En este blog, se ofrece una tribuna para la exposición y discusión de los Problemas que Afectan la formación del Odontólogo, el ejercicio profesional y todo tema atinente al Mejoramiento de la salud bucal de la población, y a la Jerarquización de la profesión.
lunes, 28 de noviembre de 2011
20 de NOVIEMBRE : DIA DE LA SOBERANÍA NACIONAL.
A pedido del historiador Jose Maria Rosa, y por ley 20770, se instaura el dia 20 de Noviembre como " Dia de la soberanía Nacional ", en homenaje a la batalla de la " Vuelta de Obligado ", llevada a cabo dicho dia de 1845.
El Gral. Lucio Mansilla, estuvo a cargo de la defensa argentina, y auque la batalla se perdió, constituyó el primer mojón que logró terminar en 1847 con el bloqueo inglés a los rios mesopotámicos, y un año más tarde con el bloqueo francés.
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dia de la soberanía nacional.
jueves, 17 de noviembre de 2011
DE FORMADORES Y MAESTROS
Decía Osvaldo Loudet que, " el error clínico, involucra el error terapéutico ". Y ésta frase, nó solo es aplicable a las ciencias médicas, pués puede asimilarse a cualquiera actividad de la vida en la que es preciso adoptar decisiones; y dichas decisiones ( la terapéutica en las ciencias de la salud ), deben corresponderse con una visión precisa y exacta de la realidad ( diagnóstico acertado ), sin la cual las soluciones pueden no resultar las correctas.
En muchas oportunidades, al fracaso de un tratamiento se lo achaca a una ineficacia de la medicación, o a una falta de acción de la tecnología, sin entender que tal véz, este fracaso fué debido a una incompetencia de quien ordenara su aplicación, cuando su indicación no era la correcta o cuando el momento no era el oportuno.
Por ello, en nuestra profesión resulta importante la función del educador, formador o profesor, que le brinda al educando todos los conocimientos válidos para comprender el proceso salud-enfermedad, para arribar a un correcto diagnóstico y para dotar al futuro profesional o especialista, de las destrezas analíticas y habilidades para encarar el tratamiento.
Esta misma premisa, puede trasladarse a las funciones ejecutivas y dirigenciales, pues resultará harto difícil intentar un adecuado funcionamiento institucional o lograr soluciones a los problemas que plantea el ejercicio profesional, si primero no se dispone de un cabal conocimiento del campo específico.
Esta función, informativa y formativa que deben transmitirnos nuestros profesores, instructores o guias, no siempre resulta suficiente para crear una conciencia en el profesional o dirigente, que lo capacite en forma integral para encarar los problemas y aplicar las soluciones con efectividad.
La posibilidad de adquirir una mirada más comprensiva de nuestro ámbito de actuación, de analizar con presteza las alternativas disponibles, de obrar con cautela, y de interpretar las situaciones dentro de un contexto que exceda el estríctamente profesional o dirigencial, no suelen adquirirse con sólo tener buenos profesores o guias de estudio.
En muchas oportunidades, al fracaso de un tratamiento se lo achaca a una ineficacia de la medicación, o a una falta de acción de la tecnología, sin entender que tal véz, este fracaso fué debido a una incompetencia de quien ordenara su aplicación, cuando su indicación no era la correcta o cuando el momento no era el oportuno.
Por ello, en nuestra profesión resulta importante la función del educador, formador o profesor, que le brinda al educando todos los conocimientos válidos para comprender el proceso salud-enfermedad, para arribar a un correcto diagnóstico y para dotar al futuro profesional o especialista, de las destrezas analíticas y habilidades para encarar el tratamiento.
Esta misma premisa, puede trasladarse a las funciones ejecutivas y dirigenciales, pues resultará harto difícil intentar un adecuado funcionamiento institucional o lograr soluciones a los problemas que plantea el ejercicio profesional, si primero no se dispone de un cabal conocimiento del campo específico.
Esta función, informativa y formativa que deben transmitirnos nuestros profesores, instructores o guias, no siempre resulta suficiente para crear una conciencia en el profesional o dirigente, que lo capacite en forma integral para encarar los problemas y aplicar las soluciones con efectividad.
La posibilidad de adquirir una mirada más comprensiva de nuestro ámbito de actuación, de analizar con presteza las alternativas disponibles, de obrar con cautela, y de interpretar las situaciones dentro de un contexto que exceda el estríctamente profesional o dirigencial, no suelen adquirirse con sólo tener buenos profesores o guias de estudio.
En algunos de ellos, existe un plus que no se dá en la mayoría de los casos, y que cuando ocurre, los transforma automáticamente en maestros. Hemos escuchado y leido en muchas oportunidades, que la Odontología posee excelentes profesores, mas carece de verdaderos maestros. En mi largo trajinar por la profesión, la especialidad, la dirigencia y la función, debo admitir que he gozado del apoyo y de la enseñanza de numerosos y excelentes profesionales, que me transmitieron las bases para mi desarrollo , y al mismo tiempo me formaron profesionalmente. Pero tambien debo agradecer, que yá por casualidad o por elección, me acerqué a muchos otros que se comportaron como consejeros y me brindaron, sin ningún tipo de condicionamientos, toda su experiencia y su bagaje de conocimientos, que excediendo su estricta capacitación específica, me transmitieron sus experiencias de vida .
A ellos, quiero dedicar éste modesto reconocimiento, aclarando que todos aquellos errores que pude cometer, o las incorrectas interpretaciones que me condujeron a ellos, no los alcanza, y que, como dijera Amado Nervo en sus exquisitos versos, he sido " el arquitecto de mi propio destino ". Al Doctor Orestes Siutti, y al Doctor Bernabé Espinal, por su ejemplo en el pregrado. En el ejercicio de mi especialidad, ya por inducción o imitación, debo agradecer las enseñanzas que recibí de los Dres. Norberto Costoyas, Enrique Muller y Guillermo Ries Centeno.
Este último, autor de una de las mas importantes obras sobre la cirugia bucal de habla hispana, me dió la oportunidad de iniciarme en la tarea docente a su lado y en estrecho contacto con alguno de sus más estrechos colaboradores como Geremías Bajraj, que fué durante varios años, mi consejero y guia en la ética profesional. Con éstos grandes maestros, comparto la foto tomada en el portal de la casa de Sarmiento en San Juan. En traumatología, mi especial recuerdo a Carlos Fontán, quien me inició en los avatares de la especialidad en el viejo servicio de odontología del Hospital Base Pedro Fiorito de Avellaneda, bajo la dirección del profesor Juan José Carraro.
En el ámbito institucional y dirigencial, debo agradecer al Circulo Odontológico de Lanús, que por dos veces me contó como Presidente y me permitió compartir la tarea con un grupo calificado de dirigentes, entre quienes debo recordar especialmente a Clemente Halfón, ejemplo de dedicación y trabajo.
En el Colegio de Odontólogos de la Provincia de Buenos Aires, tuve el honor de contar como amigo y colaborador a quien fuera un destacado dirigente, José R. Momo.
En la Asociación Odontológica Argentina, encontré la amistad y el ejemplo en Antonio Calle Guevara y Alfredo Fermín Alvarez.
Mi llegada a la titularidad de la Cátedra de Cirugía II de la Fouba, tuvo sus verdaderos impulsores en Pablo Bazerque y Hugo Capusselli, quienes en su condición de Decanos, me distinguieron con su inapreciable amistad.
No puedo dejar de recordar al mismo tiempo, a Juan Antonio Pezza, quien fué un importante soporte tanto en mi carrera docente, en la función directiva de la Facultad como en mi actuación en la Sociedad de Cirugía.
Mi desempeño en el area de la Educación Odontológica, tánto a nivel nacional como en Latinoamérica, tuvo un apoyo invalorable de parte de un dirigente institucional de reconocida trayectoria a nivel de las entidades más importantes de la Odontología mundial, el colega Ariel Gomez.
Hoy día, y en realidad nunca, el ser humano y el profesional en particular, puede ser tán arrogante como para pensar que lo sabe todo. Ya José Ingenieros, en 1919 decía que, " es innumerable la cantidad de errores contenidos en las hipótesis con que la inteligencia humana, se aventura a explicar los diversos problemas no resueltos por la experiencia. Esto equivale a afirmar la relatividad de los conocimientos científicos, la perfectibilidad de los métodos y de los resultados, y la absurdidad de toda creencia absoluta, indiscutible e irrevocable ".
La intuición y el pálpito, no son mecanismos que reemplazan al conocimiento adquirido a través del estudio; y éste último tampoco es garantía de perfección si nó se lo acompaña de otros ingredientes que no siempre ofrecen los libros. Esos ingredientes, indispensables para achicar los márgenes de error que siempre entrañan las tomas de decisiones, son los que aportan aquellos seres que, con independencia de su preparación técnico-científica, los califican como verdaderos maestros. A esos colegas, que marcaron mi derrotero en la actuación profesional y dirigencial, van dedicados éstos humildes párrafos.
martes, 15 de noviembre de 2011
UN DOLOROSO ADIOS A ERICO ADLER
El dia 12 de Noviembre de 2011, nos ha dejado Erico. Pero no solo se ha ido su cuerpo. Los que lo conocimos y trabajamos junto a él en las instituciones odontológicas, sabemos que se han ido muchas cosas más.
Su bonhomía, su capacidad de trabajo, su eterna disposición a encarar causas nobles, su preocupación constante por la imágen, el prestigio y la dignificación de la profesión y el amor a su familia, fueron algunas de sus cualidades que recordaremos por siempre.
La profesión odontológica, despide a uno de sus preclaros líderes, quien será recordado por sus colegas y especialmente por sus amigos, que a nó dudarlo, continuarán su obra con la preocupación y el empeño, que siempre puso Erico en todas las actividades que emprendió.
jueves, 10 de noviembre de 2011
10 de NOVIEMBRE. " Dia de la tradición en Argentina"
José Hernandez, nació en Los caseríos de Perdriel, en la chacra de su tio, don Juan Martín de Pueyrredón, el 10 de Noviembre de 1834.
Fué aliado de Urquiza, y luego de haber publicado diversos artículos en periódicos, referidos a la cuestion del gaucho y de la tierra, la política de fronteras y el indio, escribió su obra cumbre, el " Martín Fierro ", tarea que llevó a cabo en el Gran Hotel Argentino de 25 de Mayo y Rivadavia, en Buenos Aires, que fuera editado en Diciembre de 1872 por la empresa La Pampa. Falleció el 21 de Octubre de 1886 en su quinta de Belgrano. Sus últimas palabras fueron "Buenos Aires, Buenos Aires". En homenaje al dia de su nacimiento, fué establecido el " DIA DE LA TRADICIÓN ".
viernes, 4 de noviembre de 2011
LA EDUCACIÓN ODONTOLÓGICA HACIA EL FUTURO
Para principios del 2012, Argentina ostentará una relación Odontólogos-Habitantes de 1/720, lo que colocará al país a la cabeza de los paises latinoamericanos en lo que a dicha relación más baja se refiere, si se tiene en cuenta que en Uruguay es de 1/1000, en Chile 1/1170, en República Dominicana 1/1200, en México 1/1571 y en Haití 1/50.000, por tomar algunos ejemplos.
Esta relación que se dá en la odontología, no marcha paralela a otras profesiones, con excepción de la medicina, abogacía y las ciencias económicas, con la diferencia que las dos últimas profesiones se autosustentan alimentando una creciente burocracia tánto pública como privada, que ellos mismos inducen imponiendo mecanismos y legislación a veces inentendible para los profanos. La medicina dispone de una infraestructura de servicios en permanente expansión en todos los subsectores, que de a poco va absorbiendo los excesos de profesionales.
No ocurre lo mismo con profesiones científico-tecnológicas, que se demandan necesariamente sin que se incremente su número en la misma medida que las profesiones tradicionales.
Para darnos una idea de éste fenómeno, basta tan solo saber que Chile, por tomar un ejemplo cercano, gradúa por cada 1000 abogados, 207 ingenieros de diversas ramas, y la Argentina apenas 37. Esta situación se dá tanto en las universidades públicas como en las privadas.
No caben dudas que ningún organismo de la sociedad, ni dispone ni promueve la creación de mecanismos de planificación que influyan en la determinación de los educandos a la hora de elegir sus carreras. Por supuesto que no es una tarea fácil implementar mecanismos inductorios, sin que se preste a una malinterpretación que los asemeje a una tentativa de coartar la libertad de elección, pero por lo menos, debieran buscarse formas de asesorar o recomendar elecciones que apunten al proceso de desarrollo del país, desalentando el engrosamiento de profesiones que no responderán en última instancia, a las propias expectativas de los ingresantes, tánto en lo referente a sus apetencias económicas, como a sus deseos de ascenso social.
Esta falta de planificación, también incide en el abandono prematuro o en la extensión del lapso normal de la carrera, con el consiguiente despilfarro de tiempo y recursos. Basta pensar que en nuestro pais tenemos, por cada graduado anual, 17 estudiantes matriculados, mientras que en otros paises es de apenas 8. Ya es casi una verdad de perogrullo, que " la educación universitaria no aumenta las oportunidades laborales en la forma que sería deseable de esperar, y nó produce automáticamente el ascenso social de los estudiantes pobres. Ya no es tán cierto que un título universitario garantiza mejores oportunidades de progreso ". La frase entrecomillada, pertenece a Paul Krugman, y si bien personalmente no la comparto en su totalidad, representa el pensamiento de un intelectual que no debe desdeñarse.
La idea de una fuerte clase media sustentada en el estudio de profesiones universitarias, puede que ya no sea tán plausible como lo fuera en el pasado, pero tambien es cierto, que la formación intelectual que conlleva el cursado de dichas carreras, como el adentrarse en la ciencia y la tecnología, ayuda a crear mentes abiertas al cambio, otorgando al mismo tiempo, capacidad para adaptarse a los nuevos requerimientos, exigencias y desafios que plantea la sociedad moderna.
Los educadores dentales, siempre nos hemos preguntado: ¿ porqué debemos enseñar ?,¿ a quienes debemos enseñar ?, ¿ para qué debemos enseñar ?, ¿ dónde debemos enseñar ?, y hemos tratado de consensuar las respuestas adecuadas a cada situación.
Sin embargo existen otras dos preguntas que resultan cruciales para la educación universitaria, principalmente en aquellas profesiones que habilitan para ejercer actividades de servicio público: ¿ a cuantos debemos enseñar ? y ¿ como debemos enseñar ?. La primera de estas dos preguntas, ya la hemos respondido a lo largo de las exposiciones sobre " Enseñanza de la Odontología ", y la esencia de dichas respuestas, radica en la concepción política, ideológica y hasta económica que abrace cada educador. La superabundancia de Odontólogos, cuando la demanda no se elonga, crea frustraciones y resentimiento, y es un tema que tal vez nunca pueda tratarse liberándolo de las ideologías.
En cuanto al como, tambien ya hemos abordado algunas aproximaciones relativas al proceso de enseñanza-aprendizaje, pero vale la pena detenerse en un aspecto que pareciera controversial, y sin embargo en el fondo no lo es.
Existe una tendencia en los educadores, de plegarse a la idea del cambio permanente, estableciendo una verdadera oposición entre lo que se conoce como tradición y lo que se acepta como innovación.
En nuestra profesión, se dá el hecho cierto de un antagonismo entre quienes sustentan cada tendencia. Los hay quienes piensan en una formación básica, con preeminencia de una transmisión de conocimientos teóricos con un sólido soporte intelectual, complementado de un desarrollo de habilidades y destrezas amparadas en dicha formación. Otros educadores, exponen el ideario de una fuerte inclinación a la labor práctica desde el comienzo de los cursos, y una complementación teórica paralela que permita interpretar mejor dicha labor, con un acento puesto en la propia creatividad, para diferenciar así la profesión de un oficio, con el agregado de otorgarle a la facultad, las características de una empresa.
A éste último modelo, se lo suele caracterizar como moderno o innovativo, y al anterior como tradicional, llegándose a manejar términos como el de excelencia en contraposición a cultura o pensamiento.
Debe tenerse mucho cuidado de implantar cambios drásticos en los modelos de educación odontológica, sin caer como consecuencia en un descenso de la calidad educativa, y no interpretar la excelencia, cómo el disponer de profesores superespecialistas que suplanten a los generalistas, éstos últimos bien formados clínicamente, a los que
suele denominarse maestros. Ortega y Gasset, tenía una especial aversión por aquellos a quienes denominaba "generalizadores superficiales", y a su contrapartida los "superespecialistas".
De los primeros, censuraba su elocuencia ampulosa, dando la impresión de un dominio infinito del conocimiento, que se desvanecía ante el primer cuestionaniento serio de los jóvenes.
De los superespecialistas, decía que: "en su afan por profundizar el conocimiento, estudian tánto de tán poco, que llegan a saber casi todo de casi nada".
Los cambios, deben darse sólo cuando los docentes están preparados para darlos. Una herramienta educativa maravillosa, si nó se la emplea con conocimiento y convencimiento, puede resultar infructuosa y hasta catastrófica.
Dice Jaim Etcheverry con respecto a las dos concepciones educativas: " Cuando se escucha el discurso de los reformadores de la educación, es preciso concluir que todo lo que se hizo hasta ahora tuvo resultados desastrozos. Gracias a la denominada pedagogía tradicional, parecieran haberse formado una suerte de individuos estúpidos, memorizadores de informaciones inútiles, simples repetidores obsesionados por las evaluaciones, desmotivados por continuar aprendiendo durante el resto de sus vidas, dotados de un pensamiento infantil, incapacitados para trabajar junto con otros, bloqueados en toda discusión. En suma, unos pobres y despreciables ignorantes, desprovistos de juicio crítico y carentes de personalidad. Como el resultado de esos métodos perversos somos nosotros mismos, hay que advertir que es a nosotros a quienes describimos cuando criticamos a los que hoy denominamos despectivamente " métodos tradicionales de aprendizaje ". Los caracterizamos recurriendo al peor de los calificativos, porque para la sociedad actual no hay nada más denigrante que considerar que algo es "tradicional". La otra pedagogía ( la innovativa ), es la que nos promete un estudiante activo, motivado, interesado por aprender durante toda su vida, dotado de pensamiento adulto, capacitado para trabajar con los demás. Muy diferente, en fin, de ésto despreciable que somos nosotros mismos.
Una pedagogía desvelada por la relevancia y por eso centrada en lo "útil", como si resultara posible anticipar qué y cuándo algun conocimiento nos será útil.
Una pedagogía promotora del "estudiante entretenido" y activo, distante de quienes hoy se" aburren" ante la propuesta de estudiar algo en profundidad y con seriedad.
Una pedagogía estimulante de la discusión, aunque la sustancia del debate no refleje más que la ignorancia acerca de los aspectos más elementales de lo que se discute".
Creo que es bueno someter a la crítica, a cualquier método de enseñanza que pretenda imponerse. La educación no debe exhibir tán solo resultados mensurables, ( que los necesita ). La eficiencia y la productividad son palabras que encierran deseos de obtener logros concretos, aunque ello es tán solo una parte de lo que se pretende durante la formación profesional, si lo que necesita un pais son buenos técnicos y excelentes científicos, que al mismo tiempo constituyan una ancha base intelectual en la pirámide de talento, que ha de sustentar la pervivencia de una sociedad libre y democrática.
Decía Carlos Fuentes, "que las generaciones mayores tenemos la obligación de entregar a los jóvenes las novedades del pasado ", pero no debemos desentendernos de los adelantos técnicos y científicos, y de las nuevas modalidades de encarar la relación de la universidad con la sociedad, a través de los nuevos mecanismos de vinculación como la extensión, la asistencia técnica y la incubación de emprendimientos.
Una cosa no anula la otra, y la tendencia correcta sería una especie de mix de las ideologías descriptas, con programas conducidos por expertos, que sin renegar de su fundamentación técnicio-científica, acerquen al alumnado a la realidad que lo circunda. La universidad dejará de ser así esa antígua caja de cristal, para transformarse en un faro luminoso que irradie por doquier el conocimiento que produce a través de la investigación, y lo vuelque en la formación de profesionales que lo apliquen con idoneidad y sensibilidad social.
Esta relación que se dá en la odontología, no marcha paralela a otras profesiones, con excepción de la medicina, abogacía y las ciencias económicas, con la diferencia que las dos últimas profesiones se autosustentan alimentando una creciente burocracia tánto pública como privada, que ellos mismos inducen imponiendo mecanismos y legislación a veces inentendible para los profanos. La medicina dispone de una infraestructura de servicios en permanente expansión en todos los subsectores, que de a poco va absorbiendo los excesos de profesionales.
No ocurre lo mismo con profesiones científico-tecnológicas, que se demandan necesariamente sin que se incremente su número en la misma medida que las profesiones tradicionales.
Para darnos una idea de éste fenómeno, basta tan solo saber que Chile, por tomar un ejemplo cercano, gradúa por cada 1000 abogados, 207 ingenieros de diversas ramas, y la Argentina apenas 37. Esta situación se dá tanto en las universidades públicas como en las privadas.
No caben dudas que ningún organismo de la sociedad, ni dispone ni promueve la creación de mecanismos de planificación que influyan en la determinación de los educandos a la hora de elegir sus carreras. Por supuesto que no es una tarea fácil implementar mecanismos inductorios, sin que se preste a una malinterpretación que los asemeje a una tentativa de coartar la libertad de elección, pero por lo menos, debieran buscarse formas de asesorar o recomendar elecciones que apunten al proceso de desarrollo del país, desalentando el engrosamiento de profesiones que no responderán en última instancia, a las propias expectativas de los ingresantes, tánto en lo referente a sus apetencias económicas, como a sus deseos de ascenso social.
Esta falta de planificación, también incide en el abandono prematuro o en la extensión del lapso normal de la carrera, con el consiguiente despilfarro de tiempo y recursos. Basta pensar que en nuestro pais tenemos, por cada graduado anual, 17 estudiantes matriculados, mientras que en otros paises es de apenas 8. Ya es casi una verdad de perogrullo, que " la educación universitaria no aumenta las oportunidades laborales en la forma que sería deseable de esperar, y nó produce automáticamente el ascenso social de los estudiantes pobres. Ya no es tán cierto que un título universitario garantiza mejores oportunidades de progreso ". La frase entrecomillada, pertenece a Paul Krugman, y si bien personalmente no la comparto en su totalidad, representa el pensamiento de un intelectual que no debe desdeñarse.
La idea de una fuerte clase media sustentada en el estudio de profesiones universitarias, puede que ya no sea tán plausible como lo fuera en el pasado, pero tambien es cierto, que la formación intelectual que conlleva el cursado de dichas carreras, como el adentrarse en la ciencia y la tecnología, ayuda a crear mentes abiertas al cambio, otorgando al mismo tiempo, capacidad para adaptarse a los nuevos requerimientos, exigencias y desafios que plantea la sociedad moderna.
Los educadores dentales, siempre nos hemos preguntado: ¿ porqué debemos enseñar ?,¿ a quienes debemos enseñar ?, ¿ para qué debemos enseñar ?, ¿ dónde debemos enseñar ?, y hemos tratado de consensuar las respuestas adecuadas a cada situación.
Sin embargo existen otras dos preguntas que resultan cruciales para la educación universitaria, principalmente en aquellas profesiones que habilitan para ejercer actividades de servicio público: ¿ a cuantos debemos enseñar ? y ¿ como debemos enseñar ?. La primera de estas dos preguntas, ya la hemos respondido a lo largo de las exposiciones sobre " Enseñanza de la Odontología ", y la esencia de dichas respuestas, radica en la concepción política, ideológica y hasta económica que abrace cada educador. La superabundancia de Odontólogos, cuando la demanda no se elonga, crea frustraciones y resentimiento, y es un tema que tal vez nunca pueda tratarse liberándolo de las ideologías.
En cuanto al como, tambien ya hemos abordado algunas aproximaciones relativas al proceso de enseñanza-aprendizaje, pero vale la pena detenerse en un aspecto que pareciera controversial, y sin embargo en el fondo no lo es.
Existe una tendencia en los educadores, de plegarse a la idea del cambio permanente, estableciendo una verdadera oposición entre lo que se conoce como tradición y lo que se acepta como innovación.
En nuestra profesión, se dá el hecho cierto de un antagonismo entre quienes sustentan cada tendencia. Los hay quienes piensan en una formación básica, con preeminencia de una transmisión de conocimientos teóricos con un sólido soporte intelectual, complementado de un desarrollo de habilidades y destrezas amparadas en dicha formación. Otros educadores, exponen el ideario de una fuerte inclinación a la labor práctica desde el comienzo de los cursos, y una complementación teórica paralela que permita interpretar mejor dicha labor, con un acento puesto en la propia creatividad, para diferenciar así la profesión de un oficio, con el agregado de otorgarle a la facultad, las características de una empresa.
A éste último modelo, se lo suele caracterizar como moderno o innovativo, y al anterior como tradicional, llegándose a manejar términos como el de excelencia en contraposición a cultura o pensamiento.
Debe tenerse mucho cuidado de implantar cambios drásticos en los modelos de educación odontológica, sin caer como consecuencia en un descenso de la calidad educativa, y no interpretar la excelencia, cómo el disponer de profesores superespecialistas que suplanten a los generalistas, éstos últimos bien formados clínicamente, a los que
suele denominarse maestros. Ortega y Gasset, tenía una especial aversión por aquellos a quienes denominaba "generalizadores superficiales", y a su contrapartida los "superespecialistas".
De los primeros, censuraba su elocuencia ampulosa, dando la impresión de un dominio infinito del conocimiento, que se desvanecía ante el primer cuestionaniento serio de los jóvenes.
De los superespecialistas, decía que: "en su afan por profundizar el conocimiento, estudian tánto de tán poco, que llegan a saber casi todo de casi nada".
Los cambios, deben darse sólo cuando los docentes están preparados para darlos. Una herramienta educativa maravillosa, si nó se la emplea con conocimiento y convencimiento, puede resultar infructuosa y hasta catastrófica.
Dice Jaim Etcheverry con respecto a las dos concepciones educativas: " Cuando se escucha el discurso de los reformadores de la educación, es preciso concluir que todo lo que se hizo hasta ahora tuvo resultados desastrozos. Gracias a la denominada pedagogía tradicional, parecieran haberse formado una suerte de individuos estúpidos, memorizadores de informaciones inútiles, simples repetidores obsesionados por las evaluaciones, desmotivados por continuar aprendiendo durante el resto de sus vidas, dotados de un pensamiento infantil, incapacitados para trabajar junto con otros, bloqueados en toda discusión. En suma, unos pobres y despreciables ignorantes, desprovistos de juicio crítico y carentes de personalidad. Como el resultado de esos métodos perversos somos nosotros mismos, hay que advertir que es a nosotros a quienes describimos cuando criticamos a los que hoy denominamos despectivamente " métodos tradicionales de aprendizaje ". Los caracterizamos recurriendo al peor de los calificativos, porque para la sociedad actual no hay nada más denigrante que considerar que algo es "tradicional". La otra pedagogía ( la innovativa ), es la que nos promete un estudiante activo, motivado, interesado por aprender durante toda su vida, dotado de pensamiento adulto, capacitado para trabajar con los demás. Muy diferente, en fin, de ésto despreciable que somos nosotros mismos.
Una pedagogía desvelada por la relevancia y por eso centrada en lo "útil", como si resultara posible anticipar qué y cuándo algun conocimiento nos será útil.
Una pedagogía promotora del "estudiante entretenido" y activo, distante de quienes hoy se" aburren" ante la propuesta de estudiar algo en profundidad y con seriedad.
Una pedagogía estimulante de la discusión, aunque la sustancia del debate no refleje más que la ignorancia acerca de los aspectos más elementales de lo que se discute".
Creo que es bueno someter a la crítica, a cualquier método de enseñanza que pretenda imponerse. La educación no debe exhibir tán solo resultados mensurables, ( que los necesita ). La eficiencia y la productividad son palabras que encierran deseos de obtener logros concretos, aunque ello es tán solo una parte de lo que se pretende durante la formación profesional, si lo que necesita un pais son buenos técnicos y excelentes científicos, que al mismo tiempo constituyan una ancha base intelectual en la pirámide de talento, que ha de sustentar la pervivencia de una sociedad libre y democrática.
Decía Carlos Fuentes, "que las generaciones mayores tenemos la obligación de entregar a los jóvenes las novedades del pasado ", pero no debemos desentendernos de los adelantos técnicos y científicos, y de las nuevas modalidades de encarar la relación de la universidad con la sociedad, a través de los nuevos mecanismos de vinculación como la extensión, la asistencia técnica y la incubación de emprendimientos.
Una cosa no anula la otra, y la tendencia correcta sería una especie de mix de las ideologías descriptas, con programas conducidos por expertos, que sin renegar de su fundamentación técnicio-científica, acerquen al alumnado a la realidad que lo circunda. La universidad dejará de ser así esa antígua caja de cristal, para transformarse en un faro luminoso que irradie por doquier el conocimiento que produce a través de la investigación, y lo vuelque en la formación de profesionales que lo apliquen con idoneidad y sensibilidad social.
martes, 1 de noviembre de 2011
LA ODONTOLOGÍA EN LA UNIVERSIDAD ARGENTINA
LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES EN EL CONTEXTO DE LA EDUCACION PUBLICA SUPERIOR.
Con una matrícula estudiantil que ronda los 300.000 alumnos, la U.B.A es una de las más importantes instituciones educativas del mundo.
Dicha importancia, no sólo asienta en el número de educandos. La U.B.A dispone de 13 facultades y dicta 112 carreras, con un número de docentes superior a los 40.000. Su prestigio tambien se cimenta en sus 4.000 investigadores, en sus casi 200 doctorados, maestrías y carreras de posgrado, en sus 80 institutos de investigación, en sus 6 hospitales, en sus 20 bibliotecas,y 6 museos propios, todo ello solventado con un presupuesto que ronda los 2.000 millones de pesos anuales.
Si bien es cierto que un importante número de estudiantes argentinos, optan por cursar carreras y posgrados en el extranjero, también es cierto que muchos otros, extranjeros, optan por estudiar en nuestras universidades. En 2010, los EE.UU de Norteamérica recibió 2165 estudiantes argentinos, Australia 216, Nueva Zelanda 202, y algunos otros en universidades europeas.
En nuestro país, y específicamente en la U.B.A, se inscribieron en 2009, alrededor de 12.000 estudiantes extranjeros en distintas carreras, de los cuales 6698 lo hicieron en el pregrado.
No siempre la elección de un pais extranjero se sustenta en razones estríctamente académicas; en muchos casos la impresión es que dicha elección sobrecalifica, y en otros casos representa una experiencia de vida.
Si se analizan las universidades latinoamericanas, sobre una evaluación de 200 casas de altos estudios llevada a cabo por una consultora británica, la U.B.A se halla en el 8° lugar, y según una encuesta sobre empleadores latinoamericanos, la calificación la ubica en el primer puesto.
Con una matrícula estudiantil que ronda los 300.000 alumnos, la U.B.A es una de las más importantes instituciones educativas del mundo.
Dicha importancia, no sólo asienta en el número de educandos. La U.B.A dispone de 13 facultades y dicta 112 carreras, con un número de docentes superior a los 40.000. Su prestigio tambien se cimenta en sus 4.000 investigadores, en sus casi 200 doctorados, maestrías y carreras de posgrado, en sus 80 institutos de investigación, en sus 6 hospitales, en sus 20 bibliotecas,y 6 museos propios, todo ello solventado con un presupuesto que ronda los 2.000 millones de pesos anuales.
Si bien es cierto que un importante número de estudiantes argentinos, optan por cursar carreras y posgrados en el extranjero, también es cierto que muchos otros, extranjeros, optan por estudiar en nuestras universidades. En 2010, los EE.UU de Norteamérica recibió 2165 estudiantes argentinos, Australia 216, Nueva Zelanda 202, y algunos otros en universidades europeas.
En nuestro país, y específicamente en la U.B.A, se inscribieron en 2009, alrededor de 12.000 estudiantes extranjeros en distintas carreras, de los cuales 6698 lo hicieron en el pregrado.
No siempre la elección de un pais extranjero se sustenta en razones estríctamente académicas; en muchos casos la impresión es que dicha elección sobrecalifica, y en otros casos representa una experiencia de vida.
Si se analizan las universidades latinoamericanas, sobre una evaluación de 200 casas de altos estudios llevada a cabo por una consultora británica, la U.B.A se halla en el 8° lugar, y según una encuesta sobre empleadores latinoamericanos, la calificación la ubica en el primer puesto.
El ranking I ECO 2010-2011 referido a marcas, incorporó una nueva categoría : Universidades Argentinas. En los cuadros anexos, se expone el liderazgo que le correspondió a la U.B.A
La consultora Gramátika, llevó a cabo un estudio en Febrero de 2011 a nivel de estudiantes universitarios residentes en la zona de la Ciudad de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires de entre 18 y 39 años, en el que se analizan los distintos factores que influyen en la elección de una Facultad. Dos universidades públicas quedaron al frente del ránking, La U.B.A y la U.T.N superando a las universidades privadas. Según Bulacio ( Fundación de investigación en ciencias cognitivas aplicadas ), " a pesar de que se la considera más desordenada o más caótica, la universidad pública es más valorada socialmente ".
En la Universidad de Buenos Aires, la Facultad de Odontología ha recibido desde hace muchos años, verdaderos contingentes de estudiantes latinoamericanos, españoles y de otros paises, tánto en el pre como en el posgrado. En el último año, la facultad recibió un total de 231 alumnos, y la matrícula de extranjeros tiende a crecer anualmente. En el reconocido " Shangai Jiao Tong Univérsity Ranking " correspondiente a 2009, la U.B.A está ubicada entre las tres más destacadas de Latinoamérica, junto a la UNAM y la Estadual de SAN PABLO.
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