Hasta la aparición de la vacuna contra la hepatitis B, la enfermedad era un verdadero azote para la población en general, y para los profesionales de la salud en especial. El odontólogo en particular solía ser una víctima propicia del mal, y al mismo tiempo un importante vector. En el primer aspecto, la naturaleza del trabajo le otorga ámplias posibilidades de infección, lo que permite catalogar a la profesión como de " alto riesgo ", y a su area de trabajo, el consultorio dental, como " área crítica ".
No debemos olvidar que la incidencia de la VHB en el odontólogo era cuatro veces superior a la de la población en general; que entre un 5 y 10 % de la mortalidad de los odontólogos estaba representada por la insuficiencia hepática y un 7.5 % de la incapacidad total o parcial tenía como orígen la VHB.
Al mismo tiempo, estaba demostrado que entre el 30 % y 60 % de los enfermos de hepatitis, habían sido sometidos a algún tratamiento dental en un pasado no muy lejano.
La vacuna le puso un broche a ésta dramática situación, cosa que todavía no ha podido lograrse con la hepatitis C ( VHC ).
El análisis de los factores de riesgo de la VHC, reveló que los procedimientos odontológicos que incluían anestesia local e instrumentación sobre los tejidos blandos con sangrado
( extracciones dentarias, tratamientos de endodoncia y periodoncia, y cirugías bucales en general ), constituyen la mayor fuente de exposición parenteral ( 39.7 % ), seguida por las cesáreas y otras cirugías generales ( 16.7 ), las inyecciones intramusculares, intravenosas y subcutáneas ( 16.6 % ) y las transfusiones ( 7.7 % ).
Todavía no se disponen de estadísticas sobre la incidencia de la enfermedad sobre el odontólogo, pero a no dudar que será similar a la que se daba con la VHB.
Tal como se recomendaba en la época prevacunatoria de la VHB, las medidas de prevención para la VHC deben sustentarse en el empleo de barreras adecuadas, una técnica de esterilización rigurosa, y recomendar a los pacientes que no compartan el uso del cepillo dental.
La VHC no posee todavía una terapéutica efectiva en un 100 % para su curación, pero las medidas de promoción constituyen la base para evitar su adquisición y propagación.
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