jaitt odonto social

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Que una sonrisa feliz sea nuestro mejor premio
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jueves, 21 de abril de 2011

EL ODONTÓLOGO Y SUS MANOS.

La odontología es ciencia y es arte.  Como ciencia, requiere de un intelecto pleno, con amplia capacidad para el estudio y la interpretación de los hechos que constituyen la base de la biología y de la física.
Como arte, requiere, a parte de lo anterior, de una aptitud que deposita en nuestras manos, la posibilidad de modelar y esculpir las piezas anatómicas que constituyen la imágen y las capacidades fisiológicas que la boca y una sonrisa resplandeciente, ayudan a estimular y asegurar una calidad de vida dignas de cualquier ser humano.
Vale la pena que, como profesionales dependientes de nuestras manos, prestemos atención a ésta enfermedad que constituye un verdadero azote para todos, pero especialmente para los odontólogos.

miércoles, 20 de abril de 2011

ALGUNOS ASPECTOS DE LA SALUD BUCAL EN ARGENTINA Y EN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES

Si analizamos los índices de salud dental de la población argentina, podemos concluir que nos encontramos ante una verdadera epidemia silenciosa.  La salud bucal, no debe ser analizada con la óptica reinante en la intimidad de un consultorio privado de una ciudad importante, ni desde la poltrona dirigencial de instituciones que manejan carteras de pacientes con un buen nivel de educación, y con una ausencia, no absoluta por cierto, de barreras socioeconómicas y geográficas, o de acceso a los entes prestadores públicos.


Una gran masa de ciudadanos, especialmente niños y ancianos, carecen de los más elementales cuidados de su boca, y dicha situación genera, al decir de David Satcher, desórdenes en su salud bucal que por su gravedad, pueden minar la autoestima, desanimar la interacción social normal, y conducir a depresiones y stress cronicos que interfieren con funciones vitales como respirar, comer y hablar. Estos problemas de enfermedad, restringen las actividades escolares, de trabajo y de familia, disminuyen la calidad de vida y originan indirectamente, costos económicos impredecibles.
Si analizamos el índice CPOD en nuestro pais, podemos observar que prácticamente se ha mantenido invariable en los últimos 40 años, situación que no se ha dado en otros paises de la región de las Américas, en los que sí se han producido reducciones considerables entre las décadas de los 80 y del 2000, que ascilan entre un 25% al 90%.                                                          
En 1987, Argentina ostentaba un índice CPOD de 3,4 en niños menores de 12 años. Resulta francamente lamentable, que luego no pudiéramos disponer de informes oficiales completos, pero los datos sesgados geográficamente, lo ubican entre el 3 y el 4.  Cuando observamos dichos índices en los paises latinoamericanos, vemos que han logrado mejoras sustanciales en tán solo una década, como lo muestra el cuadro siguiente:
Indice  CPOD
     1987                            1996
                                 
Chile            6                                 3.1
           Uruguay      5.6                             2.5                                                                                                                                      
Mexico        4.4                                   3.1
Costa Rica     6.4                             4.9
Brasil               6.7                              3.1
Venezuela        3.7                               2.1
Paraguay       5.9                                  3.8
Perú           4.8                                   3.1
Bolivia        7.6                                    4.6

En la Provincia de Buenos Aires, tambien existen disparidades manifiestas en los índices comparativos entre los centros urbanos importantes del interior, con el primer cordon del conurbano incluido, y las poblaciones menores con el segundo y tercer cordón del conurbano y el área rural incluidos.     Sin embargo, se han realizado algunos esfuerzos en los últimos 40 años, a través de la atención primaria ( APS ) brindada en los centros hospitalarios y unidades sanitarias que se han creado en las zonas menos favorecidas.
Otro aspecto importante en la Provincia, es la c obertura que brinda la Obra Social Provincial 
( IOMA ) a sus 1.500.000 afiliados obligatorios y 160.000 voluntarios.                                      
La prestación de los servicios ,se lleva a cabo a través de contratos con las entidades gremiales odontológicas, que ofrecen a dicho fin, una plantilla de 6000 Odontólogos en todo el ámbito provincial.                                                       
No es poco el presupuesto con que cuenta el IOMA para la atención de la salud. En el año 2009 ascendía a 3200 millones de pesos, que se incrementaron en el 2011, a 4558 millones y el presupuesto actual ronda los 11.000 millones.
Si dividiéramos lo destinado a salud bucal, estimando como tope un 10% del gasto global, le correspondería a cada odontólogo una suma de algo mas de 15.000 pesos mensuales.  Por supuesto que dicha suma se halla muy distante de lo que realmente percibe cada profesional, fundamentálmente por razones burocráticas, pero sería deseable que nuestras instituciones representativas encargadas de la firma de los respectivos convenios , encararan una acción más enérgica en defensa de una retribución digna para sus afiliados.                                     

martes, 12 de abril de 2011

ALGO MAS SOBRE LA SALUD DENTAL EN ARGENTINA

En páginas anteriores, hemos expresado que el gasto en servicios odontológicos en el Pais, representa aproximádamente el 10% del gasto total en salud.
Tambien hemos mencionado, que dicho gasto ascendía a 100.000 millones de pesos, vale decir que el gasto en odontología, orilla los 10.000 millones de pesos.
En alguna oportunidad, he manifestado a modo de simple expresión de deseos, que si se repartiera dicho presupuesto entre los 53.000 odontólogos del pais, le correspónderían a cada uno 15.723 pesos mensuales para hacerse cargo de la salud dental de 754 personas por parte de cada odontólogo.
Si bien ésta ecuación económica, es un tanto utópica, no deja de hacernos pensar en la cuantiosa inversión en salud dental que ostenta nuestro pais, y que nó resultaría difícil encaminarla adecuadamente, sobre criterios que respeten el acceso de la población al sistema, la cobertura aceptable en número y calidad de prestaciones, y la digna retribución de los agentes de salud que participan del mismo, ya que, toda la población puede disponer de tratamiento en la estructura de las Obres Sociales ( nacionales y provinciales ), el Pami, las empresas de medicina prepaga y en los efectores públicos, todos entes sujetos a la normativa del Estado, administrando eficientemente los 250 pesos que todos los meses aporta cada habitante, de una u otra forma, para su atención odontológica.
Un tema que tambien debiera tenerse en cuenta, es el de la participación de los efectores estatales en la prestación de servicios a la comunidad.  Todos sabemos, que aquellas personas sin cobertura que recurren a la atención pública, no reciben ni siquiera las prestaciones establecidas en el PMO ( salvo honrosas excepciones ), y en muchos casos, los centros de salud, se limitan a tratamientos de emergencia, exodoncias y muy excepcionalmente a prácticas preventivas .
El sistema público dispone del 3 % de su presupuesto global en salud para dicha tarea, suma apreciable que ronda los 3000 millones de pesos anuales.
Los aportes al sistema de Obras Sociales ( ver cuadro ), rondan los 4000 millones de pesos anuales para odontología, sin contar con aquellos aportes que muchas obras sociales derivan en forma solapada a la medicina prepaga, con lo que prácticamente duplican el número de afiliados a éste subsistema, que recauda para odontología al rededor de 1500 millones de pesos ( ésta cifra no es definitivamente exacta, pues la cobertura odontológica no es pareja en todas las entidades, fluctuando entre el 2% y el 17% ).
No es poco con lo que se cuenta para brindar atención odontológica en el Pais, y no es poco lo que gran número de personas aportan de su propio bolsillo para cubrir los co-pagos, las prácticas fuera de nomenclador, o por no disponer de afiliación a ningun sistema o directamente no usar la cobertura que disponen por temor al desmedro en la calidad de las prestaciones ( prejuicio no siempre justificable ), recurriendo a la práctica privada.
Y decimos que no es poco, pero tambien estimamos que bien pudieran incrementarse para lograr mejores niveles de salud dental, que se reflejen en mejores índices epidemiológicos ( que analizaremos en la próxima entrada ), si se pone el ojo crítico en los cuantiosos subsidios que el Estado aporta a las empresas de transporte, comunicaciónes, energia y combustibles, industria etc., que insumen el 5.61% del PBI, con un total de 80.000 millones de pesos al año, que en muchas oportunidades, favorecen a sectores de la sociedad no necesitados de dicha ayuda.