Si nos remontamos nada más que a los siglos XIX y XX, se pueden contabilizar 6 millones de muertos en las guerras napoleónicas, 10 millones en la primera guerra mundial, 70 millones en la segunda, 30 millones en la guerra civil China y Chino-Japonesa, mas otros 20 millones en guerras civiles de distintos pueblos, confrontaciones entre paises vecinos y exterminios por cuestiones ideológicas o religiosas.
Sin embargo en dos oportunidades la humanidad debió presenciar el horror de verdaderos genocidios, el armenio, en el que fueron eliminados 2 millones de seres humanos, y el holocausto, en el que a través de métodos crueles y sanguinarios se masacraron 6 millones de judios.
No es posible siquiera imaginar los métodos de exterminio llevados a cabo por "seres humanos", enceguecidos por el odio, el fanatismo y la discriminación sin causa ninguna, aunque el arrepentimiento turco y la derrota que sufriera el régimen nazi-fascista, dá una idea que todavía quedan fuerzas morales dispuestas a nó permitir la repetición de dichos actos aberrantes.
¿ Hacen falta más muertes injustificables para que la raza humana comprenda que los únicos enemigos de todos los pueblos son la pobreza, la desigualdad social y la injusticia, y que contra ellos se puede luchar con las armas que nos provéen la paz, la democracia y la solidaridad ?. LA RESPUESTA ESTÁ EN LAS MANOS Y EL CORAZÓN DE TODOS.
Por resolución de la ONU del año 2005, se conmemora todos los 27 de Enero el " Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto ".
Una de las causas relevantes en la producción de la caries dental, que ya hemos abordado en publicaciones anteriores, está representada por el consumo de azúcar refinada, en especial en los niños de edad escolar. La preferencia por los alimentos y golosinas azucaradas es casi innata en el ser humano, desde su etapa de bebé recién nacido hasta las personas de edad avanzada.
Por supuesto que para que se produzca ésta relación lineal, deben darse otras situaciones y factores como la susceptibilidad del huésped, los agentes bacterianos, la deficiente higiene bucal y la consistencia y adherencia de los alimentos azucarados, y en todos los casos la relación se halla ligada a la mayor o menor permanencia de la exposición de los dientes al contacto con el azúcar, lo que casi siempre depende de la viscosidad del alimento y de la dificultad o ausencia de remoción a través de una técnica de cepillado adecuada.
En un interesante relevamiento llevado a cabo en la Provincia de Buenos Aires, sobre 2.474 alumnos de entre primero y sexto grado primario en siete municipios, ha evaluado la frecuencia de las caries, el sobrepeso y las dificultades visuales. Según los resultados obtenidos en los distritos de Bragado, Carlos Casares, Chivilcoy, Pinamar, Mercedes, Villa Gesell e Hipólito Yrigoyen, que fueron relevados por el Programa de Sanidad Escolar (PROSANE), el 40 % de los niños presentan caries, el 20.21 % tenían algún tipo de sobrepeso ( obesidad incluida ) y el 15 % sufría algún déficit visual.
El consumo de golosinas y bebidas gaseosas se da en alto grado en éstos grupos etarios, a lo que se pueden sumar en los casos de caries, un deficiente estado de higiene dental. El control de la dieta, resulta pues imprescindible para la prevención de éstas enfermedades, y en cuanto a la caries, debe moderarse el consumo de alimentos con azúcares refinados, lo que tambien habrá de influir en el sobrepeso, con el cortejo de posibilidades de incremento del riesgo de sufrir problemas cardiovasculares, hipertensión y diabetes hacia el futuro.
Una adecuada selección de los alimentos naturales, resulta esencial para contrarrestar la producción de caries, con independencia de los otros factores mencionados, e inclinándose por aquellos ricos en polifenoles y flavonoides.
El té verde posee una fuerte capacidad inhibitoria sobre las bacterias cariógenas y las catequinas. Los alimentos que elevan el pH de la saliva, como el queso y las verduras de colores vivos como las zanahorias, coles, espinacas, etc., tambien desarrollan una acción benéfica por su contenido en polifenoles.
Los cítricos se aceptan, conjúntamente con las manzanas, como las frutas más aceptables por su bajo contenido en azúcares y por su aporte en vitamina C, calcio y flavonoides, sin descartar tambien el consumo de frutas secas. El consumo de ajo, cebolla, cardamomo, jengibre, tomillo y clavo de olor, puede sumar el aporte de su aceptada acción anticaries.
CONCLUSIONES :
La fructosa y la glucosa, componentes de la zacarosa, que es el azúcar familiar y el que se utiliza en la fabricación de gran parte de las golosinas y bebidas gaseosas, ha demostrado una acción deletérea sobre los dientes y al mismo tiempo un desbalance en la dieta de los niños que los induce al sobrepeso. En el primer caso, el azúcar adherido al esmalte dental formando el biofilm llamado placa dental, constituye el hábitat ideal para los microorganismos específicos productores del deterioro de los tejidos dentales y del avance de la caries, y si bien su supresión en la dieta alimentaria no es garantía absoluta de la desaparición de ésta enfermedad, su presencia es uno de los factores esenciales en su producción.
La incorporación de tecnología al diagnóstico y a la terapia, es altísima en las ciencias de la salud. Las tecnologías de gestión, que apuntan a la planificación basada en la información, no han seguido el mismo ritmo en ninguno de los tres subsectores de atención.
En las décadas de 1950 y 1960, las primeras generaciones de sanitaristas y administradores de servicios de salud formados a nivel universitario, imaginaron la actividad sanitaria como un desarrollo basado en la planificación, y respondían a la concepción del SNS británico creado en 1948 en el que los administradores de los servicios de salud, se ubicaban en el vértice de una pirámide imaginaria que representa al sistema de salud manejado desde el estado nacional. El instrumento central en dicho contexto es la planificación, que ordena los recursos y las necesidades de la población.
La irrupción de la seguridad social y los sistemas de medicina prepaga, tanto como la atención privada liberal y el achicamiento del estado que se apropió de las ideologías liberales en décadas posteriores, produjo un cambio de los paradigmas descriptos.
Así se delegaba la atención en prestadores independientes de las políticas centralizadas del estado y se costeaba la prestación de servicios a través de organismos financiadores también independientes de las estructuras de salud estatal.
Pero al mismo tiempo, sobre la base de los estudios de Donabedian en 1971, imponían los criterios de gestión de calidad basados también en la planificación de programas, planteando los términos de "evaluación de calidad". Este nuevo ángulo de enfoque, orientaba nuevamente al criterio de planificación, el que no puede escindirse de un proceso previo que comienza estudiando todos los insumos que caracterizan al proceso, y elaborando índices y estadísticas ( bioestadísticas en el campo de la salud ) que resultan imprescindibles para afrontar los desafíos del sector en cuanto a un manejo más racional en la toma de decisiones para planificar acciones en las que el abordaje técnico-científico, el gasto y la efectividad, se correspondan con los criterios que emanan del conocimiento que provée la socioepidemiología.
La información sanitaria, se constituyó así en un soporte insustituible para cualquier sistema de salud que se pretenda eficiente, mucho más si es asumido centralmente por el estado.
Sin embargo, la obtención y procesamiento de la información no es una tarea sencilla, y aunque las enfermedades de notificación obligatoria, por esa misma razón, permiten acordar mayores niveles de prevención, las tasas de morbilidad y mortalidad y los índices epidemiológicos de información no obligatoria padecen algunos problemas de subregistro bastante estables, sobre los que pueden aplicarse correcciones de error, con lo que se obtienen cifras aceptables.
Los resultados de la información sanitaria se vuelcan en las tablas de incidencia y prevalencia de las enfermedades, permitiendo señalar a los grupos más vulnerables según edad, área geográfica y condición socioeconómica entre otros, que caracterizan a la epidemiología.
En cuanto a los estudios sobre recursos, resultan fundamentales para elaborar cualquier tipo de plan o programa, cuyo respaldo no es otro que el conocimiento cierto de lo que se dispone para su puesta en marcha. Tener una visión real de los recursos humanos, técnicos y financieros en órden cualitativo, cuantitativo y de su distribución geográfica es esencial al respecto. En general, los datos epidemiológicos no siempre representan la realidad a nivel país, ya que se basan en estudios sesgados y parciales llevados a cabo en escuelas, hospitales o a través de campañas esporádicas en pequeñas localidades o barrios que solo aportan muestras segmentadas de la realidad.
En Argentina, la obtención de información sanitaria centralizada en el Ministerio de Salud de la Nación, se remonta a las primeras décadas del siglo pasado, y ya en los años cincuenta se detecta una oficina de estadísticas bastante inorgánica por cierto. Con la aparición de las tecnologías de información y comunicación(Tics), se pudo avanzar en cuanto a las herramientas disponibles para mejorar la obtención de datos y crear un repositorio de los mismos.
Sin embargo, y según informes proporcionados por el propio ministerio, aún no se cuenta con un sistema nacional plenamente integrado de información de salud, sino que se presenta un esquema disperso entre los subsectores públicos, de obras sociales y de seguros privados, y en el propio sistema público, la fragmentación se produce de acuerdo a la multiplicidad de sistemas provinciales, municipales y nacionales totálmente faltos de integración, lo que limita significativamente la gestión de programas y de la propia atención de la salud.
Un factor que tambien influye en la imposibilidad de establecer un verdadero sistema de información, es la carencia de suficientes recursos humanos con formación en socioepidemiología, lo que se puede deber al hecho de no haber podido captar la atención de los profesionales del área de la salud para éste aspecto de las ciencias biológicas, y han faltado fuentes de financiamiento estables para sustentar y estimular el desarrollo académico del sector. Además existen dificultades para quienes deseen iniciarse en la epidemiología y las estadísticas de salud, pues no se disponen de becas ni programas de pasantías o formación específica por fuera de los clásicos cursos de sanitarismo de las escuelas de salud pública.
Toda ésta situación descripta, permite que los datos presentados por distintos autores sean discordantes, como consecuencia de la escasa disponibilidad de bases de datos sistematizadas y confiables.
El resultado final es la falta de información fidedigna, o diréctamente la ausencia total de la misma, lo que puede apreciarse en los informes domésticos y aún en los documentos que publican periódicamente los organismos internacionales de la salud, hecho que impide la comparación y contrastación con los datos de otros paises.
En el área de la odontología, los índices y estadísticas también responden a las mismas limitaciones que en medicina, y resulta casi imposible obtener datos confiables sobre el CPOd y la incidencia de la enfermedad periodantal a nivel país.
En síntesis, los sistemas de información utilizados en los diferentes programas públicos y privados de salud, se enfrentan a numerosos desafíos y están muy lejos de alcanzar las metas impuestas.
Esta situación ha determinado que a nivel del Ministerio de Salud se halla creado un " Sistema Integrado de Información Sanitaria "
( SISA ), cuyos primeros pasos se dieron en 2007, aunque efectívamente comenzó a funcionar en agosto de 2010. Este sistema trata de lograr la integración de todos los sistemas provinciales, nacionales y locales que funcionan en distintas instituciones que recolectan datos en el área de la salud. La consolidación de la integración del SISA con las plataformas y sistemas de información existentes se había planeado para 2014, pero ya casi al final del año, y habiendo superado algunos escollos iniciales, varias limitaciones y tropiezos han impedido avances significativos. El objetivo general de desarrollar herramientas de monitoreo, evaluación y análisis de la información como soporte para la toma de decisiones en la gestión sanitaria, no ha sido alcanzado todavía, y los resultados esperados se han visto frustrados por diferentes motivos.
Las propias autoridades han manifestado que, la combinación de los factores negativos que ya se mencionaran presentan sin embargo un escenario de oportunidad, donde la tecnología está disponible y accesible para el desarrollo del sistema con el empleo de la internet y algunas redes privadas. La lucha fundamental se orienta hacia un fenómeno marginal que surge y se propaga en forma indeseada, que se mantiene casi inmutable, y que constituye la barrera principal que impide el despegue del sistema, y que no es otro que la excesiva fragmentación de los distintos subsectores y sus respectivos efectores, situación que todavía persiste y está muy lejos de subsanarse.
La evolución de la odontología en las últimas décadas, y por consiguiente la de aquellos procedimientos destinados a la rehabilitación bucal a través de la reposición de los dientes perdidos, ha determinado que las personas que se encuentran en dichas condiciones, ya en forma parcial o total, dispongan hoy en día de un menú de opciones terapéuticas a través de las cuales se logra suplantar dichas estructuras anatómicas, sin menoscabo de la función y la estética de los pacientes.
No obstante, y por tratarse de implementos que asientan sobre los tejidos blandos y se apoyan en los dientes remanentes, en muchas oportunidades ocasionan algún perjuicio que debe ser atendido.
Estas lesiones, provenientes del uso de prótesis mucosoportadas, dento o implantosoportadas y mixtas, obedecen a múltiples causas entre las que pueden destacarse la falta de una correcta higiene bucal y de las propias prótesis, la desadaptación de los aparatos con el uso, las reacciones tisulares a la presencia de materiales no biológicos y al empleo incorrecto de dichos aparatos.
El dolor, la inflamación, la producción de lesiones crónicas a veces de gravedad inusitada y la afectación de funciones esenciales como masticar, tragar, hablar y sonreir, ocasionan además repercusiones en la esfera familiar, social y laboral que repercuten negativamente también en el ánimo de los enfermos.
Ha quedado demostrado a través de numerosos estudios, que la mayor parte de las prótesis removibles ( parciales y totales ) no son higienizadas adecuádamente ( algunas estadísticas ubican ésta falencia en más del 50 % de los casos ), y no solo afectan la mucosa bucal, sino que determinan, por la retención alimentaria y la pervivencia de la placa dental, la aparición de caries en los dientes adyacentes y de lesiones periodaontales con reabsorción ósea y formación de bolsas profundas.
Las bacterias oportunistas, por
tanto, aprovechan dicha situación
y son las principales causantes de
las lesiones descriptas.
La desadaptación de las prótesis,
su movimiento basculante y su
uso permanente ( aún durante el sueño ) facilitando el trauma mecánico, la sequedad bucal
( xerostomía ) el babeo y el mal aliento (halitosis ), son también causales de lesiones en las mucosas de los rebordes alveolares, el paladar, los fondos de zurco, la lengua, etc. que oscilan entre simples irritaciones ( eritema ), úlceras, hiperplasias y tumoraciones de variada
magnitud y gravedad.
Las prótesis fijas convencionales, también pueden provocar reacciones y lesiones en los tejidos circundantes, ya sean dento o implantosoportadas, provocando inflamación en las mucosas por insuficiente higiene, y movilidad de las piezas que las soportan.