Su bonhomía, su capacidad de trabajo, su eterna disposición a encarar causas nobles, su preocupación constante por la imágen, el prestigio y la dignificación de la profesión y el amor a su familia, fueron algunas de sus cualidades que recordaremos por siempre.
La profesión odontológica, despide a uno de sus preclaros líderes, quien será recordado por sus colegas y especialmente por sus amigos, que a nó dudarlo, continuarán su obra con la preocupación y el empeño, que siempre puso Erico en todas las actividades que emprendió.
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