder actuar con independencia, probidad y sin acechanzas que los puedan torcer en sus convicciones.  Sin embargo no se aplica el mismo criterio para quienes cuidan de la salud y la vida de sus congéneres, y algunos, agobiados por la presión social, pueden desviar sus capacidades hacia la sobreprestación y el plus no permitido, aunque sin dejar de lado su compromiso con la racionalidad en el abordaje de los problemas que plantea la enfermedad.
En muchos casos, la retribución indigna e insuficiente obliga al profesional a jornadas agotadoras, multiempleo, subempleo, y en fin a bajar la guardia en la atención eficiente y en el tiempo empleado para sus prácticas, casi siempre urgidos por las mismas instituciones proveedoras de pacientes, con lo que se logra una verdadera cosificación del enfermo. En general los profesionales suelen reaccionar con indignación, que luego se transforma en resignación, que al decir popular "mata al talento". Ya Balzac decía que "la resignación es un suicidio cotidiano". 
Esta situación, es de esperar que no sea eterna ni definitiva. Algún día las instituciones profesionales y los profesionales en particular, deberán alzar su voz para reclamar en forma decidida, y hasta compulsiva si el caso lo amerita, por una estrategia que evite la intromisión del lucro empresario en el abordaje de la salud, el respeto del trabajo profesional sin exclusiones ni manipulaciones, y el reconocimiento de la libertad de conciencia de los prestadores de servicios con base en su capacitación y su formación ética.
Si no queremos que se perpetúe la situación actual, la lucha de las viejas y las nuevas generaciones de profesionales deberá apuntar a dichos objetivos, pero siempre con la mirada puesta en el enfermo, que es el motivo de nuestra vocación por lo humano y de nuestra presencia en la sociedad.

martes, 27 de julio de 2021

EL ODONTÓLOGO GENERAL ANTE UN ESCENARIO CAMBIANTE


La ausencia de una verdadera representatividad gremial de los odontologos que prestan servicios en la seguridad social, ya sea en dependencia directa de las organizaciones proveedoras o a través de convenios directos o institucionales con las mismas, representa una barrera legal al momento de determinar los aranceles a cobrar, los que normálmente son fijados en forma unilateral por parte de las patronales.
Con alguna rara excepción, como lo fué en su momento la "Comisión Permanente" que funcionara hace muchos años en el ámbito del Ministerio de Salud de la Nación, no se han obtenido paritarias conducentes.
Las instituciones odontológicas de libre agremiación como Círculos, Asociaciones, Federaciones y aún la Confederación Odontológica de la República Argentina (CORA), no actúan como verdaderas entidades gremiales, ya que por un lado no ostentan dicha categoría legal, y por otro en general, poséen una débil capacidad de negociación y en general aceptan con escasa reticencia las ofertas de los contratantes de servicios para sus listados de profesionales.  Los Colegios Odontológicos fijan aranceles mínimos éticos que en  general no están en condiciones de hacer cumplir, ni a sus colegiados ni a quienes los contratan.
Así el escenario que se visualiza en la actualidad, no contempla ni las necesidades y pretenciones arancelarias de quienes trabajan para la seguridad social y las organizaciones de prepago, ni siquiera sus reclamos por las condiciones de trabajo, la cobertura social y hasta no hace mucho tiempo un listado digno de prestaciones mínimas.
Este listado fué impuesto en su momento por el Programa Médico Obligatorio (PMO), ampliando las clásicas prestaciones cubiertas pero sin instrumentar ningún mecanismo que contemplara los reclamos de los profesionales.
Así las paritarias, que constituyen un derecho adquirido por todas las organizaciones gremiales del país, no alcanzan a los profesionales de la salud, quienes no disponen de alternativas válidas para la defensa de sus intereses.
En las comisiones paritarias, constituidas por los dadores de trabajo y por quienes los ejecutan, por lo general se analizan las estructuras de costo de un producto o servicio al que se le consigna un precio de mercado, y dentro de las variables que intervienen en dicha estructura se hace jugar la participación del salario a devengar, el que a su vez se analiza en función de variables que afectan la actividad (situaciones de recesión, inflación, desempleo, etc.).
Por supuesto, que ninguna de éstas características son tenidas en cuenta al fijar las retribuciones de los profesionales de la salud en los sistemas de la seguridad social (pública y privada), y mucho menos teniendo en cuenta que lo que se retribuye no es un bien de consumo, sino social, que es la salud, en la que los desniveles de retribución impactan, aún sin quererlo, en la calidad de la atención.
Esta situación,  explota en el momento en que se introduce en el ámbito de la salud el concepto de "medicina gerenciada", a la que BOSCH definió como: "cualquier intervención sistemática, sostenida y organizada, que afecte favoráblemente la calidad y los costos de la atención de la salud  en una población definida, vinculando responsáblemente entre sí a los compradores, los financiadores y los prestadores de servicios. Es requisito indispensable en ésta ecuación, la responsabilidad de medir y monitorear la calidad de la atención brindada, no solo en sus aspectos técnicos sino también en cuanto al estado de salud de la población, la satisfacción de los usuarios y la satisfacción de los prestadores".
En el contexto de ésta definición se pone énfasis en la "satisfacción" de usuarios y prestadores, y según lo que se viene observando con  el correr de los años, ni unos ni otros se sintieron alcanzados por dichos objetivos.
Lo que ocurre es que aquí no se analizó a fondo la estructura de costos.  Ya hemos visto lo que sucede cuando se pretende brindar un servicio a un costo irrazonable. Si tomamos como ejemplos las tarifas del transporte y de los servicios públicos en general, cuando no son compensatorias deben subsidiarse. Y si, como en el caso de nuestro país en los últimos años, éstos subsidios se desviaron y no fueron aplicados  en inversiones para el mejoramiento de los servicios, éstos a la postre resultan ineficientes.
En la década de los años 1990, el descontrol y la falta de integración entre los distintos sistemas de la seguridad social (pública y privada), llevó a establecer en forma obligatoria un mínimo de prestaciones de salud que se consideraban adecuadas para que los afiliados recibieran una atención básica para su cuidado.
Así nace el Programa Médico Obligatorio (PMO), creado por el Decreto del Poder Ejecutivo Nacional 492 de 1995 y reglamentado por la Resolución 247  del 17 de Mayo de 1996 del Ministerio de Salud de la Nación.
En el área de la Odontología se estableció un listado de prestaciones básicas que con algunas modificaciones quedó constituido de la siguiente forma :
 
Como se desprende, el listado no cubre un sinnúmero de prestaciones del nivel de recuperación de la salud, y ninguna del de rehabilitación (prótesis, ortodoncia).  Sin embargo es justo reconocerlo, que muchas obras sociales y empresas de medicina prepaga ampliaron el listado, ya cubriendo totálmente las prestaciones, otorgando un porcentaje sobre valores acordados, o reintegrando sumas fijas sobre lo abonado previamente por los afiliados.
Lo que no se logró sin embargo, es establecer un mecanismo decoroso para la fijación de los aranceles con la participación de la profesión organizada, razón por la cual no se contemplaron sus justos reclamos, lo que de alguna u otra manera tuvo su influencia en la calidad de los servicios, y al mismo tiempo alentó algunas corruptelas o inescrupulosidades que colisionan con la ética profesional.
Los odontólogos, tampoco se preocuparon demasiado en que sus entidades representativas asuman un rol más enérgico en la discusión de los aranceles, y en muchos casos prefirieron rendirse a la fijación unilateral de los mismos que perder alguna fuente de trabajo, inequitativa pero segura.
El gremialismo odontológico es prácticamente inexistente en nuestro país, y el odontólogo no ha sabido mantener la impronta de sus tradiciones de ejercicio privado-liberal en un mundo que sí lo es, tal como lo manifestara Samuel Huntington en relación a las economías del sudeste asiático.  Y no es que se pretenda trabajar en un régimen privilegiado, pues cuando los profesionales de la salud debieron adecuarse a proyectos comunitarios o a sistemas sociales, lo hicieron con el convencimiento de que su misión en la sociedad supera los clásicos compromisos de otros grupos poblacionales, en la medida que la sociedad los ha ubicado como responsables de un bien tán caro para la gente como es su salud.
La pobreza y la enfermedad no nos es desconocida. El futuro de la seguridad social requiere una revisión de fondo, y los profesionales de la salud merecerán una inserción sincrónica con el conjunto de los demás sectores. Los estudios sobre los enormes gastos en la atención de la salud que crecen ininterrumpídamente a valores que oscilan en un 15 y un 50 % anual, (lo que se agrava con el envejecimiento progresivo de la población), los costos del avance tecnológico y las deficiencias en la administración, conducen irremediáblemente a prever una crisis del sistema.
El odontólogo de práctica general requerirá de aguzar su espíritu clínico, asumiendo a dicho efecto un rol insoslayable la propia universidad.
Una pérdida de vigencia de dicho espíritu en la profesión ya se avizoraba desde la revolución flexneriana con el encumbramiento del especialista. Una sólida formación clínica y bioética debe reclamársele para enfrentar los desafíos del futuro. Pero el marco asistencial que lo contiene no debe depender únicamente de las decisiones que emanan de los dadores de trabajo, sino que debe también participar en la fijación y programación de las políticas, que deben respetar sus reales merecimientos y compensaciones para poder sostener sin fisuras esa relación intransferible entre él y su paciente que los beneficie a ambos en un diálogo de comprensión y mútuo respeto.
 

domingo, 25 de noviembre de 2012

LA ODONTOLOGÍA Y SU CAMBIO PARADIGMÁTICO

REFLEJOS DE UNA ODONTOLOGÍA INDIVIDUALISTA
No deja de ser un honor para los odontólogos en particular, las expresiones de Pio XII, aunque ellas hacen alusión casi exclusívamente a su labor específica frente al enfermo. Hoy dia, dicha tarea se ha ampliado a un contexto que ubica al odontólogo frente a una sociedad que le  reclama un compromiso que vá más allá de su simple accionar en su lugar de trabajo.
UNA ODONTOLOGÍA QUE APUESTA AL CAMBIO 
 
El progreso de una profesión, y el bienestar material y espiritual de sus integrantes, marcha íntimamente ligado a su funcionamiento como grupo social y a su adecuada inserción en la comunidad.        
La odontología, no puede marginarse de ésta premisa, ya que precisamente a ella, le cabe como positiva vivencia, el haber experimentado un vuelco substancial a partir de la pérdida de su impronta individualista, en beneficio de un desarrollo caracterizado por la integración societaria, el participacionismo institucional y la solidaridad entre sus miembros.                                                         
Valgan éstas reflexiones, para establecer puntos de referencia que equidistan de uno y otro lado, con relación a esa etapa que determinó el cambio.
El " antes ", signado por una práctica individualista con una clara connotación mercantil, sin un conocimiento profundo de la realidad de la salud pública, un ejercicio profesional basado en una práctica mutilante que nó siempre podía arribar a una feliz rehabilitación; aranceles distorsionados, escasa cobertura social, desarrollo profesional amorfo, ejercicio ilegal desbordante, escaso reconocimiento comunitario, y ausencia de lazos solidarios con  prevalencia de una actitud competitiva estéril y agobiante. 
El " después ", no agotado todavía, caracterizado por un desarrollo armónico del ejercicio profesional despojado del sentido individualista aunque sin volcarse al colectivismo despersonalizado, manteniendo todavía la libertad imprescindible para un trabajo serio y responsable.  Un progreso técnico-científico que apunta más al logro de mejores soluciones para una mayor demanda, que de exquisiteces para complacer las exigencias minoritarias ( aunque sin descuidarlas ) , todo ello  sustentado en una educación continuada en donde las instituciones profesionales, complementan con vigor la función de la universidad, estudios serios sobre costos del ejercicio profesional para discutir y establecer retribuciones justas y disciplina autoregulada para encarrilar a quienes se apartan de los cánones que enmarcan nuestra ética profesional.  A todos éstos cambios, los coronó un reconocimiento de la comunidad, y la consulta a nuestras instituciones de parte de los poderes públicos en la elaboración de los planes de salud pública y de cobertura social.
La defensa de la dignidad profesional y el amparo solidario ante las desventuras es ya una consecuencia del terreno ganado, generando lazos de amistad entre los colegas, dentro del respeto entre pares.
Queda todavía mucho por hacer, pero que nadie dude que la consecución de los objetivos no logrados todavía, se obtendrá por la via del trabajo mancomunado y solidario y nó por los destellos fugaces de inquietudes individuales y fragmentarias casi siempre estériles.  Nuestra mirada, debe estar puesta en el mañana. Si nos consideramos parte de una sociedad madura, debemos pensarnos a nosotros mismos en tiempos de futuro. Las instituciones deben trabajar para el porvenir.  Su horizonte más inmediato está sustentado en las nuevas generaciones; en ellas debe volcarse la experiencia de las personas maduras, ya que de ellas dependerá su engrandecimiento, y con él, el progreso individual y colectivo de la odontología. La moderna odontología apunta como objetivo al ser humano, como meta su salud y como marco de referencia las relaciones del individuo con su ambiente físico, personal, familiar y comunitario.                                                                                  
" EL HOMBRE HOY DIA, NO DEBE OPTAR NI POR EL INDIVIDUALISMO PURO NI POR EL COLECTIVISMO OPRESIVO.  EL PRIMERO NO VÉ A LA SOCIEDAD  Y EL SEGUNDO SE NIEGA A VER AL HOMBRE.  DEBE BUSCAR UNA NUEVA SÍNTESIS : LA CONCILIACIÓN DEL INDIVIDUO CON LA COMUNIDAD. ( Martín Buber ) .                    
"                                            
              
                                                                
 

martes, 1 de noviembre de 2011

LA ODONTOLOGÍA EN LA UNIVERSIDAD ARGENTINA

LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES EN EL CONTEXTO DE LA EDUCACION PUBLICA SUPERIOR.

Con una matrícula estudiantil que ronda los 300.000 alumnos, la U.B.A es una de las más importantes instituciones educativas del mundo.
Dicha importancia, no sólo asienta en el número de educandos. La U.B.A dispone de 13 facultades y dicta 112 carreras, con un número de docentes superior a los 40.000.  Su prestigio tambien se cimenta en sus 4.000 investigadores, en sus casi 200 doctorados, maestrías y carreras de posgrado, en sus 80 institutos de investigación, en sus 6 hospitales, en sus 20 bibliotecas,y 6 museos propios, todo ello solventado con un presupuesto que ronda los 2.000 millones de pesos anuales.
Si bien es cierto que un importante número de estudiantes argentinos, optan por cursar carreras y posgrados en el extranjero, también es cierto que muchos otros, extranjeros, optan por estudiar en nuestras universidades.  En 2010, los EE.UU de Norteamérica recibió 2165 estudiantes argentinos, Australia 216, Nueva Zelanda 202, y algunos otros en universidades europeas.
En nuestro país, y específicamente en la U.B.A, se inscribieron en 2009, alrededor de 12.000 estudiantes extranjeros en distintas carreras, de los cuales 6698 lo hicieron en el pregrado.
No siempre la elección de un pais extranjero se sustenta en razones estríctamente académicas; en muchos casos la impresión es que dicha elección sobrecalifica, y en otros casos representa una experiencia de vida.
Si se analizan las universidades latinoamericanas, sobre una evaluación de 200 casas de altos estudios llevada a cabo por una consultora británica, la U.B.A se halla en el 8° lugar, y según una encuesta sobre empleadores latinoamericanos, la calificación la ubica en el primer puesto.
El ranking I ECO 2010-2011 referido a marcas, incorporó una nueva categoría : Universidades Argentinas. En los cuadros anexos, se expone el liderazgo que le correspondió a la U.B.A

La consultora Gramátika, llevó a cabo un estudio en Febrero de 2011 a nivel de estudiantes universitarios residentes en la zona de la Ciudad de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires de entre 18 y 39 años, en el que se analizan los distintos factores que influyen en la elección de una Facultad.  Dos universidades públicas quedaron al frente del ránking, La U.B.A y la U.T.N superando a las universidades privadas.  Según Bulacio ( Fundación de investigación en ciencias cognitivas aplicadas ), " a pesar de que se la considera más desordenada o más caótica, la universidad pública es más valorada socialmente ".
En la Universidad de Buenos Aires, la Facultad de Odontología ha recibido desde hace muchos años, verdaderos contingentes de estudiantes latinoamericanos, españoles y de otros paises, tánto en el pre como en el posgrado.  En el último año, la facultad recibió un total de 231 alumnos, y la matrícula de extranjeros tiende a crecer anualmente.  En el reconocido " Shangai Jiao Tong Univérsity Ranking " correspondiente a 2009, la U.B.A está ubicada entre las tres más destacadas de Latinoamérica, junto a la UNAM y la Estadual de SAN PABLO.

viernes, 28 de octubre de 2011

LA ODONTOLOGÍA EN LA UNIVERSIDAD ARGENTINA


Realidades  y  perspectivas a futuro.

Según el último informe de Expouniversidad, la oferta académica en la última década creció un 42%. Las 472 carreras universitarias, que incrementaron la oferta, son algunas licenciaturas y fundamentalmente, carreras cortas.
El mercado laboral, sin duda, fué el detonante del cambio, y es bueno que ello suceda así, pues denota una clara visión del sistema universitario, tánto público como privado, de una realidad que más que académica, es laboral.
La  creación de nuevas casas de altos estudios, públicas y gratuitas, y algunas privadas, fueron las causales de dicha explosión.
Tambien hubo un incremento de las carreras emparentadas con las ciencias sociales y las humanidades.  Puede decirse que la demanda de carreras atípicas, ha superado a las tradicionales, aunque en las grandes casas de estudios, prevalece una demanda estacionaria de carreras clásicas como las de las ciencias de la salud, la abogacía y las ciencias económicas, con un estancamiento y hasta un decrecimiento de las distintas especialidades de la ingeniería, cuya demanda en el mercado laboral sigue ámpliamente vigente.
Según informes del Ministerio de Educación, la demanda por área se expone en el siguiente cuadro:


Cabe consignar, que en las dos últimas décadas, se ha incrementado el número de Universidades e Institutos Superiores, según lo que se expone en el siguiente cuadro:

                                                                                                                                             

En cuanto al número de estudiantes, puede visualizarse en el cuadro siguiente:

Casi el 80% de los estudiantes, eligen universidades estatales, y el 30% pertenecen a la Universidad de Buenos Aires, que cuenta en la actualidad con casi 300.000 alumnos de pregrado.                             
Las ciencias de la salud, constituyen , como ya lo manifestáramos, un porcentaje importante en la elección del estudiantado en todo el país, lo que se expone en el siguiente cuadro:                                 

Con relación a los estudios de Odontología, el número de alumnos inscriptos, como el de egresados, tánto en las escuelas públicas como las privadas, se ha mantenido en índices estables, aunque el crecimiento vejetativo tambien se ha mantenido en un 7 a 8 % de la matrícula, mientras el crecimiento vejetativo de la población, tambien se ha mantenido cercano al 1.5 %  Ver cuadro :                                        

Desde hace cuatro décadas, dichos índices se han mantenido estables, con lo que se justifica la variación permanente de la relación odontólogo-habitantes, que ha pasado de 1/1.250 a 1/750 , con un descenso notorio cada vez mayor. No olvidemos que el censo nacional 2001, contabilizaba 30.000 Odontólogos en todo el Pais, que pasó a 53.000 en 2011, con un incremento del 75% en la década.  El número actual de inscriptos en los estudios de odontología, cuyos guarismos constan en el siguiente cuadro, nos refuerzan la creencia de que para el futuro, la relación continúe disminuyendo, con el previsible deterioro de la demanda en términos absolutos.
                                                                             
Cómo lo manifestáramos, de mantenerse dicha ecuación, y siempre que nó se incremente la escolarización universitaria, que entre los 18 y 24 años es del 19%, la oferta de trabajo a los odontólogos se irá acotando en forma creciente. Resultan esclarecedores los cuadros siguientes, para tener un cabal conocimiento de la distribución de los egresados tán solo en las facultades públicas y de los cursantes en las privadas.
                                                               
Con una inversión en las universidades públicas, que ronda (2009) el 0.86% del P.B.I., no puede decirse que sea baja si se la compara con otros tiempos y otros paises. Dicha inversión ha ido en incesante aumento, si se  tiene en cuenta que, desde 1995 al 2010, tán solo el presupuesto de la U.B.A, tomando como referencia su relación con la población total del pais, ha escalado de $ 0.75 por mes por habitante, a casi $ 3.00, lo que se ha volcado en infraestructura, becas, investigación y salarios en general. En las facultades de Odontología, el tema presupuestario resulta crucial en cuanto la dotación técnica y la infraestructura y equipamiento, requieren de aportes muy superiores a los que normalmente deben aplicarse para el dictado de carreras humanísticas y sociales.

lunes, 19 de septiembre de 2011

ENSEÑANZA DE LA ODONTOLOGÍA


EL CONTEXTO Y SU INFLUENCIA EN EL DESARROLLO DE LA EDUCACÓN DENTAL.

La  situación profesional

La aguda crisis económica por la que atraviesan los paises en vias de desarrollo, viene dejando su impronta desde hace prácticamente tres décadas, en el sector de las profesiones liberales.
Si se analiza también la situación en los paises centrales, se observará idéntica preocupación.  En ambos casos, puede detectarse una creciente proletarización, pauperización, subempleo, multiempleo, desempleo y éxodos locales o regionales, aunque las causales sean de distinta naturaleza.  En los paises desarrollados se menciona la confluencia de tres factores en el deterioro del ejercicio de la profesión odontológica; el incremento excesivo de profesionales, el crecimiento regresivo de la población y la disminución de la demanda, ya por menor incidencia de las enfermedades dentales, cómo por factores económicos.
En los paises en vias de desarrollo, no pueden esgrimirse las mismas razones.  Su población sigue creciendo con renovado ritmo, y las enfermedades dentales no manifiestan decrecimiento epidemiológico.
En cuanto al número de profesionales, no representa tampoco una cuestión explosiva, ya que en muchos de ellos, la relación odontólogo-población todavía no ha llegado a los índices aceptables propuestos por los organismos internacionales de la salud.  No caben dudas que la decadencia y el progresivo deterioro económico y social de sus comunidades, se ha expandido de tal forma que ha alcanzado también a las profesiones liberales, que conservaban hasta no hace mucho tiempo un cierto status económico.
Nuestro Pais, resume un poco de las condiciones de cada grupo de las naciones analizadas con una manifiesta atipía en su comportamiento.
En lo referente al número de odontólogos egresados y a la característica demográfica de su población, se acerca a los paises desarrollados. En cuanto a sus condiciones económicas globales y a los estándares de salud, se halla mas cerca del tercer mundo.
En consonancia con la gravedad de las situaciones y con el predominio de uno u otro factor de distorción, las soluciones propuestas y adoptadas por cada pais han sido disímiles.  El cierre de escuelas dentales ( Holanda, Dinamarca, Suecia ), la reducción del número de ingresantes ( Alemania, Inglaterra, Francia ), la restricción en la habilitación para el ejercicio profesional ( EE.UU, Canadá ), se han aplicado como mecanismos correctores en los paises desarrollados.  Una creciente socialización de los servicios de salud, con una marcada estatización en el empleo profesional, fué adoptada en el otro grupo de paises.
En Argentina no se avizoran todavía los posibles mecanismos de regulación para impedir la ostensible merma en la relación odontólogo-población.  Los 1.250 habitantes por odontólogo que se contabilizaban hace 30 años, han pasado a una relación de 754, cuando todavía la O.M.S, sigue manteniendo como ideal los 1.250.
Las  universidades matriculan líbremente con ténues exigencias de cursos preparatorios o ciclos básicos. El ejercicio profesional no se halla acotado por ningún tipo de restricciones impuestas por organismos oficiales o colegios profesionales. A pesar de los esfuerzos, los índices epidemiológicos en salud dental no han mejorado ostensíblemente. La planificación en salud, no ha logrado integrar, ni siquiera coordinar, los subsistemas de prestación; la realidad demográfica se asimila a los paises centrales, y las condiciones económicas reflejan la pobreza y decadencia de los paises periféricos.
La creciente dificultad para el ejercicio de la profesión odontológica, es pues una constante en todo el mundo. La mayor parte de los paises, han adoptado resguardos para evitar la radicalización de las situaciones.  Nuestro pais  todavía se halla enfrascado en discusiones filosóficas, mientras tanto proliferan los sistemas que expolian, corrompen y explotan a los jóvenes odontólogos; la subocupación y el multiempleo se han adueñado de una amplia capa del sector profesional, y el éxodo, que en otros tiempos representaba una salida habitual, ya no encuentra lugares que admitan fácilmente dicha inmigración.
Si es desconcertante que los paises subdesarrollados hayan aportado casi el 50% de los científicos y profesionales que emigraron a los paises centrales en los últimos dos decenios del siglo pasado, lo es aún mas, que las instituciones formadoras de esos recursos, no mostraran el menor empeño en adoptar mecanismos para subsanarlo, si se tiene en cuenta los enormes recursos invertidos para su formación. Y hoy en dia, se siguen invirtiendo ingentes cantidades de dinero para formar profesionales que, en última instancia, terminarán poblando las estructuras burocráticas del estado, o pulularán convirtiéndose en mano de obra adocenada de corporaciones o grupos empresarios profesionales que lucran con su explotación.
Sin embargo, nuestras instituciones profesionales no pueden esconder su accionar que favorece la pervivencia de sistemas tán injustos. Por un lado, se niegan a reconocer la realidad que las circunda, mirando para otro lado cuando a veces apañan conductas
extraviadas, y en algunas oportunidades son verdaderos socios en la explotación bajo aranceles indignos.
Otra situación que se ha producido en los finales del siglo pasado y principios del actual, es la creación de numerosas facultades de odontología privadas dependientes de universidades que se dedicaban habitualmente a carreras de las ciencias económicas y sociales, y en algunos casos, en abierta sociedad con instituciones odontológicas científicas y hasta gremiales.
A las universidades públicas ya existentes, se fueron sumando las escuelas Maimónides, Kennedy, El Salvador asociada a la Asociación Odontológica Argentina, y últimamente la Católica asociada a la Sociedad Odontológica de La plata en 2004 y la del Circulo Odontológico de Rosario en 2008. En el posgrado curricular, el Circulo Argentino de Odontología estableció una relación con la Universidad Kénnedy, el Ateneo Argentino de Odontología con la Universidad Favaloro, la Universidad Católica de Salta con un grupo de calificados colegas, al igual que la Universidad Católica Argentina.  No podemos dejar de mencionar, el convenio entre una academia de prótesis de laboratorio con la Universidad de Lomas de Zamora, que no posee escuela de Odontología.
Todos recordamos las editoriales en las revistas de varias de nuestras instituciones, arremetiendo contra las Facultades de Odontología públicas, a quienes acusaban de fábricas de Dentistas que inundaban el mercado de profesionales, y unos pocos años después, ellas mismas se transformaron en escuelas de Odontología.
Bajo qué patrones, estándares o necesidades, la C.O.N.E.A.U autoriza la creación y funcionamiento de nuevas escuelas de odontología? ¿ Ha intervenido el Consejo de Universidades, tal como lo establece la ley 24.521 en la acreditación de dichas escuelas? ¿ Bajo que parámetros ?.  Cuando una institución odontológica decide crear una escuela de grado, consulta a la profesión?.
Muchos de éstos interrogantes quedan sin respuesta. ¿ Cuantas escuelas más nos deparará el futuro ? ¿ Cuantos odontólogos más ingresarán a un mercado que ya se torna inextensible ?

domingo, 24 de julio de 2011

ENSEÑANZA DE LA ODONTOLOGÍA

LOS CONTENIDOS CURRICULARES BASICOS ( segunda  parte  )

La indeclinable responsabilidad del estado, como mandatario de la comunidad, en la legislación de la formación del recurso humano profesional, tiene distintas connotaciones que hacen a la modalidad del ejercicio de cada profesión.  En el sector de la sanidad, la motivación prioritaria descansa en la necesidad de preservar la salud de la población.
Dicha responsabilidad en éste sentido es de tal envergadura, que los poderes públicos deben constituirse en celosos custodios de tán delicada misión.  El órden jurídico, basamento del estado de derecho, se aplica a la función de garantizar los bienes e intereses humanos individuales y colectivos. Cuando éstos intereses son sometidos a la regulación del derecho, se transforman en bienes jurídicos.  La salud pública es un bien protegido por el derecho, y el estado debe armonizar su quehacer, al hecho de evitar que se enerve su responsabilidad en dicha materia.
Así, siguiendo un largo camino, y como consecuencia de una percepción  de necesidades no cubiertas en una comunidad, comienzan a generarse los mecanismos de autoprotección que concluyen con el reconocimiento de una profesión de servicio público, el establecimiento de los mecanismos para su desarrollo y para la formación del recurso humano adecuado, a través de una carrera reconocida a la que le confiere el marco jurídico y científico que delimitará el ejercicio de su producto profesional ( incumbencias ), determinando el conjunto de actividades, asignaturas y medios que constituirán el sistema de enseñanza-aprendizaje para su desempeño (currícula), y la suma de experiencias que el educando vivirá en cada actividad determinada, dentro del marco del programa de capacitación ( currículum ).  Concluido dicho programa, y habiendo alcanzado los objetivos preestablecidos, con acreditación de la suficiente idoneidad, le otorga su aval de certificación ( titulación ), que es la culminación del proceso educativo.
Otros mecanismos sin embargo, deberá sortear el profesional para la habilitación de su título, en algunos casos simplemente administrativos ( inscripción o matriculación automática ); en otros, verdaderas pruebas de idoneidad que certifiquen su inserción en los planes o políticas del sector social en que desarrollará su actividad ( acreditación-legitimación ), con lo que obtendrá el espacio para el desempeño de la misma.  La legislación lo encuadrará y le asignará responsabilidades ( leyes provinciales, colegiación, art.2 de la ley nacional 17132/67, etc. ).  El marco jurídico del Estado de Derecho, lo protegerá al establecer la legislación sobre el ejercicio ilegal ( art. 208 del Código Penal ), y al mismo tiempo controlará los posibles excesos y desvios en que pueda incurrir ( tribunales disciplinarios, de ética, legislación por mala praxis, etc. ), pero en última instancia, la misma sociedad que impulsó su nacimiento y desarrollo, a través de mecanismos no tan específicos, hará el seguimiento y evaluación de los resultados esperados y obtenidos, marcando los niveles de prestigio, poder, jerarquia, consenso e influencia, que determinarán los rangos de aceptación, reconocimiento y estima de la profesión.
Por todo ello, resultaría suicida para una profesión, esperar que los mecanismos sociales y legales determinen cambios en la formación y ejercicio profesional, con independencia de su participación y eventual liderazgo.  Una permanente autoevaluación, inserta en el contexto en el que se desarrolla la educación odontológica, determinará los cambios que permitirán la obtención y permanencia en el tiempo, de un producto adecuado al medio.

Continuará.

domingo, 10 de julio de 2011

UNA SOLICITADA ATIPICA E INQUIETANTE

En un diario de gran circulación en el Pais, hoy, 9 de Julio, ha sido publicada una solicitada que merece por lo menos, ser analizada imparcialmente.
Dada la importancia del caso, he interrumpido deliberádamente la secuencia sobre enseñanza de la Odontología, que será por supuesto momentánea
No es mi deseo arrogarme la autoridad de apoyarla, refutarla o descalificarla, pero a la luz de su exposición pública, me permitiré pormenorizar algunos interrogantes que surgen de su lectura.
En primer lugar desconozco a la institución que la publica ( Progrado ), y me llama la atención el logo de la misma, que dá a entender su pertenencia a la Facultad de Odontología de la UBA, la cual debe haber autorizado el uso de su denominación, ya que de no haber sido así, constituiría una flagrante apropiación indebida.
Tambien me llama la atención, la falta de alguna firma responsable, aunque debo suponer que los responsables de la publicación son los representantes del claustro de Graduados en el Consejo Directivo, quienes a mi, como graduado, no me han consultado, aunque tal vez no me haya enterado de alguna reunión o asamblea en la que se debatió el tema. Sí observo que han sido consultados todos los Odontólogos de planta de la Ciudad de Buenos Aires.  Hubiera resultado de interés publicar la nómina de los encuestados, y haberles requerido alguna modesta contribución para cubrir la erogación ( $ 2 a C/U por ej. ) con lo que hubieran financiado el costo de la solicitada, y no tener que recurrir al auxilio de las empresas dentales , lo que supone alguna connivencia con los autores, o por lo menos con sus opiniones, lo que resulta bastante incomprensible.
Lo extraño es la falta de consulta a las instituciones odontológicas de la Ciudad como la AOA, Fociba,
CORA, CAO, AAO etc. que bien podrían haber opinado sobre el tema.
Es lógico que si se le consulta a un colega desprevenido sobre un tipo de institución que desconoce, y se acompaña la consulta con algunos preconceptos como: "un organo que no dignifica la profesión"(?), "un organo con intereses recaudatorios" o " un organo que encarece la profesión y es cuestionado en otras regiones del Pais", la respuesta es obvia.  Supongo que los encuestadores habrán mostrado algún anteproyecto que apoyara sus prejuicios, del cual pudieran obtenerse conclusiones tán drásticas; o que hubieran exhibido las leyes de colegiación de otras Provincias para que se pudieran analizar sus objetivos.
Así los encuestados podrían haber tomado conocimiento de algunos aspectos relevantes de dichas leyes, como la defensa de los intereses de la profesión, el poder disciplinario fuera de los organos del Estado, la fijación de los honorarios profesionales, la habilitación                de los consultorios y clínicas dentales, el control de los regímenes de trabajo en relación de dependencia a través de los registros de contratos, la persecución del ejercicio ilegal de la profesión, la interlocución con los poderes del Estado en su condición de entidades paraestatales, la matriculación sin intermediación de la burocracia etc.    Pero no debe dejarse de remarcar, que si bien las leyes de colegiación apuntan a un autoordenamiento de las profesiones, tambien determinan la proteccion de los intereses de la población. La colegiación por tanto, no es una concesión gratuita a una profesión, apunta tambien a un compromiso con la comunidad, de alli que la aprobación de una ley con dichas características, involucra a ambos sectores.
No caben dudas que los intereses que se mueven detrás de los oponentes a la colegiación, no son congruentes con la defensa de los intereses profesionales, y sin duda priorizan un viva la pepa en el ejercicio profesional, que a la larga deja a la profesión a merced de intereses de otra naturaleza.
Se descalifica a los colegios profesionales en aras de una presunta libertad y democracia, y se los califica de aparatos recaudatorios, olvidando que dichas instituciones representan el autogobierno de la profesión, y que sus autoridades se eligen democráticamente en elecciones donde el voto es obligatorio para todos los colegiados.
Es mas fácil reclamar la democracia cuando no se la posee, que defenderla cuando molesta con sus exigencias.

lunes, 20 de junio de 2011

EL PRESTIGIO DE LA PROFESIÓN Conclusiones

Si bien se dice que una golondrina no hace verano, tampoco puede interpretarse que el prestigio de una profesión se cimenta en la actividad pública de algunos de sus miembros. El verdadero prestigio de la Odontología, habrá de conseguirse a través del trabajo continuo y esforzado de sus miembros, y de mostrar dichos resultados a través de la aceptación y conformidad de la comunidad, tanto por los éxitos individuales como por el mejoramiento de los estándares de salud bucal.
Pero no resulta desdeñable, remarcar la tarea extraprofesional de muchos colegas, que robando horas a su profesión y a su descanso, han logrado tambien ser reconocidos y apreciados en actividades paralelas a ella que en muchas oportunidades los obligaron a abandonarla.
Podemos concluir, que el prestigio de una profesión no se busca, le es otorgado por la comunidad en retribución a lo que dicha profesión, y quienes la ejercen, han contribuido al progreso y mejoramiento de la misma.
Tambien se puede afirmar, que la Odontología, poco a poco va escalando posiciones en dicho reconocimiento, no obstante, debemos admitir que nuestro accionar profesional, desarrollado en el estrecho márgen de un consultorio, resulta un obstáculo para incursionar en forma paralela en otras actividades creativas, y que tambien es una valla para atreverse a una formación intelectual que proyecte al Odontólogo hacia niveles de exposición más relevantes, o a encarar el desarrollo de otras habilidades que le permitan gozar de cierta notoriedad y admiración pública.
Tal vez a nuestras facultades, todavía le falten modelos formativos que incluyan la posibilidad de acceso a una cultura general para el desarrollo de una conciencia social, como tambien el desempeño de actividades relacionadas al arte en general y a los deportes, como complemento de la formación estrictamente científico-técnica.
La muestra, a todas luces incompleta, de colegas que lograron, por disposición personal ingresar en areas no afines a la odontología, y destacarse en ellas, pone de manifiesto que ya no debemos aceptar la marginación que muchos nos hemos autoimpuesto por vis a tergo, por temor al que dirán o por suspicacias de terceros, y que nuestra participación social, como ciudadanos y como universitarios, resulta una obligación por encima de nuestra digna y esforzada tarea ante el enfermo.
Nuestra dignidad, como profesionales, nos obliga al cultivo de virtudes intelectuales, artísticas y físicas, tratando, como lo expresara magníficamente Jose Ingenieros, de no acomodarnos ni " al tradicionalismo, que es el sistema ideológico de las clases privilegiadas, ni a la moda, que es el sistema de los que carecen de ideas propias. "

jueves, 16 de junio de 2011

EL PRESTIGIO DE LA PROFESIÓN ( tercera parte )

En el periodismo, tambien algunos Odontólogos lograron destacarse, entre ellos podemos citar a Manuel Rey Millares, Tulio Huberman y Horacio Martinez.
En el deporte futbolero, accedieron a la fama Eliseo Prado, Ruben Fernandez Real, Rulli, Fontana, Draghi y otros, todos ellos en la primera división.
En México, y luego en Europa, logró destacarse Hugo Sanchez.
Entre algunos de los escritores mas conocidos, podemos citar a Leon Tenenbaum, Guillermo Ries Centeno y Marcelo Friedenthal, éste último, uno de los precursores de la Logosofía en nuestro medio.
En actividades institucionales, merecen una especial mención Orestes Walter Siutti en museología, Carlos Maria Suarez en la actividad colombófila, Santiago Leyden en la presidencia del club Ferrocarril Oeste y Francisco García Remohi en el club atlético Quilmes y en el Automovil Club Argentino.
En las artes plásticas, el grabado y la escultura, se han destacado muchos Odontólogos, que sin haber trascendido el marco de dicha actividad, han realizado una labor encomiable que pudo apreciarse a través de los años, en la muestra anual que la Facultad de Odontología de Buenos Aires, através de su museo, realiza en ocasión del Dia del Odontólogo. En la orfebrería en plata, vale mencionar a Oscar Campi, tempránamente desaparecido.
En las expresiones musicales, debemos recordar a Ricardo Tanturi, Nestor Blanco, Salas del Valle con su Charanga del Caribe, y al todavía actual Rafael Cini, sin olvidar la mención del famoso coro Rodina de Bulgaria, conocido mundialmente. En cuanto a la actividad teatral, existe una verdadera escuela de actuación que, sin haber logrado catapultar a los máximos escalones publicitarios a sus integrantes, constituyó un verdadero semillero actoral al que se denominó Cariescope, y que desde 1957, y por mas de 30 años, llenó la sala del Gran Rex en su función anual.  Dejamos para el final, a Enrique Ernesto Febbraro, Odontólogo de Lomas de Zamora, mundialmente reconocido como el propulsor del Dia del Amigo.                                                         

jueves, 2 de junio de 2011

EL PRESTIGIO DE LA PROFESION ( primera parte )

Los tiempos no han pasado en vano, los avances en la ciencia y la tecnología han desterrado una visión fragmentada de nuestra profesión.

En éstas últimas dos décadas, se ha dado en nuestra sociedad un proceso de constante deterioro en la relación entre los profesionales de la salud y la población en general.
Las agresiones verbales, físicas o en forma indirecta y solapada, a través de expresiones en los medios de comunicación, han llegado a límites que comenzaron a inquietar a los profesionales de la salud y sus instituciones. La avalancha de juicios por mala praxis, ha creado un verdadero muro entre el profesional y el paciente, situación que ha sido alentada por los propios abogados que han visto en ésta escalada, una veta económica no desdeñable.
Es cierto que nuestra profesión, desde hace muchos años, ha sufrido la estigmatización por sus procederes, casi siempre lindantes con el dolor, el temor, la fobia, y a veces, por resabios ancestrales.
Hasta no hace muchos años, la palabra dentista era casi un sinónimo natural de "sacamuelas"; la obturación era una "emplomadura"; la prótesis era "la postiza", la exodoncia era sinónimo de "sacar", "tirar",o "arrancar".                                                  
La consulta, prácticamente no era reconocida económicamente, y en ello la culpa recaía en muchos colegas que trataban de atraer a los enfermos con la clásica "consultas gratis".            
Escritores, periodistas y comunicadores, se solazaban degradando la profesión odontológica, o directamente burlándose de ella.                             
No era poco común, y aún todavía no lo es, ver reflejadas en publicaciones y otros medios de difusión, escenas atroces con los clásicos barberos de la edad media, atormentando a los pobres enfermos con instrumentos torturantes.               
Tambien se dudaba en ciertos ambientes, de la capacidad intelectual de los dentistas, a quienes se consideraba más como simples artesanos que como profesionales universitarios.                                   
No caben dudas de que el prestigio de toda una profesión, resulta de la sumatoria de las actitudes y prestigios de cada una de las instituciones y profesionales que la componen. Por supuesto, que la generalización absoluta de ésta concepción no es correcta, puesto que tampoco puede generalizarse a la justicia a través de la óptica de un juez venal, o a una familia, por la irreverencia de alguno de sus miembros.  Pero el hecho cierto es que, cuando los cuestionamientos son múltiples y abarcan los distintos estamentos de la profesión, el prestigio general sufre una mengua considerable.
En una publicación de Selecciones del Reader´s Digest de Noviembre de 1980, bajo el título "Consejos para encontrar un buen Dentista", se justifica dicha publicación " para evitar que a su dentadura le hagan un trabajo innecesario, excesivamente caro o incompetente". En el desarrollo del trabajo, se alude a un "número deploráblemente considerable de dentistas deshonestos, incapaces, o ambas cosas a la vez", y se hace mención de una estadística (¿?) en la que "por lo menos el 45% de los dentistas que ejercen en nuestro continente, cobran o han cobrado cargos fraudulentos"                              
En Europa, no nos vá mucho mejor. Jean Francois Revel, periodista destacado de L'Express de Paris, dice en uno de sus libros: "el arte del político, lo mismo que el arte del dentista, consiste en convencer al cliente de que es el único infalible en una profesión colmada de piratas".
El antíguo catedrático español, Juan Canut, publica en una vieja edición del Boletín de información dental del Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de España, una colaboración en la que analiza la pérdida de estima y de confianza que en la comunidad española ha sufrido el Odontólogo, llegando a utilizar para graficar tal situación, la denominación de "Sindrome Nacional de Recusación Odontológica". 
En Reflexión, boletin de la Asociación para la defensa de la verdad (¿?), se reproduce un cuadro en el que se transcriben las profesiones desarrolladas por los distintos presidentes argentinos. Así se mencionan a periodistas, hacendados, militares, médicos, abogados, bailarina y algunos sin profesión conocida, pero llama la atención que la nota discordante no se halla puesto en ninguno de ellos, sí en cambio en un Dentista, llamando la atención "que ese hecho ha ocurrido por primera vez en la historia universal", y que "nunca, en ningun pais del mundo, se ha visto el caso de un dentista presidente".                                                            
Jorge Luis Borges, tambien se ha ocupado de nosotros con su particular ironía. En un número de la revista Somos, de 1978, manifiesta refiriéndose a los jugadores de fútbol y la imágen que ellos dejaron traslucir en el mundial que, "decir que los futbolistas representan a nuestro pais, es como reconocer que los dentistas puedan ejercer esa representación".                                                     
No creo que se necesite ser demasiado hipersensible o susceptible para darse cuenta que no son demasiadas las ocasiones, en que la opinión pública emite juicios favorables a nuestra profesión, y que ello no es la cosecuencia de nuestra "rancia estirpe peluqueril", como le gusta manifestar a un colega amigo, sino que como profesión universitaria, todavía estamos transitando el camino hacia la adultéz, y que a pesar de los importantes avances científicos y tecnológicos, tenemos que seguir avanzando para constituirnos, nó solo en eficientes técnicos, sino tambien en referentes comunitarios por el dominio de las ciencias sociales y por una formación intelectual y desarrollo de otras destrezas que no sean sólo las inherentes a nuestra profesión.
No debemos, sin embargo, dejar de remarcar algunas de las muchas actividades de todo órden, que desarrollaron y desarrollan innumerables colegas, en acciones no conectadas a su profesión, y que los han colocado en lugares expectantes del quehacer político, periodístico, científico, deportivo, artístico etc. en nuestro pais y en el mundo, desde hace ya muchos años, y que por cierto, desdicen las opiniones burlonas y hasta infamantes a las que hemos hecho referencia. 
Ya no caben dudas, que muchos Odontólogos 
han descollado en la sociedad, con independencia de su formación profesional, y he de intentar hacer un raconto de aquellos colegas, que en distintos tiempos desarrollaron profesiones, oficios o simplemente ocuparon lugares expectantes en instituciones gubernamentales o privadas, no relacionadas en forma directa con la Odontología.  Podemos decir, que el primer odontólogo que logró trascender los límites de su profesión, fué sin duda Pierre Fauchard.   Si bien es cierto que su notoriedad lo constituyó el hecho de la publicación de su obra" Le chirurguien-dentiste ou traite des dents ", librada al público en París en 1728, y aunque no puede desconocerse que fué el resultado de su condición de dentista con gran dominio de la clínica y la cirugía, lo importante del hecho estriba en la rigurosidad y maestría con que abordó, para esa época, un compendio tán calificado que, hasta hoy, no es mucho lo que la clínica puede agregar a sus excelentes descripciones de cada enfermedad; pero lo esencial, estriba en que, si bien la primera limitación legal de que se tenga conocimiento para el ejercicio de la odontología, se dió en Francia en 1699, y requería un exámen para la autorización de su práctica, la verdadera base académica que sustentó dicha decisión por parte del gobierno, recién pudo fundarse 29 años después, sobre la base de la obra de Fauchard.
Siempre en el ámbito de relación entre los Odontólogos y la ciencia en general, no podemos dejar de mencionar a quienes se considera como los precursores del uso de la anestesia general. 
Horacio Wells, en 1844, experimentó clinicamente con el óxido nitroso ( protóxido de ázoe o gas hilarante ) y William Thomas Green Morton, hizo lo mismo con el éter sulfúrico en 1846. Ambos dentistas, son universalmente reconocidos por las ciencias médicas, y sin embargo, ambos pagaron un alto precio en su momento por aventurarse a experiencias tán avanzadas para su tiempo.  Mas cercano a nuestros dias, es justo mencionar a un Odontólogo que, con sus investigaciones, puso en manos de la humanidad un arma que extirpó una verdadera plaga que mató millones de niños y adolescentes, y dejó otro tanto de minusválidos : la poliomielitis.
Albert Sabin, a quien nos referimos, logró en 1957, la invención de la vacuna oral, todavía empleada en nuestros dias.