* SOLÍA TENER PACIENTES
AHORA TENGO UN LISTADO DE USUARIOS
* SOLÍA DIAGNOSTICAR
AHORA ME APRUEBAN UNA PRÁCTICA
* SOLÍA EFECTUAR TRATAMIENTOS
AHORA ESPERO AUTORIZACIÓN PARA
PROVEER SERVICIOS
* SOLÍA TENER UNA PRÁCTICA EXITOSA
COLMADA DE PACIENTES
AHORA ESTOY REPLETO DE PAPELES
* SOLÍA EMPLEAR MI TIEMPO PARA
ESCUCHAR A MIS PACIENTES
AHORA DEBO UTILIZARLO PARA
JUSTIFICARME ANTE LOS AUDITORES
* SOLÍA TENER SENTIMIENTOS
AHORA TENGO FUNCIONES
* SOLÍA SER MÉDICO
AHORA NO SE LO QUE SOY
Estas expresiones del Dr. Schachter, no son ni mas ni menos que las preocupaciones de la gran mayoría de los profesionales de la salud.
Pero lo más lamentable de ésta situación, es que la retribución del trabajo profesional no se corresponde con la responsabilidad e idoneidad que se nos exige para el desarrollo de nuestra tarea.
Es un hecho que, el 80 % de las clínicas y sanatorios privados de todo el país, que brindan empleo a más de 250.000 trabajadores de la salud que atienden a los afiliados a las Obras Sociales, Prepagas, PAMI, mutualidades, fundaciones etc., se hallan afectados por una crisis que pone en serias dudas la continuidad de sus servicios.
Lo mismo sucede con los prestadores individuales, cuyos consultorios han visto incrementar en los últimos tiempos, los gastos directos e indirectos y la carga impositiva que transforma en no retributivos los aranceles que les fijan dichas instituciones, aún con la conformidad de las instituciones profesionales que los representan en la firma de los convenios.
El valor actual de los aranceles, se encuentra completamente desfasado con la realidad, y resulta imprescindible que las autoridades y directivos de los distintos actores que componen el sector, evalúen con suficiente tino el monto de las retribuciones, a los efectos de poder afrontar los incrementos de salarios por parte de las instituciones prestadoras de servicios ante los incrementos salariales del que solicitan los trabajadores de la sanidad, que afectarán la estructura de costos de las mismas y de los profesionales en forma individual. Los desmesurados incrementos de los insumos y equipamiento, también habrán de incidir en la desactualización de los aranceles que requerirán un urgente reajuste. LA SALUD NO TIENE PRECIO, PERO LA ATENCIÓN DE LA SALUD TIENE UN COSTO. Si no se toman en consideración todos los factores que integran la estructura de costos de las prestaciones de salud, y no se los adecua a las necesidades y requerimientos de los profesionales, el resultado final será una atención resentida que repercutirá sobre los niveles de protección sanitaria individual y colectiva.
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