A los efectos de clarificar la relación odontólogo-paciente, fundamentalmente en base a las propias preocupaciones e interrogantes de las personas de la tercera edad relativas a su salud bucal, la Asociación Dental Americana ( ADA ) ha extractado las preguntas comunes que deben ser respondidas a los pacientes mayores, y que obedecen a su incertidumbre con respecto a los cambios orales que la edad induce en dichas personas, las que pueden resumirse en el siguiente cuestionario :
* Es inevitable la pérdida de los dientes en la edad avanzada ?
* Es necesario que me preocupe por los hábitos de higiene oral ?
* Debemos preocuparnos por la caries dental ?
* Hay algo que puedo hacer para evitar el avance de la enfermedad
de las encías ?
* Como puedo mejorar el rendimiento de mis prótesis dentales ?
* Ante algunas dificultades que experimento al masticar o deglutir
los alimentos, debo proceder de alguna forma especial ?
* Debo visitar periódicamente al odontólogo, aún desafiando la
ansiedad que me produce ?
* Hay medicamentos de uso general que pueden afectar el estado
de la salud de mi boca ?
* Puedo llegar a solicitar la instalación de implantes dentales ?
* Puedo acceder sin inconvenientes a las técnicas cosméticas que
mejoran el color de la sonrisa cuando mis dientes se oscurecen ?
* A que recursos de salud puedo recurrir cuando mi economía no
me permite acceder a los tratamientos básicos ?
* Posee la odontología técnicas, procedimientos y opciones
dedicadas exclusivamente a las personas de la tercera edad ?
* Porque experimento cierta sequedad en mi boca ?
* Porque estoy perdiendo el sentido del gusto, especialmente a
partir de la instalación de mis prótesis dentales ?
El odontólogo, debe estar preparado para poder responder éstas preguntas y generar en los pacientes de la tercera edad un estado que los contenga en sus preocupaciones y les ofrezca las distintas alternativas a su requisitoria.
Si se tiene en cuenta que en los países desarrollados, en general la población de personas mayores de 65 años representa el 25 %, y en nuestro país los adultos mayores de 60 años, según el censo de 2010 ascienden a 5.725.838 personas sobre una población total de 40 millones, que el 30 % es desdentada y el 1,5 % vive en residencias de larga estadía, los cuidados no solo deben estar enfocados a la recuperación o rehabilitación de su salud, sino que una buena parte de las medidas deben también orientarse a la prevención.
En 2009, el Journal of American Medical Association ( JAMA ), publicó una serie de artículos destinados a esclarecer a los lectores sobre las medidas preventivas aconsejables para los adultos mayores y ancianos, relacionándolos principalmente con la expectativa de vida de cada paciente en particular, fundamentalmente ponderando la probabilidad de que dichas personas se beneficien con una reducción de los síntomas y con un aporte para que puedan realizar las funciones básicas destinadas a mantener la salud y el bienestar.
Entre las recomendaciones preventivas que pueden relacionarse con la salud bucal pueden mencionarse :
VACUNA ANTITETANICA
ASESORAMIENTO SOBRE EL CONSUMO
DE ALCOHOL
DETECCION DE LA DEPRESION
DETECCION DE LA DIABETES
DETECCION DE LA OSTEOPOROSIS
DIETA SALUDABLE
CONTROL DEL HABITO DE FUMAR
ESTIMULAR LOS HABITOS HIGIENICOS
CONSULTA PERIODICA AL PROFESIONAL
En cuanto a las acciones concretas a desarrollar para el abordaje de los problemas y patologías existentes, por fuera de algunos mitos en boga, el odontólogo debe desarrollar un criterio que le permita, no solo aconsejar las rutinas y tratamientos a seguir, sino en poder llevarlos a la práctica con la óptica que permite diferenciar su aplicación en un grupo etario diferente al de los niños, adolescentes y adultos jóvenes, para lo que se requieren acciones diferenciadas.
La caries dental, no es solo patrimonio de las personas jóvenes, y las personas mayores que poseen dientes naturales deben llevar a cabo las mismas medidas preventivas basadas en el cepillado dental, el empleo del hilo de seda, y en algunos recurriendo a los enjuagues fluorados.
La enfermedad periodontal no es parte del proceso de envejecimiento.
Tanto la gingivitis como la periodontitis deben ser prevenidas, y en su caso, sometidas al tratamiento adecuado para evitar la pérdida de las piezas dentarias.
La xerostomía o sequedad bucal, puede aparecer en cualquier momento de la vida, pero suele darse con mayor asiduidad en las personas mayores portadoras de prótesis dentales, que reciben tratamientos medicamentosos, o que son sometidos a terapias radiantes o químicas.
Mantener húmeda la cavidad bucal es una de las principales indicaciones del odontólogo, para lo cual resulta conveniente el empleo de saliva artificial o realizarse colutorios con soluciones aciduladas.
Otra de las manifestaciones patológicas que suelen darse en los adultos mayores y ancianos es el cáncer bucal, relacionado en un gran porcentaje de casos a los hábitos arraigados de fumar y beber alcohol desde su juventud. La prevención es fundamental, y el odontólogo debe prestar especial atención a determinados signos y síntomas que manifiesta o preocupan al paciente tales como las adenopatías, que deben buscarse con especial cuidado, la presencia de irritación crónica o llagas en los distintos tejidos de la boca, o el descubrimiento de manchas blancas y lesiones ulcerativas o abultamientos que aparecen por debajo de las prótesis removibles.
Si bien éstas alteraciones no son sinónimo de malignidad, suelen constituir una manifestación temprana de la enfermedad que permite abordarla con mayor éxito desde su iniciación, gracias a los exámenes histopatológicos que el profesional canaliza con una simple biopsia.
Las respuestas adecuadas a las preocupaciones y consultas de las personas mayores, y la indicación de las terapéuticas específicas para abordar en forma rápida las patologías que se diagnostiquen, es una función importantísima que el odontólogo debe asumir en todos sus pacientes, pero que deben ser una rutina que, en la tercera edad, conlleva además la necesidad de comprensión de la angustia del paciente, del respeto a las frases repetitivas e incoherencias propias de algunas personas, y un aporte humanitario destinado a preservar, conservar y mejorar su salud física y espiritual respetando los derechos que le asisten al paciente, previstos en nuestro país en las leyes 26.529 y 26.742.
No cabe duda alguna, que la función del odontólogo, por encima de encarar la solución de los padecimientos biológicos del anciano, es la de transformar una cara triste y desolada, carente de vida plena, en un rostro sonriente que transmite alegría y nos agradece con el alma todo lo que podamos hacer en beneficio de su calidad de vida.
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