jaitt odonto social

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Que una sonrisa feliz sea nuestro mejor premio
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viernes, 25 de febrero de 2011

SEGURIDAD SOCIAL. Para los tiempos del retiro.




Los viejos somos todos, porque todos vamos a envejecer, y las formas organizativas de las personas de la tercera edad, no pueden obviar las actitudes gregarias con quienes se comparten no solo la edad, sino fundamentalmente, los mismos objetivos y las mismas necesidades.

jueves, 24 de febrero de 2011

LA TERCERA EDAD Y EL EJERCICIO DE LA ODONTOLOGIA

No siempre el retiro de la actividad profesional, obedece a razones escalafonarias o legales ( relación de dependencia, carreras profesionales, actividad docente o de investigación ) o físicas ( impedimentos por razones de salud ).
He observado que muchos odontólogos de práctica privada, resolvieron acogerse a la jubilación por razones de stress, burn-out, cansancio físico o mental, rompimiento de rutina, o símplemente para abrazar otras actividades ya sea, recreativas,físicas, culturales, intelectuales, etc.
Sin embargo, en ésta última alternativa, ronda sobre el individuo que toma la decisión, un temor al cambio que en muchas oportunidades retarda la decisión, y en otras, una vez tomada, lleva al arrepentimiento y sus consecuencias siempre desagradables.
La vida no obstante, ofrece alternativas al trabajo, y tambien impone un cierto rigor en la cumplimentación de normas que, salvo que por impedimentos en la economía del jubilado, que le obliguen a adoptar restricciones importantes, deben llevarse a cabo para enfrentar ésta etapa de la vida, teniendo siempre presente al niño que todavía llevamos dentro, pero sin olvidar al anciano que la sociedad, no siempre considera y respeta.

sábado, 19 de febrero de 2011

LA SEGURIDAD SOCIAL, ES UN DERECHO ?

Hace unos pocos dias, en un diario de amplia circulación nacional, fué publicado un artículo editorial referido al comportamiento de la ANSES con referencia a los juicios por actualización de los haberes jubilatorios mal liquidados.   Cuando lo leía, volvió a mi memoria una ocurrente frase de Osvaldo Fustinoni que ya he mencionado en otras oportunidades;
"Hay que meditar si la seguridad social, a través del régimen jubilatorio, brinda al ser humano un beneficio o le inflige una sanción".
Al mismo tiempo me surgen algunos interrogantes relativos a dicho comportamiento, y no quiero dejar pasar por alto algunos entretelones que me causan preocupación.
Ante una inusual  avalancha de juicios iniciados como consecuencia de un fallo de la Corte Suprema de la Nación, que ordena al Estado actualizar los montos jubilatorios, que en la actualidad superan las 450.000 demandas, y la reticencia de la Anses a cumplirlo, se elevaron numerosas denuncias ante organismos nacionales e internacionales que obligaron al Gobierno, a comprometerse ante el Comité Interamericano de Derechos Humanos de la O.E.A, a no apelar las sentencias firmes favorables a los jubilados.
Sin embargo, tán solo en el año 2010, fueron apeladas más de 30.000 fallos favorables.
El Gobierno aduce una imposibilidad financiera para asumir dichos compromisos, de la misma manera que lo hizo con el veto presidencial a la ley que establecía el 82% móvil aprobada por ambas cámaras legislativas.
No se entiende entonces que la Anses, se halla convertido en un asíduo prestamista del Estado para financiar el gasto público a través de la emisión de bonos o letras de tesorería con intereses exiguos, que acotan el superavit del sistema y le impide hacerse cargo del cumplimiento de las sentencias.
Ante estos hechos, en mi condición de profesional y de ex dirigente del Colegio Provincial, considero un deber realizar algunas apreciaciones.
No caben dudas que nuestro sistema jurídico, impone en todos los casos de apelaciones, el patrocinio legal, ya sea individual, empresarial o estatal, por parte de Abogados de la matrícula, y resulta llamativo que, los propios profesionales del Estado, ya de planta, contratados o a través de estudios especializados, no se nieguen a cuestionar sentencias de la propia Corte, o a incumplir compromisos adquiridos por el organismo que les ordena desconocer.
Yo me pregunto, qué pasaría si un organismo de gobierno les exigiera a los profesionales de la salud, incumplir exigencias sanitarias impuestas por la justicia, por los organismos de la salud oficiales o por instituciones científicas nacionales o internacionales. Aún siendo dependientes del Estado, los profesionales de la salud se negarían sin ninguna duda, a acatar decisiones que pudieran poner en peligro la salud de la población.
No he observado el mismo comportamiento por parte de los abogados, y peor aún, no se han observado reacciones de los colegios profesionales que gobiernan su matrícula, y que disponen de mecanismos y códigos disciplinarios a través de los cuales, debieran sumariar a aquellos colegiados que, con independencia del sector en que desempeñan su función, pongan en riesgo el patrimonio, la salud y hasta la vida de los jubilados.
No quiero abrir juicio al respecto, pero es mi modesta opinion, que algo está fallando en el desempeño de los abogados, tanto a nivel privado como público.
Es realmente la seguridad social un derecho constitucional garantizado por el Estado?, o es tán solo una quimera al arbitrio de los humores del gobierno de turno y del escaso compromiso de los profesionales abogados, que debieran ser los primeros custodios de la ley y de los derechos ciudadanos, como tambien de las decisiones de su máximo tribunal y de los compromisos asumidos internacionalmente por el Pais.
La respuesta, que se infiere de lo que sucede en nuestro pais en lo atinente a la seguridad social, no nos deja margen para pensar en una protección y defensa de uno de los grupos etarios más desprotegidos de nuestra comunidad, como lo son los jubilados y pensionados.  Más bien nos inclina a  considerar la frase de Fustinoni, como un espejo de nuestra sociedad.
Vaya sin embargo, una palabra de aliento y comprensión, para todos aquellos mayores que todavía sueñan con un futuro mejor, y que no dejan de considerarse todavía, dueños de aptitudes físicas e intelectuales que los reivindica ante su propia condición.
  

lunes, 7 de febrero de 2011

LA TERCERA EDAD Y EL EJERCICIO DE LA ODONTOLOGIA

La buena nutrición es un factor clave para la curación de las enfermedades, y para el mantenimiento del bienestar de las personas de edad avanzada.
Un apoyo adecuado y una comprensión afectuosa, resultan indispensables para inducirlas a seguir las prácticas alimentarias que les son recomendadas.

DIA MUNDIAL DE LUCHA CONTRA EL CANCER

Como profesionales de la salud, resulta para nosotros un deber inexcusable difundir en la comunidad, la necesidad de adoptar todas las medidas preventivas para evitar el mal.

      TRIADA  FUNDAMENTAL

  •     Sospecha precoz
  •     Diagnóstico exacto
  •     Tratamiento oportuno         

sábado, 5 de febrero de 2011

LA TERCERA EDAD Y EL EJERCICIO DE LA ODONTOLOGIA

Entre las actitudes de los mayores, y especialmente si experimentan alguna enfermedad, se pueden encontrar influencias de diversas variables entre las cuales figuran ( además de la edad, el sexo, el estado civil, y la posición socioeconómica ), algunas bien reconocibles en la estructura de la personalidad y en la historia del individuo.
Las dietas restringidas, las relaciones de familia, el alejamiento del trabajo, la disminución de los ingresos etc., determinan en muchos casos, cambios en la personalidad, que si nó se atienden precozmente, pueden derivar en cuadros francamente patológicos , que los organismos de seguridad social tienen la obligación de conocer,  para aplicar políticas que imposibiliten su aparición.  Nó es sólo abonando jubilaciones ( casi siempre insuficientes ) o haciéndose cargo de internaciones en instituciones geriátricas, como se cuida de la salud y bienestar de nuestros mayores.
En referencia a ésta última apreciación, es demás conocida la frase " la admisión de un individuo en una institución para crónicos, conduce casi siempre a crear inválidos permanentes ".

viernes, 4 de febrero de 2011

LA TERCERA EDAD Y EL EJERCICIO DE LA ODONTOLOGIA

Pareciera que para muchas personas mayores, la jubilación se les presenta como un corte abrupto entre una vida activa y otra pasiva, lo que suele acompañarse de incertidumbre, pesimismo, y en algunos casos, se lo toma como una antesala de la muerte.
Otros individuos, en cambio, ven en el retiro de la vida activa, una luz de libertad e independencia, y lo toman con alegría.
En ámbos casos, la situación apunta a la obtención de un refugio de autonomía en la soledad.
Es tambien observable en la sociedad, grupos humanos, sindicalizados en su mayoría, que tratan de obtener el beneficio jubilatorio a edades cada vez menores; y otros, que se manejan con un mayor caudal de conocimientos, que patrocinan un aumento en la edad para el retiro.
Este es un tema, que generalmente se aborda científicamente a través de tres ópticas que no siempre coinciden en sus apreciaciones.  Por un lado, los que abordan el tema a través de las ciencias económicas, para quienes el jubilado es un producto de la sociedad cuyo sustento está dado por el mercado de trabajo y los aportes del Estado.
Por otro lado, las ciencias médicas, que a través de la Gerontología y Geriatría, analizan los distintos aspectos médicos y sociales que acompañan dicha etapa.
Por último, las ciencias jurídicas, que plasman ambas concepciones en cuerpos legales, que no siempre respetan los estudios de las otras ciencias, y crean verdaderos jeroglíficos que luego sólo los abogados pueden desentrañar.
No siempre la continuidad en el trabajo, mas allá de lo aconsejable, resulta beneficioso; y las conquistas sociales que adelantan los tiempos, pueden convertirse en verdaderas calamidades.
Es cierto, que no es posible aplicar una solución caso por caso, pero no está demás una mirada profunda sobre aspectos a los que no siempre se le asignan la importancia que merecen al momento de legislar, y es el análisis de la personalidad de los mayores de 60 años.