jaitt odonto social

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viernes, 24 de junio de 2011

ACREDITACIÓN DE LA CARRERA DE ODONTOLOGÍA.

El artículo 45 de la ley 24521, hace mención a los "patrones" y "estándares" que establecerá el Ministerio, previa consulta con el Consejo de Universidades a los efectos de ser aplicado en los procesos de acreditación de carreras universitarias que otorgan títulos con reconocimiento oficial.
La Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU) creada por la misma ley, es la encargada de llevar a cabo la evaluación de las carreras y su consecuente acreditación, y define a los estándares como " los enunciados normativos referidos a aspectos de la carrera que son susceptibles de medición, cuali y cuantitativamente, y que las carreras de grado deben satisfacer para que se les reconozca un determinado nivel de calidad ".  Los artículos 42 y 43, hacen referencia a la cumplimentación por parte de las instituciones que otorgan títulos, de una "carga horaria mínima, contenidos curriculares básicos y criterios sobre la intensidad de la formación práctica " que establezcan el Ministerio de Cultura y Educación en acuerdo con el Consejo de Universidades.
Se desprende de su lectura, que éstos elementos constituirán la base para el establecimiento de los respectivos estándares, aunque no fijan los alcances de cada uno de ellos, siendo necesario por tanto determinar los componentes que le darán pertinencia y que permitirán una evaluación más precisa.
Los distintos mecanismos de evaluación disponibles, entre los que merece mencionarse la autoevaluación, que utiliza la filisofía del "análisis prospectivo", que publicaremos en la próxima entrada, tanto en sus atributos como en sus indicadores, permiten el enunciado de verdaderos patrones o estándares que apuntan a la obtención de niveles aceptables de calidad, tanto en el proceso en el que se desarrolla la carrera, como en el producto final que es el profesional que accede al título correspondiente. Sin embargo, resultaría por demás simplista pensar que la sola enunciación de la carga horaria, listar los contenidos básicos o mínimos y enumerar algunos criterios sobre la intensidad de la formación práctica, resultarían suficientes para evaluar una carrera, si además no se explicitan los fundamentos, los objetivos del proceso de enseñanza-aprendizaje y el perfil a lograr en el graduado, todo ello apoyado en indicadores cuali-cuantitativos que respondan a los criterios que sustentan la creación o el desarrollo de la carrera, y que fueran tenidos en cuenta al momento de autorizar su funcionamiento, sin descartar las propuestas de reformas a futuro, consensuadas por la comunidad universitaria y su firme pertinencia con el contexto local, nacional, regional o universal. Estos temas serán abordados en futuras entradas.

lunes, 20 de junio de 2011

EL PRESTIGIO DE LA PROFESIÓN Conclusiones

Si bien se dice que una golondrina no hace verano, tampoco puede interpretarse que el prestigio de una profesión se cimenta en la actividad pública de algunos de sus miembros. El verdadero prestigio de la Odontología, habrá de conseguirse a través del trabajo continuo y esforzado de sus miembros, y de mostrar dichos resultados a través de la aceptación y conformidad de la comunidad, tanto por los éxitos individuales como por el mejoramiento de los estándares de salud bucal.
Pero no resulta desdeñable, remarcar la tarea extraprofesional de muchos colegas, que robando horas a su profesión y a su descanso, han logrado tambien ser reconocidos y apreciados en actividades paralelas a ella que en muchas oportunidades los obligaron a abandonarla.
Podemos concluir, que el prestigio de una profesión no se busca, le es otorgado por la comunidad en retribución a lo que dicha profesión, y quienes la ejercen, han contribuido al progreso y mejoramiento de la misma.
Tambien se puede afirmar, que la Odontología, poco a poco va escalando posiciones en dicho reconocimiento, no obstante, debemos admitir que nuestro accionar profesional, desarrollado en el estrecho márgen de un consultorio, resulta un obstáculo para incursionar en forma paralela en otras actividades creativas, y que tambien es una valla para atreverse a una formación intelectual que proyecte al Odontólogo hacia niveles de exposición más relevantes, o a encarar el desarrollo de otras habilidades que le permitan gozar de cierta notoriedad y admiración pública.
Tal vez a nuestras facultades, todavía le falten modelos formativos que incluyan la posibilidad de acceso a una cultura general para el desarrollo de una conciencia social, como tambien el desempeño de actividades relacionadas al arte en general y a los deportes, como complemento de la formación estrictamente científico-técnica.
La muestra, a todas luces incompleta, de colegas que lograron, por disposición personal ingresar en areas no afines a la odontología, y destacarse en ellas, pone de manifiesto que ya no debemos aceptar la marginación que muchos nos hemos autoimpuesto por vis a tergo, por temor al que dirán o por suspicacias de terceros, y que nuestra participación social, como ciudadanos y como universitarios, resulta una obligación por encima de nuestra digna y esforzada tarea ante el enfermo.
Nuestra dignidad, como profesionales, nos obliga al cultivo de virtudes intelectuales, artísticas y físicas, tratando, como lo expresara magníficamente Jose Ingenieros, de no acomodarnos ni " al tradicionalismo, que es el sistema ideológico de las clases privilegiadas, ni a la moda, que es el sistema de los que carecen de ideas propias. "

jueves, 16 de junio de 2011

EL PRESTIGIO DE LA PROFESIÓN ( tercera parte )

En el periodismo, tambien algunos Odontólogos lograron destacarse, entre ellos podemos citar a Manuel Rey Millares, Tulio Huberman y Horacio Martinez.
En el deporte futbolero, accedieron a la fama Eliseo Prado, Ruben Fernandez Real, Rulli, Fontana, Draghi y otros, todos ellos en la primera división.
En México, y luego en Europa, logró destacarse Hugo Sanchez.
Entre algunos de los escritores mas conocidos, podemos citar a Leon Tenenbaum, Guillermo Ries Centeno y Marcelo Friedenthal, éste último, uno de los precursores de la Logosofía en nuestro medio.
En actividades institucionales, merecen una especial mención Orestes Walter Siutti en museología, Carlos Maria Suarez en la actividad colombófila, Santiago Leyden en la presidencia del club Ferrocarril Oeste y Francisco García Remohi en el club atlético Quilmes y en el Automovil Club Argentino.
En las artes plásticas, el grabado y la escultura, se han destacado muchos Odontólogos, que sin haber trascendido el marco de dicha actividad, han realizado una labor encomiable que pudo apreciarse a través de los años, en la muestra anual que la Facultad de Odontología de Buenos Aires, através de su museo, realiza en ocasión del Dia del Odontólogo. En la orfebrería en plata, vale mencionar a Oscar Campi, tempránamente desaparecido.
En las expresiones musicales, debemos recordar a Ricardo Tanturi, Nestor Blanco, Salas del Valle con su Charanga del Caribe, y al todavía actual Rafael Cini, sin olvidar la mención del famoso coro Rodina de Bulgaria, conocido mundialmente. En cuanto a la actividad teatral, existe una verdadera escuela de actuación que, sin haber logrado catapultar a los máximos escalones publicitarios a sus integrantes, constituyó un verdadero semillero actoral al que se denominó Cariescope, y que desde 1957, y por mas de 30 años, llenó la sala del Gran Rex en su función anual.  Dejamos para el final, a Enrique Ernesto Febbraro, Odontólogo de Lomas de Zamora, mundialmente reconocido como el propulsor del Dia del Amigo.                                                         

martes, 14 de junio de 2011

EL PRESTIGIO DE LA PROFESIÓN ( segunda parte )

John Borden, con el auspicio de la empresa Dentsply, puso en el mercado dental en 1957 lo que se llamó en su momento el " airotor ", que no era otra cosa que la primera turbina dental. Lo interesante, es que dicha invención de un odontólogo, dió inicio a la tecnología neumática, que luego se aplicara en la industria en general, y hoy simplifica un sinnúmero de actividades que abarcan desde la automotríz hasta la de alta tecnología electrónica y electrodoméstica.
El reconocimiento de la ciencia en general a la Odontología, quedó expresado en la incorporación de muchos odontólogos a las principales corporaciones académicas, en el mundo y tambien en nuestro Pais.
En Argentina, la Academia Nacional de Medicina, incorporó en su momento a los colegas Alejandro Cabanne, Guillermo Ries Centeno y Enrique Muller por sus relevantes aportes a la ciencia. En la Universidad de Buenos Aires, el Dr Carlos A. Durrieu desempeñó el cargo de Rector, y Ariel Gomez el de Vice-rector.
En la función pública, numerosos odontólogos fueron convocados por diferentes gobiernos para cumplir tareas de relevancia, que si bien podrían guardar en algunos casos, cierta relación con las ciencias de la salud, no estaban dirigidas exclusivamente a la profesión odontológica.
Adriano Malusardi, desempeñó el cargo de Secretario de Salud Pública de la Provincia de Buenos Aires. Italo Piaggi, fué Ministro de Gobierno de la misma provincia.  Pablo Bazerque, fué el primer Director de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Medica del Pais ( ANMAT ), y sentó las bases para su funcionamiento. Tampoco debemos olvidar a Carlos Gonzalez, en su condición de interventor de la Gobernación de la Provincia de La Pampa.
En el ámbito de la política, y haciendo abstracción de ideologías o pertenencias partidarias, numerosos odontólogos accedieron a cargos electivos, tanto a nivel municipal, provincial o nacional, desde la mas alta magistratura, pero antes de recordar sus nombres y cargos, debo hacer una especial mención a un dentista, hoy considerado un verdadero héroe de la independencia del Brasil.
Joaquim Jose Da Silva Xavier, a quien trascendió su apelativo de Tiradentes, en consonancia con la profesión que ejerció hasta su muerte.  Fué un verdadero revolucionario que organizó brigadas, llevó a cabo actos de heroismo, y en un último intento por lograr la independencia de su patria, fué capturado y ajusticiado en 1789, pero su simiente dió frutos en 1822 con la declaración de Ipiranga que fundó la República Federativa del Brasil.
Dos presidentes odontólogos contabilizamos en América, Felipe Molas López, en Paraguay en1949 y Héctor J. Cámpora, en Argentina en 1973.
Ricardo Cesar Guardo, fué presidente de la Cámara de Diputados de la Nación en la década de 1950. Armando Turano, fué Senador Nacional entre los años 1958-1962.  Araldo Ritacco fué Diputado Nacional, de igual manera que el colega Kramer, por Santa Cruz.  Jose Gabriel Ordoñez, fué Senador y Vicegobernador de la Provincia de Buenos Aires, en la que tambien fueron diputados los Dres. Manca y Anastasio Perez Velez, que desempeñó la presidencia de la Cámara entre los años 1963-1966. Ramón Mestre fue gobernador de la Provincia de Córdoba.
Aldo Arrighi, fué Intendente de la Ciudad de Zárate entre los años 1983-1995, y en la actualidad, Darío Diaz Perez, se encuentra al frente del Municipio de Lanús.

jueves, 2 de junio de 2011

EL PRESTIGIO DE LA PROFESION ( primera parte )

Los tiempos no han pasado en vano, los avances en la ciencia y la tecnología han desterrado una visión fragmentada de nuestra profesión.

En éstas últimas dos décadas, se ha dado en nuestra sociedad un proceso de constante deterioro en la relación entre los profesionales de la salud y la población en general.
Las agresiones verbales, físicas o en forma indirecta y solapada, a través de expresiones en los medios de comunicación, han llegado a límites que comenzaron a inquietar a los profesionales de la salud y sus instituciones. La avalancha de juicios por mala praxis, ha creado un verdadero muro entre el profesional y el paciente, situación que ha sido alentada por los propios abogados que han visto en ésta escalada, una veta económica no desdeñable.
Es cierto que nuestra profesión, desde hace muchos años, ha sufrido la estigmatización por sus procederes, casi siempre lindantes con el dolor, el temor, la fobia, y a veces, por resabios ancestrales.
Hasta no hace muchos años, la palabra dentista era casi un sinónimo natural de "sacamuelas"; la obturación era una "emplomadura"; la prótesis era "la postiza", la exodoncia era sinónimo de "sacar", "tirar",o "arrancar".                                                  
La consulta, prácticamente no era reconocida económicamente, y en ello la culpa recaía en muchos colegas que trataban de atraer a los enfermos con la clásica "consultas gratis".            
Escritores, periodistas y comunicadores, se solazaban degradando la profesión odontológica, o directamente burlándose de ella.                             
No era poco común, y aún todavía no lo es, ver reflejadas en publicaciones y otros medios de difusión, escenas atroces con los clásicos barberos de la edad media, atormentando a los pobres enfermos con instrumentos torturantes.               
Tambien se dudaba en ciertos ambientes, de la capacidad intelectual de los dentistas, a quienes se consideraba más como simples artesanos que como profesionales universitarios.                                   
No caben dudas de que el prestigio de toda una profesión, resulta de la sumatoria de las actitudes y prestigios de cada una de las instituciones y profesionales que la componen. Por supuesto, que la generalización absoluta de ésta concepción no es correcta, puesto que tampoco puede generalizarse a la justicia a través de la óptica de un juez venal, o a una familia, por la irreverencia de alguno de sus miembros.  Pero el hecho cierto es que, cuando los cuestionamientos son múltiples y abarcan los distintos estamentos de la profesión, el prestigio general sufre una mengua considerable.
En una publicación de Selecciones del Reader´s Digest de Noviembre de 1980, bajo el título "Consejos para encontrar un buen Dentista", se justifica dicha publicación " para evitar que a su dentadura le hagan un trabajo innecesario, excesivamente caro o incompetente". En el desarrollo del trabajo, se alude a un "número deploráblemente considerable de dentistas deshonestos, incapaces, o ambas cosas a la vez", y se hace mención de una estadística (¿?) en la que "por lo menos el 45% de los dentistas que ejercen en nuestro continente, cobran o han cobrado cargos fraudulentos"                              
En Europa, no nos vá mucho mejor. Jean Francois Revel, periodista destacado de L'Express de Paris, dice en uno de sus libros: "el arte del político, lo mismo que el arte del dentista, consiste en convencer al cliente de que es el único infalible en una profesión colmada de piratas".
El antíguo catedrático español, Juan Canut, publica en una vieja edición del Boletín de información dental del Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de España, una colaboración en la que analiza la pérdida de estima y de confianza que en la comunidad española ha sufrido el Odontólogo, llegando a utilizar para graficar tal situación, la denominación de "Sindrome Nacional de Recusación Odontológica". 
En Reflexión, boletin de la Asociación para la defensa de la verdad (¿?), se reproduce un cuadro en el que se transcriben las profesiones desarrolladas por los distintos presidentes argentinos. Así se mencionan a periodistas, hacendados, militares, médicos, abogados, bailarina y algunos sin profesión conocida, pero llama la atención que la nota discordante no se halla puesto en ninguno de ellos, sí en cambio en un Dentista, llamando la atención "que ese hecho ha ocurrido por primera vez en la historia universal", y que "nunca, en ningun pais del mundo, se ha visto el caso de un dentista presidente".                                                            
Jorge Luis Borges, tambien se ha ocupado de nosotros con su particular ironía. En un número de la revista Somos, de 1978, manifiesta refiriéndose a los jugadores de fútbol y la imágen que ellos dejaron traslucir en el mundial que, "decir que los futbolistas representan a nuestro pais, es como reconocer que los dentistas puedan ejercer esa representación".                                                     
No creo que se necesite ser demasiado hipersensible o susceptible para darse cuenta que no son demasiadas las ocasiones, en que la opinión pública emite juicios favorables a nuestra profesión, y que ello no es la cosecuencia de nuestra "rancia estirpe peluqueril", como le gusta manifestar a un colega amigo, sino que como profesión universitaria, todavía estamos transitando el camino hacia la adultéz, y que a pesar de los importantes avances científicos y tecnológicos, tenemos que seguir avanzando para constituirnos, nó solo en eficientes técnicos, sino tambien en referentes comunitarios por el dominio de las ciencias sociales y por una formación intelectual y desarrollo de otras destrezas que no sean sólo las inherentes a nuestra profesión.
No debemos, sin embargo, dejar de remarcar algunas de las muchas actividades de todo órden, que desarrollaron y desarrollan innumerables colegas, en acciones no conectadas a su profesión, y que los han colocado en lugares expectantes del quehacer político, periodístico, científico, deportivo, artístico etc. en nuestro pais y en el mundo, desde hace ya muchos años, y que por cierto, desdicen las opiniones burlonas y hasta infamantes a las que hemos hecho referencia. 
Ya no caben dudas, que muchos Odontólogos 
han descollado en la sociedad, con independencia de su formación profesional, y he de intentar hacer un raconto de aquellos colegas, que en distintos tiempos desarrollaron profesiones, oficios o simplemente ocuparon lugares expectantes en instituciones gubernamentales o privadas, no relacionadas en forma directa con la Odontología.  Podemos decir, que el primer odontólogo que logró trascender los límites de su profesión, fué sin duda Pierre Fauchard.   Si bien es cierto que su notoriedad lo constituyó el hecho de la publicación de su obra" Le chirurguien-dentiste ou traite des dents ", librada al público en París en 1728, y aunque no puede desconocerse que fué el resultado de su condición de dentista con gran dominio de la clínica y la cirugía, lo importante del hecho estriba en la rigurosidad y maestría con que abordó, para esa época, un compendio tán calificado que, hasta hoy, no es mucho lo que la clínica puede agregar a sus excelentes descripciones de cada enfermedad; pero lo esencial, estriba en que, si bien la primera limitación legal de que se tenga conocimiento para el ejercicio de la odontología, se dió en Francia en 1699, y requería un exámen para la autorización de su práctica, la verdadera base académica que sustentó dicha decisión por parte del gobierno, recién pudo fundarse 29 años después, sobre la base de la obra de Fauchard.
Siempre en el ámbito de relación entre los Odontólogos y la ciencia en general, no podemos dejar de mencionar a quienes se considera como los precursores del uso de la anestesia general. 
Horacio Wells, en 1844, experimentó clinicamente con el óxido nitroso ( protóxido de ázoe o gas hilarante ) y William Thomas Green Morton, hizo lo mismo con el éter sulfúrico en 1846. Ambos dentistas, son universalmente reconocidos por las ciencias médicas, y sin embargo, ambos pagaron un alto precio en su momento por aventurarse a experiencias tán avanzadas para su tiempo.  Mas cercano a nuestros dias, es justo mencionar a un Odontólogo que, con sus investigaciones, puso en manos de la humanidad un arma que extirpó una verdadera plaga que mató millones de niños y adolescentes, y dejó otro tanto de minusválidos : la poliomielitis.
Albert Sabin, a quien nos referimos, logró en 1957, la invención de la vacuna oral, todavía empleada en nuestros dias.