jaitt odonto social

jaitt odonto social
Que una sonrisa feliz sea nuestro mejor premio
Powered By Blogger

lunes, 3 de agosto de 2015

ENTRE LA VOCACIÓN Y LA GRADUACIÓN EN ODONTOLOGIA

CARTA ABIERTA A UN JOVEN ASPIRANTE A LA CARRERA DE ODONTOLOGIA

                                                    REMEDANDO A ESCULAPIO

                                                                                           ( Primera parte )

Esculapio ( ASKLEPIOS- 128-56 A.C. ) es el nombre romano dado al dios mitológico de la medicina.


Sus consejos, que se conocieran de antíguo, pueden extenderse a otras profesiones de la salud, y
me he permitido adecuarlos a la Odontología, a la luz de la experiencia vivida, y llevando a cuestas la obligación que nos compromete a los que ya peinamos canas, de pintar el ejercicio de nuestra profesión con brochazos de nuestra propia cosecha, con la convicción de que hemos llegado a una altura de nuestras vidas en la que dejamos de ser hijos de nuestro pasado, para ser padres de nuestro porvenir.
Y nada mejor que iniciar ésta carta con la siguiente pregunta: ¿ quieres ser Odontólogo hijo mío ? Es la aspiración de un alma generosa, de un espíritu ávido de ciencia, de una afanosa búsqueda de la belleza, de una pasión por la técnica, y en fin, de una insaciable voluntad por aliviar el dolor humano y por devolver al enfermo sus capacidades intactas.
¿ Has sopesado las ventajas y desventajas de dicha elección ? Tú piensas, y puede que así sea,
que tendrás el respeto de tus pacientes y el reconocimiento de la sociedad.
Que te verás realizado en todo aquello que soñaste al comenzar la carrera y que tu trabajo te acercará el sustento económico suficiente para evitar privaciones y permitirte fundar una familia libre de acechanzas que justifiquen una vida digna.
¿ Has pensado sin embargo que al término de tus diarias tareas estarás pendiente de situaciones
que no aquejan a muchos de tus amigos y compañeros de club ?, ¿ que estarás siempre expuesto
a una llamada telefónica inoportuna y a cualquier hora ?, ¿que tus placeres, meditación y reuniones de familia podrán verse alterados por responsabilidades que los exceden ?, ¿ que tu
reputación quedará a merced de imponderables ?, ¿ que en muchas opo
rtunidades no te
juzgarán por tu leal saber y entender sino por casualidades del destino y por la atención que
dediques a las charlas y gustos de tu clientela ?, ¿ que cuando tu tratamiento resultare satisfactorio, no representará para muchos de tus pacientes nada mas que el haber cumplido con tu deber, pero cuando se produzca un suceso inesperado o desagradable, serás tildado de
inexperto cuanto menos ?, ¿ que al momento de la paga, tus honorarios siempre serán excesivos
en tanto la relación establecida sea por contrato privado liberal, pero nunca se percibirán como
insatisfactorios cuando la atención sea realizada a través de una Obra Social o Prepaga ?, ¿ que
tu afán por la belleza te llevará a intentar lo imposible por conseguir el éxito, pero que al mismo tiempo percibirás el maltrato a tus sentidos por lo mas feo y repugnante de la especie humana ,
y que hasta la misma belleza de la mujer, aunque tú tambien lo seas, se desvanecerá por la
pérdida o deterioro de sus naturales atractivos ?, ¿ que donde te encuentres, aún en fiestas o
lugares de distracción podrás cruzarte con tus pacientes, quienes no te hablarán de arte o política, sino de sus sufrimientos dentales o de posibles errores o fracasos de otros colegas, cuando nó de los tuyos ?, ¿que en medio del egoismo humano, descubrirás que hasta muchos de
tus colegas te ignorarán y te restarán su apoyo, por intereses ocultos, en tus solicitudes
reivindicativas, y que en innumerables casos te tratarán de convencer que no tienes ninguna
posibilidad de progreso sin bancarte condiciones de trabajo inaceptables y retribuciones indignas pero ante la eventualidad de un contagio por exponerte a los humores humanos o transmitirlo
a tu familia; o ante la codicia de quienes escudándose en una judicialidad ficticia, te demanden
por falta médica, sólo has de contar con tu alma para sobrellevar el infortunio ?.
Piénsalo bien mientras estás a tiempo. Pero si indiferente a los posibles sufrimientos físicos y
psíquicos que puedan aquejarte, tienes una fé ciega en tus convicciones y un estoicismo suficiente como para satisfacerte con tán solo el deber cumplido, y que todo lo antedicho no enerva tu vocación, hazte Odontólogo hijo mío.
,
YA TENGO MI TÍTULO DE ODONTOLOGO, 
                                         Y AHORA QUÉ ?  ( Segunda parte )


Después de denodados esfuerzos, he conseguido esa cartulina de tamaño gigante en la que reza mi nombre y la profesión en que me he graduado.
Al trasponer las escaleras de salida de mi facultad con el título bajo
el brazo, observo un mundo nuevo, y me lo imagino pendiente de mis acciones y decisiones, muy ansioso de recibir a un nuevo miembro ilustrado en su comunidad.
Mi inexpertéz, reclama sin embargo de una palabra, de un consejo, de una acción urgente de parte de algún colega o entidad profesional, que me permita abrir las puertas de ese nuevo horizonte que se despliega ante mi vista.
Estas expresiones que pongo en boca de un recién graduado, pueden no siempre estar presentes en su mente, pues muchos de ellos cuentan con una prosapia que los antecede, ya padres, hermanos, otros familiares o amigos, que  los fueron entrenando a lo largo de la carrera para poder incorporarse a esa lucha por la vida, tratando de brindarles una experiencia que ellos ya vivieron o viven, y que si bien no pueden transferir en forma automática, les acercan sus inquietudes, sus miedos, sus triunfos o fracasos en la profesión, que entienden como una ayuda para cubrirles las espaldas en su condición de novatos, ofreciéndoles a veces un modelo no siempre factible de imitar, y que constituye un camino que sin proponerse el éxito inmediato, les muestra una orientación y un sostén no desdeñables. 
Otros en cambio, no cuentan con ese apoyo invalorable, y ante sus primeros embates contra la realidad, sin modelos a imitar y sin un destino asumido, pueden llegar a otear un campo de desolación, de desamparo, y hasta sentirse presas de la frustración aún sin haber contactado mínimamente con el ejercicio de su profesión.  Esa profesión para la que fueron formados técnica y científicamente por docentes capacitados, a quienes admiraron por su sabiduría y conocimiento, pero que no pudieron o no quisieron sumar a la clásica currícula los frutos de su experiencia, evadiendo, en aras de un pragmatismo eficientista, la transmisión de otros saberes, que su pasado y su presente les han sumado a su desarrollo profesional y humano en la lucha permanente contra la enfermedad y en el trato diario con el enfermo.
Ante ésta situación de adversidad, ¿ quien puede hacerse cargo de entregar generosamente a esos jóvenes colegas los frutos de su experiencia, antes que las fuerzas del mercado los atenacen, los induzcan a contravenir las normas éticas que la facultad les impartió, y a veces se abismen en la desesperación ?. 
Flichtentrei resume en cuatro interrogantes ésta situación :
* ¿ quien les dará a los más jóvenes los elementos con los que
   construyan su propia identidad ?.
* ¿ quien les dirá cuales son las auténticas fuentes de la recompensa
   y de la felicidad para quienes ejercemos la profesión ?.
* ¿ en que mentiras creerán si nadie les cuenta la verdad ?.
* ¿ quien les dirá-y resultará creíble- cuales son las cosas que no
   tienen precio cuando todo parece tenerlo ?.

Y agrego yo :

* ¿ quien les devuelve la confianza de que no están solos, y que
   alguien les pone el hombro para hacerles más fácil su decurso
   hacia el futuro ?.
* ¿ quien asume la responsabilidad de darles respuestas a sus
   naturales preocupaciones, las que no fueron dadas durante su
   formación académica ?.
* ¿ quien les hará comprender que el logro al que han arribado al
   concluir su carrera, que es un verdadero privilegio - ya lo obtuvieran
   en la universidad pública y gratuita o en aquellas a las que su
   familia, o ellos mismos han debido solventar económicamente-, 

     es un       hecho que excede a un presente que se les pinta como 
   insatisfactorio, tanto por los reclamos ante situaciones indignas
   ( con toda justicia ), o por resentimientos propios de quienes
   esperaban otro trato y otras recompensas, pero que soslaye
   transmitirles la invalorable sensación de sentirse útiles a la
   comunidad aplicando sus saberes, y por ello recibiendo el
   agradecimiento de quienes supieron apreciar que cumplieron con
   su deber ?.
* ¿ nadie los convencerá que el éxito que tanto ansían, no siempre
   pasa por los modelos profesionales  sustentados en la holgura
   económica, en el exhibicionismo, en la figuración y en la
   superespecialización que tiende a encandilar las mentes de 
   quienes luego deciden comprar tempránamente, aptitudes que
   siendo necesarias y hasta indispensables, no constituyen el núcleo
   fundamental que apunta hacia altos estándares de salud
   bucodental ?.
* ¿ serán las facultades de odontología las encargadas de asumir el
   reto y la responsabilidad de constituirse en la polea de 
   transmisión de éstos conocimientos y valores ?.
* ¿ serán las instituciones gremiales y científicas de la profesión las
   que asumirán tan loable desafío ?.
* ¿ serán los colegios profesionales los que, aprovechando el
   momento de la matriculación se encarguen de mostrarles a los
   nuevos colegas, un panorama cierto pero alentador para quienes
   todavía conservan sus ansias juveniles y la pureza de sus
   ambiciones ?.

Los dirigentes de todas las instituciones mencionadas, tienen el
deber y la oportunidad de mostrar una realidad palpable, pero que
también induzcan a identificar las opciones que los ayuden a dar
un vuelco a un presente lleno de acechanzas y zozobras.
Mi condición de docente universitario e institucional por casi cincuenta años, me ha enseñado no solo a responder preguntas, sino
y fundamentálmente a plantear nuevos interrogantes.
Resulta preocupante que hoy se eduque poniendo el acento en las imágenes, en la transmisión de conocimientos técnicos y científicos y en el desarrollo de las destrezas, pero no con ideas, como lo manifiesta Savater.
El alumno debe recibir todo eso, pero también debe comprender que, como lo recomendara la OMS ya en 1988, " para mejorar la salud de una sociedad, es necesario elevar el nivel de salud de sus miembros menos privilegiados. Y no es ésto una mera perogrullada epidemiológica, sino una obligación moral ".
Dice la Biblia que, " quien transmite conocimiento, transmite tristeza ", pero evadir ciertos hechos que suelen suceder en el área de la salud de nuestros pueblos no es una forma de encarar su solución.
En una encuesta que llevó a cabo durante muchos años la Provincia de Buenos Aires, se pudo tomar conocimiento que, el 50 % de los encuestados que se sintieron enfermos en los últimos 15 días, decidieron no consultar a ningún profesional.  Pero lo grave es que 10 años antes lo hizo el 26 %, y 20 años antes, solo el 18 %.
Entonces debemos preguntarnos, ¿ será una percepción de la gente sobre el escaso valor de los servicios de salud ?, o será que los profesionales del sector no hemos logrado instalar en la población una cultura positiva sobre los cuidados que requiere para mantenerse sana y vital.
No me cansaré por tanto, en repetir mil veces que el educando debe recibir la mejor capacitación para la prevención, el diagnóstico y el abordaje de la enfermedad, pero también debe saber que el acceso a la salud es un objetivo impostergable; que el derecho a la salud no es un privilegio, y que si alguien no recibe la atención que merece, algo funciona mal en el seno de la sociedad.
El título nos habilita para el ejercicio de la odontologia, pero nos obliga a replantear permanentemente el real valor que nuestro trabajo representa como reaseguro del bienestar de nuestros semejantes.

LA DEFENSA DE LOS INTERESES PROFESIONALES, DEBE CONCILIARSE CON LOS INTERESES Y DERECHOS DE LA COMUNIDAD.


                 Mons. ARNULFO  ROMERO





  

No hay comentarios:

Publicar un comentario