LA APS EN LA ODONTOLOGÍA.
Existe una impresión equivocada en la población, y aún en las profesiones de la salud, que la atención primaria abarca con exclusividad tópicos muy generales y nó se adentra en las profesiones de la salud en forma íntima, y mucho menos en las especialidades. Existen verdaderos tratados sobre la atención primaria en oftalmología, en medicina familiar, en odontología , en cirugía y en muchas otras especialidades.
En éste espacio, abordaremos la APS en la odontología, sin volver a reiterar aspectos generales de la APS que ya hemos considerado en capítulos anteriores.
En virtud de lo específico del tema, y de la manera en que la odontología se inserta en el esquema de la atención de la salud, el delinear los objetivos básicos que deben atender a un programa de atención primaria odontológica, se transforma más que en una búsqueda de parámetros adecuados, de programas en ejecución y de un apoyo bibliográfico masivo, en un ejercicio intelectual que concilie las necesidades, la demanda real y las apetencias de la población con las necesidades ciertas de darles satisfacción a través de los recursos disponibles, con una extensión lo más ámplia posible y a un costo compatible con las posibilidades financieras.
A nadie escapa que la atención odontológica difiere sustanciálmente entre los paises, lo que obedece a sus distintas gradaciones de desarrollo social y económico, al modo de organización de sus servicios y a la cantidad, calidad y distribución de sus recursos humanos y técnicos.
De allí que, no obstante se compartan los objetivos en cuanto a la promoción del concepto de atención primaria, las políticas recomendadas para su desarrollo deben establecerse sobre la base de los tipos de servicios y sistemas existentes, de la situación actual de la salud, de los recursos humanos disponibles, de la voluntad concertada de los sectores y de los medios operativos con que se cuenten para superar los problemas prácticos que plantea el desarrollo de la APS.
Si bien en el area de la medicina, el tema de la atención primaria se viene debatiendo desde hace varios años, y existen suficientes experiencias y programas en ejecución, aún antes de Alma Ata, como para poder valorar ya sus resultados ( campañas de vacunación, programas rurales, prevención de enfermedades crónicas etc.), en odontología la preocupación se dió fundamentálmente en los viejos programas de sanidad escolar, en algunas experiencias de fluoración de las aguas de bebida y en planes incrementales a nivel de los sistemas locales de salud dental, aunque desde el punto de vista estríctamente disciplinario la primera experiencia se dió en Julio de 1976 en la Escuela de Odontología de la Universidad de Minnesota, en donde se debatió en el seno de un seminario, y se publicaron después, los resultados sobre los principios y objetivos en que debiera sustentarse la atención primaria odontológica, con un criterio básico
de acercar todas las acciones de prevención, restauración y rehabilitación de la salud bucal, al mayor número posible de ciudadanos, con independencia de sus condiciónes socioeconómicas, intelectuales, geográficas y culturales.
Sin embargo, así como la medicina tenía ya en claro los alcances de un programa de APS, la odontología debía pautar sus acciones básicas y los ámbitos de prestación de las acciones y servicios en el primer nivel.
En éste sentido, no cabe duda que la excelencia de los resultados de un programa estarán en relación directa a los aportes de las distintas areas que configuran la profesión odontológica. Los organismos gubernamentales, la universidad, las entidades profesionales y los servicios en sus distintos subsectores de atención, habrán de sumarse en la medida de sus posibilidades y en el marco de su accionar, através de sugerencias, planes, recursos y tecnología apropiada para el logro de objetivos comunes, sin olvidar la necesaria participación de la comunidad, la que deberá ser escuchada y atendida, con las reservas que permitan diferenciar cláramente entre lo que puede ser una real y necesaria apetencia, o un capricho circunstancial.
No debe desconocerse que el acceso a la atención odontológica, no es sinónimo de mejoramiento de la salud bucal, pero puede ser un requisito previo para reducir los índices de morbilidad, y que, como bien lo ha expresado Loe, " los hábitos de higiene personal y el estilo de vida, son más importantes para prevenir la enfermead que los propios servicios profesionales ".
Es por ello que la promoción a través de cartillas escolares, enseñanza de hábitos de higiene, diagnóstico precóz de las enfermedades prevalentes etc., habrán de constituir los elementos básicos de éste nivel.
La protección de la salud bucal, habrá de centrarse en las medidas preventivas básicas como la administración de flúor en sus distintas modalidades, el sellado de fosas y fisuras, el control de la dieta, o el empleo de medidas que tiendan a morigerar los daños yá producidos.
En éste nivel de proteccion también se inscriben algunas acciones básicas sobre las dos enfermedades con mayor incidencia,como la caries dental y la enfermedad periodontal. El destartraje como paso previo al tratamiento periodontal, y el control de la infección a través de la limpieza de las cavidades de caries existentes y su obturación con materiales provisorios ( óxido de zinc-eugenol, IRM ) y en otros casos con el empleo de técnicas de tecnología simple y bajo costo
( procedimiento de restauración atraumática ( PRAT ) con empleo de ionómero vítreo ) son aconsejables.
De ésta manera, la APS puede influir en el retroceso de los índices de las enfermedades mencionadas y evitar consecuencias sobre la salud en general.
Algunos aspectos de rehabilitación pueden obtener mejoras en las etapas primarias del desarrollo. La ortodoncia preventiva e interceptiva, con aparatología simple y poco costosa, puede evitar la progresión de las maloclusiones, tales como aquellas provocadas por hábitos como la succión del pulgar, la interposición lingual y algunas malformaciones de etiología genética.
Todas éstas acciones encuadradas en la APS, no requieren de ámbitos excesívamente especializados ni de tecnologías costosas.
Pueden llevarse a cabo en consultorios, clínicas tradicionales, espacios montados al efecto en las zonas que nó cuenten con infraestructura, y aún en módulos rodantes.
Para finalizar éste capítulo, estimo necesario remarcar que la APS, representa una forma de enfrentar con éxito los desafios que la enfermedad nos presenta a nivel comunitario. Resulta por ello indispensable, hacerse cargo, como profesionales de la salud, de una de las apuestas máximas de la OMS : " Es imperativo fortalecer los sistemas de salud de distrito basados en la atención primaria como medida puntual clave para centrar las políticas y los recursos, así como los intereses locales en las necesidades sanitarias más acuciantes y en las poblaciones insuficiéntemente atendidas ".
Continuará.
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