En este blog, se ofrece una tribuna para la exposición y discusión de los Problemas que Afectan la formación del Odontólogo, el ejercicio profesional y todo tema atinente al Mejoramiento de la salud bucal de la población, y a la Jerarquización de la profesión.
lunes, 6 de febrero de 2017
HACIA UN PLAN NACIONAL DE SELLADO DE FOSAS Y FISURAS DENTALES
El empleo de los selladores dentales no es nuevo. Desde hace más de cuatro décadas fueron incorporados por la odontología a los efectos de obturar, sin pérdida de sustancia dental, todas aquellas fisuras profundas que suelen presentar los molares permanentes
(tambien los decíduos), como medida preventiva que evita el avance de la caries dental.
Esta práctica, llevada a cabo con productos especiales en la etapa etaria comprendida entre los 6 y 11 años, se ha ido extendiendo principálmente en la práctica privada y en aquella cubierta por la seguridad social, pero no ha sido adoptada como política a nivel masivo por los organismos públicos, no obstante haber demostrado efectos benéficos de tal cuantía, que se estima según estudios epidemiológicos que los primeros molares permanentes, no sellados en forma oportuna, presentan tres veces más caries que aquellos que fueron tratados.
Esta situación no ha hecho más que poner de manifiesto que los niños de niveles socioeconómicos bajos, que dependen de la acción del estado, poséen dos veces más probabilidades de presentar caries sin tratar que aquellos de ingresos altos, y un 20 % menos de probabilidades de acceder a los selladores dentales.
Se ha demostrado en U.S.A que los selladores previenen el 80 % de las caries en los molares (que son los más afectados), y que el 60 % de los niños de 6 a 11 años no reciben éste tratamiento.
En Argentina puede decirse que 4 millones de niños de ingresos bajos requieren del sellado de sus fosas y fisuras, lo que impone una fuerte decisión de los organismos públicos de la salud, para buscar modelos de atención que permitan descender rápida y efectivamente los niveles de caries dental.
El Journal of Public Health Dentistry de 2014, ha expuesto un informe que pone de relieve que, con la aplicación de programas de sellado, la población de niños de bajos ingresos incrementó dicha práctica durante 10 años en un 70 %, previniendo en U.S.A casi un millón de caries, siendo que se había arrancado de una situación epidemiológica en la que los niños pobres tenían un 60 % más de caries en los molares permanentes que los niños de ingresos altos.
QUE SON LOS SELLADORES ?
Son productos químicos del tipo de las resinas epoxi, con o sin agregado de fluor, que se presentan al estado líquido o pastoso, que introducidos en las fosas que presentan los molares y premolares en sus superficies masticatorias, y por acción autopolimerizable o fotopolimerizable, adquieren una consistencia dura que permite la masticación en forma inmediata y previenen por su adherencia a las paredes de la fisura el avance de la caries por varios años.
Resulta de importancia que la aplicación sea llevada a cabo cuando todavía no hay caries, vale decir que se debe obrar sobre las fisuras que presentan las piezas dentarias apenas erupcionan.
La aplicación puede realizarse en ámbitos que no requieren de equipamiento sofisticado, tanto en unidades de atención primaria, escuelas, clubes, etc., siempre por parte del odontólogo.
Se calcula que la aplicación de un programa destinado a 6 millones de niños de 6 a 11 años (censo 2010), puede significar un ahorro de 4.000 millones de pesos en costos de tratamientos dentales, lo que constituye casi el 10 % del total del gasto dental en el país.
QUE DEBE HACER EL ESTADO ?
1.- Comenzar por las áreas de mayor necesidad según lo
establezcan los sistemas locales de salud (SILOS).
2.- Centrar la aplicación de los selladores en los niños de más
bajos ingresos, aunque luego debe extenderla hacia la
totalidad del grupo etario.
3.- Tipificar los centros de atención y dotarlos del equipamiento
e instrumental en forma transitoria hasta concluir cada plan
anual.
4.- Centralizar la adquisición de los materiales necesarios y
distribuirlos en forma proporcional al número de niños
inscriptos en los distintos centros de aplicación.
5.- Apoyar los programas que cubran la salud dental de niños con
familias aportantes a la seguridad social y a la medicina
prepaga.
6.- Estimular a los padres a que inscriban a sus hijos de entre 6 y 11
años en los programas a los que puedan tener acceso.
7.- Establecer protocolos que contemplen distintas situaciones
clínicas, criterios intervencionistas y evidencias que aseguren
su efectividad.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario