jaitt odonto social

jaitt odonto social
Que una sonrisa feliz sea nuestro mejor premio
Powered By Blogger

sábado, 29 de enero de 2011

LA TERCERA EDAD Y EL EJERCICIO DE LA ODONTOLOGÍA

La vejéz generalmente se asocia al deterioro, y ello es parcialmente cierto. Pero lo que se pretende es que, al alargarse la edad jubilatoria, se planteen alternativas en el tipo y condiciones del trabajo que los mayores pueden llevar a cabo, tema que hemos analizado en párrafos anteriores.
Es probable que muchas personas de la tercera edad, no puedan hacerse cargo de ciertos trabajos que requieren de la posesión de aptitudes físicas adecuadas. Pero no ocurre lo mismo con las capacidades que ponen en juego las destrezas intelectuales, que el estudio y la experiencia acumularon durante la vida.
Tambien es cierto que éste hecho no es aceptado en forma universal, y que las distintas culturas enfocan desde ángulos disímiles.
Es ya conocido, el respeto que hacia los mayores existe en algunas regiones de Europa, de Asia, de América Latina y en especial de Africa.  En ésta última, existe una expresión que conceptualiza la relación de los mayores con la sociedad: "un viejo que muere, es una biblioteca que arde".
Sin embargo en nuestro pais, en algunos otros en vias de desarrollo, y fundamentalmente en los paises industrializados, las personas mayores de 60 años son excluidas de las demandas de empleo, y en algunos casos, individuos de 50 años, no pueden reinsertarse en el mercado laboral cuando pierden el que desarrollaban hasta ese momento.
Y no me refiero al trabajo físico, sino en actividades patrimonio del intelecto. Aún en las plantas del personal sanitario, tánto los concursos, cómo las contrataciones directas para el ingreso a las carreras, excluyen a los profesionales mayores de 40 años.
Si bien no valen cómo justificativo para la nó exclusión, los casos excepcionales de profesionales de las ciencias de la salud que en tareas de dirección, gerenciamiento, organización, investigación, auditoría, etc., han logrado permanecer desarrollando dichas actividades hasta edades elevadas, debe por lo menos tenerse en cuenta.
Aún en el propio ejercicio profesional, he podido frecuentar a innumerables colegas que todavía trabajaban al pié del sillón y superaban con holgura las edades jubilatorias. Recuerdo al Dr. Gerardo Bruffau, con casi 90 años, realizando tratamientos de ortodoncia con su equipo SS.Whitte en su consultorio de la calle Santa Fé casi Callao. No quiero olvidarme de nombrar a un distinguido colega, a quien le guardo un gran afecto, el Dr. Orestes W. Siutti, que todavía sigue al frente del Museo y Centro de Estudios Históricos de la Facultad de Odontología de la U.B.A, con un esfuerzo y dedicación francamente admirables.
Pero las decisiones humanas no se basan en hechos circunstanciales, sino en la ley de los grandes números y en la fuerza productiva con un criterio nétamente economicista. Y al mismo tiempo, los especialistas en seguridad social, los actuarios, los administradores públicos y muchos políticos, siguen aferrados a la doctrina de evitar la permanencia de los mayores en sus puestos de trabajo, para favorecer la incorporación al mercado de la mano de obra jóven. Si bien ésta doctrina es aceptable, tambien es cierto que el tema de los jubilados, debe abordarse también con otros parámetros.
Deseo agregar a éstas palabras, una interesante publicación, en éste caso, referida a las aptitudes de los mayores de 60 años.

viernes, 21 de enero de 2011

LA TERCERA EDAD Y EL EJERCICIO DE LA ODONTOLOGÍA

La salud física, mental y social de los profesionales en general, no se aparta substancialmente de la que experimentan otras personas. Lo mismo sucede, con los individuos que integran el bloque de la tercera edad.
Sin embargo, existen profesiones cómo la Odontología, que poseen algunas particularidades en su ejercicio que la exponen a riesgos y enfermedades con mayor incidencia y prevalencia que otros grupos poblacionales.
Desde el año 1979, en que publicara un trabajo referido al tema en cuestión : " Seguridad del Odontólogo : evaluación de los riesgos a que expone el ejercicio de la profesión ". ( Salud Bucal
N° 29, Abril-Mayo 1979 ), he tratado casi infructuosamente, que la Institución que cuida de nuestra seguridad social, continuara con estudios y estadísticas que siguieran la línea que habíamos iniciado, ya que los archivos de COMEI, se fueron acrecentando y nutriendo con el paso de los años, atesorando una información relevante sobre la salud y discapacidad de los Odontólogos de la provincia de Buenos Aires.En este momento, deseo sin embargo poner el acento en los cambios, fisiológicos y patológicos que impactan a la tercera edad, y reproducir algunas publicaciones que, en su momento, fueron consideradas liminares en la gerontología y geriatría, que estimo importante darles una vía para información de los colegas, jóvenes y viejos, y especialmente aquellos que tienen la responsabilidad de dirigir nuestras instituciones.  Los primeros, porque son los futuros ingresantes a la tercera edad ( no deben olvidarlo ), los segundos, porque pueden condensar, comprender y utilizar dicha información con beneficio inmediato; en cuanto a los funcionarios de nuestras entidades profesionales, ofrecerles un caudal de datos y conocimientos, para que puedan tomar sus decisiones totalmente convencidos de la magnífica oportunidad que el destino, y sus colegas, han puesto en sus manos para efectivizar las ambiciones y apetencias de quienes, siendo sus pares en el ejercicio de la Odontología, se encuentran en una etapa de la vida en la que ya no pueden aceptar dilaciones para sobrellevar con dignidad, los últimos años de su existencia.

MI MODESTO HOMENAJE A UNA GRANDE

Mi esposa y yo, educamos a nuestras hijas en medio de sus cuentos y canciones. Gracias Maria Elena.

martes, 18 de enero de 2011

LA TERCERA EDAD Y EL EJERCICIO DE LA ODONTOLOGIA

Continuación

                      La gerontologia y la geriatria,han dado muestras suficientes del estado de parcial o total indefensión en que se encuentran nuestros mayores al momento de su retiro de la vida activa, especialmente si durante aquella, no pudieron atesorar ahorros, inversiones, o no han recibido herencias o legados de sus mayores.
En mi función dirigencial, he asistido a situaciones francamente decepcionantes y hasta trágicas de colegas a quienes en mi juventud, los había visto triunfadores y guias de nuestro accionar, convertidos luego en verdaderos parias con multitud de necesidades para autoabastecerse económicamente, por la carencia de amigos o familiares que pudieran auxiliarlos a una edad en la que ya no disponian de fuerzas para trabajar, ni recibían una jubilación digna.
Tambien he asistido a reuniones y jornadas en las que se debatían los primeros intentos para lograr una ley, que estableciera la jubilación de los profesionales.
Recuerdo una conferencia, que ante un grupo laimportante de colegas de la Asociación Odontológica de Lomas de Zamora, dictara Hermenegildo Arnejo, viejo dirigente de la A.O.A, que bregara incansáblemente por la creación de la citada caja.  Luego de una exposición medulosa sobre los posibles beneficios que podría reportar dicha medida, un conspícuo socio de la institución convocante, a quien personalmente apreciaba, expresó ante los azorados ojos de Hermenegildo, y de muchos otros de los presentes, que los que propugnaban dicha legislación, eran los profesionales fracasados que no habían sabido ahorrar para su vejez.
No caben dudas, que allí se contraponían las dos clásicas concepciones que siempre estuvieron en pugna, la individualista y la solidaria. La caja nacional, se creó no obstante las posiciones en contrario ,y la ley englobaba a todos los profesionales del Pais que no dispusieran de algún régimen provincial especial.
Sin embargo, su duración fué efímera, como tambien lo fué muchos años después, la Caja de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires, que fué liquidada al poco tiempo de su creación, por la presión de los grandes estudios jurídicos a quienes afectaba notoriamente.  Sin duda, aquellos abogados que trabajan empleando a grupos de colegas contratados o a destajo, cómo aquellos Odontólogos o Médicos que regentean institutos con profesionales a porcentaje, o con salarios irrisorios, no requerirán de una jubilación en su vejéz; pero los profesionales que de ellos dependen, difícilmente puedan labrarse un futuro venturoso con el sólo ejercicio de su profesión en dichas condiciones.

domingo, 16 de enero de 2011

LA TERCERA EDAD Y EL EJERCICIO DE LA ODONTOLOGIA

Continuación
                            La preocupación social por la salud y la seguridad social de los ancianos, no es nueva, pero las décadas de los 60 y 70 del siglo pasado, constituyeron un semillero de publicaciones y trabajos sobre cuya base se asentó el orígen y afirmación de una ciencia que, si bien ya era aceptada tácitamente, no tenía todavía una precisa expresión: la gerontología y geriatría.
El derecho de los ciudadanos de la tercera edad, no concluye con el otorgamiento de una jubilación digna. El cuidado de la salud, casi siempre resentida por los achaques que le impone el paso del tiempo, representa un desafío para los organismos de la seguridad social, especialmente, si tambien de ellos depende algún sistema de cobertura sanitaria, y en especial, si es obligatorio.
  Podríamos decir, sin temor a equivocarnos, que el "Sistema de cobertura médica integral"( COMEI), dependiente de la Caja de Seguridad Social para Odontólogos de  la Provincia de Buenos Aires, constituye un verdadero avance en la materia.
Sin embargo, no siempre discrimina entre los grupos etarios de la cobertura, tal como lo hace,ley
mediante, con las jubilaciones, pensiones y subsidios, pues practicamente equipara las prestaciones de los mayores de 60 años con las que cubren a los más jóvenes.
Ya hemos analizado la situación de vulnerabilidad en que se encuentran nuestros mayores,especialmente los jubilados, en un momento de sus vidas en que ven decrecer sus ingresos, al punto de que aquellos que dependen sólo de la prestación jubilatoria, atraviesan situaciones de estrechez económica y carencias en el cuidado de su salud.
Es por ello, que deben reformularse algunas metas del sistema y analizarse las posibilidades de una cobertura más amplia y generosa, tánto en el número de prestaciones cómo en la eliminación de los copagos ( medicamentos, estudios complejos etc. ), que liberen a los mayores de las acechanzas en el cuidado de su salud.

viernes, 14 de enero de 2011

LA TERCERA EDAD Y EL EJERCICIO DE LA ODONTOLOGIA

                                               Continuación                
                            El envejecimiento y la vejéz son situaciones  que deben ser abordadas desde dos ángulos distintos. Por un lado, la acción del Estado, a través de las distintas características en que se apoyan los regímenes de seguridad social; y por otro, sobre la responsabilidad que le cabe a cada individuo en la construcción y sostenimiento de dichos mecanismos, más que como obligación legal, como resultado de asumir plenamente la solidaridad social.
Ya hemos hecho referencia hace algun tiempo, la crisis por la que están atravesando los regímenes de seguridad social en el mundo como resultado del amesetamiento de la curva demográfica. Basta consignar que la población de adultos mayores de sesenta años representaba en 1895 el 2,5 % de la población total de Argentina. En 1960, era del 5,5%, en 1970, el 7,2 %, en 1980, el 9,9 %, en el 2001, el 11 %, en la actualidad oscila entre el 13 y el 15 %, y se calcula que en el 2050 se aproximará al 24 %.   Ya no caben dudas, que el autosostenimiento de la clase pasiva con los aportes de los asalariados,será una utopía, y los clásicos regímenes jubilatorios a los 60 años de edad, ya por reparto, o por capitalización serán insuficientes para afrontar la carga.  En la actualidad, los regímenes estatales deben recurrir al tesoro para poder liquidar las prestaciones jubilatorias. Así se hechan manos a recursos que incluyen el 15 % de la masa coparticipable bruta; el 11 %  del producido del IVA; el 20 % de la recaudación neta del impuesto a las ganancias; el 21 % de los impuestos que gravan la nafta; el 100 % de los impuestos específicos al gasoil,dieseloil,kerosene y gas natural comprimido y el 90 % del impuesto a los bienes personales.
Asi, de cada $1 de prestaciones del sistema integrado de jubilaciones y pensiones, 32 centavos son pagados con recursos no contributivos.
Si bien las cajas de profesionales, disponen de una legislación que les permite obtener fondos del comitente, a través de distintas modalidades, no cabe ninguna duda que a futuro, deberán modificarse las leyes que los amparan, especialmente en lo relativo a la edad jubilatoria.
Será tambien necesario intensificar los mecanismos tendientes a mantener activos a un importante número de afiliados para prorogar la decisión del retiro con algunas compensaciones.
Ya en 1981, en un trabajo de mi autoría, ponía el acento en los alcances del Art. 52 de nuestra ley 8119, que por un lado exigía para obtener el beneficio jubilatorio la cancelación de la matrícula en el ámbito provincial, y lo extendía además, a todas las provincias y regímenes autónomos existentes.  Cuando me hice cargo de la presidencia del Directorio, una de las primeras medidas que pude cristalizar con el apoyo total de mis colaboradores, fué la instauración del subsidio llamado en aquel entonces " por disminución del rendimiento profesional " al cumplir los 60 años.
Vale la pena, para no abundar en detalles, referir al lector, a la publicación de la C.O.R.A " Salud Bucal ", N° 42 de Febrero-Marzo de 1981, en la que encontrarán el trabajo al que he hecho referencia, además de acceder a un profundo y extenso editorial del entonces presidente , Roberto Lemme, y de una importante declaración de la C.G.P de la República Argentina en el seno de las Jornadas Nacionales Interdisciplinarias Córdoba 80, en la que se trató con amplitud el tema " Sistema Previsional de Profesionales Universitarios".

sábado, 8 de enero de 2011

LA TERCERA EDAD Y EL EJERCICIO DE LA ODONTOLOGÍA

                         
           Continuación

No debe falsearse ni generalizarse el juicio sobre la capacidad de los ancianos, sobre la base de casos de personas mayores extraordinariamente dotadas y que han ocupado puestos prominentes en la vida pública.
La capacidad real del anciano tiene sus limitaciones, pero tambien depende de su personalidad y de las circunstancias que lo rodean.  Sin embargo, se debe evitar la construcción de tipologías demasiado rígidas y limitarnos a evaluar a cada individuo en sí y por sí.
La prolongación de la vida humana es casi unicamente una realidad biológica. Sólo un exiguo número de personas mayores, da muestras de gozar de una vida social activa.
Debe tenderse al logro de una suficiente y decorosa autonomía económica de los ancianos, y habilitarse centros geriátricos de salud que garanticen una seguridad biológica adecuada, evitando en lo posible la internación, y mantenerlos atados lo más posible a su contexto social con el fin de evitar su aislamiento y alienación.
La soledad, aún en personas que poseen hijos, hermanos o amigos, siempre es una posibilidad que suele darse, especialmente los fines de semana o en festividades clásicas. Al respecto reproduzco un artículo interesante sobre el tema.

viernes, 7 de enero de 2011

LA TERCERA EDAD Y EL EJERCICIO DE LA ODONTOLOGÍA

La senectud y la muerte son fenómenos naturales, marca el paso de la maduréz a la vejez y trae consigo una vasta gama de requerimientos y necesidades antes desconocidas. No sólo se toma conciencia de una manifiesta disminución de la capacidad de trabajo y del uso de algunas facultades intelectuales, sino que se empieza a sentir la necesidad de recibir ayuda de todo tipo,la que irá en aumento en los años siguientes, mas aún si se suman la enfermedad y la discapacidad.
Esta ayuda no solo es necesaria desde el punto de vista pecuniario. Tambien los ancianos reclaman una comprensión y estima de parte de su familia y en general de la sociedad toda. No obstante pareciera que los organismos de previsión, jubilación o seguridad social tuvieran como única función el otorgar prestaciones dinerarias, sin interesarse en cuestiones que hacen a la calidad de vida de los viejos y al soporte psico-social que los contenga.
Vale la pena reproducir en ésta introducción una noticia aparecida en los diarios del dia de la fecha
que refiere al tema comentado.