jaitt odonto social

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Que una sonrisa feliz sea nuestro mejor premio
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domingo, 5 de diciembre de 2010

ODONTOLOGIA Y ECOLOGIA Conclusiones

El progreso de la ciencia, el avance de la técnica y todos los productos del conocimiento y la inteligencia humana , han logrado victorias estrepitosas contra la mayor parte de los obstáculos que se oponen al avance de la humanidad.
Sin embargo, en lo mas profundo de su intimidad, el hombre todavía conserva algunas reminiscencias atávicas que lo inducen a prescindir de la vida en comunidad y a marcar el acento sobre su estirpe individualista.
Esta sensación, se aprecia mucho mas cuando se ahonda el estudio sobre los distintos aspectos del ejercicio profesional, y del rechazo que muchos Odontólogos manifiestan hacia los regímenes de seguridad social. Parece que se hubiera mal entendido el significado del mensaje: "ayúdate que te ayudaré", el que , paradojalmente se resume sin embargo en el "amaos los unos a los otros".
Así es frecuente observar a seres despreocupados por los riesgos sociales, biológicos o ambientales que los acechan, tán solo por el motivo de que se consideran exentos de ellos. Decia Jules Romain que "el hombre sano es un enfermo que ignora su enfermedad", y en el significado profundo de ésta
frase, se hallala base de toda la medicina preventiva.
El Odontólogo, tal vez por las características de su trabajo, todavía no ha logrado sacudirse totalmente de los estigmas del individualismo, y a veces es tán marcado, que tercamente construye su propia inseguridad.
Las modalidades del ejercicio de la profesión odontológica le imponen riesgos y responsabilidades suplementarias a su común existencia, y ello impone la búsqueda de una fuerza de reserva, que le permita enfrentarlos y resolverlos, y que ello se logra a través de la rígida aplicación de algunas sanas reglas de vida y de algunos criterios científicos.
Esta colaboración, tiene una sola pretensión; despertar la inquietud del Odontólogo para asumir los riesgos que le acechan, las contingencias a que se halla expuesto y las necesidades de ayudar a construir un mundo libre de preocupaciones, en el que el accionar de todos, permita preservar ante todo, un medioambiente saludable.
Los profesionales de la salud tenemos al respecto un desafio inconmensurable, pues sabemos que mucho de nuestro accionar puede resultar atentatorio contra el equilibrio ambiental, pero tambien sabemos que los adelantos científicos, a veces a contrapelo de la opinion de los ecologistas, ayudan a salvar vidas, a mitigar sufrimientos y a evitar catástrofes. Lo que se necesita es encontrar soluciones alternativas a aquellas que, a pesar de degradar el ambiente, ayudan a establecer condiciones de vida aceptables.  Al respecto cabe mencionar como ejemplo el caso de Ceilan, uno de los primeros paises asiáticos que prohibió el uso del DDT. Cuando se introdujo por primera vez el uso de dicha droga en la década del cincuenta para el control de los mosquitos vectores, más de dos millones de cingaleses sufrían de paludismo. Luego de diez años prácticamente había sido erradicado.
El pais, ante la presión de los movimientos ecologistas, prohibió su uso en 1964.  En 1968, mas de un millon de nuevos casos habían hecho su aparición. Ceilán rescindió su prohibición respecto del uso del DDT en 1969.  Sin embargo la ciencia encontró la terapéutica adecuada, que tornó innecesario en el mundo el uso del pesticida.
Nuestros paises, y los profesionales de la salud bien lo sabemos, deben adoptar decisiones en cuanto al aire enrarecido, a las aguas contaminadas, a los gases, a la deforestación y a la desertización. Mas su verdadero compromiso debe apuntar a la contaminación de la pobreza, que es el mayor tóxico que impide el vital desarrollo de nuestro medio ambiente.

ODONTOLOGIA Y ECOLOGIA Quinta parte

Las características con que hemos marcado el ejercicio de la odontología: " AREA CRITICA " y 
" ALTO RIESGO " determinan que el Odontólogo y sus colaboradores ( eventualmente sus familiares, pacientes y comunidad ), se hallan sometidos a la posibilidad de adquirir, durante o cómo consecuencia de sus tareas, innumerables infecciones, ya cómo sujetos portadores o como intermediarios en las infecciones cruzadas.
La consulta y tratamiento de que son objeto innumerables pacientes en el consultorio dental, portadores de infecciones estafilocóccicas o portadores asintomáticos, tornan vulnerable al profesional y su hábitat, permitiendo que se convierta en un peligroso portador, o que resulte verdaderamente infectado.
Este problema, esencialmente endémico, y ocasionalmente epidémico, posee varias aristas que requieren un exámen antes de considerar su profilaxis, siendo dos de las mas importantes, las medidas de higiene y asepsia, y el empleo de antibióticos.
En el primer caso, resulta óbvio recalcar sobre las normas que deben respetarse, pero si la desidia llega al desprecio por el prógimo, es conveniente no olvidar que dicha falla, repercutirá como búmerang sobre la salud del propio profesional y su familia.
En cuanto al uso de los antibióticos, han contribuido al avance del problema desde un doble orígen. Por un lado, estimulando la resistencia microbiana en cepas que resultaban sensibles a los mismos y dejaron de serlo por abuso en la prescripción, por manejo incorrecto o por uso indiscriminado; y por otro puerde atribuirse,en parte a una relajación gradual en las normas relativas a las terapias invasivas, la
Es por ello que vale la pena volver a recordar las elementales recomendaciones, que nó por antiguas en su concepción, dejan de ser indispensables para tornar mas saludable la atención de enfermos en área tán susceptible a las infecciones.

   1. Observancia de las normas de higiene general y una estricta técnica aséptica en el consultorio.
   2.  Excluir de la sala de trabajo a visitantes innecesarios y al personal no entrenado.
   3.  Reconsiderar y verificar los métodos de esterilización , descontaminación y disposición final de los resíduos patogénicos.
   4.  Prestar atención a la vestimenta de pacientes y operador.
   5.  Usar las barreras necesarias sin olvidar el adecuado lavado de las manos antes de cada paciente.
   6.  Adecuada preparación del campo operatorio, en especial en los procedimientos invasivos.
   7.  Establecer medidas de precaución y limpieza entre cada paciente, y postergar para el final los casos infectados.
   8.  Prescindir cuando las condiciones de salud general así lo aconsejen, del empleo profiláctico de anibióticos como substituto de principios o técnicas asépticas ya establecidas.

Un aspecto que no quiero dejar pasar por alto en éste intento por relacionar el ejercicio de nuestra profesión con sus repercusiones en la naturaleza, es el referido al uso de los medios de diagnóstico por imágenes.
Hoy en dia, son muy pocos los ámbitos de trabajo del Odontólogo en que no se cuente con un aparato de rayos X. Tambien es cierto que desde hace varias décadas existe una legislación que tiende al control de las emisiones de radiaciones ionizantes.
Las leyes 156 de la Cidad de Buenos Aires, y la ley nacional 17557, explicitan las limitaciones para el uso de aparatología y establecen requisitos para su aprobación.
Sin embargo, la O.M.S en los años 70, elaboró una serie de recomendaciones sobre los efectos nocivos de los rayos Roentgen sobre los operadores y sobre la población en general. Basta tán solo con recordar los efectos deletéreos que sobre el citoplasma celular desarrollan los mismos aún a bajas dosis y bajo medidas de seguridad, sin dejar de remarcar el carácter indestructible que los convierte, por sumatoria, en una permanente espada de Damócles sobre la salud de quienes los usan, reciben, y de las personas que quedan expuestas a su presencia en la atmósfera, en cuyo seno se añaden a aquellas radiaciones similares generadas por el sol, y que hoy en dia se convierten en mas dañinas por el deterioro de la capa de ozono.

sábado, 4 de diciembre de 2010

ODONTOLOGIA Y ECOLOGIA Cuarta parte

A nadie debe sorprender, que los consultorios odontológicos, algunos de especialistas médicos, clínicas, sanatorios y hospitales son verdaderos reservorios de material contaminante.
No obstante, hasta no hace mucho tiempo, el control y el manejo de los mecanismos de esterilización, antisepsia y descontaminación en dichos  ámbitos, era una responsabilidad absoluta de los propios profesionales.
La habilitación de los distintos establecimientos sanitarios por pate de la autoridad competente en cada distrito, llámense organismos públicos o colegios profesionales, constituyó un avance sobre el dominio privado en dicho aspecto.
Sin embargo, la prevalencia de afecciones como la hepatitis B, el tétano, el HIV y otras, encendió una luz de alarma sobre los mecanismos de transmisión de dichas patologías, y se puso un especial énfasis en los desechos contaminantes que se obtenían del producto de la atención de enfermos que eran portadores asintomáticos o enfermos de los microorganismos que las desencadenaban.
La presencia de residuos patogénicos en los establecimientos ya mencionados ,fueron motivo de preocupación de los poderes públicos y de las instituciones científicas y profesionales, dictándose normas y recomendaciones a los miembros de los equipos de salud.
La ley 154 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, algunas leyes provinciales, y la ley 24051 a nivel Nacional, trataron de legislar sobre aspectos referidos a los residuos patogénicos, y tambien sobre aspectos instrumentales cómo el lavado de manos, el uso de barreras, la ventilación de los ambientes y la estructura y funcionalidad de los sectores de atención e internación.
Quiero remarcar un aspecto que, no obstante su adecuada legislación, todavía merece algunas objeciones o por lo menos, aclaraciones.
El consultorio dental , genera productos contaminantes llámense aire, líquidos o despojos corporales que deben tratarse adecuadamente.
Los ambientes deben estar bien ventilados y en lo posible servidos por aparatos acondicionadores y extractores adecuados.  Las excretas líquidas no deben vertirse al sistema cloacal en forma directa, sin antes tratarlo adecuadamente con descontaminantes y los residuos sólidos, deben apartarse para su tratamiento que los torna innócuos.
Vale la pena referirnos especialmente a los resíduos patológicos sólidos que normalmente reposan en recipientes destinados a la basura común.  Las leyes en general, estipulan mecanismos lógicos, pero que en la práctica se transforman en ilusorios.
Se obliga a los Odontólogos a contratar servicios de recolección domiciliaria que, si bien deben realizarse diariamente, lo común es que lo hacen en forma semanal, quincenal y hasta mensual. Durante dichos períodos los residuos se acumulan en el propio ámbito del consultorio en envases no siempre debidamente hermetizados.
Estimo que lo más adecuado, es depositar los resíduos que se generan en una jornada de trabajo en un recipiente hermético ( autoclave, horno descontaminante, etc. ), y al finalizar el dia, someterlos al proceso de descontaminación que los torna innócuos y pueden volcarse sin ningun peligro a la basura domiciliaria.
No caben dudas que el consultorio odontológico es considerado un área crítica, y el ejercicio profesional una tarea insalubre. Todas las prevenciones que adopte para minimizar los riesgos de contaminación que lo acechan, tánto a el, como a su familia, pacientes  y comunidad en general, serán pocos si nos atenemos a las yá bien estudiadas posibilidades de sufrir los daños que su propio trabajo pueden inferirle.
El Odontólogo y sus colaboradores, se hallan sometidos al riesgo de adquirir, durante el ejercicio de sus tareas, innumerables infecciones, y de constituirse en muchos casos, en transmisores de gérmenes, actuando como sujetos portadores o como intermediarios en las infecciones cruzadas.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

ODONTOLOGIA Y ECOLOGIA. Tercera parte

El consultorio odontológico y su incidencia ecológica.

Mi preocupación por la ecología no es nueva, ni representa una forma de subirme circunstancialmente a una preocupación que ya es universal. En consonancia con la conferencia sobre cambio climático que se llevará a cabo en éstos dias en Cancún, y habiendo iniciado ésta serie dedicada al tema, es mi deseo exponer algunos puntos de vista que me preocupan desde hace bastante tiempo, y proponer a mis lectores un intercambio de ideas al respecto.
Hace poco más de treinta años publicaba en la revista de la C.O.R.A,  Salud Bucal, un artículo que me dió inmensas satisfacciones en lo personal, y que titulé " Seguridad del Odontólogo ", en el que utilicé cómo copete del mismo, una frase de René Dubós que decía: " La salud dependerá de la actividad de los hombres y de su capacidad de enfrentarse con las situaciones imprevisibles, en un ambiente en permanente transformación ".
En dicho trabajo, exponía las distintas situaciones capaces de engendrar alteraciones en la salud de los odontólogos, y al mismo tiempo esbozaba algunos lineamientos destinados a conocer y prevenir nó solo dichos males, sino tambien a evitar su traslado a otras personas en particular y a la humanidad toda.
El primer punto al que quiero hacer referencia en esta comunicación es el referido al uso del mercurio. 
Una primera llamada de atención sobre éste tema, lo constituyó una tragedia que sucedió en 1953 en la Bahia de Minamata, en Japón, en la que un derrame de mercurio en las aguas de dicha bahia, originó la contaminación de las mismas con el resultado de 44 muertos y mas de trescientas personas con complicaciones orgánicas y funcionales.  Esto dió orígen a lo que se dió en llamar el "mal de Minamata", que no era otra cosa que el mercurialismo.
Demás está decir que a partir de dicha tragedia, fueron innumerables los estudios realizados al respecto de la acción del mercurio sobre la salud humana.
La O.M.S, llevó a cabo una investigación exhaustiva y concluyó con su famoso informe: WHO/SDE/WSH/05.08 que vale la pena releer.
Al mismo tiempo, el Dpto. de Medio Ambiente de Canadá, concluía una minuciosa investigación con la siguiente conclusión; "1/3 de la carga de mercurio de los sistemas de aguas residuales se debe a las amalgamas de la práctica dental".
En mi artículo de Salud Bucal, realicé un pormenorizado análisis de la cuestión, aunque a mi pesar, no fuera mucho lo investigado al respecto.
Cabe consignar, que está perfectamente demostrado en toxicología la acción deletérea sobre la salud de los compuestos mercuriales, provocando el mercurialismo cuyos principales síntomas enumeramos a continuación;
1.    Temblores
2.    Depresión
3.    Fatiga
4.    Insomnio
5.    Dolor de cabeza
6.    Alteraciones de la inmunidad

No caben dudas, que el Odontólogo, sus auxiliares, su familia, y en general la comunidad a través de la contaminación del aire, del agua y del contacto con los ojos y la piel, se hallan expuestos a estas patologías.  Sin embargo, creo adivinar que en contadas ocasiones se llevan a cabo estudios sobre la presencia de mercurio en la sangre y la orina, aún en aquellos casos de diagnósticos inciertos sobre síntomas que no encuentran una causa objetiva.
Sería recomendable que nuestra Caja de Seguridad Social para Odontólogos de la Provincia de Buenos Aires, llevara a cabo, aunque más no sea un testeo en una muestra significativa de profesionales, para poder obtener conclusiones sobre un tema de tanta envergadura que puede afectar seriamente la salud.

domingo, 21 de noviembre de 2010

ODONTOLOGÍA Y ECOLOGÍA. Segunda parte

Nuestra profesión, posee una especial connotación con la belleza ( con independencia de su relación fundamental con la salud ).
Quien ame la belleza, será el más fiel custodio de la naturaleza.  Y cómo quien ama la belleza, pretende atraparla a cada instante para extasiarse luego en su contemplación, el que ose captarla a través de los medios que nos ofrece la moderna técnica, nó sólo guardará celosamente las impresiones recibidas, sino que se hará un deber en preservar y embellecer aún mas, los tesoros de la madre tierra y del universo todo.
Estos giros un tanto poéticos tienen mucha relación con la sensibilidad, con el humanismo y con el arte.
Sin embargo cuán lejos se estaba de imaginar, no hace muchos años, la íntima trabazón que también poseen con la ciencia y con la técnica.
O es que acaso una naturaleza bella y resplandeciente, no es sinónimo de equilibrio ecológico ?; y equilibrio ecológico, no es sinónimo de salud ?; y en última instancia la salud, no es el objetivo más preciado por los profesionales de las ciencias médicas ?.
Por todo ello, y por el hecho cierto de su permanente contacto con la belleza humana a través de su expresión más acabada y auténtica, cual es una bella sonrisa, el Odontólogo sintetice más que nadie, los aspectos estéticos y de salud, y se constituya por extensión, en un soldado de la defensa del equilibrio natural, y en un firme y estricto censor de todos aquellos fenómenos que tiendan a enervarlo.
Tambien debemos reconocer, que la defensa del equilibrio ecológico no apunta sólo a preservar la naturaleza.  Al mismo tiempo alberga una especie de autodefensa de la condición humana a través de la preservación de su salud.
Es necesario que el Odontólogo comprenda dicha relación, tánto para beneficio de sus pacientes, como para sí mismo y su familia.
El respeto e interacción de cada una de las partes del universo, y de cada una de las actividades de los seres humanos entre sí, se sintetiza en la célebre frase de Francis Thompson : " es imposible tocar una flor, sin que se estremezca una estrella ".
En cuánto a la nó preservación de dicho órden, o peor aún, al daño que puede inferirse a la naturaleza y a sus habitantes, debo mencionar que desde hace más de treinta años, se llevan a cabo importantes estudios e investigaciones al rededor de una nueva ciencia, la EUTONOLOGÍA, que se ocupa de los mismos, y que puede definirse cómo
" la ciencia que estudia la reacción del organismo a las agresiones ". Un laboratorio especializado funciona en París desde hace bastante tiempo, y su fundador y primer director fué nada menos que el profesor Laborit, uno de los primeros estudiosos sobre los fenómenos del stress en los seres humanos. Fué además fundador y editor de la revista internacional " Agresología ".