Decía un viejo proverbio " No es poco decir que no ha pasado
nada ", y aunque el ruido no siempre es indicio de acción, podría decirse que éstas tres últimas décadas se caracterizaron por una fuerte acción de afirmación de todo lo conseguido en décadas anteriores, tal vez con excepción de nuestra Caja de Seguridad Social, que terminó intervenida hasta el último dia de los 80.
Si analizamos la acción gremial, podemos observar un fortalecimiento de las entidades de primer nivel, sin duda como consecuencia de la política contractual de la Federación que ellas integran. No sería vergonzante reconocer que, si no existieran los convenios con las Obras Sociales, y especialmente con el IOMA, el aporte societario exclusivo, resultaría insuficiente para mantener la infraestructura y dotación de personal disponible en éstos momentos en los Círculos.
Esta situación, mas que una tranquilidad para las entidades, resulta una carga emocional para sus dirigentes, ya que a nadie se le ocurriría un corte de servicios, sin exponer seriamente el futuro institucional. Por ello nuestros dirigentes, están obligados a navegar en un canal muy angosto, y para evitar choques intempestivos, deben hacer gala de un delicado equilibrio entre los intereses societarios y las demandas lógicas de los prestadores.
Las instituciones de primero y segundo grado, han aprovechado la bonanza económica para mejorar su infraestructura, instalar clínicas para el dictado de cursos de mejoramiento profesional, modernizar su equipamiento informático, realizar actividades sociales y científicas, y en algunos casos llevar a cabo jornadas de muy buen nivel. Decía el Dr.Nestor R. Gil que "....debemos fortalecer nuestras instituciones, pero sin caer en el error de que dicho objetivo se consigue a través de una sofisticada o mayor infraestructura, sino que debe hacerse mediante el mejoramiento y capacitación de los hombres que tienen la responsabilidad de conducirlos, como así tambien de todos sus integrantes mediante la concientización del papel protagónico que deben asumir como universitarios , cuya intelectualidad les está indicando el lugar que deben ocupar en el movimiento a favor de los grandes objetivos nacionales ".
Es justo recordar,que en Junio de 1983, comenzó a germinar la semilla que se plantara en la ya comentada reunión de Pergamino, poniéndose en marcha una comisión "Colegio-Caja-Fopba" que fijó una agenda en la que figuraban como temas de debate la confección de un padrón único de Odontólogos, de una libreta sanitaria, la adecuada información de los recién egresados acerca del funcionamiento de las instituciones, la radicación profesional en las zonas más carenciadas, el trabajo a través de las Obras Sociales y el combate del ejercicio ilegal entre otros.
En el ámbito de la salud pública, el Gobierno venía trabajando en un proyecto que tuvo su lanzamiento con la sanción de la ley 8801 de 1977, a través de la cual se crea el Sistema de atención Médica Organizada ( SAMO ), y lo manifestaba en dos aspectos que consideraba esenciales. Por un lado, en la necesidad de reordenar, racionalizar y coordinar los efectores de la salud, respetando la individualidad jurídica de cada subsector, lo cual no dejaba dudas de lo loable de la propuesta. Por otra parte subrayaba la importancia del arancelamiento hospitalario, ya que manifestaba, "...que el viejo y anacrónico concepto de gratuidad de la atención médica en hospitales públicos no solo ha perdido vigencia en nuestro tiempo, sino que constituye una falacia "( sic ).
Ambos argumentos, que los redactores de la propuesta se adjudican como creación inédita, ya poseían antecedentes como hechos concretos que en la práctica se habian encargado de desmentir su aparente racionalidad o su real efectividad.
Desde el proyecto Pittaluga, pasando por las acciones desplegadas en la gestión Aguirre y las propuestas del equipo Boccalandro, el ordenamiento hospitalario en la Provincia había representado una permanente preocupación, que sin embargo, a través de mas de 15 años de marchas y contramarchas, no era mucho lo que había logrado efectivamente.
En cuanto al arancelamiento hospitalario, olvidaron o marginaron deliberádamente experiencias como la ley 7.343 de 1967,que nunca pudo cumplirse, o la de los Hospitales Comunitarios que constituyeron un buen negocio para algunos colegas con influencia en los sectores de decisión y que nó introdujeron beneficios apreciables, más bien, todo lo contrario.
La Provincia, gastaba el 8 % del producto bruto, sin resultados apreciables, y la transferencia de 77 establecimientos dependientes de Salud Pública de la Nación en 1976, que debía intrconectarse con proyectos provinciales como el SAMO, determinó una serie de modificaciones derivadas de la transferencia de más de 10.000 agentes, que no cambió el estado deficiente de la salud pública de la Provincia.
Las pautas que estableció la FOPBA en relación al SAMO, se correspondieron con una decisión anterior adoptada por la CORA,en relación a la ley 19.337, que prohibía a los Odontólogos colaborar o prestar atención a través de convenios que se instrumenten en hospitales públicos comprendidos en regímenes similares. Esta resolución no fué derogada hasta la fecha.
A pesar de todo lo actuado a nivel estatal,no es un misterio para nadie que el enfermo hospitalario sigue resultando una especie de paria de la salud. Su solicitud de atención se parece más a una súplica que a una demanda o a un derecho que le asiste.
Indudáblemente los profesionales se hallan incapacitados para esperar doblegar las políticas del sector, pero que no quepan dudas de su voluntad transformadora cuando algún proyecto los entusiasma, y al mismo tiempo otean alguna solución en beneficio de la comunidad.
Vale mencionar al respecto, una verdadera experiencia positiva que fué impulsada en 1984, por el Dr. Ginés Gonzalez Garcia en la administracion del Dr. Caffiero, y fué la instauración del proyecto ATAMDOS, destinado más que a una espera de demanda espontánea por parte de la comunidad, a una atención primaria domiciliaria por equipos de salud constituidos por Médicos, Odontólogos, Psicólogos, Asistentes Sociales y personal paramédico que trabajaban en un régimen de dedicación exclusiva, con sueldos dignos, en zonas precarias de la Provincia, con preeminencia en el Gran Buenos Aires. Lamentáblemente y a pesar de haber asumido el Gobierno una administración del mismo signo político, el proyecto fué discontinuado sin más.
De cualquier manera, el Hospital Público en la Provincia posee un cuerpo profesional altamente capacitado, y en el área odontológica, son múltiples los colegas de jerarquia que desarrollan su tarea en los respectivos servicios, profesionales de nivel nacional e internacional y de destacada actuación en los niveles educacionales
de pre y postgrado. Valga mencionar como ejemplos a los Dres. Carraro, Fontan, Ferrario, Amadeo Gonzalez, Edelstein en el Hospital Fiorito; Becerra, Marolda, Abraham en el Hospital Gandulfo; Artemio Cáceres, Gimenez, Diaz en Bahia Blanca; Benzini, Barletta, Caffesse, Velazquez en La Plata y muchos otros que me perdonarán su omisión.
No debemos ignorar tampoco, los excelentes Docentes formados en la Facultad de Odontología de la Universidad Nacional de La Plata, a cuya fundación ya nos hemos referido.
No obstante, quiero llamar la atención sobre la creciente aparición en el ámbito Nacional, y ya tambien en la Provincia, de una moda como la creación de Escuelas, luego devenidas en Facultades, patrocinadas y montadas sobre las estructuras de entidades profesionales que, en otros momentos, levantaron su voz en contra de la matrícula excesiva de las Universidades Nacionales.
Estas casas de estudios, son aprobadas por los poderes públicos, sin la realización de encuestas, consultas o estudios sobre la pertinencia de dichas decisiones que luego impactan sobre el mercado de trabajo profesional. En el año 1970, la relación Odontólogo-habitante, era de 1 x 1700; en 1990, de 1 x 1300 y en 2010, de 1 x 1000. En el Conurbano, y en el Gran La Plata, ésta relación desciende a un poco más de la mitad,
Será necesario que las organizaciónes profesionales, y las propias Facultares públicas, apoyen la realización de proyectos de investigación bio-socio-epidemiológica y Operativa que aborden los distintos aspectos de la formación y del ejercicio profesional, como así tambien de los relativos a la seguridad social y salud profesional.
Esta es una verdadera deuda de la Profesión Organizada con los colegas, más aún si se tiene en cuenta la expertez de muchos profesionales que lo han demostrado con su participación en eventos nacionales e internacionales y de dirigentes que conocen los temas que debieran ser profundizados.
No deben descartarse los proyectos que puedan concitar la financiación desinteresada por parte de organismos como la Organización Panamericana de la Salud, El Banco Mundial, la OEA, y algunas fundaciones que propician éste tipo de proyectos.
Valen como ejemplos El Proyecto UNI financiado por la Fundación Kellog, el PROLADEO con fondos monitoriados por la OPS etc.
A todo ésto, nuestra Caja de Seguridad Social continuaba intervenida. Todas las acciones judiciales entabladas con la firma de quien ésto escribe en su condición de Presidente del Directorio desplazado, conjuntamente con el Secretario Dr. Puddú, y con el asesor letrado Juan de Tomás, no tenían destino cierto.
Tambien recurrí al envío a los poderes públicos, de una catarata de notas y reclamos solicitando una solución pronta para la normalización de la Institución.
Con fecha 9 de Marzo de 1981, el Interventor Dr. Crespi, hace llegar una nota a los afiliados en la que luego de un pormenorizado análisis de su acción, decide el llamado a elecciones para Directores, y el dia 9 de Mayo, asume el Directorio que en su primera reunion, ratifica al Dr. Jaitt como Presidente de la Institución. Al acto de asunción, concurren el Ministro de Gobierno de la Provincia Dr. Perez Pesado, el Ministro de Salud, Dr. Nardelli y Presidentes y Delegados de numerosas entidades de la profesión y de otras Cajas provinciales. En la foto se puede visualizar, a los Dres. Perez Pesado, Nardelli, Jaitt y Gomez, Presidente de FOPBA en la ceremonia de toma de posesión.
Inmediatamente el Directorio se abocó a la tarea de normalizar la Institución, y lanzar un plan de regularización de deudas de los afiliados, con un éxito destacable que permitió recuperar gran parte del patrimonio adeudado. Me acompañaron en esta oportunidad, los Dres,Elba de Mendez como Vice, Varela, como secretario, Boveri, como tesorero y Kartofel, Plótquin, Arena, Perez Irigoyen, Pascua y Brusa como Directores.
Los fondos recaudados con el plan de regularización de deudas, fueron utilizados en forma parcial, para la adquisición de un edificio y su ampliación y remodelación, que es el mismo que actualmente constituye la sede central en la calle 10 de La Plata.
Los posteriores Directorios, con las modificaciones legales pertinentes, fueron completando las acciones destinadas a lograr un efectivo cumplimiento de la ley, garantizando la sobrevivencia de un régimen de protección integral de los Odontólogos Bonaerenses.
Llegado al final de este relato, al que pompósamente me permití denominarlo historia, no me queda más que pedir perdón por haberla contado en primera persona, pero entiendo que responde por un lado a mis propias vivencias, y por otro, a lo que pude constatar a través del contacto con Dirigentes que me precedieron, o lo que pude investigar en la documentación obrante en mis propios archivos.
Sé que ésta reseña es incompleta y tal vez parcial, pero apelando a la bondad y a las ansias de colaboración de mis colegas, puedan utilizar éste medio para agregar lo que consideren oportuno a los efectos de ampliar y mejorar ésta humilde pero digna historia.
No he tenido otra intención, que colaborar para remarcar la importancia de nuestras Instituciones y la necesidad de que cada uno, desde su modesta posición, se obligue a participar en ellas para fortalecerlas y engrandecerlas.
Deso finalizar estas líneas, con una reproducción, que nó por conocida, deja de ser una realidad inconstrastable :
LAS OBRAS DE LAS INSTITUCIONES
las imaginan los locos soñadores
las ejecutan los luchadores natos
las aprovechan los felices cuerdos
las combaten los descreidos crónicos
Juan Carlos Jaitt