DE SALUD
Como colofón de ésta serie de publicaciones sobre la APS, volvemos sobre el tema abordado en la primera de las mismas, en la que analizamos las conclusiones del coloquio de la OPS/OMS en la que los participantes concluían en la necesidad de formar profesionales de la salud con especificidad en atención primaria, haciendo mención a una educación médica orientada a un ejercicio con un claro contenido social.
Este tema, ya tuvo presencia en la propia reunión de Alma Ata en 1978, cuando se hace mención en el documento final, a la escasa participación comunitaria en las decisiones sobre programas de salud, y en lo escásamente preparado que suele estar el personal de salud para funcionar con eficacia en servicios comunitarios.
No dejan de llamar la atención éstas afirmaciones, dado que en todos los procesos relacionados con la salud, en los que se emplean recursos técnicos, financieros y humanos, éstos últimos se consideran cruciales para el desarrollo de las políticas que incluyen sistemas compatibles con la atención primaria. Esta situación se dá en todas las áreas con connotación socio-cultural. Basta con mencionar que el presupuesto actual de educación del país, es el más alto en los últimos decenios, llegando a rozar el 7 % del PBI. Sin embargo, a pesar de las inversiones llevadas a cabo, la educación no ha sido influenciada apreciáblemente y se arrastran las mismas rémoras de épocas pasadas en virtud de la debilidad que se aprecia en el recurso humano.
La universidad debe obtener como producto final en la formación del personal de salud, un profesional consubstanciado con su medio, capacitado para brindar los servicios adecuados, consciente de sus limitaciones y de su rol en un equipo multidisciplinario y concientizado de que, el alcance de los niveles superiores de especialización no debe representar el fín último, sino nada más que una alternativa del ejercicio profesional.
Además debe participar en la formación del personal auxiliar y de los recursos nó profesionales, que como el agente sanitario, desarrollen su actividad en el marco de una legislación adecuada y precisa. Este movimiento, tiende a reivindicar al profesional de práctica general, aún desde el punto de vista académico, exaltando su función en una tarea trascendental llamado incluso a integrar el cláustro profesoral.
La estrecha interrelación entre los sectores salud y educación, garantía de un cambio en los paradigmas y en la filisofía del ejercicio de las profesiones del sector, comenzó a darse en América, y especialente en nuestro país a partir de la década de los 50 del siglo pasado, aunque su traslado al ámbito universitario se dió primero en la medicina, y recién en los 80 fué abordado por la odontología. Cabe destacar que el impacto fundamental en el abordaje de una salud comunitaria, fué llevado a cabo a través del explosivo incremento de la infraestructura sanitaria y del trabajo de campo de los móviles de la Dirección de Sanidad Escolar, luego desaparecida. Fué importante la incorporación de la odontología a la red de hospitales y unidades sanitarias, y el desplazamiento de los móviles odontológicos a las escuelas de los más recónditos lugares del país.
La universidad aceptó el desafío de pensar un profesional más cercano a la comunidad, en la medida que interpretó que la educación médica es un poderoso instrumento de salud, y la formación del recurso humano es parte fundamental de una política de salud ya que es el insumo más importante del sistema de atención.
En el área de la medicina, en nuestro país, el año 1956 marcó un hito fundacional representado por el nacimiento de las residencias médicas sobre la base de la relación docencia-asistencia-comunidad, que se afianzó 10 años después y tiene vigencia hasta nuestros dias. El segundo hecho auspicioso se dió a partir de 1957 con la puesta en funcionamiento de la unidad docente en los hospitales públicos que luego se extendiera también a los privados.
La residencia y la unidad docente, facilitaron la integración del alumno y del recién graduado al hospital, su filosofía y su organización, permitiendolés un acercamiento a la comunidad y abrevar en dicho contexto, en una realidad distinta a la que observara en las aulas, y comprender que la práctica médica requiere de acciones de alta complejidad para ciertos ámbitos geográficos y acciones primarias para otros.
En ésta misma época, la facultad de medicina de la UBA incorpora a su currícula la psicología, la antropología y la sociología médicas, como así también, introducción a la medicina sanitaria.
La activa colaboración que se dió a partir de la introducción del enfoque sanitarista en la carrera, se puso de manifiesto en la
" Primera Reunión de Autoridades de Salud Pública " que se realizó en 1967 en Bariloche, de la que participaron, junto a los responsables de salud del país, todos los decanos de las facultades de medicina, de cuyo seno partió la idea, materializada 3 años después, de la realización de la encuesta nacional de salud, a similitud de la llevada a cabo en Colombia, bajo el patrocinio de la OPS.
La odontología se incorporó al movimiento que ya era una práctica común en la medicina, a principios de la década de 1980. La facultad de odontología de la UBA, incorpora un mecanismo de concientización de todos los docentes y alumnos a través de la llamada Unidad Funcional de Apoyo Docente-Asistencial, que atravesaba verticálmente la curricula con el propósito de imbuir a todos los recursos humanos formados o en formación, de los criterios sanitaristas ya imperantes en la medicina. Esta unidad, luego se transforma en la cátedra de Odontología Preventiva y Comunitaria, una de las primeras en América Latina. Sin embargo, el fuerte impacto que se dió en la formación del odontólogo con criterios preventivos e inserción de las áreas académicas en el diagrama de los planes de salud, se dió en la década de 1990.
Tal vez el documento liminar sobre el tema, lo constituyó el informe técnico 794 de la OMS de 1990, que tomó como base las conclusiones del Comité de Expertos sobre Formación del Personal de Salud Buco-Dental, que se reunió en Ginebra entre el 6 y 13 de Noviembre de 1989. Este documento, realiza un acabado estudio de la enseñanza de la odontología, y produce una serie de recomendaciones entre las que pueden citarse, por su relevancia las dos que se transcriben :
Recomendación 2 : " En vista de los extensos cambios que han
ocurrido y que se prevén en los patrones de
enfermedad, los adelantos científicos y tecnológicos, y las aspiraciones de las diversas poblaciones a una mejor salud, el contenido, la estructura y el objetivo de los arreglos educativos para la preparación apropiada de todo el personal de salud, deben someterse inmediátamente a revisión por parte de los Estados Miembros ".
Recomendación 8 : "Para el año 2000, los Estados Miembros deben
haber establecido los medios necesarios para
vigilar cuidadósamente la creación ordenada y
apropiada de facultades de salud buco-dental, quizá mediante la exigencia de un certificado de necesidad. Se debe rechazar el estado actual de proliferación desordenada de facultades de odontología en algunos paises, y reconocer el desperdicio de recursos ocasionado por una actividad de ese tipo no planeada. Es preciso tomar medidas para asegurarse que las enseñanzas impartidas, permitan atender las necesidades de salud buco-dental y que la calidad de la formación lograda en cada nivel, sea compatible con los patrones generales ".
La facultad de odontología de la UBA, y otras facultades nacionales del interior del país, ya habían encarado un cambio curricular acorde a los lineamientos que se venían proponiendo desde los organismos internacionales, con ajuste a las características de cada región; lo mismo que también estaba sucediendo en varios paises de Latinoamérica. En 1990, la facultad de Antioquia ( Colombia ) elabora su reforma académico-administrativa, y una serie de seminarios y reuniones de expertos abordan el tema en profundidad. La conferencia integrada " La Universidad Latinoamericana y la salud de la Población ", se lleva a cabo en Junio de 1991 en La Habana con el patrocinio de la OPS, corriendo la responsabilidad de su integración a cargo de la Organización de Facultades y Escuelas de Odontología ( OFEDO ) de la Unión de Universidades de América Latina ( UDUAL ).
En Diciembre del mismo año se lleva a cabo el seminario-taller en Valparaiso. El 26 de Noviembre de 1992, se dá el "IV Encuentro Nacional de Universidades " en Caracas, el 29 de Abril de 1993 se presenta en Buenos Aires el documento básico sobre " La educación y su compromiso social " en la 3a. reunión del Grupo de Trabajo del Area Odontológica de PALTEX-OPS, y casi a continuación, se inaugura la " VII Conferencia de la OFEDO-UDUAL " entre el 4 y 8 de Mayo en la Facultad de Odontología de la UBA, la que tuve el honor de presidir. Durante varios años, el tema de la educación odontológica y su relación con las políticas de salud, se fué dando en prácticamente 20 paises de Latinoamérica y El Caribe a través de la RED-OFEDO y sus polos de desarrollo.
En todas éstas actividades mencionadas, la temática rondaba sobre la formación de un nuevo odontólogo más comprometido con los problemas de salud poblacionales, resaltando que, como profesionales de la salud, y por pertenecer al sector social del desarrollo, la obligación y compromiso social resulta dóblemente patente. Enfermeras, médicos, odontólogos y demás profesionales y técnicos en salud, deben contribuir al avance del cuidado de la salud, de modo que la sociedad del futuro disfrute de mayores niveles de bienestar.
Así, durante la primera década de éste siglo, se ha continuado trabajando al respecto, aunque nó con la convicción y el vigor con los que se abordó el tema en años pasados. Los " Indicadores Básicos 2012 " sobre la situación de salud en las Américas publicados por la OMS-OPS, han demostrado claros avances en la expectativa de vida, y han puesto en el tapete nuevos desafíos sobre lo que se ha dado en llamar " causas externas ", que si bien no guardan relación con criterios biológicos puros, representan una verdadera epidemia a nivel mundial.
Siguen vigentes todavía aquellos aspectos que ya fueran señalados en 1978 en Alma-Ata :
Formación de líderes en salud para todos.
Mayor eficacia en el desarrollo del personal de salud.
Preparación sobre el terreno de líderes y profesionales.
Afrontar con energía los dilemas de las universidades.
Es de desear que en el futuro se sigan dando condiciones, que permitan avanzar en la obtención de los logros que todavía representan una rémora y un estigma para las profesiones de la salud. La idoneidad y continuidad son dos condiciones indispensables para el avance en cuestiones que afectan la salud de la comunidad. La idoneidad adquirida está fuera de discusión, pero es forzoso reconocerlo, no hubo continuidad en las políticas.
La atención primaria no es una alternativa básica para pobres; tampoco es sinónimo de atención precaria; no es una atención de segunda clase para ciudadanos de segunda clase hecha por profesionales de segunda clase. La APS, representa el instrumento idóneo en las políticas de salud, para igualar desde el inicio las posibilidades de toda la población de, a través del cuidado de su salud, acceder a una vida digna. Los profesionales de la salud, y los odontólogos en particular, tenemos la posibilidad de protagonizar los cambios necesarios y propender a que se cumpla el deseo plasmado en esa frase tán manida que vió la luz en 1978 :
SALUD PARA TODOS
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