Los tres vocablos que dán título a ésta publicación, analizados en forma independiente, pareciera que no tuvieran una estrecha relación, y más, muchos funcionarios les adjudican un significado muy distinto.
Sin embargo, ahondando más que en su aspecto semántico, puede constatarse en la práctica que las acciones que de ellos dependen se complementan de manera indisimulable.
La PLANIFICACIÓN o planeamiento no es otra cosa que la elaboración de una imágen-objetivo o escenario, como se lo denomina indistintamente, al que queremos dirigirnos y en lo posible arribar, a través de acciones, tácticas o políticas adecuádamente elaboradas, que utilizando un camino troncal, que no descarta aportes
colaterales, marchas y contramarchas, siempre se dirigen en el sentido propuesto.
La planificación no es una práctica moderna. Ya en la antiguedad, Julio Cesar, Alejandro Magno, Napoleón, y nuestro San Martín, hicieron gala de estrategias y disciplina que les permitieron sortear con holgura las dificultades y conseguir los resultados esperados.
Puede discutirse la filosofía del planeamiento, jamás su necesidad.
A veces se lo asocia a regímenes absolutistas y autoritarios, pero la verdad es que, paises democráticos y con fuertes instituciones republicanas como Australia y Canadá, han conseguido resultados más que elocuentes. Vale considerar que dichos paises en la década de 1940, le disputaban a Argentina el derecho a figurar entre los paises destinados a convertirse en potencias, y nuestro país ostentaba el liderazgo indiscutible en Latinoamérica.
En dicho tiempo, todavía perduraban los resultados de aquello que imaginaron y planificaron los líderes de la generación de 1880. Basta consignar que el país, gracias a su visión, pasó en diez años de una superficie cosechable de 500.000 hectáreas, a 15 millones, y entre otros avances, la estructura sanitaria del país se multiplicó por diez.
Lamentáblemente algunos intentos posteriores de planeamiento en el área de la salud no pudieron avanzar. Nombres como Carrillo en los 1946-50, Oñativia en 1963, Liotta en 1974 y otros, fracasaron en sus proyectos estratégicos por cuestiones ajenas a su voluntad, y en las últimas décadas hemos padecido una decadencia en muchos aspectos de nuestra sociedad, de lo que no es ajena la salud del pueblo en su totalidad.
Vale decir que no existió planificación ni estrategias sostenidas en el tiempo, y si se hubieran impulsado, no cabe ninguna duda que las primeras acciones debían obrar sobre la falta de conocimientos socio-epidemiológicos serios basados en estudios estadísticos significativos.
La EPIDEMIOLOGÍA es hoy una verdadera ciencia en el área de la salud, y para su comprensión remito al lector a la publicación precedente de éste blog, de la que podemos extractar que sin estudios epidemiológicos no hay posibilidad alguna de planificación.
Por ello, vamos a enfocar con detenimiento al proceso que precede al estudio epidemiológico, que no es otra cosa que la obtención de estadísticas serias, circunstancia poco tenida en cuenta en nuestro país, especiálmente en el área de la salud, ya general ya bucodental.
Para dar idea de lo que significa una investigación ESTADÍSTICA, creo oportuno reproducir una publicación reciente del Journal of Américan Dental Association ( JADA ), para darnos cuenta de como la recolección de datos, en cohortes significativas y con procedimientos adecuádamente reglados, se puede arribar a la concreción de datos epidemiológicos que luego se constituyen en basamentos de un plan o política de salud.
La ESTADÍSTICA tambien es una verdadera ciencia, y aplicada a la salud poblacional se torna en una herramienta indispensable.
El Instituto Nacional de Salud de los EEUU (NIH), a través de la National Library of Medicine, ha publicado importantes estudios que nos aclaran el concepto de estadísticas de salud.
De dichas publicaciones podemos extractar algunas consideraciones sobre el tema, aclarando desde ya, que la significación estadística, no debe sobreponerse a la relevancia clínica, sino más bien, complementarse con ella.
1.- Las estadísticas de salud se utilizan para comprender los
factores
de riesgo para las comunidades, rastrear y monitorear
enfermedades, ver el impacto de los cambios en las políticas
y evaluar la calidad y seguridad de la atención médica.
2.- Las estadísticas de salud son una forma de conocimientos o
hechos
que pueden respaldar una conclusión, permitiendo la
elaboración de una política o estrategia basada en la evidencia,
cuyo empleo juicioso y razonable da la mejor seguridad moder
na para tomar decisiones sobre el cuidado de pacientes
individuales, y promover la salud poblacional.
3.- No todas las pruebas son o deberían ser igualmente
convincentes para apoyar una conclusión. Pero resulta esencial
que los investigadores y los responsables de la formulación de
las políticas, entiendan como evaluar la evidencia de una
manera sistemática, y también como acceder a estadísticas e
información de salud transparentes y de alta calidad.
Las estadísticas de salud miden diversos tipos de información :
* Medición de los factores de riesgo y de protección que afectan
la salud.
* Evaluación de la frecuencia y el impacto que tienen las
enfermedades en una comunidad.
* Evaluación sobre como se brinda la atención médica a las
comunidades que la necesitan.
* Obtener información sobre fuentes de financiamiento y como
se asumen dichos costos por parte de la comunidad.
Puede concluirse que, tanto la planificación, la epidemiología y las estadísticas, resultan esenciales para la elaboración de planes o políticas destinadas al bienestar de la población, y su aplicación en el área de la salud resulta fundamental.
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