En el final del 2010 y principio del 2011 vaya mi reconocimiento a los colegas y amigos con los que pude dialogar, o ser simplemente un punto de referencia, a través de este Blog.
En este blog, se ofrece una tribuna para la exposición y discusión de los Problemas que Afectan la formación del Odontólogo, el ejercicio profesional y todo tema atinente al Mejoramiento de la salud bucal de la población, y a la Jerarquización de la profesión.
viernes, 24 de diciembre de 2010
domingo, 5 de diciembre de 2010
ODONTOLOGIA Y ECOLOGIA Conclusiones
El progreso de la ciencia, el avance de la técnica y todos los productos del conocimiento y la inteligencia humana , han logrado victorias estrepitosas contra la mayor parte de los obstáculos que se oponen al avance de la humanidad.
Sin embargo, en lo mas profundo de su intimidad, el hombre todavía conserva algunas reminiscencias atávicas que lo inducen a prescindir de la vida en comunidad y a marcar el acento sobre su estirpe individualista.
Esta sensación, se aprecia mucho mas cuando se ahonda el estudio sobre los distintos aspectos del ejercicio profesional, y del rechazo que muchos Odontólogos manifiestan hacia los regímenes de seguridad social. Parece que se hubiera mal entendido el significado del mensaje: "ayúdate que te ayudaré", el que , paradojalmente se resume sin embargo en el "amaos los unos a los otros".
Así es frecuente observar a seres despreocupados por los riesgos sociales, biológicos o ambientales que los acechan, tán solo por el motivo de que se consideran exentos de ellos. Decia Jules Romain que "el hombre sano es un enfermo que ignora su enfermedad", y en el significado profundo de ésta
frase, se hallala base de toda la medicina preventiva.
El Odontólogo, tal vez por las características de su trabajo, todavía no ha logrado sacudirse totalmente de los estigmas del individualismo, y a veces es tán marcado, que tercamente construye su propia inseguridad.
Las modalidades del ejercicio de la profesión odontológica le imponen riesgos y responsabilidades suplementarias a su común existencia, y ello impone la búsqueda de una fuerza de reserva, que le permita enfrentarlos y resolverlos, y que ello se logra a través de la rígida aplicación de algunas sanas reglas de vida y de algunos criterios científicos.
Esta colaboración, tiene una sola pretensión; despertar la inquietud del Odontólogo para asumir los riesgos que le acechan, las contingencias a que se halla expuesto y las necesidades de ayudar a construir un mundo libre de preocupaciones, en el que el accionar de todos, permita preservar ante todo, un medioambiente saludable.
Los profesionales de la salud tenemos al respecto un desafio inconmensurable, pues sabemos que mucho de nuestro accionar puede resultar atentatorio contra el equilibrio ambiental, pero tambien sabemos que los adelantos científicos, a veces a contrapelo de la opinion de los ecologistas, ayudan a salvar vidas, a mitigar sufrimientos y a evitar catástrofes. Lo que se necesita es encontrar soluciones alternativas a aquellas que, a pesar de degradar el ambiente, ayudan a establecer condiciones de vida aceptables. Al respecto cabe mencionar como ejemplo el caso de Ceilan, uno de los primeros paises asiáticos que prohibió el uso del DDT. Cuando se introdujo por primera vez el uso de dicha droga en la década del cincuenta para el control de los mosquitos vectores, más de dos millones de cingaleses sufrían de paludismo. Luego de diez años prácticamente había sido erradicado.
El pais, ante la presión de los movimientos ecologistas, prohibió su uso en 1964. En 1968, mas de un millon de nuevos casos habían hecho su aparición. Ceilán rescindió su prohibición respecto del uso del DDT en 1969. Sin embargo la ciencia encontró la terapéutica adecuada, que tornó innecesario en el mundo el uso del pesticida.
Nuestros paises, y los profesionales de la salud bien lo sabemos, deben adoptar decisiones en cuanto al aire enrarecido, a las aguas contaminadas, a los gases, a la deforestación y a la desertización. Mas su verdadero compromiso debe apuntar a la contaminación de la pobreza, que es el mayor tóxico que impide el vital desarrollo de nuestro medio ambiente.
Sin embargo, en lo mas profundo de su intimidad, el hombre todavía conserva algunas reminiscencias atávicas que lo inducen a prescindir de la vida en comunidad y a marcar el acento sobre su estirpe individualista.
Esta sensación, se aprecia mucho mas cuando se ahonda el estudio sobre los distintos aspectos del ejercicio profesional, y del rechazo que muchos Odontólogos manifiestan hacia los regímenes de seguridad social. Parece que se hubiera mal entendido el significado del mensaje: "ayúdate que te ayudaré", el que , paradojalmente se resume sin embargo en el "amaos los unos a los otros".
Así es frecuente observar a seres despreocupados por los riesgos sociales, biológicos o ambientales que los acechan, tán solo por el motivo de que se consideran exentos de ellos. Decia Jules Romain que "el hombre sano es un enfermo que ignora su enfermedad", y en el significado profundo de ésta
frase, se hallala base de toda la medicina preventiva.
El Odontólogo, tal vez por las características de su trabajo, todavía no ha logrado sacudirse totalmente de los estigmas del individualismo, y a veces es tán marcado, que tercamente construye su propia inseguridad.
Las modalidades del ejercicio de la profesión odontológica le imponen riesgos y responsabilidades suplementarias a su común existencia, y ello impone la búsqueda de una fuerza de reserva, que le permita enfrentarlos y resolverlos, y que ello se logra a través de la rígida aplicación de algunas sanas reglas de vida y de algunos criterios científicos.
Esta colaboración, tiene una sola pretensión; despertar la inquietud del Odontólogo para asumir los riesgos que le acechan, las contingencias a que se halla expuesto y las necesidades de ayudar a construir un mundo libre de preocupaciones, en el que el accionar de todos, permita preservar ante todo, un medioambiente saludable.
Los profesionales de la salud tenemos al respecto un desafio inconmensurable, pues sabemos que mucho de nuestro accionar puede resultar atentatorio contra el equilibrio ambiental, pero tambien sabemos que los adelantos científicos, a veces a contrapelo de la opinion de los ecologistas, ayudan a salvar vidas, a mitigar sufrimientos y a evitar catástrofes. Lo que se necesita es encontrar soluciones alternativas a aquellas que, a pesar de degradar el ambiente, ayudan a establecer condiciones de vida aceptables. Al respecto cabe mencionar como ejemplo el caso de Ceilan, uno de los primeros paises asiáticos que prohibió el uso del DDT. Cuando se introdujo por primera vez el uso de dicha droga en la década del cincuenta para el control de los mosquitos vectores, más de dos millones de cingaleses sufrían de paludismo. Luego de diez años prácticamente había sido erradicado.
El pais, ante la presión de los movimientos ecologistas, prohibió su uso en 1964. En 1968, mas de un millon de nuevos casos habían hecho su aparición. Ceilán rescindió su prohibición respecto del uso del DDT en 1969. Sin embargo la ciencia encontró la terapéutica adecuada, que tornó innecesario en el mundo el uso del pesticida.
Nuestros paises, y los profesionales de la salud bien lo sabemos, deben adoptar decisiones en cuanto al aire enrarecido, a las aguas contaminadas, a los gases, a la deforestación y a la desertización. Mas su verdadero compromiso debe apuntar a la contaminación de la pobreza, que es el mayor tóxico que impide el vital desarrollo de nuestro medio ambiente.
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Ejercicio de la Odontología
ODONTOLOGIA Y ECOLOGIA Sexta parte
De todo lo analizado hasta aquí, sobre Odontología y Ecología, podemos resumir que el Odontólogo no desarrolla su actividad encerrado en sí mismo, sino como elemento de un sistema más amplio del que el ambiente es parte integral. Esta relación entre organismo y ambiente, de cuyo estudio se ocupa la ecología ya la hemos abordado. Tambien nos hemos referido a los riesgos que devienen de su contacto con otros seres humanos, muchos de ellos enfermos, pero que nó son simples portadores de un órgano afectado, sino que poseen una personalidad con sus alegrías, esperanzas y temores. La etología es la rama de la biología que profundiza el estudio sobre las relaciones entre los organismos y sus costumbres, a los que tambien nos hemos referido.
Al comienzo de éstas exposiciones, hemos definido una rama de la ciencia tal vez no tán cercana a nuestras preocupaciones como lo es la eutonología
Estas tres ramas de la ciencia, con apreciables connotaciones con la biología, nos demuestran que el hombre, en su lucha por la vida, requiere adaptaciones que le imponen desde su ambiente biológico a su ambiente exterior, y sólo gradualmente se establece un equilibrio que, sin embargo, permanece inestable y amenazado.
Cuánto hemos escuchado y leido sobre el STRESS a que el ejercicio de nuestra profesión puede conducirnos. En éstos últimos tiempos tambien resuena en nuestros oidos un neo-anglicismo que trata de definir un estado de frustración y desencanto con nuestro trabajo al que se ha dado en llamar BURN-OUT.
Muchos de nosotros puede llegar a pensar que estos dos estados son pasajeros y susceptibles de ser abordados más como un producto social que biológico. Sin embargo, la definición que les cuadra, apunta a una respuesta fisiológica, psicológica y de comportamiento, que busca una adaptación y reajuste del ser humano a presiones tanto internas como externas. La etiología responde por tanto,a factores de orígen psicosocial y de comportamiento, como la frustración, la ansiedad o la sobrecarga; o bien de orden bioecológica y física, que incluyen el ruido, la polución, las fluctuaciones térmicas, los cambios en la alimentación y otros factores bio-socio-ambientales.
Las alteraciones orgánico-funcionales que devienen de estas respuestas anormales son cuantiosas, muchas de ellas de estricto contenido biológico, como:
Enfermedades cardiovasculares
Obesidad
Diabetes
Afecciones de la piel
Ulcera
Depresión del sistema inmunológico
Alcoholismo tabaquismo y drogaadicción
Insomnio
Abuso de medicamentos
Bolores de cabeza, espalda. musculares y
articulares
Problemas sexuales
Fatiga física y mental
Transtornos mentales
No me propongo analizar en este trabajo, las distintas patologías derivadas de estos procesos que pueden afectar al Odontólogo. No obstante realizaré algunas consideraciones sobre las derivaciones que llegan a afectar la mente de muchos colegas.
La profesión odontológica, analizada desde el ángulo del ejercicio profesional como causa predisponente o determinante en la aparición de los transtornos mentales, ofrece ciertas características que debieran investigarse separadamente de las cuestiones de orden familiar, emotivo o patológico que ejercen su efecto sobre otros individuos en general.
La naturaleza del trabajo, generalmente unipersonal y aislado, los problemas de emancipación y competencia, las frustraciones, la no correspondencia entre lo imaginado en la etapa universitaria y la realidad del ejercicio, las nuevas modalidades de prestación, la burocratización, la preocupación por la protección de su salud y la de su familia, etc., pueden constituirse en detonantes de una situación patológica que logra sumir distintos grados de intensidad y distintos tipos clínicos de manifestación.
Un aspecto que no debe descuidarse en los organismos de seguridad social, es el atinente a la jubilación de los profesionales.
El cese de la actividad y su lógica consecuencia, la brusca disminución de los ingresos, pueden acarrear, en individuos que se consideran todavía socialmente aptos, biológicamente activos y mentalmente capaces, la aparición de estados de irritabilidad, angustia, melancolía etc., que conducen en muchos casos a la depresión, entidad cuya tendencia en permanente ascenso,puede llegar a desembocar en el suicidio.
Estas consideraciones, deben representar un llamado de atención para quienes tengan la misión de legislar al respecto. En ese sentido, no siempre el logro de una edad menor como tope jubilatorio, debe considerarse una conquista social. Las actuales tendencias en la legislación mundial, apoyadas en el incremento de las expectativas de vida útil, en las crecientes exigencias económicas contrapuestas a las deprimidas prestaciones jubilatorias, en la disminución de la natalidad y su consecuencia, el creciente aplanamiento de la meseta demográfica en los paises en desarrollo y en la consideración y autoestima que significa para el ser humano el desempeño de una actividad útil mientras las fuerzas se lo permitan, llevan a considerar seriamente las posibilidades de incrementar la edad jubilatoria o de compatibilizar el ejercicio de las profesiones liberales luego de determinados límites de edad, con asignaciones parciales o subsidios. La caja de Odontólogos de la Provincia de Buenos Aires así lo ha entendido, pero sería necesario que el mismo le permitiera a los afiliados cubrir la totalidad de la cuota de aportes mas la cobertura médica completa.
Tal vez la verdadera conquista social, radique en devolver a la sociedad, a los crecientes contingentes de parias desocupados en edad todavía productiva, en reducir los índices de enfermedades mentales en la década de los sesenta años, y disminuir la propensión al suicidio, verdadera epidemia de nuestro tiempo, ubicado entre las diez principales causales de muerte en la actualidad.
La comprensión profunda de éstas manifestaciones que afectan la salud, y de las consecuencias que acarrean, aumentará las chances de elegir las soluciones apropiadas y aplicarlas a nuestra vida privada y profesional. Este tipo de enfoque nos permitirá mejorar la salud y la calidad de vida, tanto para nosotros como para aquellos que nos rodean.
Al comienzo de éstas exposiciones, hemos definido una rama de la ciencia tal vez no tán cercana a nuestras preocupaciones como lo es la eutonología
Estas tres ramas de la ciencia, con apreciables connotaciones con la biología, nos demuestran que el hombre, en su lucha por la vida, requiere adaptaciones que le imponen desde su ambiente biológico a su ambiente exterior, y sólo gradualmente se establece un equilibrio que, sin embargo, permanece inestable y amenazado.
Cuánto hemos escuchado y leido sobre el STRESS a que el ejercicio de nuestra profesión puede conducirnos. En éstos últimos tiempos tambien resuena en nuestros oidos un neo-anglicismo que trata de definir un estado de frustración y desencanto con nuestro trabajo al que se ha dado en llamar BURN-OUT.
Muchos de nosotros puede llegar a pensar que estos dos estados son pasajeros y susceptibles de ser abordados más como un producto social que biológico. Sin embargo, la definición que les cuadra, apunta a una respuesta fisiológica, psicológica y de comportamiento, que busca una adaptación y reajuste del ser humano a presiones tanto internas como externas. La etiología responde por tanto,a factores de orígen psicosocial y de comportamiento, como la frustración, la ansiedad o la sobrecarga; o bien de orden bioecológica y física, que incluyen el ruido, la polución, las fluctuaciones térmicas, los cambios en la alimentación y otros factores bio-socio-ambientales.
Las alteraciones orgánico-funcionales que devienen de estas respuestas anormales son cuantiosas, muchas de ellas de estricto contenido biológico, como:
Enfermedades cardiovasculares
Obesidad
Diabetes
Afecciones de la piel
Ulcera
Depresión del sistema inmunológico
Alcoholismo tabaquismo y drogaadicción
Insomnio
Abuso de medicamentos
Bolores de cabeza, espalda. musculares y
articulares
Problemas sexuales
Fatiga física y mental
Transtornos mentales
No me propongo analizar en este trabajo, las distintas patologías derivadas de estos procesos que pueden afectar al Odontólogo. No obstante realizaré algunas consideraciones sobre las derivaciones que llegan a afectar la mente de muchos colegas.
La profesión odontológica, analizada desde el ángulo del ejercicio profesional como causa predisponente o determinante en la aparición de los transtornos mentales, ofrece ciertas características que debieran investigarse separadamente de las cuestiones de orden familiar, emotivo o patológico que ejercen su efecto sobre otros individuos en general.
La naturaleza del trabajo, generalmente unipersonal y aislado, los problemas de emancipación y competencia, las frustraciones, la no correspondencia entre lo imaginado en la etapa universitaria y la realidad del ejercicio, las nuevas modalidades de prestación, la burocratización, la preocupación por la protección de su salud y la de su familia, etc., pueden constituirse en detonantes de una situación patológica que logra sumir distintos grados de intensidad y distintos tipos clínicos de manifestación.
Un aspecto que no debe descuidarse en los organismos de seguridad social, es el atinente a la jubilación de los profesionales.
El cese de la actividad y su lógica consecuencia, la brusca disminución de los ingresos, pueden acarrear, en individuos que se consideran todavía socialmente aptos, biológicamente activos y mentalmente capaces, la aparición de estados de irritabilidad, angustia, melancolía etc., que conducen en muchos casos a la depresión, entidad cuya tendencia en permanente ascenso,puede llegar a desembocar en el suicidio.
Estas consideraciones, deben representar un llamado de atención para quienes tengan la misión de legislar al respecto. En ese sentido, no siempre el logro de una edad menor como tope jubilatorio, debe considerarse una conquista social. Las actuales tendencias en la legislación mundial, apoyadas en el incremento de las expectativas de vida útil, en las crecientes exigencias económicas contrapuestas a las deprimidas prestaciones jubilatorias, en la disminución de la natalidad y su consecuencia, el creciente aplanamiento de la meseta demográfica en los paises en desarrollo y en la consideración y autoestima que significa para el ser humano el desempeño de una actividad útil mientras las fuerzas se lo permitan, llevan a considerar seriamente las posibilidades de incrementar la edad jubilatoria o de compatibilizar el ejercicio de las profesiones liberales luego de determinados límites de edad, con asignaciones parciales o subsidios. La caja de Odontólogos de la Provincia de Buenos Aires así lo ha entendido, pero sería necesario que el mismo le permitiera a los afiliados cubrir la totalidad de la cuota de aportes mas la cobertura médica completa.
Tal vez la verdadera conquista social, radique en devolver a la sociedad, a los crecientes contingentes de parias desocupados en edad todavía productiva, en reducir los índices de enfermedades mentales en la década de los sesenta años, y disminuir la propensión al suicidio, verdadera epidemia de nuestro tiempo, ubicado entre las diez principales causales de muerte en la actualidad.
La comprensión profunda de éstas manifestaciones que afectan la salud, y de las consecuencias que acarrean, aumentará las chances de elegir las soluciones apropiadas y aplicarlas a nuestra vida privada y profesional. Este tipo de enfoque nos permitirá mejorar la salud y la calidad de vida, tanto para nosotros como para aquellos que nos rodean.
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ODONTOLOGIA Y ECOLOGIA Quinta parte
Las características con que hemos marcado el ejercicio de la odontología: " AREA CRITICA " y
" ALTO RIESGO " determinan que el Odontólogo y sus colaboradores ( eventualmente sus familiares, pacientes y comunidad ), se hallan sometidos a la posibilidad de adquirir, durante o cómo consecuencia de sus tareas, innumerables infecciones, ya cómo sujetos portadores o como intermediarios en las infecciones cruzadas.
La consulta y tratamiento de que son objeto innumerables pacientes en el consultorio dental, portadores de infecciones estafilocóccicas o portadores asintomáticos, tornan vulnerable al profesional y su hábitat, permitiendo que se convierta en un peligroso portador, o que resulte verdaderamente infectado.
Este problema, esencialmente endémico, y ocasionalmente epidémico, posee varias aristas que requieren un exámen antes de considerar su profilaxis, siendo dos de las mas importantes, las medidas de higiene y asepsia, y el empleo de antibióticos.
En el primer caso, resulta óbvio recalcar sobre las normas que deben respetarse, pero si la desidia llega al desprecio por el prógimo, es conveniente no olvidar que dicha falla, repercutirá como búmerang sobre la salud del propio profesional y su familia.
En cuanto al uso de los antibióticos, han contribuido al avance del problema desde un doble orígen. Por un lado, estimulando la resistencia microbiana en cepas que resultaban sensibles a los mismos y dejaron de serlo por abuso en la prescripción, por manejo incorrecto o por uso indiscriminado; y por otro puerde atribuirse,en parte a una relajación gradual en las normas relativas a las terapias invasivas, la
Es por ello que vale la pena volver a recordar las elementales recomendaciones, que nó por antiguas en su concepción, dejan de ser indispensables para tornar mas saludable la atención de enfermos en área tán susceptible a las infecciones.
1. Observancia de las normas de higiene general y una estricta técnica aséptica en el consultorio.
2. Excluir de la sala de trabajo a visitantes innecesarios y al personal no entrenado.
3. Reconsiderar y verificar los métodos de esterilización , descontaminación y disposición final de los resíduos patogénicos.
4. Prestar atención a la vestimenta de pacientes y operador.
5. Usar las barreras necesarias sin olvidar el adecuado lavado de las manos antes de cada paciente.
6. Adecuada preparación del campo operatorio, en especial en los procedimientos invasivos.
7. Establecer medidas de precaución y limpieza entre cada paciente, y postergar para el final los casos infectados.
8. Prescindir cuando las condiciones de salud general así lo aconsejen, del empleo profiláctico de anibióticos como substituto de principios o técnicas asépticas ya establecidas.
Un aspecto que no quiero dejar pasar por alto en éste intento por relacionar el ejercicio de nuestra profesión con sus repercusiones en la naturaleza, es el referido al uso de los medios de diagnóstico por imágenes.
Hoy en dia, son muy pocos los ámbitos de trabajo del Odontólogo en que no se cuente con un aparato de rayos X. Tambien es cierto que desde hace varias décadas existe una legislación que tiende al control de las emisiones de radiaciones ionizantes.
Las leyes 156 de la Cidad de Buenos Aires, y la ley nacional 17557, explicitan las limitaciones para el uso de aparatología y establecen requisitos para su aprobación.
Sin embargo, la O.M.S en los años 70, elaboró una serie de recomendaciones sobre los efectos nocivos de los rayos Roentgen sobre los operadores y sobre la población en general. Basta tán solo con recordar los efectos deletéreos que sobre el citoplasma celular desarrollan los mismos aún a bajas dosis y bajo medidas de seguridad, sin dejar de remarcar el carácter indestructible que los convierte, por sumatoria, en una permanente espada de Damócles sobre la salud de quienes los usan, reciben, y de las personas que quedan expuestas a su presencia en la atmósfera, en cuyo seno se añaden a aquellas radiaciones similares generadas por el sol, y que hoy en dia se convierten en mas dañinas por el deterioro de la capa de ozono.
" ALTO RIESGO " determinan que el Odontólogo y sus colaboradores ( eventualmente sus familiares, pacientes y comunidad ), se hallan sometidos a la posibilidad de adquirir, durante o cómo consecuencia de sus tareas, innumerables infecciones, ya cómo sujetos portadores o como intermediarios en las infecciones cruzadas.
La consulta y tratamiento de que son objeto innumerables pacientes en el consultorio dental, portadores de infecciones estafilocóccicas o portadores asintomáticos, tornan vulnerable al profesional y su hábitat, permitiendo que se convierta en un peligroso portador, o que resulte verdaderamente infectado.
Este problema, esencialmente endémico, y ocasionalmente epidémico, posee varias aristas que requieren un exámen antes de considerar su profilaxis, siendo dos de las mas importantes, las medidas de higiene y asepsia, y el empleo de antibióticos.
En el primer caso, resulta óbvio recalcar sobre las normas que deben respetarse, pero si la desidia llega al desprecio por el prógimo, es conveniente no olvidar que dicha falla, repercutirá como búmerang sobre la salud del propio profesional y su familia.
En cuanto al uso de los antibióticos, han contribuido al avance del problema desde un doble orígen. Por un lado, estimulando la resistencia microbiana en cepas que resultaban sensibles a los mismos y dejaron de serlo por abuso en la prescripción, por manejo incorrecto o por uso indiscriminado; y por otro puerde atribuirse,en parte a una relajación gradual en las normas relativas a las terapias invasivas, la
Es por ello que vale la pena volver a recordar las elementales recomendaciones, que nó por antiguas en su concepción, dejan de ser indispensables para tornar mas saludable la atención de enfermos en área tán susceptible a las infecciones.
1. Observancia de las normas de higiene general y una estricta técnica aséptica en el consultorio.
2. Excluir de la sala de trabajo a visitantes innecesarios y al personal no entrenado.
3. Reconsiderar y verificar los métodos de esterilización , descontaminación y disposición final de los resíduos patogénicos.
4. Prestar atención a la vestimenta de pacientes y operador.
5. Usar las barreras necesarias sin olvidar el adecuado lavado de las manos antes de cada paciente.
6. Adecuada preparación del campo operatorio, en especial en los procedimientos invasivos.
7. Establecer medidas de precaución y limpieza entre cada paciente, y postergar para el final los casos infectados.
8. Prescindir cuando las condiciones de salud general así lo aconsejen, del empleo profiláctico de anibióticos como substituto de principios o técnicas asépticas ya establecidas.
Un aspecto que no quiero dejar pasar por alto en éste intento por relacionar el ejercicio de nuestra profesión con sus repercusiones en la naturaleza, es el referido al uso de los medios de diagnóstico por imágenes.
Hoy en dia, son muy pocos los ámbitos de trabajo del Odontólogo en que no se cuente con un aparato de rayos X. Tambien es cierto que desde hace varias décadas existe una legislación que tiende al control de las emisiones de radiaciones ionizantes.
Las leyes 156 de la Cidad de Buenos Aires, y la ley nacional 17557, explicitan las limitaciones para el uso de aparatología y establecen requisitos para su aprobación.
Sin embargo, la O.M.S en los años 70, elaboró una serie de recomendaciones sobre los efectos nocivos de los rayos Roentgen sobre los operadores y sobre la población en general. Basta tán solo con recordar los efectos deletéreos que sobre el citoplasma celular desarrollan los mismos aún a bajas dosis y bajo medidas de seguridad, sin dejar de remarcar el carácter indestructible que los convierte, por sumatoria, en una permanente espada de Damócles sobre la salud de quienes los usan, reciben, y de las personas que quedan expuestas a su presencia en la atmósfera, en cuyo seno se añaden a aquellas radiaciones similares generadas por el sol, y que hoy en dia se convierten en mas dañinas por el deterioro de la capa de ozono.
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sábado, 4 de diciembre de 2010
ODONTOLOGIA Y ECOLOGIA Cuarta parte
A nadie debe sorprender, que los consultorios odontológicos, algunos de especialistas médicos, clínicas, sanatorios y hospitales son verdaderos reservorios de material contaminante.
No obstante, hasta no hace mucho tiempo, el control y el manejo de los mecanismos de esterilización, antisepsia y descontaminación en dichos ámbitos, era una responsabilidad absoluta de los propios profesionales.
La habilitación de los distintos establecimientos sanitarios por pate de la autoridad competente en cada distrito, llámense organismos públicos o colegios profesionales, constituyó un avance sobre el dominio privado en dicho aspecto.
Sin embargo, la prevalencia de afecciones como la hepatitis B, el tétano, el HIV y otras, encendió una luz de alarma sobre los mecanismos de transmisión de dichas patologías, y se puso un especial énfasis en los desechos contaminantes que se obtenían del producto de la atención de enfermos que eran portadores asintomáticos o enfermos de los microorganismos que las desencadenaban.
La presencia de residuos patogénicos en los establecimientos ya mencionados ,fueron motivo de preocupación de los poderes públicos y de las instituciones científicas y profesionales, dictándose normas y recomendaciones a los miembros de los equipos de salud.
La ley 154 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, algunas leyes provinciales, y la ley 24051 a nivel Nacional, trataron de legislar sobre aspectos referidos a los residuos patogénicos, y tambien sobre aspectos instrumentales cómo el lavado de manos, el uso de barreras, la ventilación de los ambientes y la estructura y funcionalidad de los sectores de atención e internación.
Quiero remarcar un aspecto que, no obstante su adecuada legislación, todavía merece algunas objeciones o por lo menos, aclaraciones.
El consultorio dental , genera productos contaminantes llámense aire, líquidos o despojos corporales que deben tratarse adecuadamente.
Los ambientes deben estar bien ventilados y en lo posible servidos por aparatos acondicionadores y extractores adecuados. Las excretas líquidas no deben vertirse al sistema cloacal en forma directa, sin antes tratarlo adecuadamente con descontaminantes y los residuos sólidos, deben apartarse para su tratamiento que los torna innócuos.
Vale la pena referirnos especialmente a los resíduos patológicos sólidos que normalmente reposan en recipientes destinados a la basura común. Las leyes en general, estipulan mecanismos lógicos, pero que en la práctica se transforman en ilusorios.
Se obliga a los Odontólogos a contratar servicios de recolección domiciliaria que, si bien deben realizarse diariamente, lo común es que lo hacen en forma semanal, quincenal y hasta mensual. Durante dichos períodos los residuos se acumulan en el propio ámbito del consultorio en envases no siempre debidamente hermetizados.
Estimo que lo más adecuado, es depositar los resíduos que se generan en una jornada de trabajo en un recipiente hermético ( autoclave, horno descontaminante, etc. ), y al finalizar el dia, someterlos al proceso de descontaminación que los torna innócuos y pueden volcarse sin ningun peligro a la basura domiciliaria.
No caben dudas que el consultorio odontológico es considerado un área crítica, y el ejercicio profesional una tarea insalubre. Todas las prevenciones que adopte para minimizar los riesgos de contaminación que lo acechan, tánto a el, como a su familia, pacientes y comunidad en general, serán pocos si nos atenemos a las yá bien estudiadas posibilidades de sufrir los daños que su propio trabajo pueden inferirle.
El Odontólogo y sus colaboradores, se hallan sometidos al riesgo de adquirir, durante el ejercicio de sus tareas, innumerables infecciones, y de constituirse en muchos casos, en transmisores de gérmenes, actuando como sujetos portadores o como intermediarios en las infecciones cruzadas.
No obstante, hasta no hace mucho tiempo, el control y el manejo de los mecanismos de esterilización, antisepsia y descontaminación en dichos ámbitos, era una responsabilidad absoluta de los propios profesionales.
La habilitación de los distintos establecimientos sanitarios por pate de la autoridad competente en cada distrito, llámense organismos públicos o colegios profesionales, constituyó un avance sobre el dominio privado en dicho aspecto.
Sin embargo, la prevalencia de afecciones como la hepatitis B, el tétano, el HIV y otras, encendió una luz de alarma sobre los mecanismos de transmisión de dichas patologías, y se puso un especial énfasis en los desechos contaminantes que se obtenían del producto de la atención de enfermos que eran portadores asintomáticos o enfermos de los microorganismos que las desencadenaban.
La presencia de residuos patogénicos en los establecimientos ya mencionados ,fueron motivo de preocupación de los poderes públicos y de las instituciones científicas y profesionales, dictándose normas y recomendaciones a los miembros de los equipos de salud.
La ley 154 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, algunas leyes provinciales, y la ley 24051 a nivel Nacional, trataron de legislar sobre aspectos referidos a los residuos patogénicos, y tambien sobre aspectos instrumentales cómo el lavado de manos, el uso de barreras, la ventilación de los ambientes y la estructura y funcionalidad de los sectores de atención e internación.
Quiero remarcar un aspecto que, no obstante su adecuada legislación, todavía merece algunas objeciones o por lo menos, aclaraciones.
El consultorio dental , genera productos contaminantes llámense aire, líquidos o despojos corporales que deben tratarse adecuadamente.
Los ambientes deben estar bien ventilados y en lo posible servidos por aparatos acondicionadores y extractores adecuados. Las excretas líquidas no deben vertirse al sistema cloacal en forma directa, sin antes tratarlo adecuadamente con descontaminantes y los residuos sólidos, deben apartarse para su tratamiento que los torna innócuos.
Vale la pena referirnos especialmente a los resíduos patológicos sólidos que normalmente reposan en recipientes destinados a la basura común. Las leyes en general, estipulan mecanismos lógicos, pero que en la práctica se transforman en ilusorios.
Se obliga a los Odontólogos a contratar servicios de recolección domiciliaria que, si bien deben realizarse diariamente, lo común es que lo hacen en forma semanal, quincenal y hasta mensual. Durante dichos períodos los residuos se acumulan en el propio ámbito del consultorio en envases no siempre debidamente hermetizados.
Estimo que lo más adecuado, es depositar los resíduos que se generan en una jornada de trabajo en un recipiente hermético ( autoclave, horno descontaminante, etc. ), y al finalizar el dia, someterlos al proceso de descontaminación que los torna innócuos y pueden volcarse sin ningun peligro a la basura domiciliaria.
No caben dudas que el consultorio odontológico es considerado un área crítica, y el ejercicio profesional una tarea insalubre. Todas las prevenciones que adopte para minimizar los riesgos de contaminación que lo acechan, tánto a el, como a su familia, pacientes y comunidad en general, serán pocos si nos atenemos a las yá bien estudiadas posibilidades de sufrir los daños que su propio trabajo pueden inferirle.
El Odontólogo y sus colaboradores, se hallan sometidos al riesgo de adquirir, durante el ejercicio de sus tareas, innumerables infecciones, y de constituirse en muchos casos, en transmisores de gérmenes, actuando como sujetos portadores o como intermediarios en las infecciones cruzadas.
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miércoles, 1 de diciembre de 2010
ODONTOLOGIA Y ECOLOGIA. Tercera parte
El consultorio odontológico y su incidencia ecológica.
Mi preocupación por la ecología no es nueva, ni representa una forma de subirme circunstancialmente a una preocupación que ya es universal. En consonancia con la conferencia sobre cambio climático que se llevará a cabo en éstos dias en Cancún, y habiendo iniciado ésta serie dedicada al tema, es mi deseo exponer algunos puntos de vista que me preocupan desde hace bastante tiempo, y proponer a mis lectores un intercambio de ideas al respecto.
Hace poco más de treinta años publicaba en la revista de la C.O.R.A, Salud Bucal, un artículo que me dió inmensas satisfacciones en lo personal, y que titulé " Seguridad del Odontólogo ", en el que utilicé cómo copete del mismo, una frase de René Dubós que decía: " La salud dependerá de la actividad de los hombres y de su capacidad de enfrentarse con las situaciones imprevisibles, en un ambiente en permanente transformación ".
En dicho trabajo, exponía las distintas situaciones capaces de engendrar alteraciones en la salud de los odontólogos, y al mismo tiempo esbozaba algunos lineamientos destinados a conocer y prevenir nó solo dichos males, sino tambien a evitar su traslado a otras personas en particular y a la humanidad toda.
El primer punto al que quiero hacer referencia en esta comunicación es el referido al uso del mercurio.
Una primera llamada de atención sobre éste tema, lo constituyó una tragedia que sucedió en 1953 en la Bahia de Minamata, en Japón, en la que un derrame de mercurio en las aguas de dicha bahia, originó la contaminación de las mismas con el resultado de 44 muertos y mas de trescientas personas con complicaciones orgánicas y funcionales. Esto dió orígen a lo que se dió en llamar el "mal de Minamata", que no era otra cosa que el mercurialismo.
Demás está decir que a partir de dicha tragedia, fueron innumerables los estudios realizados al respecto de la acción del mercurio sobre la salud humana.
La O.M.S, llevó a cabo una investigación exhaustiva y concluyó con su famoso informe: WHO/SDE/WSH/05.08 que vale la pena releer.
Al mismo tiempo, el Dpto. de Medio Ambiente de Canadá, concluía una minuciosa investigación con la siguiente conclusión; "1/3 de la carga de mercurio de los sistemas de aguas residuales se debe a las amalgamas de la práctica dental".
En mi artículo de Salud Bucal, realicé un pormenorizado análisis de la cuestión, aunque a mi pesar, no fuera mucho lo investigado al respecto.
Cabe consignar, que está perfectamente demostrado en toxicología la acción deletérea sobre la salud de los compuestos mercuriales, provocando el mercurialismo cuyos principales síntomas enumeramos a continuación;
1. Temblores
2. Depresión
3. Fatiga
4. Insomnio
5. Dolor de cabeza
6. Alteraciones de la inmunidad
No caben dudas, que el Odontólogo, sus auxiliares, su familia, y en general la comunidad a través de la contaminación del aire, del agua y del contacto con los ojos y la piel, se hallan expuestos a estas patologías. Sin embargo, creo adivinar que en contadas ocasiones se llevan a cabo estudios sobre la presencia de mercurio en la sangre y la orina, aún en aquellos casos de diagnósticos inciertos sobre síntomas que no encuentran una causa objetiva.
Sería recomendable que nuestra Caja de Seguridad Social para Odontólogos de la Provincia de Buenos Aires, llevara a cabo, aunque más no sea un testeo en una muestra significativa de profesionales, para poder obtener conclusiones sobre un tema de tanta envergadura que puede afectar seriamente la salud.
Mi preocupación por la ecología no es nueva, ni representa una forma de subirme circunstancialmente a una preocupación que ya es universal. En consonancia con la conferencia sobre cambio climático que se llevará a cabo en éstos dias en Cancún, y habiendo iniciado ésta serie dedicada al tema, es mi deseo exponer algunos puntos de vista que me preocupan desde hace bastante tiempo, y proponer a mis lectores un intercambio de ideas al respecto.
Hace poco más de treinta años publicaba en la revista de la C.O.R.A, Salud Bucal, un artículo que me dió inmensas satisfacciones en lo personal, y que titulé " Seguridad del Odontólogo ", en el que utilicé cómo copete del mismo, una frase de René Dubós que decía: " La salud dependerá de la actividad de los hombres y de su capacidad de enfrentarse con las situaciones imprevisibles, en un ambiente en permanente transformación ".
En dicho trabajo, exponía las distintas situaciones capaces de engendrar alteraciones en la salud de los odontólogos, y al mismo tiempo esbozaba algunos lineamientos destinados a conocer y prevenir nó solo dichos males, sino tambien a evitar su traslado a otras personas en particular y a la humanidad toda.
El primer punto al que quiero hacer referencia en esta comunicación es el referido al uso del mercurio.
Una primera llamada de atención sobre éste tema, lo constituyó una tragedia que sucedió en 1953 en la Bahia de Minamata, en Japón, en la que un derrame de mercurio en las aguas de dicha bahia, originó la contaminación de las mismas con el resultado de 44 muertos y mas de trescientas personas con complicaciones orgánicas y funcionales. Esto dió orígen a lo que se dió en llamar el "mal de Minamata", que no era otra cosa que el mercurialismo.
Demás está decir que a partir de dicha tragedia, fueron innumerables los estudios realizados al respecto de la acción del mercurio sobre la salud humana.
La O.M.S, llevó a cabo una investigación exhaustiva y concluyó con su famoso informe: WHO/SDE/WSH/05.08 que vale la pena releer.
Al mismo tiempo, el Dpto. de Medio Ambiente de Canadá, concluía una minuciosa investigación con la siguiente conclusión; "1/3 de la carga de mercurio de los sistemas de aguas residuales se debe a las amalgamas de la práctica dental".
En mi artículo de Salud Bucal, realicé un pormenorizado análisis de la cuestión, aunque a mi pesar, no fuera mucho lo investigado al respecto.
Cabe consignar, que está perfectamente demostrado en toxicología la acción deletérea sobre la salud de los compuestos mercuriales, provocando el mercurialismo cuyos principales síntomas enumeramos a continuación;
1. Temblores
2. Depresión
3. Fatiga
4. Insomnio
5. Dolor de cabeza
6. Alteraciones de la inmunidad
No caben dudas, que el Odontólogo, sus auxiliares, su familia, y en general la comunidad a través de la contaminación del aire, del agua y del contacto con los ojos y la piel, se hallan expuestos a estas patologías. Sin embargo, creo adivinar que en contadas ocasiones se llevan a cabo estudios sobre la presencia de mercurio en la sangre y la orina, aún en aquellos casos de diagnósticos inciertos sobre síntomas que no encuentran una causa objetiva.
Sería recomendable que nuestra Caja de Seguridad Social para Odontólogos de la Provincia de Buenos Aires, llevara a cabo, aunque más no sea un testeo en una muestra significativa de profesionales, para poder obtener conclusiones sobre un tema de tanta envergadura que puede afectar seriamente la salud.
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