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miércoles, 4 de agosto de 2021

COBERTURA DE SALUD Y POBLACIÓN VULNERABLE EN ARGENTINA

Aclaración : Esta publicación ha tomado como referencia, los datos publicados en ocasión del Censo Nacional llevado a cabo en el año 2010, último realizado hasta la fecha. Los datos poblacionales y epidemiológicos han sufrido cambios hasta la fecha, no obstante lo cual, entiendo que lo expuesto refleja un estado de situación que bien puede considerarse compatible con la realidad actual.
 

Es vulnerable, toda persona que no cuenta con los mecanismos de defensa para sortear los distintos avatares a que lo expone su mero hecho de vivir, pero especialmente que no puede contar con los medios que le impidan ser presa fácil de ataques externos, y fundamentalmente de fuerzas que lo debilitan y de infortunios que lo enferman y discapacitan, estando impedido de recurrir a los instrumentos que puedan oponerse a los mismos.
Sin lugar a dudas, no existe un hecho más tangible de vulnerabilidad, que la carencia de acceso a los sistemas destinados a prevenir las enfermedades y a recuperar los niveles de salud perdidos, hecho que responde a una clara inequidad social rallana en la humillación.
Las razones que alientan las vulnerabilidades en salud son infinitas, pero ciertamente conocidas y difícilmente abordables, ya que obedecen a un incremento de la demanda de recursos o a un uso desafortunado de los mismos cuando no arbitrario.
Es un hecho cierto que el incesante avance de la ciencia y la tecnología imponen un incremento a veces desmesurado del gasto en salud, que desequilibra cualquier presupuesto. El abuso de medicamentos y tecnología costosos no siempre responde a una indicación racional de los mismos, y en algunos casos tiende a apaciguar más la demanda de los propios enfermos o sus familiares que a utilizarlos bajo indicaciones precisas.  La propia OMS, ha coincidido que casi el 40 % de lo gastado en salud, apunta a prolongar en unos meses la vida de enfermos ya declarados incurables. Pero también es cierto que la prolongación de la expectativa de vida, no siempre achacable a los adelantos médicos, está generando un aumento de las capas poblacionales de mayor edad, con la consecuencia de más enfermedad y más discapacidad, sin que se note un incremento de los más jóvenes que son en última instancia quienes deben proveer la base de su sustento.
Otra importante razón que compromete la inelasticidad de los recursos aplicables a la salud, es el derroche en los gastos administrativos, en comparación con los gastos médicos propiamente dichos que ascienden a un término medio del 20 % de lo gastado.
Nuestro país, según datos proporcionados por el Censo Nacional Poblacional 2010, presenta un índice de cobertura de la salud francamente desalentador. (ver cuadro).

Si bien la población vulnerable fluctúa según las distintas provincias, el término medio oscila alrededor del 37 %,  inaceptable en un país que invierte ingentes recursos en todos los subsistemas de salud.

ALGUNOS NÚMEROS SOBRE EL GASTO EN SALUD :

En el año 2015, según estimaciones oficiales, Argentina invirtió en el área de la salud la suma de 450.000 millones de pesos ( La OMS estimó los mismos en 72.000 millones de dólares ), abarcando el gasto estatal, de la seguridad social y los aportes privados a través de la medicina prepaga y los desembolsos directos. Cabe consignar que el gasto percápita en salud en 2020 es uno de los más altos del mundo, girando en rededor al 9.4 % del PBI, y en el sector público oscila en el 2.7 %. La inversión per cápita supera los u$s 600.
El Estado, a través de la infraestructura nacional, provincial y municipal, pone a disposición de la población alrededor de 1.200 establecimientos públicos con internación, y más de 7.000 centros de atención ambulatoria. El gasto del sector público abarca al 28 % de la población. El 72 % restante se reparte en los demás subsectores.
Más de ochocientos centros con internación aportan la medicina privada ( 200 instituciones ) y las Obras Sociales ( 300 según las últimas estimaciones ). Estas últimas consumen el 35 % del presupuesto global, aplicado al 40 % de la población. La Obra Social de los jubilados (PAMI), cubre al 11 %,  la medicina prepega al 18 % y el gasto de bolsillo involucra al 31 % de la población.
Con respecto a los organismos estatales, cabe consignar que resulta un tanto difícil estimar el gasto administrativo, pero según datos oficiales y privados llegaría al 20 % del total del presupuesto . Las Obras Sociales tienen un gasto autorizado hasta el 8 % una vez descontado el 10 % que aportan a la Superintendencia de Servicios de Salud, para gastos de alta complejidad y tratamientos costosos en enfermos con discapacidades permanentes. 
El gasto estatal resulta llamativo, si se tiene en cuenta que el Ministerio de Salud de la Nación prácticamente no posee infraestructura hospitalaria ( uno solo y ultradimensionado ), aunque cubre 38 planes, 8 campañas y 3 programas de investigación y formación de recursos humanos.
A no dudarlo, el descomunal gasto administrativo del Estado requiere de auditorías que determinen fehacientemente hacia donde se direccionan los recursos, y las Obras Sociales, con 300 planteles administrativos, bien podrían integrarse para unificar el gasto en cifras muy inferiores a las necesarias para manejarse por separado.

EL AUMENTO DE LA LONGEVIDAD :

La duración promedio de la vida de las personas ha aumentado en todo el mundo en forma ostensible en la últimas décadas.
El análisis de 188 paises sobre la esperanza de vida sana ha aumentado en 5 años en los últimos 20 años, pero también se ha incrementado en la esperanza de vida de las personas con enfermedades y discapacidades ( The Lancet ).  Esta última situación ha desatado un desafío para la inversión en encontrar formas más efectivas de prevenir o tratar las principales causas de enfermedad y discapacidad, mas los recursos disponibles no son elásticos, en la medida que la variante de la pirámide poblacional marca un desequilibrio entre el incremento de las bandas etárias de personas mayores de 60 años, sobre un decrecimiento de las bandas inferiores, que en última instancia son las que deben soportar el peso del mantenimiento de las primeras, tanto en la seguridad social como en la salud.  En nuestro país, el censo del 2010 dejó muy en claro ésta situación, la que puede apreciarse comparándola con tan solo 50 años atrás.( ver gráfico ).
Mucha de esa población de más de 60 años, por imperio de circunstancias propias de la edad, se ha constituido en un núcleo vulnerable, tan importante como la niñez desatendida y los desempleados y trabajadores informales.

LAS PERSONAS CON DIFICULTAD O LIMITACIÓN
PERMANENTE :

El censo 2010 considera "persona con dificultad o limitación permanente", a aquellas que declaran tener "limitación en las actividades diarias y restricciones en la participación, originadas en una deficiencia ( ver, oir, caminar, agarrar objetos, entender, aprender, etc. ) y que afectan a una persona en forma permanente para desenvolverse en su vida cotidiana dentro de su entorno físico y social ( educación, recreación, trabajo etc. ).
Tanto quienes poseen certificado de discapacidad como quienes no lo tienen, pero declaran alguna de las limitaciones enunciadas, solo fueron contabilizadas cuando la discapacidad es permanente.  Muchas de éstas personas, en especial aquellas que pertenecen al grupo etario de 65 años en más, constituyen una carga importante para la sociedad si se tiene en cuenta que representan casi el 41 % del sector, y que generalmente requieren de tratamientos y módulos de rehabilitación largos y costosos, pero que no los reciben en gran parte de la muestra.
Hemos querido poner de manifiesto con éste aporte, muy parcial por supuesto, algunas de las falencias de nuestro sistema de salud inherentes a su funcionamiento, tratando de buscar el porqué de una situación que margina a gran parte de la población, a pesar de los ingentes recursos disponibles, que ubican a nuestro país entre los que más presupuesto dedican al área de la salud. En las decisiones de nuestros legisladores, gobernantes en general, instituciones de la salud y población comprometida, radicarán las soluciones que permitan brindar salud para todos con equidad y sin ningún tipo de condicionantes de carácter social o económico. 


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