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lunes, 30 de enero de 2012

OBJETIVOS A CONSIDERAR EN EL PROCESO DE ENSEÑANZA-APRENDIZAJE DE LA ODONTOLOGÍA ( primera parte )

Sin entrar a considerar la pertinencia de los modelos tradicionales de cátedras o asignaturas independientes, contraponiéndolo a las unidades docentes integradoras, cómo los departamentos; una serie de aspectos operativos del sistema curricular, deben ser tenidos en cuenta para el logro de los objetivos que el mismo se plantea.
Los iremos analizando en las aportaciones que siguen.

1.- UNIFICACIÓN DE CRITERIOS Y TENDENCIAS.
    
      El volúmen global de conocimientos que debe recibir el estudiante de odontología, se halla integrado por dos núcleos bien definidos; los llamados "conocimientos esenciales" y los "conocimientos accesorios. Los conocimientos esenciales son el conjunto de información que los educandos necesitan para desempeñarse satisfactoria e independientemente en cada estadio de su educación y para continuar su formación como odontólogos.
No son por lo tanto, una recopilación de hechos, datos, tablas, etc., sino mas bien una adecuada capacitación en el uso del método científico y en la aplicación de las destrezas analíticas que les permita comprender el proceso de la creación y el flujo del conocimiento, asi como la pertinencia de los conceptos científicos, para prestar cuidados efectivos y humanitarios a los pacientes.
Esta es la función básica del docente, que se cumple a través de la estrecha relación "maestro-discípulo", poniendo el énfasis en la transmisión y desarrollo de valores y actitudes positivas.
En éste aspecto, la unidad académica debe incentivar la presencia de profesores y auxiliares debídamente capacitados para dicha tarea.
En cuanto a los conocimientos accesorios o "conocimiento nuclear", representa el conjunto de informaciones que el estudiante debe memorizar y retener, referidos a los tópicos específicos o contenidos de la programación curricular.
El departamento debe normatizar la estructura periférica de éstos contenidos, dejando a la cátedra u orientación la suficiente independencia para la elección del núcleo.
Ello involucra el respeto a la "libertad de cátedra" y a la eventual "cátedra paralela", pero sin descuidar el tutelaje sobre la racionalidad, pertinencia y valor científico de los recursos terapéuticos que se enseñan.
Al mismo tiempo debe unificarse un glosario y una terminología que eviten confusiones, como así tambien armonizar los principios de la técnica y las tendencias de la clínica en acuerdo con el avance científico y con la disponibilidad de recursos.

2.- COORDINACIÓN VERTICAL DE LOS CURSOS EN 
     NIVELES DE COMPLEJIDAD CRECIENTE.

     En el proceso de enseñanza-aprendizaje de cualquier campo de la ciencia, el alumno irá avanzando progresiva y sistemáticamente superando condiciones o prerequisitos que lo van habilitando para escalar sin prisa, pero sin pausa, posiciones que lo acerquen a la síntesis del conocimiento.
Este mecanismo resulta bastante simple en la formación de especialistas o en la enseñanza de monotemas, pero se torna mas complejo en las carreras terciarias, en las que la fragmentación vertical del conocimiento produce una serie de bandas paralelas, que si bien poseen puntos o superficies de  contacto horizontal, pueden alcanzar un considerable despliegue en forma independiente una de otra.
Cada una de esas bandas se halla integrada por una serie de cursos o unidades temáticas que siendo parte de la currícula, requieren sin embargo de una ubicación precisa en la escala del aprendizaje para integrar conceptos y lograr niveles más amplios en la educación.

3.- EVITAR EL FRACCIONAMIENTO DESMEDIDO DE LOS
     CONOCIMIENTOS.

     La avalancha de información científico-tecnológica volcada en textos, revistas, periódicos y otros medios de comunicación, descolocan rápidamente a quien quiera mantenerse mediánamente actualizado, e impulsan a los estudiosos a optar entre convertirse en superespecialistas o en generalizadores superficiales. Las facultades, en su pretención de no quedar a la zaga entre los poseedores del conocimiento, tratan de incorporar buena parte de lo que se produce en el mundo, y en gran número de oportunidades transmitírselo a sus educandos. De ésta manera, y sin pretenderlo, se convierten en una fuente de inseguridad e incertidumbre, y en algunos casos, en promotoras de la anarquía intelectual. Así la explosión científica, promoviendo la excesiva fragmentación del conocimiento, mantiene abierta la brecha entre el ritmo de su expansión y la posibilidad de su asimilación.
Resulta imprescindible por tanto, que la programación académica de las altas casas de estudios, determine con precisión el volúmen de información que debe volcarse al estudiante y la forma en que debe hacerlo. Probáblemente, toda la información que se brinda sea importante,de lo que no siempre puede deducirse que sea imprescindible o por lo menos asimilable por el alumno  cuando su fragmentación desmedida resulta evidente o cuando su coordinación en tiempo y espacio no la torna aprovechable.
Es evidente la necesidad de desagregar algunos contenidos de determinados cursos para permitir el fortalecimiento de otros núcleos de información, y si fuera posible, intentar una mayor participación de las áreas a nivel de las clínicas integradas, sin afectar la individualidad de los distintos cursos, aunque acotándolos a la dimensión y profundidad adecuada, a lo menos en lo que al pregrado curricular se refiere.

                                                                       Continuará.