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Que una sonrisa feliz sea nuestro mejor premio
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sábado, 26 de abril de 2014

EL ODONTOLOGO EN EL " DIA MUNDIAL DE LA SEGURIDAD Y SALUD EN EL TRABAJO "


El lema que la OIT ha elegido para la celebración del " Dia Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo " en el presente año 2014, es
" La Seguridad y la Salud en el uso de Productos Químicos en el Trabajo ".
La profesión odontológica, entre sus múltiples funciones, requiere para la concreción de algunas de ellas, de la utilización de productos y sustanciaas químicas cuyo impacto sobre la salud de quien las realiza , y sobre el medio ambiente, están reconocidos como nocivos e insalubles, y se requiere como medida precautoria garantizar la gestión racional de dichos productos.
La Asamblea General de la ONU proclamó el 28 de Abril como "Día Mundial  de la Seguridad y Salud en el Trabajo ", apuntando a una promoción del trabajo seguro, saludable y decente.
Desde el año 2003, la OIT observa dicho día mundial haciendo incapié en la prevención de los accidentes y las enfermedades laborales según las conclusiones de la " Conferencia Internacional del Trabajo " llevada a cabo en dicho año, entre las que se destacan la de sensibilizar a la población sobre la aplicación de medidas para que el trabajo  sea seguro y saludable a los efectos de evitar los accidentes del trabajo y las enfermedades profesionales, definiendo los peligros que acarrea el uso de ciertos compuestos químicos en distintos ambientes de trabajo, como el consultorio dental.
Más de 5500 muertos diarios se producen  en el mundo por accidentes o enfermedades originadas en el uso de productos nocivos, calculándose en 160 millones las personas que sufren de enfermedades profesionales cada año por la misma razón.
Ya hemos dicho en alguna de nuestras publicaciones, que el consultorio dental se considera " área crítica " y su trabajo profesional puede catalogarse como de " alto riesgo ".
El riesgo social que acecha al odontólogo por el solo hecho de desarrollar su trabajo profesional, por tanto, debe constituirse en un llamado de atención sobre los profesionales y sus instituciones, a los efectos de promover el conocimiento entre pares, y generar las medidas que permitan prevenir el accidente y la enfermedad profesional.

martes, 22 de abril de 2014

EL CUIDADO BUCAL DE LAS PERSONAS MAYORES ( conclusión )



A los efectos de clarificar la relación odontólogo-paciente, fundamentalmente en base a las propias preocupaciones e interrogantes de las personas de la tercera edad relativas a su salud bucal, la Asociación Dental Americana ( ADA ) ha extractado las preguntas comunes que deben ser respondidas a los pacientes mayores, y que obedecen a su incertidumbre con respecto a los cambios orales que la edad induce en dichas personas, las que pueden resumirse en el siguiente cuestionario :

*  Es inevitable la pérdida de los dientes en la edad avanzada ?
*  Es necesario que me preocupe por los hábitos de higiene oral ?
*  Debemos preocuparnos por la caries dental ?
*  Hay algo que puedo hacer para evitar el avance de la enfermedad
                                                    de las encías ?
*  Como puedo mejorar el rendimiento de mis prótesis dentales ?
*  Ante algunas dificultades que experimento al masticar o deglutir
              los alimentos, debo proceder de alguna forma especial ?
*  Debo visitar periódicamente al odontólogo, aún desafiando la
                                         ansiedad que me produce ?
*  Hay medicamentos de uso general que pueden afectar el estado
                                         de la salud de mi boca ?
*  Puedo llegar a solicitar la instalación de implantes dentales ?
*  Puedo acceder sin inconvenientes a las técnicas cosméticas que
    mejoran el color de la sonrisa cuando mis dientes se oscurecen ?
*  A que recursos de salud puedo recurrir cuando mi economía no
                           me permite acceder a los tratamientos básicos ?
*  Posee la odontología técnicas, procedimientos y opciones
           dedicadas exclusivamente a las personas de la tercera edad ?
*  Porque experimento cierta sequedad en mi boca ?
*  Porque estoy perdiendo el sentido del gusto, especialmente a
                 partir de la instalación de mis prótesis dentales ?

El odontólogo, debe estar preparado para poder responder éstas preguntas y generar en los pacientes de la tercera edad un estado que los contenga en sus preocupaciones y les ofrezca las distintas alternativas a su requisitoria.
Si se tiene en cuenta que en los países desarrollados, en general la población de personas mayores de 65 años representa el 25 %, y en nuestro país los adultos mayores de 60 años, según el censo de 2010 ascienden a 5.725.838 personas sobre una población total de 40 millones, que el 30 % es desdentada y el 1,5 % vive en residencias de larga estadía, los cuidados no solo deben estar enfocados a la recuperación o rehabilitación de su salud, sino que una buena parte de las medidas deben también orientarse a la prevención.
En 2009, el Journal of American Medical Association ( JAMA ), publicó una serie de artículos destinados a esclarecer a los lectores sobre las medidas preventivas aconsejables para los adultos mayores y ancianos, relacionándolos principalmente con la expectativa de vida de cada paciente en particular, fundamentalmente ponderando la probabilidad de que dichas personas se beneficien con una reducción de los síntomas y con un aporte para que puedan realizar las funciones básicas destinadas a mantener la salud y el bienestar.
Entre las recomendaciones preventivas que pueden relacionarse con la salud bucal pueden mencionarse :
                             VACUNA ANTITETANICA
                             ASESORAMIENTO SOBRE EL CONSUMO
                                                                 DE ALCOHOL

                             DETECCION DE LA DEPRESION
                             DETECCION DE LA DIABETES
                             DETECCION DE LA OSTEOPOROSIS
                             DIETA SALUDABLE
                             CONTROL DEL HABITO DE FUMAR
                             ESTIMULAR LOS HABITOS HIGIENICOS
                             CONSULTA PERIODICA AL PROFESIONAL

En cuanto a las acciones concretas a desarrollar para el abordaje de los problemas y patologías existentes, por fuera de algunos mitos en boga, el odontólogo debe desarrollar un criterio que le permita, no solo aconsejar las rutinas y tratamientos a seguir, sino en poder llevarlos a la práctica con la óptica que permite diferenciar su aplicación en un grupo etario diferente al de los niños, adolescentes y adultos jóvenes, para lo que se requieren acciones diferenciadas.
La caries dental, no es solo patrimonio de las personas jóvenes, y las personas mayores que poseen dientes naturales deben llevar a cabo las mismas medidas preventivas basadas en el cepillado dental, el empleo del hilo de seda, y en algunos recurriendo a los enjuagues fluorados.

La enfermedad periodontal no es parte del proceso de envejecimiento.
Tanto la gingivitis como la periodontitis deben ser prevenidas, y en su caso, sometidas al tratamiento adecuado para evitar la pérdida de las piezas dentarias.

La xerostomía o sequedad bucal, puede aparecer en cualquier momento de la vida, pero suele darse con mayor asiduidad en las personas mayores portadoras de prótesis dentales, que reciben tratamientos medicamentosos, o que son sometidos a terapias radiantes o químicas.
Mantener húmeda la cavidad bucal es una de las principales indicaciones del odontólogo, para lo cual resulta conveniente el empleo de saliva artificial o realizarse colutorios con soluciones aciduladas.
Otra de las manifestaciones patológicas que suelen darse en los adultos mayores y ancianos es el cáncer bucal, relacionado en un gran porcentaje de casos a los hábitos arraigados de fumar y beber alcohol desde su juventud.  La prevención es fundamental, y el odontólogo debe prestar especial atención a determinados signos y síntomas que manifiesta o preocupan al paciente tales como las adenopatías, que deben buscarse con especial cuidado, la presencia de irritación crónica o llagas en los distintos tejidos de la boca, o el descubrimiento de manchas blancas y lesiones ulcerativas o abultamientos que aparecen por debajo de las prótesis removibles.
Si bien éstas alteraciones no son sinónimo de malignidad, suelen constituir una manifestación temprana de la enfermedad que permite abordarla con mayor éxito desde su iniciación, gracias a los exámenes histopatológicos que el profesional canaliza con una simple biopsia.

Las respuestas adecuadas a las preocupaciones y consultas de las personas mayores, y la indicación de las terapéuticas específicas para abordar en forma rápida las patologías que se diagnostiquen, es una función importantísima que el odontólogo debe asumir en todos sus pacientes, pero que deben ser una rutina que, en la tercera edad, conlleva además la necesidad de comprensión de la angustia del paciente, del respeto a las frases repetitivas e incoherencias propias de algunas personas, y un aporte humanitario destinado a preservar, conservar y mejorar su salud física y espiritual respetando los derechos que le asisten al paciente, previstos en nuestro país en las leyes 26.529 y 26.742.
No cabe duda alguna, que la función del odontólogo, por encima de encarar la solución de los padecimientos biológicos del anciano, es la de transformar una cara triste y desolada, carente de vida plena, en un rostro sonriente que transmite alegría y nos agradece con el alma todo lo que podamos hacer en beneficio de su calidad de vida.




lunes, 21 de abril de 2014

EL CUIDADO BUCAL DE LAS PERSONAS MAYORES ( segunda parte )


La ignorancia, la falta de información y el descuido que se observa en amplios sectores de la tercera edad, constituye una dificultad manifiesta para el manejo correcto de la salud de tan extenso sector social.
Quienes padecen enfermedades crónicas, los discapacitados, los que están afectados por algún padecimiento mental, y fundamentalmente aquellos que se encuentran bajo la línea de pobreza, cuando no indigencia, no siempre pueden llegar a comprender el verdadero alcance de las instrucciones e indicaciones de los distintos profesionales de la salud, lo que en algunas oportunidades se acompaña por una incomprensión o desinterés de sus propios familiares.
En otras ocasiones, la actitud de los mayores bordea una especie de aceptada resignación ante la enfermedad o simplemente ante un estado consciente del deterioro de su salud, al que consideran propio de la edad, y en dicha condición no aceptan "perder el tiempo" en prácticas preventivas ( a las que consideran propias de los jóvenes ) o en tratamientos que tienden a apuntalar su bienestar físico y mental.
En la práctica odontológica puede observarse a muchos ancianos que no cepillan sus dientes y no concurren periódicamente al profesional aun en los casos en que todavía poseen buena cantidad de piezas dentarias, y en los casos de desdentados, que no reclaman la restitución protética de las mismas en la creencia que la aparatología les sumará dificultades. También se desinteresan por la pérdida de sus atributos estéticos considerando que las acciones tendientes a mejorarlos ya no se justifican a su edad de la misma manera que si los justifican para los niños y adultos jóvenes.
No obstante, es indispensable tratar de llegar a la conciencia de los adultos mayores a través de recomendaciones fáciles de interpretar, pero fundamentalmente con la seguridad de que habrán de escucharlos o leerlos por su propia voluntad, o al menos acicateados por su familia.
La consulta al odontólogo, será la primera acción a desarrollar, y a partir de ella, dependerá de la capacidad del profesional el estimularlos a ser escuchado, a que lean sus instrucciones escritas y que puedan llegar a comprender las indicaciones que contienen, las que pueden condensarse a  saber :

* En la consulta al odontólogo, es conveniente que el paciente
   concurra acompañado de algún familiar o amigo cercano.
* Cuando alguna de las indicaciones verbales o escritas no es
   comprendida, alentarlo a preguntar las veces necesarias hasta
   su satisfacción.
* Debe informarse al profesional, de todos los tratamientos
   médicos a que está siendo sometido, de todas sus experiencias
   odontológicas, tanto positivas como negativas, y de su
   disposición a someterse a las prescripciones que surjan de la
   consulta.
* Las preguntas que yacen entre las preocupaciones del paciente,
   deben ser escritas antes de la consulta para no pasar por alto todas
   las inquietudes e inseguridades que rondan su cabeza.
* El paciente y su acompañante no solo deben escuchar
   atentamente las respuestas o propuestas del profesional, sino que
   deben solicitar que sean otorgadas por escrito.
* Es conveniente, que el paciente se comprometa ante el
   profesional a estudiar concienzudamente las propuestas, y a
   concurrir nuevamente a la consulta para dar una respuesta
   positiva o negativa que permita continuar con una relación
   amistosa.

EN CUANTO AL PROFESIONAL :

* Debe presentarse ante el paciente con calidez y cordialidad,
   saludarlo recordando su nombre, evitar el tuteo y escucharlo con
   atención y respeto.
* Cuando el paciente o sus acompañantes aceptan el tratamiento
   indicado, el profesional debe evaluar algunas cuestiones antes de
   dar inicio al mismo tales como :
        1.- Si el anciano valora su salud.
        2.- Si quiere mejorar su imagen.
        3.- Si ha comprendido lo que se le explicó y si desea el
             tratamiento.
        4.- Si está capacitado para recibirlo.
        5.- Si su colaboración será psicofísicamente adecuada.
        6.- Su consentimiento informado.
        7.- Su estado general y su expectativa de longevidad.
        8.- Circunstancias sociales, factores económicos, dieta,
             higiene bucal y posibilidades de desplazamiento.
        9.- Si el tratamiento habrá de mejorar la calidad de vida
             del paciente.
 * Paralelamente, el odontólogo debe apegarse a una serie de
    objetivos específicos que darán el sustento a su actuación como :

        1.- Aplicar los métodos diagnósticos y clínicos en
             correspondencia con la condición de adulto mayor.
        2.- Comprender la importancia de realizar un plan de
             tratamiento acorde a las necesidades y posibilidades del
             paciente.
        3.- Formular un plan de tratamiento odontológico desde una
             postura integral e interdisciplinaria.
        4.- Identificar las características del equipo de salud general
             que asiste al anciano.
* Establecer con el paciente una calidad de comunicación sujeta
   a satisfacer las expectativas de ambos respecto al plan de
   tratamiento, alentando al desarrollo de habilidades comunicativas
   que ayuden a conciliar lo que el paciente puede desear con lo que
   es profesionalmente recomendable.

LAS MEDIDAS PREVENTIVAS EN LA TERCERA EDAD

A nadie debe extrañar que la higiene bucal es fundamental para la conservación de la salud bucodental, y que las personas mayores son propensas a prescindir de dichos cuidados.  La participación de la familia resulta imprescindible para estimular el uso del cepillo dental y del hilo dental, acción que también debe ser desarrollada en los hogares de internación.
No existe la mínima duda que la salud bucal influye sobre la salud general, y puede asociarse al agravamiento de ciertas enfermedades no transmisibles, y aun sobre su incipiente deterioro cognitivo. Cuando el paciente tiene dificultades físicas para llevar a cabo las técnicas de higiene, sus cuidadores o familiares deben ayudarlo en dicha práctica.

EL PLAN DE TRATAMIENTO
                                                    Berkey y col., han hecho un detallado estudio sobre los factores determinantes que incidirán en la toma de decisiones clínicas ante el paciente mayor, de los que pueden extractarse :

1.- Los deseos y expectativas del paciente.
2.- El tipo y la severidad de las necesidades dentales del paciente.
3.- El impacto de los problemas en la calidad de vida del paciente.
4.- La probabilidad de resultados positivos del tratamiento
     ( incluyendo cualquier posibilidad de iatrogenia ).
5.- La disponibilidad de alternativas al tratamiento razonables y
     de menor complejidad.
6.- La capacidad del paciente para tolerar el estrés del tratamiento
     ( en dependencia de su estado fisiológico y patológico ).
7.- La capacidad del paciente para mantener su salud bucodental.
8.- La capacidad financiera privada del paciente o el alcance de las
     eventuales coberturas médicas o de la seguridad social.
9.- La disponibilidad de destrezas propias de la odontogeriatría y de
     recursos tecnológicos adecuados.

Entre los objetivos sobre los que el odontólogo debe orientar su tratamiento, pueden mencionarse :

a.- Recurrir mínimamente a las extracciones dentarias imprescindi
     bles.
b.- No sacrificar indebidamente el hueso alveolar.
c.- Proteger, restaurar y corregir todas las alteraciones patológicas
     o traumáticas de los tejidos dentarios.
d.- Restaurar la función y la estética brindando comodidad al
     paciente.
e.- Evitar en lo posible, someter al paciente a largas sesiones de
     trabajo, y fijar horarios compatibles con las posibilidades del
     mismo.

Además deben evaluarse :
                                       1.- La expectativa de vida como
                                             justificación de la realización
                                            o no del tratamiento total o parcial.
                                        2.- Evaluar las incomodidades a someter
                                             al paciente y las eventuales
                                             intervenciones que puedan poner en
                                             riesgo su salud general.

Como colofón, el odontólogo debe evaluar en profundidad dos situaciones a las que deberá aplicarse sin exclusiones :

1.-  El tratamiento del adulto mayor, no debe ser una copia del
      aplicado al adulto joven. La odontogeriatría no puede seguir
      en general las premisas que la enseñanza de la odontología
      básica nos ha transmitido desde el aula.
2.-  En acuerdo con nuestro saber sobre la práctica de la
      odontogeriatría, debe reflexionarse sobre el lugar que dicho
      saber ocupa en un trabajo en equipo, y que el uso que se hace
      del mismo, debe subordinarse a la interdisciplinariedad que
      gobierna todo tratamiento en los adultos mayores.

LA REHABILITACION

Ya nos hemos referido a algunos aspectos del tratamiento rehabilitante, sin embargo conviene remarcar algunos aspectos relacionados al mismo.
Según algunas encuestas, las mujeres y los hombres enfocan la rehabilitación de su aparato masticatorio desde dos aspectos diferentes, con las excepciones del caso.  El sexo femenino privilegia una restauración de la estética como prioridad, dejando en segundo plano la función.
El hombre, suele optar por un criterio opuesto, aunque cuando su edad no es avanzada, puede inclinarse por una elección distinta.
No son pocos los casos en los que los pacientes se insertan sus aparatos protéticos cuando están fuera de su casa o desarrollan alguna función social, comercial
o profesional que los enfrenta con otros seres humanos. Luego cuando regresan a su hogar, se quitan la prótesis, tal como lo hacen con sus zapatos, y hasta llegan a comer prescindiendo de la misma.
No es fácil para el profesional poder influir sobre la falta de voluntad que lleva al paciente a evitar el proceso de acostumbramiento, y no sacarle todo el provecho a su rehabilitación.
Por otra parte, si bien la reposición de la estética obra como un poderoso promotor de la autoestima, el comer privado de prótesis puede incidir desfavorablemente en la alimentación, y a la postre en la salud.
Toda la paciencia que el odontólogo pueda poner a prueba para modificar ésta situación, será poca para tratar de inducir y  convencer al paciente de la necesidad imperiosa del uso permanente de las prótesis, con los intervalos lógicos que permitan
su higiene y mantenimiento.

LA ALIMENTACION EN LA TERCERA EDAD COMO SUSTENTO BASICO DEL TRATAMIENTO DENTAL

Si bien el nutricionista debe ser parte inescindible del equipo de salud en geriatría, ello no obsta para que el odontólogo se capacite en todo aquello que se relaciona con la nutrición de sus pacientes, pues de ello puede depender el éxito o fracaso de las terapéuticas aplicadas.  A los efectos de estar seguros de que el paciente o su familia seleccionan adecuadamente las comidas que favorecen la salud bucal, deben conocerse y eventualmente recomendarse los distintos tipos de alimentos que se exponen a continuación, no con un orden de prioridad, pero si como elementos básicos de la dieta.

Se debe dar preferencia a las manzanas, uvas, naranjas, melones, ananás, peras, brócoli, apio, zanahorias, pepinos y tomates.

Pan, cereales sin azúcar, rosetas de maíz, tortillas a base de verduras, galletas, pastas y arroz.

Pollo, pavo, pescados de mar,
carne vacuna magra, fiambres magros, huevos, semillas de calabaza y girasol, frutos secos.


Leche descremada, yogurt descremado, quesos de bajo contenido graso, guisos desgrasados, sándwiches de pan integral, sopas, pizza en porciones pequeñas.

El listado propuesto contiene solo una parte de los alimentos recomendables, y su indicación quedará sujeta a las posibilidades de una correcta absorción, metabolismo y excreción que dependerá de la salud general del paciente.

CALIDAD DE LA ATENCION
                                                       El paciente geriátrico, debe recibir la atención adecuada en acuerdo con los problemas locales y generales que presenta.
El esfuerzo destinado a garantizar la calidad de dicha atención es también interdisciplinario, pues engloba al propio paciente, al odontólogo, médicos especialistas, personal auxiliar, asilos de ancianos e instituciones de la seguridad social que soportan financieramente el tratamiento.
La odontología geriátrica, también debe responder a los cánones básicos de la evidencia, siguiendo los estándares, pautas y prácticas que se apoyan en los resultados de estudios e investigaciones que orientan a la toma de decisiones correctas, no obstante deban tenerse en cuenta algunas premisas
que apoyan los resultados.
El éxito pues dependerá de factores entre los que pueden enunciarse :
*  La salud bucal y general del paciente.

*  El grado de cooperación.

*  Los recursos económicos ( propios o de financiadores externos )
    disponibles.

*  La calidad biológica y técnica de los materiales empleados.

*  Los conocimientos y habilidades del profesional.

EN CONCORDANCIA.......:

                              El fenómeno poblacional que caracteriza el incesante incremento de la expectativa de vida, no debe dejar librado a su suerte a esa franja de adultos mayores que, por el mismo motivo de su longevidad, arrastran un sinnúmero de enfermedades crónicas y exposición al desgaste biológico y a los factores externos que influyen en su salud.
El muro entre el anciano y el mundo debe ser derribado.
En 1948, Argentina demostró su respeto a las personas mayores y se constituyó en país pionero tanto en su legislación como en la cobertura real que dispuso tanto en el campo social como en la salud. En dicho año el gobierno emite una declaración al respecto denominada " Los derechos y el decálogo de la ancianidad ".
En 1971, fue creado el " Programa Asistencial Medico Integral "
( PAMI ), destinado a financiar la atención de los mayores y hoy cubre a casi 4 millones y medio de afiliados.
En 1970, el Congreso de la Federación Dental Internacional ( FDI ), llevado a cabo en Viena, abordó como tema fundamental la
" Odontología para las personas de edad avanzada ", en respaldo a la declaración de la OMS que designaba a dicho año como " El año del Anciano ". Ambas decisiones y abordajes sentaron las bases para reafirmar y profundizar el desarrollo de la odontogeriatría como especialidad.
En 1991, la ONU dicta su resolución 46 en la que propone los principios básicos para la ancianidad, a la que adhirió nuestro país en 1994, sobre cuya base hace suyas las declaraciones internacionales subsiguientes, dando a conocer en la primera década del siglo XXI la " Carta de derechos de las personas mayores ".
Muchas otras declaraciones posteriores, tanto de organismos internacionales como de países en particular se han expresado en concordancia, pero lamentablemente la mayoría solo quedaron impresas como meras expresiones de deseos y en la práctica no produjeron cambios apreciables.

El aspecto físico, las aptitudes, la personalidad, las alteraciones psicológicas, el medio de vida, el hábitat y las relaciones familiares e interpersonales con quienes cuidan de su salud, son condiciones que repercuten sobre dicho estado, y los odontólogos en particular debemos tener bien en claro que nuestra acción sobre éste sensible sector de la sociedad que es la tercera edad, no se sustenta solo en un conjunto de recursos técnico-científicos destinados a posibilitar el acceso a los distintos niveles de salud, sino en sumar a nuestros conocimientos específicos y actitudes, un conjunto  de saberes que ayudarán a dar, a través  de la salud bucal, el sustento necesario para mejorar la salud en general, y permitir que nuestros mayores, lleguen al final de sus vidas con la misma dignidad que pretendemos para los otros sectores de la sociedad.
LA RELACION INTERPERSONAL ENTRE EL ODONTOLOGO Y SU PACIENTE MAYOR, ES CONDICION PREVIA A LA INICIACION DE CUALQUIER ACCION O TRATAMIENTO. 

                                                           Continuará.






miércoles, 16 de abril de 2014

UN NUEVO INTENTO QUE DESPRESTIGIA NUESTRA PROFESION


El Colegio Odontológico de Perú y otras instituciones profesionales y académicas del hermano pueblo de Perú, han iniciado una campaña a los efectos de oponerse a la creación de nuevas facultades de odontología y de cambio en los planes de estudio de las que funcionan en la actualidad.
En nuestro país también se corre el riesgo de creación de escuelas privadas de odontología, sin ningún tipo de evaluación de necesidades y con amplia libertad en la elaboración de los planes de estudio.
Es preciso que nuestras instituciones académicas y profesionales, fijen una postura congruente sobre el tema promoviendo la realización de estudios, encuestas, seminarios e investigaciones de mercado que pongan en claro las verdaderas necesidades de la población, a los efectos de evitar una sobreproducción de recursos humanos que complicarán el desarrollo de la profesión, creando una mano de obra barata, adocenada e innecesaria, en tiempos en los que la ciencia ha demostrado el supremo efecto de las medidas preventivas individuales y poblacionales para disminuir los índices de las enfermedades bucodentales prevalentes.

sábado, 12 de abril de 2014

EL CUIDADO BUCAL DE LAS PERSONAS MAYORES ( Primera parte )



La conservación de la salud bucal en los adultos mayores, como consecuencia de una mayor demanda de atención odontológica y de una generalización de las prácticas de higiene en dicha franja etária, es un fenómeno que se observa claramente en la actualidad.
Si a ello le sumamos el incremento de la expectativa de vida y un cambio apreciable en la pirámide poblacional, la necesidad de acudir con presteza y con la cantidad de recursos humanos adecuados para satisfacer dicha demanda, se transforma en un verdadero desafío.
La promoción de la salud bucal por parte de las tecnologías de la información y comunicación, y las campañas llevadas a cabo por parte de los organismos públicos de la salud, muestra resultados halagueños en la disminución de las pérdidas dentarias en los adultos mayores, lo que ha determinado que, para poder abastecer de servicios dentales a dichas personas no solo se requiera de más odontólogos, sino de más profesionales formados para la prevención y atención en consonancia con los riesgos que se asocian, si se tiene en cuenta que además dichos pacientes sufren de enfermedades generales como la diabetes, afecciones cardíacas y pulmonares, y otras que aparecen como consecuencia del avance de la edad.
Esta formación profesional que se requiere, ha llevado al desarrollo de una nueva especialidad, la odontogeriatría o gerodontología, que capacita para dar solución a los problemas bucales en el contexto de la salud general.
El envejecimiento de la población, por todo lo ya mencionado, es una realidad palpable.  Este nuevo fenómeno, producto de las últimas décadas del siglo pasado, constituye un verdadero reto que hay que enfrentar.  En el mundo del 2010, sobre una población de 7.000 millones de almas, hay 540 millones con más de 65 años
( casi un 13 % ).  En Argentina, el censo de 2010 nos ofrece un panorama menos complejo aunque en constante incremento. El número de adultos mayores de 60 años asciende a 5.725.838 sobre una población que apenas excede los 40 millones ( 7 % ).  El 1,5 % de dichas personas vive en residencias de larga estadía y el 30 % son desdentados. Esta diferencia que todavía se aprecia con los índices internacionales, progresivamente tiende a achicarse. Entre los años 1.990-2.010, ya es observable un cambio más que  significativo en la pirámide poblacional, con un acortamiento de la base como respuesta a un decaimiento de los índices de natalidad, y un aumento de las franjas superiores que engloban a las personas de más de 60 años, en respuesta a un incremento manifiesto de la expectativa de vida.  Llegar a viejo, ya no es una posibilidad remota , y las últimas décadas del siglo XX permitieron dicho salto cuantitativo como consecuencia del avance de la ciencia,  pero también es justo reconocerlo que dicha situación poblacional, dió origen a una nueva realidad caracterizada por la aparición de una particular estructura fisiológica y patológica en dicho grupo etario, y ha obligado a extremar la producción de conocimientos, y a promover la aparición de recursos humanos profesionales que puedan dar satisfacción a las demandas de dicha situación. Así nació la gerontología como área de estudio y la geriatría como especialidad.
En realidad, la gerontología no se considera como una ciencia independiente, ya que en ella convergen un gran número y variedad de disciplinas científicas, sobre todo en las áreas de las ciencias sociales y de la salud, abordadas bajo un objetivo específico y un método propio, lo que la transforman en una multidisciplina.
Decía Laforest que la gerontología hoy ofrece " un momento para la reflexión secular de la humanidad sobre la ancianidad ", que tiende a encarar el fenómeno demográfico presente con la finalidad de prolongar la vida, evitar la decrepitud y apuntalar una subsistencia digna del longevo, tarea que deben asumir los profesionales, otros trabajadores de la salud, la propia familia del anciano, y las estructuras sociales como las ONG y las que dependen de los nichos anidados en las áreas gubernamentales.
El cambio también ha incidido en la consideración social del viejo, que antiguamente contaba con el respeto de la comunidad y el reconocimiento de su prestigio y experiencia, pero luego, ante el endiosamiento de la juventud por parte de las estructuras políticas siempre proclives a la cooptación de sectores manipuleables, se concluyó ridiculizando a los mayores y aplicándoles un trato duro y a veces despreciativo hasta por parte de sus propios hijos.
La pérdida relativa de sus condiciones intelectuales, y la exteriorización de cambios físicos en su morfología y su movilización, fue la posible causa de dicho maltrato, pero la ciencia y la técnica se encargaron en las últimas décadas de ir haciendo desvanecer las consignas degradantes, pues ya no se habla del envejecimiento como un producto individual, sino mas bien social, y su abordaje se hace, más que como una actividad médico-científica, como un esfuerzo más integrador y más profundo de toda la colectividad.
La aparición en el último medio siglo de verdaderos ejemplos de inteligencia, probidad, gestión y aptitud física de personas mayores, hecho que generó una explosión de líderes políticos, científicos, sociales, intelectuales, artísticos y deportivos, dio por tierra con los preconceptos vigentes en amplios sectores de la sociedad, y en ello, las ciencias sociales y de la salud han tenido una participación indiscutida.
Las enfermedades de la vejez han sido encaradas y se han dado soluciones impensadas antiguamente. La decrepitud en su grosera expresión física ha sido casi derrotada en gran parte de la población adulta y mayor, y las opciones estéticas y funcionales, han impreso no solo un fuerte impacto a nivel individual, sino que han contribuido a proveerle al anciano una autoestima y una posición social hasta no hace  mucho desconocida.
La facies del anciano,
representada fundamentalmente por su expresión adusta, fruncida y generalmente desdentada, ha sido trocada por obra de las prácticas estéticas y cosméticas faciales, y por la conservación o eventual reemplazo exitoso de sus piezas dentarias con tecnología moderna, y le han devuelto a nuestros padres y abuelos la confianza y la esbeltez solo concebida en los jóvenes.
En las últimas décadas, la odontogeriatria ha dado pasos agigantados para torcer el destino de nuestros pacientes de la tercera edad, aunque no debe desagregarse de los otros componentes biológicos, psicológicos, sociológicos, filosóficos, económicos y políticos que intervienen en el abordaje de la situación totalizante de la vida del anciano.
No puede aislarse la vida del geronte de situaciones que no contemplen una vivienda confortable, una jubilación digna, un entorno familiar que lo contenga y una sociedad que lo respete.  La soledad, la indigencia y el desprecio, no pueden ser paliados solo con acciones médicas, lo que no obsta para que los médicos y odontólogos que deben ocuparse de su salud, no puedan aportar solo sus conocimientos en el área, sino también en ayudar a integrarlos al contexto social en el que viven.
El campo de estudio de la odontogeriatría, no habrá de agotarse entonces en un manejo adecuado de las medidas preventivas, en restaurar la función perdida o en la rehabilitación estética dental. Una comprensión más amplia de la salud de los mayores, interactuando con otras disciplinas odontológicas y médicas, y un fuerte sustento sociológico y filosófico que ayuden a un abarcamiento total e interdisciplinario del adulto mayor serán requeridos al especialista.  Paralelamente, habrá de accederse a un nivel prestacional y metodológico específico asociado a un marco teórico que también aliente la investigación y la participación en equipos multi y transdisciplinarios.

                                                                      Continuará.



jueves, 10 de abril de 2014

10 de Abril : " DIA DEL INVESTIGADOR CIENTIFICO EN ARGENTINA "


Como homenaje a los investigadores científicos argentinos, reproducimos una frase perteneciente a Bernardo Houssay:

" LOS PAISES DESARROLLADOS NO REALIZAN INVESTIGACION PORQUE SON RICOS, SINO QUE LO SON PORQUE LA REALIZARON "

sábado, 5 de abril de 2014

7 de ABRIL : " DIA MUNDIAL DE LA SALUD "


Con independencia del tema que cada año elige la OMS como eslogan para la conmemoración del día mundial de la salud, todas las profesiones ligadas a ella, incluyendo a la odontología por supuesto, se hallan involucradas en el festejo y se hacen cargo de la común responsabilidad que les incumbe en mantener a la población no solamente libre de enfermedades, sino disfrutando de una calidad de vida que le permita gozar de todos los beneficios que la ciencia y la tecnología le pueden brindar de la mano de cada profesional.  Es por ello, que cada día en que se produce la celebración, constituye un nuevo desafío y una nueva oportunidad que se nos ofrece a los odontólogos para repensar nuestro rol en la sociedad, como agentes de bienestar físico, mental y social, tal como lo pregona la definición de la salud en la voz de los organismos internacionales y locales del sector.


miércoles, 2 de abril de 2014

EL ODONTOLOGO Y LA ERGONOMÍA

El exceso de presión o estiramiento ejercido sobre una parte del cuerpo, que resulta en dolor e inflamación como consecuencia de la lesión de músculos, tendones o ligamentos, y que en general responden a un esfuerzo repetitivo, son denominadas por tal razón, " Repetitive Stress Injuries " ( RSI ) en inglés.
Estas lesiones relacionadas al esfuerzo físico en forma repetitiva en la misma parte del cuerpo, suelen resultar comunes en los odontólogos, entre otras profesiones y actividades, y reúnen más de cien tipos de lesiones y enfermedades que varían en cada persona en relación con la intensidad del trabajo esqueletal o muscular, lo que determina su tipo y gravedad.
El estudio, prevención y tratamiento de éstas lesiones, es abordado por la " ergonomía ", y en el área de la odontología, se centra en los hombros, las manos, los codos, la columna vertebral, las rodillas y las extremidades en general.
La posición de trabajo del odontólogo, y las elongaciones a que son sometidas partes de su cuerpo durante algunas maniobras operatorias,
suelen resultar dañinas para el mismo, y su incidencia es proporcional al número de veces en que se repite el esfuerzo, y también a factores intrínsecos relacionados con la salud en general, y con la manera de ubicar el cuerpo durante el trabajo y de usar el instrumental específico para cada intervención.
Estos esfuerzos repetitivos habrán de provocar en el profesional, alteraciones de distinto tipo en las estructuras anatómicas que configuran el esqueleto óseo, o los distintos tejidos que se insertan en el mismo y determinan los movimientos de toda o parte de la estructura corporal.
 
SINTOMAS :  En general las
" lesiones por esfuerzos repetitivos " ( LER ), pueden causar

                   * Sensación de hormigueo, adormecimiento
                      y dolor en el área afectada.

                   * Contractura o dolor en el cuello o en la espalda.

                   * Sensación de debilidad o fatiga en los brazos o
                      en las manos.

                   * Sensación de chasquido o ruptura en el área
                      afectada.

                   * Cefaleas tensionales.

En realidad, las estadísticas sobre las lesiones provocadas por el esfuerzo repetitivo en el ejercicio de la odontología no abundan en la literatura, y aquellas que se manejan no responden más que a encuestas que no son representativas de la comunidad profesional.
No obstante la preocupación por los daños físicos que acarrea el trabajo odontológico, ya fueron abordados por Brockway en 1876 en una publicación del J.A.D.A.  En base a números confiables, podemos afirmar que el 30 % de todas las enfermedades discapacitantes del odontólogo responden a las lesiones esqueletales y músculopatías, y el 17.5 % lo son permanentes.
Dado que dichas enfermedades en muchos casos no aparecen en forma abrupta, sino que se van gestando a través del tiempo, y que con el auxilio de medicamentos sintomáticos permiten dilatar la consulta al especialista, no mueven los números de incidencia, pero si bien pueden pasar desapercibidas, aún por sus propios portadores, su prolongación en el tiempo determina sin dudas una merma en el rendimiento profesional, y pueden, si no se les presta la debida atención, transformarse paulatinamente en dolencias irreversibles.

LESIONES POR ESFUERZO REPETITIVO MAS COMUNES.

BURSITIS :  es la inflamación de la bursa articular, que incluye dolor
                 e hinchazón, y suele instalarse preferentemente en el
                 hombro debido a movimientos y posición del brazo del
                 profesional idénticos a los que afectan a los tenistas.

TENDINITIS Y ARTRITIS EN LA
COLUMNA VERTEBRAL.

En éstos casos, los tendones, que conectan los huesos con los músculos, se inflaman y hasta se desgarran por el estiramiento excesivo y repetitivo de los músculos vertebrales, y tanto el dolor, como la impotencia funcional que producen, cambia en virtud de la zona en la que asienta la lumbalgia.

 
TENDINITIS EN LOS MIEMBROS
INFERIORES:

                        Tanto en la posición de pié, como en el trabajo en la posición de sentado, pueden ocasionar lesiones, principalmente cuando el peso del cuerpo descansa más en la propia pierna que en el asiento de la banqueta.

SINDROME DEL TUNEL CARPIANO
Y DEL DEDO EN RESORTE.

                                                 La hinchazón que afecta dicho túnel, compuesto de huesos y ligamentos de la muñeca por donde discurren los nervios que conducen los impulsos motores y sensoriales, y que responde a la necesidad de doblar la muñeca al realizar ciertas maniobras repetitivas, produce dolor, adormecimiento y debilidad. Al mismo tiempo, el empleo de la turbina, el micromotor y otros instrumentos 
de uso diario, coadyuvan a la aparición del síndrome, y en algunas oportunidades desencadenan una traba al tratar de erguir el dedo mayor, que produce una sensación de quiebre con apreciable dolor al tratar de enderezarlo.

El síndrome tibial ( shin splints ), la epicondilitis ( que afecta al codo ), el síndrome patelo-femoral ( que afecta la rótula ) y otros de menor incidencia, también provocan síntomas que impiden el normal desempeño profesional.

                     POSICIONES  Y  POSTURAS

Desde los estudios de la Universidad de Alabama en 1971, aplicados a la fisiología del trabajo odontológico, generó una catarata de investigaciones sobre la postura profesional y la ubicación y morfología del mobiliario, tendientes al logro de un trabajo con más precisión y menos cansancio, pero que en última instancia sugerían la adopción de posturas que impidieran la aparición de las lesiones causadas por un esfuerzo repetitivo ( RSI-LER ), el agotamiento físico y el estrés.
El trabajo en posición de sentado, con los pies apoyados en el suelo, con el paciente en posición supina y ayudado por un auxiliar en la técnica a 4 manos con escaso desplazamiento, se aconseja como óptima.  Esta posición, que tiende a disminuir la fatiga, también disminuye la sobrecarga sobre los ligamentos y articulaciones, permite una visión más precisa y brinda una mejor estabilidad al cuerpo.
Es preciso tener en cuenta que el trabajar sentado, no asegura ningún beneficio si no se adopta una forma correcta de apoyar las nalgas y la espalda.
Trabajar sentado en condiciones incorrectas no suma beneficios, y crea patologías en la columna vertebral y en las piernas, que ya hemos señalado y que desvirtúan el trabajo ergonómico.

                            LA  PREVENCION

No obstante cumplimentar adecuadamente las posiciones ergonómicas y la técnica del trabajo en equipo, existen una serie de acciones destinadas, no solo a erradicar los malos hábitos, sino a complementar las posturas correctas con rutinas cotidianas que ayudan a balancear las posiciones del trabajo odontológico.
Los ejercicios de movilidad y estiramiento para liberar las  tensiones son muy recomendables, lo que debe complementarse con una correcta posición al dormir, con la columna paralela al piso, y en la posición de boca arriba, colocar una pequeña almohada debajo de las rodillas a los efector de obtener una leve flexión de la cadera y relajar la zona lumbar.
Para el odontólogo especialmente, es recomendable una rutina diaria durante 15 minutos con ejercicios realizados con los brazos y las manos ( ver figura ), o un conjunto de tres ejercicios de elongación que pueden repetirse cada 2 horas y se detallan en las siguientes figuras :

La preservación de la salud y de los riesgos a que expone el ejercicio de la profesión odontológica, deben ir mancomunados a todos los otros aspectos de la prestación de servicios, y en todos los casos, responder a un saludable equilibrio entre lo que la ciencia y la tecnología ponen al alcance de la gente y la seguridad que debe rodear a quien presta dichos servicios.
El odontólogo no debe despreocuparse de los riesgos sociales que le acechan en el desarrollo de su actividad, ni sentirse exento de ellos.
Las modalidades del ejercicio de la profesión odontológica le imponen riesgos suplementarios a su común existencia, y ello supone la búsqueda de una fuerza de reserva que le permita enfrentarlos y vencerlos, y que en el caso que nos ocupa, se adquiere a través de una rígida aplicación de algunas sanas reglas ergonómicas, sustentadas en concretos criterios científicos que tienden al resguardo de nuestra salud e integridad corporal.