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sábado, 19 de mayo de 2018

EL MAL ALIENTO ( halitosis )


UN  ESTIGMA  BIOLÓGICO  Y  SOCIAL

El hecho cierto de encontrar pacientes con sus bocas impecables y padecer de halitosis, y por el contrario, individuos con bocas descuidadas, con múltiples procesos cariosos o con enfermedad periodontal que no experimentan el síntoma, crea una cierta confusión
tanto en la población en general como entre los propios odontólogos.  De cualquier manera, tampoco deja de ser cierto que una persona con mal aliento impresiona en general, más que aquella que muestra despojos de sus piezas dentarias al hablar o sonreir.
La halitosis, sin temor a equivocarnos, constituye un obstáculo social, mucho más, cuando la persona que la padece se rodea de otra gente, ya familia, ya compañeros de trabajo, y cuando esa característica no placentera tiene influencias en la aceptación por parte de su entorno.  El primer afectado en muchos casos, no es quien la experimenta sino quienes lo rodean, mucho más, si se sabe que una persona con halitosis puede padecerla durante mucho tiempo sin darse cuenta de su existencia.  Vale decir, que es autoignorada pero extérnamente repelente.
Esta situación, puede influir en la vida social de quien la sufre, en especial cuando desarrolla actividades en relación con otras personas, pudiendo llegar a constituirse en un verdadero obstáculo para el trabajo, para el progreso y aún para sus relaciones sentimentales.
Es una buena medida por parte de quienes rodean a la persona con mal aliento, y experimentan esa desagradable sensación, se lo adviertan en forma explícita y hasta cruel, a los efectos de que el incriminado tome conciencia de su problema.
La halitosis puede interpretarse como un síntoma ( o signo ), o bien como una verdadera patología.
La palabra deriva de la voz latina "hálitos", que significa aliento, y del sufijo "osis", que hace referencia a una condición patológica, o por lo menos, anormal.  La padecen alrededor del 50 % de la población ( de forma continuada o circunstancial ) haciéndose más evidente en personas de la tercera edad y especiálmente del sexo femenino. Según distintos autores, las denominaciónes de halitosis, mal aliento, bromopnea, fetor ex ore, etc., pueden usarse indistíntamente, y es conocida desde los principios de la humanidad.
La literatura griega y romana hacen referencia a éste padecimiento, aunque se encuentran antecedentes remotos en el Génesis, el Talmud y el Corán, quienes lo caracterizan como sociálmente inaceptable.
Muchas personas, manifiestan poseerla cuando en realidad nadie puede constatarla. Estos pacientes, incluidos en la categoría de pitiáticos, padecen en realidad lo que se llama pseudohalitosis, halitosis imaginaria o hálitofobia, y poseen una extraña fijación en su aliento que a veces se transforma en una obsesión o neurosis, y que puede terminar aislándolos sociálmente, impulsándolos a depender de enjuagues, sprays, pastillas etc. en forma permanente. En algunos casos, sin embargo, por algunas patologías en las vias respiratorias superiores, el paciente llega a percibir una especie de olor desagradable ( un ej. es la cacosmia subjetiva en el cáncer del seno maxilar ) que sin embargo no resulta ofensivo para sus interlocutores.  Estos casos ( excluida la cacosmia ), requieren a veces algún apoyo psicológico, sin contar con el accionar del odontólogo para alejarlos de la preocupación, nó solo en forma verbal ( algunos psicólogos aconsejan el empleo de tests o cuestionarios específicos ), sino demostrándosele lo errónea de su apreciación, con el empleo de algún halímetro que le muestre la negatividad del contenido de su aliento de gases nauseabundos.
 CLASIFICACIÓN :
                                Se han ensayado un sinnúmero de clasificaciones de la halitosis, las que se corresponden con la interpretación que cada autor o investigador haga sobre dicha anomalía.
A los efectos de una simplificación, que oriente a discriminar los factores etiológicos, podemos aportar el siguiente esquema :

               1.-  HALITOSIS  VERDADERA
               2.-  HALITOSIS  IMAGINARIA
                                                
                                                    TRANSITORIA
HALITOSIS  VERDADERA  

                                                                                 LOCAL (bucal)
                                                    PERMANENTE
                                                                                 GENERAL
                                                                                 (extrabucal)
    
CAUSALES DEL MAL ALIENTO :
                                                           
                                                           Teniendo en cuenta  que el 90 % de los casos de mal aliento, son de orígen bucal , es lógico que los estudios e investigaciones se dirijan a develar las causas locales de dicha situación. No obstante no deben desdeñarse causales de vecindad como los senos paranasales, y de orden general como el consumo habitual de alimentos como el ajo, las bebidas ácidas, los picantes, el pescado, etc.  Tambien el consumo de tabaco, y causas inherentes al aparato digestivo como la digestión lenta y el reflujo gastroesofágico. Enfermedades como la diabetes pueden también originar halitosis como consecuencia de la producción de cuerpos cetónicos que se exteriorizan durante la respiración.  La xerostemía o sequedad bucal, suele ser tambien una causal del mal aliento.
La presencia de bacterias , en especial gramnegativas anaerobias  en la saliva, y por consiguiente en todos los tejidos bañados por ella , determina que el accionar de las mismas en la degradación natural de los desechos o detritos que se acumulan en los nichos de la lengua, encía, restauraciones dentales, y en general en la intimidad de la placa bacteriana que tapiza la mayor parte de las superficies dentarias y de los tejidos anexos, origine el desprendimiento de gases volátiles denominados "compuestos volátiles azufrados" ( VSC en la sigla inglesa ) .   Estos gases son el fruto de la descomposición de los aminoácidos cargados de sulfuros, derivados de las proteinas en descomposición.
Estos compuestos, causantes del mal aliento, son principálmente el sulfuro de hidrógeno, el metilmercaptano y el dimetil sulfuro. 
La concentración de los  VSC en el aliento, constituyen un marcador objetivo de la halitosis que se mide con los  halímetros. La presencia de más de 150 partes por billón, ya es un indicio de mal aliento. Tambien puede emplearse la cromatografía de gases. 
La putrescina, la cadaverina y el escatol , son diaminas que también colaboran en la producción del mal aliento. 
La placa bacteriana es, como dijéramos, un importante reservorio de detritos de distinto orígen y bacterias específicas que tapiza todos los tejidos bucales, sin embargo, el acento se ha puesto en la lengua como la más importante fuente de VSC, y ésto se comprueba con mayor incidencia en algunos tipos de lengua con un tejido de recubrimiento dorsal anfractuoso. Existen distintos tipos de lengua ( despapilada, geográfica, saburral, pilosa, etc. ) . La parte posterior de la lengua, con sus papilas caliciformes alineadas en V, es la más habitada por los restos proteicos y bacterianos, los que constituyen una placa bacteriana de un grosor mayor a la que recubre los dientes y encía.  Esta placa bacteriana,se comporta como un biofilm, en el que actúan en comunidad, varios tipos de microorganismos, cooperantes y sinérgicos que crecen embebidos en una matríz de exopolisacáridos, constituyendo un microambiente adherido a una superficie inerte o un tejido vivo, al que los antiinfecciosos penetran con mucha dificultad.
Vale recordar, que la placa bacteriana, es además y fundamentálmente, la causa de la desmineralización del esmalte, proceso inicial de la caries dental, y de la inflamación gingival, que dá inicio a la enfermedad periodontal con su cortejo de pérdida ósea, formación de bolsas y producción de pus. Estas lesiones, también son causales de halitosis.
La producción y concentración de los VSC, depende por tanto de la higiene bucal, de la secreción salival, de la temperatura, del PH, de la inflamación y sangrado de los tejidos, y de las características anatómicas y espacios retentivos ( prótesis fijas, implantes etc. ).
Está demostrado, que la halitosis responde a un verdadero ciclo, en el que, los VSC se generan como consecuencia de las causales ya descriptas, pero al mismo tiempo, realimentan el proceso a través de una acentuación del proceso inflamatorio por su efecto tóxico sobre los tejidos ( ver gráfico ).

CONTROL  DE  LA  HALITOSIS :

 Si como ya hemos mencionado, la placa o biofilm constituye un verdadero obstáculo para la acción de los medicamentos de uso local o general, no queda otra alternativa, como tratamiento, que la remoción de la misma, tarea que se cumple fundamentálmente con el cepillado dental y el uso del hilo dental.
Sin embargo, en las últimas décadas se ha dado una especial atención a la lengua como nicho de las substancias que generan los VSC.
En el año 2003, la Asociación Dental Americana produjo una serie de recomendaciones, entre las que deposita una especial atención en el abordaje de la superficie lingual.
La A.D.A propone al respecto, distintas formas de raspado del dorso lingual con elementos mecánicos que permitan el arrastre de la placa depositada en dicha zona, haciendo mención de estudios que habían demostrado una reducción de los VSC en un 75 % en individuos que adoptaron dicha técnica, con independencia del elemento usado.
Distintos adminículos metálicos, cepillos especiales y superficies rugosas se impusieron en el comercio dental, todos ellos con la clara función de eliminar la capa saburral que recubre el dorso de la lengua.
No caben dudas, que existe una ámplia evidencia de los resultados positivos obtenidos a través de éstos métodos, sin olvidar por supuesto, las otras intervenciones que se requieren a los efectos de controlar y eliminar las enfermedades bucales más comunes, y evitar que todos los procedimientos de rehabilitación con materiales o dispositivos inertes, se constituyan en reservorios de restos alimenticios, células muertas y colonias bacterianas, que dán orígen al ciclo vicioso que origina la halitosis, y así poder transformar esos rostros que trasuntan angustia y desesperación, en sonrisas francas que dejan translucir la alegría y las ánsias de disfrutar la salud.
Si bien en los medios, se pueden encontrar algunas propuestas para combatir la halitosis, como la leche entera, el café, el té verde, la menta y la corteza de la flor de la magnolia en forma de caramelos, todos los estudios serios inducen al empleo de los medios mecánicos descriptos como los mas indicados para combatir ésta expresión clara originada en las bacterias agrupadas en biofilms, cuya remoción resulta indispensable sin atenuantes.

   
                                            Dedicado in memoriam al 

                                     Dr. Bernardo Levit , pionero en nuestro 
                                        
                                         medio de la investigación sobre la 

                                                     HALITOSIS                                                       

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