En este blog, se ofrece una tribuna para la exposición y discusión de los Problemas que Afectan la formación del Odontólogo, el ejercicio profesional y todo tema atinente al Mejoramiento de la salud bucal de la población, y a la Jerarquización de la profesión.
jueves, 22 de septiembre de 2011
ENSEÑANZA DE LA ODONTOLOGÍA
Requisitos para la selección y admisión del
educando
En el año 1987, se reunió en Ginebra el Consejo de Organizaciones Internacionales de Ciencias Médicas, abocándose al tratamiento de uno de los aspectos más preocupantes relacionados con la formación de recursos humanos en el área de la salud.
Decía el CIOMS en su declaración que " cuando un pais forma una cantidad de personal mayor de la que necesita o de la que puede emplear, se produce un desequilibrio en los recursos humanos de salud ". El tema no es tán novedoso ni superficial como para que la Universidad lo ignore o lo relegue a meras discusiones sin propuestas concretas. La adecuación de los recursos humanos a las necesidades de salud de la población, resulta una quimera en tanto persista la incoordinación entre los sectores salud y educación.
Ya en 1985, el Director de la O.P.S, Carlyle Guerra de Macedo, expresaba que " las Universidades deben constituirse en la conciencia crítica de la sociedad y, en esa calidad, ser principal instrumento para promover las transformaciones necesarias ".
No es tan solo formando más y más profesionales, que la Universidad cumple con el objetivo que le asignara la sociedad en su conjunto. Lo que ocurre es que las mayores preocupaciones educativas, se aplican al " cómo " y no tanto al " para qué " de la formación profesional. Un año antes, el 12 de Diciembre de 1984, expresaba el Rector Normalizador de la U.B.A, el Dr. Delich : " La universidad ha trabajado con ahinco y sin desmayo. El Gobierno de la Nación eliminó el sistema de cupos para el ingreso, y tuvimos éste año una matrícula excepcional que fué atendida con escasos medios y recursos. Nos preparamos para recibir cerca de 80.000 estudiantes a partir de 1985, con la conciencia y la convicción de que cada uno de ellos tiene derecho a la oportunidad de la enseñanza superior, con la esperanza de que sean muchos los que en la universidad crezcan y prosperen, con una estrategia educativa que en el marco de la reforma pedagógica, muestre en la práctica que podemos dar buen entrenamiento universitario a muchos, si obramos con imaginación y tenacidad ". Las palabras suenan reivindicativas y un tanto demagógicas, y nó prevén acciones destinadas a evitar el derroche de recursos por abandono y desgranamiento, hechos favorecidos por las políticas que sólo se ocupan de fomentar el ingreso irrestricto a las universidades, pero que lo hacen sin estudios de factibilidad , sin estimar las reales necesidades de profesionales , y sin contar con los recursos económicos e instruccionales para acometer la tarea.
En Septiembre de 1986, la XXII Conferencia Sanitaria Panamericana llevada a cabo en Washington, con la presencia de los Ministros de Salud de las Américas ( tambien de Argentina ), aprobó un documento sobre " Orientación y prioridades programáticas para la O.P.S en el cuadrienio 1987-1990 ".
A la par de señalar entre las prioridades relativas al personal de salud la necesidad de identificar nuevos modos para su formación y capacitación, ponía el acento " en la necesidad de reorientar todas las acciones en acuerdo a las estrategias sanitarias adoptadas ".
Estas dos opiniones contrapuestas entre funcionarios de un mismo pais, nos brinda un ejemplo más, de los tantos que pueden citarse, en que la política educacional se elabora sobre bases que nó contemplan las decisiones de un mismo gobierno, sobre las políticas de salud. Esta situación no vá en desmedro de quiens deben orientar las políticas de sus respectivas areas, sino que marca la incoordinación a la que hacíamos referencia.
No caben dudas sobre las dificultades que deben vencerse para el abordaje de temas que cuestionan modos y caminos tradicionales, pero como expresara José Luis Romero, " una universidad que quiera ser viva, no puede esquivar los problemas fundamentales por el sólo hecho de ser conflictivos ". El hecho cierto es que existe una gran discrepancia entre los recursos humanos que el sistema educacional prepara, y las características y número de esos recursos que los servicios requieren. Numerosas investigaciones se llevan a cabo en diferentes centros educativos de América y Europa, con el objeto de desarrollar una técnica capáz de definir la clase y el número del personal de salud que debe ser entrenado en cada región. Sin embargo, los hábitos y recomendaciones no pueden ser transferidos automáticamente a otros paises.
Una serie de circunstancias de órden social, económico y político deben ser evaluadas nó solo en cada país, sino en cada región y en cada comunidad educativa.
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Ejercicio Profesional
lunes, 19 de septiembre de 2011
ENSEÑANZA DE LA ODONTOLOGÍA
EL CONTEXTO Y SU INFLUENCIA EN EL DESARROLLO DE LA EDUCACÓN DENTAL.
La situación profesional
La aguda crisis económica por la que atraviesan los paises en vias de desarrollo, viene dejando su impronta desde hace prácticamente tres décadas, en el sector de las profesiones liberales.
Si se analiza también la situación en los paises centrales, se observará idéntica preocupación. En ambos casos, puede detectarse una creciente proletarización, pauperización, subempleo, multiempleo, desempleo y éxodos locales o regionales, aunque las causales sean de distinta naturaleza. En los paises desarrollados se menciona la confluencia de tres factores en el deterioro del ejercicio de la profesión odontológica; el incremento excesivo de profesionales, el crecimiento regresivo de la población y la disminución de la demanda, ya por menor incidencia de las enfermedades dentales, cómo por factores económicos.
En los paises en vias de desarrollo, no pueden esgrimirse las mismas razones. Su población sigue creciendo con renovado ritmo, y las enfermedades dentales no manifiestan decrecimiento epidemiológico.
En cuanto al número de profesionales, no representa tampoco una cuestión explosiva, ya que en muchos de ellos, la relación odontólogo-población todavía no ha llegado a los índices aceptables propuestos por los organismos internacionales de la salud. No caben dudas que la decadencia y el progresivo deterioro económico y social de sus comunidades, se ha expandido de tal forma que ha alcanzado también a las profesiones liberales, que conservaban hasta no hace mucho tiempo un cierto status económico.
Nuestro Pais, resume un poco de las condiciones de cada grupo de las naciones analizadas con una manifiesta atipía en su comportamiento.
En lo referente al número de odontólogos egresados y a la característica demográfica de su población, se acerca a los paises desarrollados. En cuanto a sus condiciones económicas globales y a los estándares de salud, se halla mas cerca del tercer mundo.
En consonancia con la gravedad de las situaciones y con el predominio de uno u otro factor de distorción, las soluciones propuestas y adoptadas por cada pais han sido disímiles. El cierre de escuelas dentales ( Holanda, Dinamarca, Suecia ), la reducción del número de ingresantes ( Alemania, Inglaterra, Francia ), la restricción en la habilitación para el ejercicio profesional ( EE.UU, Canadá ), se han aplicado como mecanismos correctores en los paises desarrollados. Una creciente socialización de los servicios de salud, con una marcada estatización en el empleo profesional, fué adoptada en el otro grupo de paises.
En Argentina no se avizoran todavía los posibles mecanismos de regulación para impedir la ostensible merma en la relación odontólogo-población. Los 1.250 habitantes por odontólogo que se contabilizaban hace 30 años, han pasado a una relación de 754, cuando todavía la O.M.S, sigue manteniendo como ideal los 1.250.
Las universidades matriculan líbremente con ténues exigencias de cursos preparatorios o ciclos básicos. El ejercicio profesional no se halla acotado por ningún tipo de restricciones impuestas por organismos oficiales o colegios profesionales. A pesar de los esfuerzos, los índices epidemiológicos en salud dental no han mejorado ostensíblemente. La planificación en salud, no ha logrado integrar, ni siquiera coordinar, los subsistemas de prestación; la realidad demográfica se asimila a los paises centrales, y las condiciones económicas reflejan la pobreza y decadencia de los paises periféricos.
La creciente dificultad para el ejercicio de la profesión odontológica, es pues una constante en todo el mundo. La mayor parte de los paises, han adoptado resguardos para evitar la radicalización de las situaciones. Nuestro pais todavía se halla enfrascado en discusiones filosóficas, mientras tanto proliferan los sistemas que expolian, corrompen y explotan a los jóvenes odontólogos; la subocupación y el multiempleo se han adueñado de una amplia capa del sector profesional, y el éxodo, que en otros tiempos representaba una salida habitual, ya no encuentra lugares que admitan fácilmente dicha inmigración.
Si es desconcertante que los paises subdesarrollados hayan aportado casi el 50% de los científicos y profesionales que emigraron a los paises centrales en los últimos dos decenios del siglo pasado, lo es aún mas, que las instituciones formadoras de esos recursos, no mostraran el menor empeño en adoptar mecanismos para subsanarlo, si se tiene en cuenta los enormes recursos invertidos para su formación. Y hoy en dia, se siguen invirtiendo ingentes cantidades de dinero para formar profesionales que, en última instancia, terminarán poblando las estructuras burocráticas del estado, o pulularán convirtiéndose en mano de obra adocenada de corporaciones o grupos empresarios profesionales que lucran con su explotación.
Sin embargo, nuestras instituciones profesionales no pueden esconder su accionar que favorece la pervivencia de sistemas tán injustos. Por un lado, se niegan a reconocer la realidad que las circunda, mirando para otro lado cuando a veces apañan conductas
extraviadas, y en algunas oportunidades son verdaderos socios en la explotación bajo aranceles indignos.
Otra situación que se ha producido en los finales del siglo pasado y principios del actual, es la creación de numerosas facultades de odontología privadas dependientes de universidades que se dedicaban habitualmente a carreras de las ciencias económicas y sociales, y en algunos casos, en abierta sociedad con instituciones odontológicas científicas y hasta gremiales.
A las universidades públicas ya existentes, se fueron sumando las escuelas Maimónides, Kennedy, El Salvador asociada a la Asociación Odontológica Argentina, y últimamente la Católica asociada a la Sociedad Odontológica de La plata en 2004 y la del Circulo Odontológico de Rosario en 2008. En el posgrado curricular, el Circulo Argentino de Odontología estableció una relación con la Universidad Kénnedy, el Ateneo Argentino de Odontología con la Universidad Favaloro, la Universidad Católica de Salta con un grupo de calificados colegas, al igual que la Universidad Católica Argentina. No podemos dejar de mencionar, el convenio entre una academia de prótesis de laboratorio con la Universidad de Lomas de Zamora, que no posee escuela de Odontología.
Todos recordamos las editoriales en las revistas de varias de nuestras instituciones, arremetiendo contra las Facultades de Odontología públicas, a quienes acusaban de fábricas de Dentistas que inundaban el mercado de profesionales, y unos pocos años después, ellas mismas se transformaron en escuelas de Odontología.
Bajo qué patrones, estándares o necesidades, la C.O.N.E.A.U autoriza la creación y funcionamiento de nuevas escuelas de odontología? ¿ Ha intervenido el Consejo de Universidades, tal como lo establece la ley 24.521 en la acreditación de dichas escuelas? ¿ Bajo que parámetros ?. Cuando una institución odontológica decide crear una escuela de grado, consulta a la profesión?.
Muchos de éstos interrogantes quedan sin respuesta. ¿ Cuantas escuelas más nos deparará el futuro ? ¿ Cuantos odontólogos más ingresarán a un mercado que ya se torna inextensible ?
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Ejercicio de la Odontología
viernes, 16 de septiembre de 2011
DATOS INQUIETANTES PARA LA SEGURIDAD SOCIAL
¿ Es posible una sociedad cuya existencia ociosa duplicará la laboral ? ¿ Es factible una vejez con potencialidad cognitiva y autonomía ?
Estas preguntas no sólo instalan una tremenda duda; el análisis impone ciertas premoniciones, que son verdaderos nubarrones en el cielo de la seguridad social, tanto en lo atinente a los regímenes previsionales como a la cobertura de la salud.
En el presente siglo, convertirse en centenario no es un simple vaticinio, será una realidad incontrastable. En tán solo un lustro, la esperanza de vida aumentó casi un 11% en los paises desarrollados,
con el agravante que, cuando la gente llega a los 90 años, el envejecimiento es mucho mas lento.
Estas ecuaciones demográficas, plantean interrogantes sobre si la sociedad podrá soportar una relación cada vez mas negativa entre la franja de jubilados y la de quienes los sustentan con sus aportes.
En Argentina, la tasa de fecundidad baja, la esperanza de vida sube y la población activa no se incrementa, mas bien, un 30% de la misma no aporta al sistema por trabajar en negro.
Si los aportantes a los sistemas de seguridad social, son 2 y 1/2 por cada jubilado, y un 30% no aporta, en poco tiempo tán solo un trabajador en actividad se corresponderá con un jubilado.
El peso de mantener la cobertura, ya no recae solo en los trabajadores activos. El estado debe cubrir la brecha a través de los impuestos, y éstos, no son infinitamente extensibles.
En los sistemas de salud, los mayores de 60 años representan la cuarta parte de sus afiliados, pero consumen el 60% de los medicamentos y algo más en estudios, prácticas e internaciones.
En Argentina, la tasa de recambio poblacional es casi similar a la tasa de fertilidad por mujer ( 2,1 hijos ). La población, con base en el alargamiento de la vida, ascenderá un 40% hacia el año 2050, con una población probable para el pais de 58 millones de personas.
Los mayores de 60 años, se incrementarán en un 400%.
A no dudarlo se generará una presión inédita sobre la pobreza, los recursos profesionales y los sistemas de salud.
A éste ritmo, la Caja de Seguridad Social para Odontólogos de la Provincia de Buenos Aires, como las demás cajas profesionales, sufrirá tambien el impacto de los índices mencionados, tanto en su aspecto jubilatorio como en la cobertura de la enfermedad y la discapacidad.
Los estudios actuariales, ya no serán un instrumento valorable, siendo que, aun con los aportes de los comitentes, resultará harto difícil establecer montos jubilatorios aceptables.
La dirigencia institucional, debe comenzar yá a trabajar con vistas al futuro, y entender que su función será ,más que técnica, eminentemente política, tratando de adoptar los mecanismos indispensables para disminuir el márgen que separa lo deseable de lo posible.
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seguridad social del odontólogo
jueves, 15 de septiembre de 2011
ENSEÑANZA DE LA ODONTOLOGÍA
MISIONES DE LA UNIVERSIDAD
Realizar y fomentar la investigación científica.
A los efectos de cumplimentar con la temática del epígrafe, remito al lector a las entradas correspondientes al dia 26 de Junio de 2010.
Realizar y fomentar la investigación científica.
A los efectos de cumplimentar con la temática del epígrafe, remito al lector a las entradas correspondientes al dia 26 de Junio de 2010.
martes, 13 de septiembre de 2011
ENSEÑANZA DE LA ODONTOLOGÍA
LAS MISIONES DE LA UNIVERSIDAD
" Asegurar la cultura y educación general "
Definiendo a la cultura como " el sistema vital de las ideas en cada tiempo ", Ortega y Gasset le imponía a la universidad como función primordial, a parte de la enseñanza de las profesiones y la investigación científica, "la plena transmisión del saber acumulado". Al mismo tiempo, consideraba una verdadera atrocidad, el desplazamiento que la investigación le ha infligido a la cultura, calificando de "nuevo bárbaro", al profesional, retrasado con respecto a su época, más sabio que nunca, pero tambien mas inculto.
No cabe duda que la Universidad, desde la edad media hasta la sociedad industrial, es considerada generalmente una torre de marfil distanciada de su entorno; un depósito de conocimientos que , aunque respetados, no logra convertirse en un centro intelectual comprometido, en un planificador político por excelencia, en un paladín de las innovaciones sociales.
Resulta altamente contradictorio, pensar que una institución como la Universidad, que debiera fomentar la unidad intelectual del género humano; que debiera inducir al mundo moderno a una cosmovisión homogénea, estable y positiva, se convierta sin embargo en una fuente de inseguridad e incertidumbre, en una promotora de la disociación, en la abanderada de la anarquía intelectual. Y ello no es más que una consecuencia de la explosión científica, que promoviendo la fragmentación del conocimiento, mantiene abierta la brecha entre el ritmo de su expansión y la posibilidad de su asimilación.
Los innumerables diccionarios con decenas de miles de términos técnicos especiales; la publicación de más de 60 millones de libros científicos desde 1450 hasta la década de 1980, duplicando su número cada 20 años; la producción de 100.000 periódicos anuales en 60 idiomas, cifra que se duplica cada 15 años, etc., constituye una verdadera avalancha de informaciones, descubrimientos e ideas, que descolocan al hombre e impulsan a los estudiosos a optar entre convertirse en superespecialistas o en generadores superficiales.
Lo lamentable, es que pocos se preocupan en analizar y proponer caminos alternativos de solución, y la mayoría de los egresados de las altas casas de estudios, se conforman en ingresar, aunque cada vez con mayores dificultades, a la élite social institucionalizada que aquellas promueven, pero que por su formación acotada, no logran constituir la pirámide de talento social cuya ancha base, pueda sustentar eficázmente al vértice conductor y creativo de nuestras incipientes democracias.
Es cierto que el avance científico y tecnológico permite producir mas bienes y servicios con un menor esfuerzo humano, pero tambien es cierto que el obrero, el técnico, el profesional, necesitan mayores aptitudes y preparación para competir en el mercado laboral y para ascender en la escala de estima social. Ya no resulta suficiente, que los profesores tan solo conozcan por experiencia las aptitudes y actividades requeridas para tener éxito en la profesión y que ellos mismos sean personas de éxito.
Una educación general, debe presidir la formación de los profesionales, desde la escuela secundaria hasta el posgrado universitario, y de la misma manera, debe ofrecer dichas alternativas a los ciudadanos, que sin pretender la obtención de títulos tradicionales, desean mejorarse intelectualmente o prepararse para los nuevos retos a que los convoca un mundo en constante evolución.
" Asegurar la cultura y educación general "
Definiendo a la cultura como " el sistema vital de las ideas en cada tiempo ", Ortega y Gasset le imponía a la universidad como función primordial, a parte de la enseñanza de las profesiones y la investigación científica, "la plena transmisión del saber acumulado". Al mismo tiempo, consideraba una verdadera atrocidad, el desplazamiento que la investigación le ha infligido a la cultura, calificando de "nuevo bárbaro", al profesional, retrasado con respecto a su época, más sabio que nunca, pero tambien mas inculto.
No cabe duda que la Universidad, desde la edad media hasta la sociedad industrial, es considerada generalmente una torre de marfil distanciada de su entorno; un depósito de conocimientos que , aunque respetados, no logra convertirse en un centro intelectual comprometido, en un planificador político por excelencia, en un paladín de las innovaciones sociales.
Resulta altamente contradictorio, pensar que una institución como la Universidad, que debiera fomentar la unidad intelectual del género humano; que debiera inducir al mundo moderno a una cosmovisión homogénea, estable y positiva, se convierta sin embargo en una fuente de inseguridad e incertidumbre, en una promotora de la disociación, en la abanderada de la anarquía intelectual. Y ello no es más que una consecuencia de la explosión científica, que promoviendo la fragmentación del conocimiento, mantiene abierta la brecha entre el ritmo de su expansión y la posibilidad de su asimilación.
Los innumerables diccionarios con decenas de miles de términos técnicos especiales; la publicación de más de 60 millones de libros científicos desde 1450 hasta la década de 1980, duplicando su número cada 20 años; la producción de 100.000 periódicos anuales en 60 idiomas, cifra que se duplica cada 15 años, etc., constituye una verdadera avalancha de informaciones, descubrimientos e ideas, que descolocan al hombre e impulsan a los estudiosos a optar entre convertirse en superespecialistas o en generadores superficiales.
Lo lamentable, es que pocos se preocupan en analizar y proponer caminos alternativos de solución, y la mayoría de los egresados de las altas casas de estudios, se conforman en ingresar, aunque cada vez con mayores dificultades, a la élite social institucionalizada que aquellas promueven, pero que por su formación acotada, no logran constituir la pirámide de talento social cuya ancha base, pueda sustentar eficázmente al vértice conductor y creativo de nuestras incipientes democracias.
Es cierto que el avance científico y tecnológico permite producir mas bienes y servicios con un menor esfuerzo humano, pero tambien es cierto que el obrero, el técnico, el profesional, necesitan mayores aptitudes y preparación para competir en el mercado laboral y para ascender en la escala de estima social. Ya no resulta suficiente, que los profesores tan solo conozcan por experiencia las aptitudes y actividades requeridas para tener éxito en la profesión y que ellos mismos sean personas de éxito.
Una educación general, debe presidir la formación de los profesionales, desde la escuela secundaria hasta el posgrado universitario, y de la misma manera, debe ofrecer dichas alternativas a los ciudadanos, que sin pretender la obtención de títulos tradicionales, desean mejorarse intelectualmente o prepararse para los nuevos retos a que los convoca un mundo en constante evolución.
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viernes, 9 de septiembre de 2011
ENSEÑANZA DE LA ODONTOLOGÍA
El marco legal y las misiones de la Universidad
En Argentina, la sanción de la ley 24521 en 1995, désató una polémica en los ambientes universitarios que estaba centrada, más que en su contenido reglamentario, en la forma en que abordaba en algún caso y soslayaba en otro, aspectos que desde siempre se manejaron más como banderas políticas, que como instancias académicas. En más de 100 años de vida institucional, las universidades nacionales han sido regidas por cinco leyes nacionales de trámite parlamentario : la ley 1597 de 1885; la 13031 de 1947; la 14297 de 1954; la 20654 de 1974 y la 24521 de 1995. Hubo además cinco decretos-leyes producidos por gobiernos de facto, hasta el 22207 que rigió desde 1980 hasta 1984 en que fué derogado.
Con independencia de las ideas dominantes en cada época, de las políticas nacionales vigentes, del contexto socio-político en que se insertaban, o de los criterios, tendencias y concepciones de sus impulsores, las distintas normas legales centraban el accionar de la universidad en tres misiones fundamentales :
1.- Asegurar la cultura y educación general.
2.- Formar recursos humanos con responsabilidad en las áreas de interés social.
3.- Realizar y fomentar la investigación científica.
El segundo punto, ya lo hemos abordado en las entradas correspondientes al capítulo sobre "Criterios sobre la intensidad de la formación práctica". Expondremos por tanto a continuación, algunos conceptos sobre las otras dos misiones de la universidad.
En Argentina, la sanción de la ley 24521 en 1995, désató una polémica en los ambientes universitarios que estaba centrada, más que en su contenido reglamentario, en la forma en que abordaba en algún caso y soslayaba en otro, aspectos que desde siempre se manejaron más como banderas políticas, que como instancias académicas. En más de 100 años de vida institucional, las universidades nacionales han sido regidas por cinco leyes nacionales de trámite parlamentario : la ley 1597 de 1885; la 13031 de 1947; la 14297 de 1954; la 20654 de 1974 y la 24521 de 1995. Hubo además cinco decretos-leyes producidos por gobiernos de facto, hasta el 22207 que rigió desde 1980 hasta 1984 en que fué derogado.
Con independencia de las ideas dominantes en cada época, de las políticas nacionales vigentes, del contexto socio-político en que se insertaban, o de los criterios, tendencias y concepciones de sus impulsores, las distintas normas legales centraban el accionar de la universidad en tres misiones fundamentales :
1.- Asegurar la cultura y educación general.
2.- Formar recursos humanos con responsabilidad en las áreas de interés social.
3.- Realizar y fomentar la investigación científica.
El segundo punto, ya lo hemos abordado en las entradas correspondientes al capítulo sobre "Criterios sobre la intensidad de la formación práctica". Expondremos por tanto a continuación, algunos conceptos sobre las otras dos misiones de la universidad.
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jueves, 8 de septiembre de 2011
ENSEÑANZA DE LA ODONTOLOGÍA
Acreditación de Facultades y carreras de Odontología.
PRESENTACIÓN INSTITUCIONAL
A los efectos de cumplimentar los requerimientos
que surgen del contenido de cada estándar, la Facultad o Escuela deberá caracterizar pormenorizádamente todos los aspectos estructurales, programáticos, metodológicos, conceptuales y de recursos, y según la dinámica impuesta por el organismo evaluador, los expondrá a través de un diagnóstico institucional orgánico, o lo desplegará en cada atributo en general o en cada indicador (estándar) en particular. Así la Institución deberá contar con los siguientes documentos:
a.- Acciones emprendidas para la fundación institucional y marco normativo-legal que se pretende o en el que se ampara su funcionamiento.
b.- Estructura académico-administrativa. Misión y funciones.
Autoridades superiores. Funcionarios de carrera. Interdependencias.
c.- Incumbencias que le asigna al producto profesional.
d.- Objetivos propuestos para las carreras a acreditar.
e.- Perfil profesional deseado.
f.- Estructura curricular diagramada por áreas del conocimiento, y expresada en contenidos básicos, carga horaria, objetivos educacionales específicos y discriminación entre la teoría y la práctica.
g.- Correlatividades, articulaciones, integración y salidas intermedias.
h.- Mecanismos de evaluación.
i.- Prerrequisitos para el ingreso y para el avance en el proceso de formación.
j.- Metodología del proceso enseñanza-aprendizaje para cada área en particular.
k.- Recursos humanos: alumnos, docentes, auxiliares, técnicos, administrativos y de servicios. Condiciones de ingreso y permanencia.
l.- Estructura física de las clínicas, laboratorios dentales y de ciencias básicas, servicios de apoyo y áreas de recreación y complementación académica-asistencial.
m.- Articulación docente-asistencial. Metodología, clínicas periféricas y servicios hospitalarios satélites.
n.- Investigación, extensión y publicaciones.
o.- Recursos económicos y financieros. Recursos de autogestión.
p.- Relaciones interinstitucionales y participación inter y transdisciplinarias.
q.- Mecanismos de autoevaluación y control de gestión.
La presentación, deberá estar precedida por un marco conceptual globalizador que incluya, la filosofía y el sistema de valores en que se apoya la creación y el funcionamiento de la institución y de las carreras a acreditar, los propósitos y objetivos de la Facultad o Escuela enmarcados en el contexto socioeconómico y político del área de su influencia, de las condiciones de salud bucal de la población, de las prioridades de salud, del diagnóstico de necesidades de recursos humanos para resolver los problemas prevalentes de salud bucal, y de la disponibilidad de recursos físicos y financieros, todo ello con una explicitación sobre la manera y forma en que los programas educativos se enmarcarán en dicha problemática.
Si se analiza en forma superficial y apasionada todo éste rosario de requerimientos a satisfacer a los efectos de obtener la acreditación para la creación o el funcionamiento de instituciones universitariasque desarrollan carreras críticas, pareciera exagerado y hasta absurdo por la extensión y profundidad de la documentación pasible de solicitar. Sin embargo, debe entenderse que para todas éstas acciones existe un marco legal, que en nuestro País, tiene su historia y que determina cláramente el cómo y el porqué del funcionamiento de las instituciones universitarias .
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martes, 6 de septiembre de 2011
ENSEÑANZA DE LA ODONTOLOGÍA
Acreditación de Facultades y Escuelas de Odontología y sus carreras. Los"estándares".
Las relaciones entre la educación dental, la profesión odontológica y la comunidad son indiscutibles. La transmisión del conocimiento y la formación del personal de salud, en el desarrollo de las destrezas analíticas y prácticas que hacen al desempeño profesional, no deben estar aislados de las condiciones sociales y económicas del entorno.
Esto ha quedado debidamente explicitado en entradas anteriores, y fundamentalmente en relación a aquellos aspectos que han sido considerados vitales en el marco de los artículos 42°y 43° de la ley 24521, vale decir, a la cumplimentación por parte de las instituciones que dictan carreras críticas con reconocimiento oficial y responsabilidad social, de una carga horaria mínima, de criterios sobre la intensidad de la formación práctica y de los contenidos curriculares básicos, y que habrán de constituirse en elementos esenciales para la evaluación y acreditación de las carreras respectivas, aunque nó los únicos por cierto, ya que dada la imposibilidad en el presente de establecer un control del producto para su habilitación, debe ponerse todo el acento en el control del proceso que lo forma.
El artículo 45° de la ley ya mencionada, hace mención a los estándares a los que deberán ajustatrse las carreras y por ende las instituciones que las imparten a los efectos de ser acreditadas. Es bien cierto que la importancia de una universidad, no radica en poseer programas frondozos y carreras largas.
Tambien es cierto que los procedimientos evaluatorios, no deben exigir más allá de lo que se considera razonable y adecuado en patrones y metas, para el alcance de los objetivos indispensables que permitan volcar al medio, un producto profesional apto no solo por su acervo científico, sino tambien con ajuste a objetivos sociales deseados.
El "estándar", debe enunciar dentro de una serie de variables que caracterizan aspectos esenciales de un proceso, las condiciones a satisfacer para lograr el reconocimiento de su idoneidad y pertinencia a condición de su legitimidad, que se obtendrá demostrando consistencia, coherencia, comparatividad, certidumbre y flexibilidad. La aplicación de los estándares en los procedimientos evaluatorios que devienen en acreditación, califican en nuestro caso, la capacidad formadora de los centros docente-asistenciales en un momento de su vida. Sin embargo, como ya lo expresáramos anteriormente, ésta evaluación debe ser periódica a los fines de obtener información sobre los efectos de la evaluación anterior, lo que se traduce en una atención permanente por mantener los centros universitarios, en un nivel de calidad concordante con los ideales de excelencia que se trazaron previamente las propias instituciones.
Es por ello, que la propuesta no consiste en fijar una serie de estándares para su aplicación y calificación única y definitiva, sino en propiciar un procedimiento permanente como el propuesto en páginas anteriores, con un escenario normativo al cual encaminarse, y un escenario actual al momento de la evaluación, flexibilizando las exigencias momentáneas, pero apuntando a una adecuación a futuro. El procedimiento de acreditación debe darse, tánto para el inicio de la actividad de una institución formadora, a través del cual se autoriza su funcionamiento, como para posteriores evaluaciones que acrediten la justificación de su mantenimiento, sobre la base de un avance gradual pero constante, en el alcance de los objetivos previstos en el modelo normativo.
La evaluación universitaria y la acreditación de las carreras de grado, representa para Argentina un procedimiento novedoso que se plasma jurídicamente en 1995. Sin embargo, ya en la década de 1980, y con el patrocinio de la O.P.S, la OFEDO-UDUAL promovió un mecanismo evaluatorio optativo que se llevó a cabo en cuatro facultades de odontología del pais, y en varias latininoamericanas, utilizando la metodología del "análisis prospectivo" al que yá nos refiriéramos anteriormente.
El tema nó obstante, ya era suficientemente conocido y experimentado el los EE.UU de N.A. El Council on Dental Education adoptó en 1940, un conjunto de requerimientos para la aprobación del funcionamiento de las nuevas escuelas dentales, y fijó condiciones que pasaban por: la educación predental, las exigencias para la graduación, los procesos educativos de pre y post grado, la planta física de las escuelas, la admisión de los educandos, la práctica hospitalaria y la pertinencia con el contexto, sin descuidar el soporte y manejo financiero de las instituciones, la biblioteca etc..
Lo importante en todos los casos, es la compatibilidad de los estándares con las acciones y exigencias que por ley se les plantean para su funcinamiento, y la presentación en tiempo y forma de algunos requerimientos administrativos, y en lo posible un encuadre conceptual institucional.
Esta propuesta, se estructurará en las cuatro categorías ya descriptas; el CONTEXTO, que es el aspecto externo del sistema; la ESTRUCTURA, que representa el modo de interrelación de los componentes del proceso; la FUNCIÓN, que resume la actividad de de los componentes de la estructura y la INTEGRALIDAD, que es el aspecto cardinal y sistemático del proceso, que garantiza su especialidad cualitativa.
En cada una de éstas categorías, se explicitarán los atributos, que son las cualidades o propiedades que engloban los distintos aspectos en que pueden compartimentarse las categorías, y dentro de cada atributo se describirán como indicadores, los estándares propuestos.
Estos estándares, se ordenarán en un escenario razonable y al final del capítulo, se proyectarán a un escenario normativo avanzado, que para el caso de cada acreditación en particular, lo propondrá la institución evaluada.
Las relaciones entre la educación dental, la profesión odontológica y la comunidad son indiscutibles. La transmisión del conocimiento y la formación del personal de salud, en el desarrollo de las destrezas analíticas y prácticas que hacen al desempeño profesional, no deben estar aislados de las condiciones sociales y económicas del entorno.
Esto ha quedado debidamente explicitado en entradas anteriores, y fundamentalmente en relación a aquellos aspectos que han sido considerados vitales en el marco de los artículos 42°y 43° de la ley 24521, vale decir, a la cumplimentación por parte de las instituciones que dictan carreras críticas con reconocimiento oficial y responsabilidad social, de una carga horaria mínima, de criterios sobre la intensidad de la formación práctica y de los contenidos curriculares básicos, y que habrán de constituirse en elementos esenciales para la evaluación y acreditación de las carreras respectivas, aunque nó los únicos por cierto, ya que dada la imposibilidad en el presente de establecer un control del producto para su habilitación, debe ponerse todo el acento en el control del proceso que lo forma.
El artículo 45° de la ley ya mencionada, hace mención a los estándares a los que deberán ajustatrse las carreras y por ende las instituciones que las imparten a los efectos de ser acreditadas. Es bien cierto que la importancia de una universidad, no radica en poseer programas frondozos y carreras largas.
Tambien es cierto que los procedimientos evaluatorios, no deben exigir más allá de lo que se considera razonable y adecuado en patrones y metas, para el alcance de los objetivos indispensables que permitan volcar al medio, un producto profesional apto no solo por su acervo científico, sino tambien con ajuste a objetivos sociales deseados.
El "estándar", debe enunciar dentro de una serie de variables que caracterizan aspectos esenciales de un proceso, las condiciones a satisfacer para lograr el reconocimiento de su idoneidad y pertinencia a condición de su legitimidad, que se obtendrá demostrando consistencia, coherencia, comparatividad, certidumbre y flexibilidad. La aplicación de los estándares en los procedimientos evaluatorios que devienen en acreditación, califican en nuestro caso, la capacidad formadora de los centros docente-asistenciales en un momento de su vida. Sin embargo, como ya lo expresáramos anteriormente, ésta evaluación debe ser periódica a los fines de obtener información sobre los efectos de la evaluación anterior, lo que se traduce en una atención permanente por mantener los centros universitarios, en un nivel de calidad concordante con los ideales de excelencia que se trazaron previamente las propias instituciones.
Es por ello, que la propuesta no consiste en fijar una serie de estándares para su aplicación y calificación única y definitiva, sino en propiciar un procedimiento permanente como el propuesto en páginas anteriores, con un escenario normativo al cual encaminarse, y un escenario actual al momento de la evaluación, flexibilizando las exigencias momentáneas, pero apuntando a una adecuación a futuro. El procedimiento de acreditación debe darse, tánto para el inicio de la actividad de una institución formadora, a través del cual se autoriza su funcionamiento, como para posteriores evaluaciones que acrediten la justificación de su mantenimiento, sobre la base de un avance gradual pero constante, en el alcance de los objetivos previstos en el modelo normativo.
La evaluación universitaria y la acreditación de las carreras de grado, representa para Argentina un procedimiento novedoso que se plasma jurídicamente en 1995. Sin embargo, ya en la década de 1980, y con el patrocinio de la O.P.S, la OFEDO-UDUAL promovió un mecanismo evaluatorio optativo que se llevó a cabo en cuatro facultades de odontología del pais, y en varias latininoamericanas, utilizando la metodología del "análisis prospectivo" al que yá nos refiriéramos anteriormente.
El tema nó obstante, ya era suficientemente conocido y experimentado el los EE.UU de N.A. El Council on Dental Education adoptó en 1940, un conjunto de requerimientos para la aprobación del funcionamiento de las nuevas escuelas dentales, y fijó condiciones que pasaban por: la educación predental, las exigencias para la graduación, los procesos educativos de pre y post grado, la planta física de las escuelas, la admisión de los educandos, la práctica hospitalaria y la pertinencia con el contexto, sin descuidar el soporte y manejo financiero de las instituciones, la biblioteca etc..
Lo importante en todos los casos, es la compatibilidad de los estándares con las acciones y exigencias que por ley se les plantean para su funcinamiento, y la presentación en tiempo y forma de algunos requerimientos administrativos, y en lo posible un encuadre conceptual institucional.
Esta propuesta, se estructurará en las cuatro categorías ya descriptas; el CONTEXTO, que es el aspecto externo del sistema; la ESTRUCTURA, que representa el modo de interrelación de los componentes del proceso; la FUNCIÓN, que resume la actividad de de los componentes de la estructura y la INTEGRALIDAD, que es el aspecto cardinal y sistemático del proceso, que garantiza su especialidad cualitativa.
En cada una de éstas categorías, se explicitarán los atributos, que son las cualidades o propiedades que engloban los distintos aspectos en que pueden compartimentarse las categorías, y dentro de cada atributo se describirán como indicadores, los estándares propuestos.
Estos estándares, se ordenarán en un escenario razonable y al final del capítulo, se proyectarán a un escenario normativo avanzado, que para el caso de cada acreditación en particular, lo propondrá la institución evaluada.
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sábado, 3 de septiembre de 2011
ENSEÑANZA DE LA ODONTOLOGÍA
CRITERIOS SOBRE LA INTENSIDAD DE LA FORMACIÓN PRÁCTICA. (tercera parte)
En relación con la propuesta de 5095 horas de carga horaria total, que determina un predominio para las actividades prácticas con relación a las teóricas, conviene aclarar que las prácticas, incluyen todas aquellas actividades que implican la participación activa del alumno en cada uno de los cursos programados, pero que el peso mayor se distribuye entre las áreas preclínicas y clínicas.
Algunos talleres y seminarios, son considerados tambien como actividad práctica en la medida en que promueven el desarrollo de destrezas analíticas que le son caras al trabajo en laboratorios, sobre simuladores o sobre pacientes.
El trabajo sobre modelos o simuladores (maniquies, typodontos), tiene sus defensores y detractores. La llamada práctica preclínica, ubica al estudiante frente a materia inerte, y entorpece el desarrollo actitudinal y afectivo, e impone una especie de reeducación psicomotora del alumno al producirse el cambio del escenario simulado al real. Sin embargo, algunos estudiosos opinan que puede resultar peligroso, tanto para el educando como para el paciente, el contacto prematuro con la experiencia viviente, sin descartar algunas connotaciones de orden legal que imperan en algunos paises.
No caben dudas que la utilización del método clínico, enfrentando al alumno con el paciente, y permitiéndole tomar contacto directo con el proceso de salud-enfermedad, constituye el modelo pedagógico mas aceptado, y en la medida en que pueda irse reemplazando el uno por el otro, el cambio no habrá de influir tanto en la carga horaria total, como en una mayor disponibilidad de tiempo clínico con servicio directo al paciente. De ésta manera, la integración del conocimiento en sus aspectos biopsicológicos y tecnológicos, evita el predominio de la biotécnica y aleja la conversión del ejercicio clínico en un acto meramente cualitativo.
El proceso de enseñanza-aprendizaje clínico, no posee tán solo la disposición de restaurar o rehabilitar la salud del paciente. Permite tambien otros logros importantes como la simplificación de la atención odontológica, que representa un adelanto tecnológico por el cual se logran beneficios de productividad, de ergonomía, de manejo del personal auxiliar y de administración operativa.
Un párrafo aparte merece la integración docente-asistencial y el trabajo en sedes extramurales. Esta forma de práctica clínica, que debe ser estimulada, y que ha recibido aportes y apoyos de instituciones como la O.M.S, apunta a la unión de esfuerzos en un proceso de creciente articulación entre instituciones educativas y servicios de salud, para contribuir a mejorar las condiciones de vida de comunidades, mediante la prestación de servicios adecuados a las necesidades reales de la población. Alienta tambien la producción de conocimientos y la formación de recursos humanos, necesarios en un determinado contexto y en acuerdo a las políticas y planes de salud. Es considerado por lo tanto, como un verdadero proceso social y nó una simple estrategia para el cambio o para la extensión de la cobertura. Este tipo de práctica, ha permitido en aquellos paises, regiones o ciudades en los que se ha desarrollado, una serie de beneficios tales como:
a.- La formación de profesionales con espíritu crítico y conocedores de su realidad circundante en el area de la salud.
b.-La planificación curricular en las facultades, tomando como referencia la realidad local en general y la patología predominante en particular.
c.-El desarrollo de metodologías activas de enseñanza-aprendizaje y de autoaprendizaje.
d.- El desarrollo de perfiles ocupacionales y de la estructura del desempeño, que faciliten la supervisión y la evaluación.
e.-La reconversión del personal de los servicios y su incorporación a la tarea docente.
f.- La puesta en situación realista, tanto en lo social como en lo económico, del recurso docente universitario.
g.- El desarrollo de la educación contínua y de los programas de supervisión.
h.- El desarrollo de la investigación relevante y prioritaria.
Los criterios sobre la intensidad de la formación práctica, apuntan en general a varios frentes entre los que pueden contarse:
1.- Eliminar de los programas de estudio, el material redundante o de utilidad marginal, cuya carga horaria pueda ser suplida por un crecimiento de la práctica o del resarrollo de aptitudes, o actitudes de pensamiento críticas.
2.- Reemplazar la enseñanza centrada en los procedimientos, por una asistencia integral de los pacientes.
3.- Fomentar una vinculación mas estrecha entre las ciencias básicas y las clínicas; entre las clínicas entre sí, y en las estrategias que promueven el trabajo en equipo y la interdisciplina, nó solo en el área de la odontología, sino tambien con la medicina y otras profesiones de la salud.
4.- Preparar a los docentes y auxiliares, para enfrentar éstos desafíos y para que se transformen en verdaderos agentes de cambio.
5.- Educar a los alumnos, para la adquisición de atributos que le permitan superar positívamente, los escollos que plantea la práctica clínica y que pueden resumirse en :
ACTITUD : Disposición de ánimo hacia el desarrollo de las destrezas y al correcto trato del enfermo y de los docentes.
APTITUD : Conocimiento teórico adecuado de la actividad a realizar.
SEGURIDAD : Desempeño sin dilaciones ni titubeos.
PRECISIÓN : Maniobras justas y adecuadas.
HABITO : Respeto por costumbre de los preceptos básicos de la ciencia y la técnica.
AUTOMATISMO : Realización de las maniobras con total soltura y espontaneidad.
La educación dental así concebida, y llevando al campo del ejercicio de la profesión los criterios enunciados, contribuirá al éxito de los planes de estudio y a su validación en la práctica, por el impacto que tendrán sobre la formación de los recursos humanos y sobre el estado de salud de las comunidades.
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jueves, 1 de septiembre de 2011
ENSEÑANZA DE LA ODONTOLOGÍA
CRITERIOS SOBRE LA INTENSIDAD DE LA FORMACIÓN PRÁCTICA. ( segunda parte )
Toda época tiene su educación, y en lineas generales ella será tanto mejor, cuando mejor responda a las necesidades del hombre y de la sociedad. Este planteo implica una permanente adaptación para atender a las necesidades sociales, sin descuidar la jerarquía institucional y el rigor académico que deben presidir los planes de estudio de nuestras facultades.
Los extensos cambios que han ocurrido y que se prevén en los patrones de enfermedad; los adelantos científicos y tecnológicos, y las aspiraciones de la población a una mejor salud, deben constituir las bases para organizar una preparación apropiada del recurso humano. Una adecuada interrelación entre la enseñanza de las ciencias básicas y las clínicas, puede evitar situaciones que atentan contra una formación racional del odontólogo como profesional de las "ciencias de la salud", y nó un mero técnico del "arte de curar".
El énfasis puesto en muchas escuelas para la obtención de profesionales áltamente eficientes en el ejercicio manual, ha devenido en un sacrificio de su componente intelectual, adoptando sistemas de enseñanza-aprendizaje dignos de aplicarse en el adiestramiento de los artesanos.
La calificación de " buen odontólogo ", a aquel que demuestra absoluta preponderancia de su habilidad manual sobre sus facultades cognitivas y sus destrezas analíticas, resulta tán inconducente como la de aquel que privilegia su acervo teórico sobre su capacidad técnica.
Decía Loudet que "el error técnico involucra el error terapéutico", pero tambien es cierto que el dominio clínico, debe acompañarse con una capacitación práctica adecuada.
El ideal queda así planteado como una perfecta armonía entre las ciencias básicas y las clínicas, tratando de aunar la inteligencia y la destreza; el raciocinio y la repetición, la ciencia y el arte, el análisis y la imitación. Por ello manifestábamos anteriormente que la construcción de una currícula con todas sus connotaciones, es un hecho de política universitaria y profesional. Que con sólo enunciar los contenidos y la carga horaria total, resulta insuficiente para evaluar la verdadera naturaleza científica del profesional que se quiere formar, y que lo primero que debe investigarse en un plan de estudios, son las cuatro condiciones o elementos fundamentales que deben interactuar:
1.- Facultades intelectuales debídamente cultivadas para el aprendizaje, interpretación y aplicación de los conocimientos.
2.- Estudio de las asignaturas que se requieren para adquirir los conocimientos generales y especiales que constituyen la ciencia odontológica.
3.-Adquisición de las destrezas y habilidades prácticas necesarias para la aplicación de dichos conocimientos.
4.- Utilidad social de las aptitudes adquiridas, con la consiguiente creación de una jerarquía superior en quienes ejercen la profesión.
Si se tiene en cuenta entonces, que ninguna currícula puede ser tán extensa como para tornarla inaccesible; que la duración de una carrera no puede exceder ciertos límites razonables y que la capacidad de absorción de conocimientos y de realización de prácticas por parte de los educandos, no es infinita, debe propenderse a la adecuación de los requerimientos, y a la limitación de los tiempos, a un quantum que permita cumplir con los objetivos trazados.
Se admite en general que para el ciclo clínico del estudiante de odontología, no se superen las veinticinco horas semanales de sesiones organizadas, ni mas de cinco o seis cursos simultáneos.
Del estudio propuesto a la AFORA en el año 2000, surge un total de 5095 horas distribuidas en ciclos que abarcan cinco años de duración para la carrera, lapso que promueven la mayoría de las escuelas dentales del mundo.
Los criterios que determinan la intensidad de la formación práctica deben ajustarse entonces, al hecho de lograr una armonía entre las areas cognoscitiva, afectiva y psicomotriz de la currícula, con absoluto respeto de los objetivos educacionales y de los lineamientos del perfil académico vigente. Del análisis de diversos documentos estadísticos latinoamericanos sobre distribución de la carga horaria entre los tres cuerpos en que hemos agrupado las areas del conocimiento odontológico, con variantes a través de los años, hemos podido detectar un decrecimiento en las ciencias básicas, un moderado aumento en las ciencias clínicas y un estancamiento en las ciencias sociales. Discriminando los resultados del análisis, puede decirse que, en general como término medio, la conformación de la carga horaria curricular responde al esquema siguiente:
Ciencias básicas Ciencias clínicas y
sociales
40 % 60 %
En el estudio del Council on dental education llevado a cabo en 55 escuelas dentales de los EE.UU, la relación promedio en 1992 es la siguiente:
Ciencias básicas Ciencias clínicas Ciencias
sociales
20 % 77,5 % 2,5%
La diferencia que se aprecia, obedece al distinto ordenamiento y al modo de impartir ciertos conocimientos, ya que es costumbre de las escuelas norteamericanas, el abordar ciertos contenidos básicos en forma simultánea con la capacitación práctica, confundiéndose por tanto al momento del recuento final del área clínica.
La propuesta que se elevara a AFORA, con 5095 horas de carga horaria, establece la siguiente relación:
CARGA HORARIA TEÓRICA EN ÁREAS
BÁSICAS, SOCIALES Y CLÍNICAS 2265 hs.
CARGA HORARIA PRÁCTICA EN ÁREAS
BÁSICAS, SOCIALES Y CLÍNICAS 2830 hs.
CARGA HORARIA TOTAL 5095 hs.
PORCENTAJE DE CARGA HORARIA
PRÁCTICA 55 %
Toda época tiene su educación, y en lineas generales ella será tanto mejor, cuando mejor responda a las necesidades del hombre y de la sociedad. Este planteo implica una permanente adaptación para atender a las necesidades sociales, sin descuidar la jerarquía institucional y el rigor académico que deben presidir los planes de estudio de nuestras facultades.
Los extensos cambios que han ocurrido y que se prevén en los patrones de enfermedad; los adelantos científicos y tecnológicos, y las aspiraciones de la población a una mejor salud, deben constituir las bases para organizar una preparación apropiada del recurso humano. Una adecuada interrelación entre la enseñanza de las ciencias básicas y las clínicas, puede evitar situaciones que atentan contra una formación racional del odontólogo como profesional de las "ciencias de la salud", y nó un mero técnico del "arte de curar".
El énfasis puesto en muchas escuelas para la obtención de profesionales áltamente eficientes en el ejercicio manual, ha devenido en un sacrificio de su componente intelectual, adoptando sistemas de enseñanza-aprendizaje dignos de aplicarse en el adiestramiento de los artesanos.
La calificación de " buen odontólogo ", a aquel que demuestra absoluta preponderancia de su habilidad manual sobre sus facultades cognitivas y sus destrezas analíticas, resulta tán inconducente como la de aquel que privilegia su acervo teórico sobre su capacidad técnica.
Decía Loudet que "el error técnico involucra el error terapéutico", pero tambien es cierto que el dominio clínico, debe acompañarse con una capacitación práctica adecuada.
El ideal queda así planteado como una perfecta armonía entre las ciencias básicas y las clínicas, tratando de aunar la inteligencia y la destreza; el raciocinio y la repetición, la ciencia y el arte, el análisis y la imitación. Por ello manifestábamos anteriormente que la construcción de una currícula con todas sus connotaciones, es un hecho de política universitaria y profesional. Que con sólo enunciar los contenidos y la carga horaria total, resulta insuficiente para evaluar la verdadera naturaleza científica del profesional que se quiere formar, y que lo primero que debe investigarse en un plan de estudios, son las cuatro condiciones o elementos fundamentales que deben interactuar:
1.- Facultades intelectuales debídamente cultivadas para el aprendizaje, interpretación y aplicación de los conocimientos.
2.- Estudio de las asignaturas que se requieren para adquirir los conocimientos generales y especiales que constituyen la ciencia odontológica.
3.-Adquisición de las destrezas y habilidades prácticas necesarias para la aplicación de dichos conocimientos.
4.- Utilidad social de las aptitudes adquiridas, con la consiguiente creación de una jerarquía superior en quienes ejercen la profesión.
Si se tiene en cuenta entonces, que ninguna currícula puede ser tán extensa como para tornarla inaccesible; que la duración de una carrera no puede exceder ciertos límites razonables y que la capacidad de absorción de conocimientos y de realización de prácticas por parte de los educandos, no es infinita, debe propenderse a la adecuación de los requerimientos, y a la limitación de los tiempos, a un quantum que permita cumplir con los objetivos trazados.
Se admite en general que para el ciclo clínico del estudiante de odontología, no se superen las veinticinco horas semanales de sesiones organizadas, ni mas de cinco o seis cursos simultáneos.
Del estudio propuesto a la AFORA en el año 2000, surge un total de 5095 horas distribuidas en ciclos que abarcan cinco años de duración para la carrera, lapso que promueven la mayoría de las escuelas dentales del mundo.
Los criterios que determinan la intensidad de la formación práctica deben ajustarse entonces, al hecho de lograr una armonía entre las areas cognoscitiva, afectiva y psicomotriz de la currícula, con absoluto respeto de los objetivos educacionales y de los lineamientos del perfil académico vigente. Del análisis de diversos documentos estadísticos latinoamericanos sobre distribución de la carga horaria entre los tres cuerpos en que hemos agrupado las areas del conocimiento odontológico, con variantes a través de los años, hemos podido detectar un decrecimiento en las ciencias básicas, un moderado aumento en las ciencias clínicas y un estancamiento en las ciencias sociales. Discriminando los resultados del análisis, puede decirse que, en general como término medio, la conformación de la carga horaria curricular responde al esquema siguiente:
Ciencias básicas Ciencias clínicas y
sociales
40 % 60 %
En el estudio del Council on dental education llevado a cabo en 55 escuelas dentales de los EE.UU, la relación promedio en 1992 es la siguiente:
Ciencias básicas Ciencias clínicas Ciencias
sociales
20 % 77,5 % 2,5%
La diferencia que se aprecia, obedece al distinto ordenamiento y al modo de impartir ciertos conocimientos, ya que es costumbre de las escuelas norteamericanas, el abordar ciertos contenidos básicos en forma simultánea con la capacitación práctica, confundiéndose por tanto al momento del recuento final del área clínica.
La propuesta que se elevara a AFORA, con 5095 horas de carga horaria, establece la siguiente relación:
CARGA HORARIA TEÓRICA EN ÁREAS
BÁSICAS, SOCIALES Y CLÍNICAS 2265 hs.
CARGA HORARIA PRÁCTICA EN ÁREAS
BÁSICAS, SOCIALES Y CLÍNICAS 2830 hs.
CARGA HORARIA TOTAL 5095 hs.
PORCENTAJE DE CARGA HORARIA
PRÁCTICA 55 %
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