Una sociedad que no satisface las necesidades básicas de sus habitantes, que no genera las condiciones para mejorar su calidad de vida, que no protege el ambiente y que no ofrece oportunidades para sus mayorías, no es una sociedad exitosa, independiéntemente de los logros económicos que ostente.
No obstante, los economistas nos han convencido que las políticas públicas deben propender al mejoramiento de los índices que miden el desempeño de sus variables económicas. Tal el caso del producto bruto interno (PBI) y el producto bruto per cápita (PBIC), al que los inversores califican como el resultado de políticas exitosas cuando su crecimiento excede los parámetos clásicos.
El PBI representa el valor total de los bienes y servicios producidos por un país en un lapso determinado. Se lo expresa en dólares estadounidenses para su contrastación, lo que lo torna bastante impreciso, ya que no puede sortear las disparidades que exhiben los distintos paises en la apreciación de dicha moneda en relación a la propia, que suele depender de mecanismos locales no transferibles globalmente.
Algunos organismos internacionales han tratado de buscar un índice que exprese con más precisión el desarrollo económico sostenible, con inclusión social e inserción en la economía global.
Así se concibió el índice de progreso social (IPS), que es un modelo integral para medir el desarrollo humano que no incluye al PBI, aunque lo complementa, y se puede aplicar en poblados, municipios, provincias o estados o en los paises en general.
El IPS es un nuevo indicador que tiende a medir el éxito de las sociedades a través de la medición y comparación de las condiciones favorables al crecimiento económico inclusivo, sustentado en los resultados de sus inversiones, programas y políticas en el área social, que orientan a acelerar el progreso hacia una sociedad con un mejor nivel de vida.
Cuando se comparan los dos índices ( PBI vs. IPS ), se pueden apreciar disparidades en cuanto a la medición de resultados no siempre dependientes de la economía de un país, y se suelen observar paises con un alto PBI, pero con una sociedad que ostenta índices desfavorables en educación, salud y calidad de vida que son fráncamente vergonzantes. También se suele dar la inversa.
Nuestro país es un ejemplo en dicha dicotomía. Si analizamos las tablas siguientes, podremos observar las incongruencias que se visualizan en muchos de los paises analizados.
Argentina, como puede observarse, ostenta el puesto 22 en el ránking del PBI mundial, mientras que su ubicación en el ránking del IPS es 38. Como se explica ésta disparidad ?. El PBI del país asciende a una cifra que oscila alrededor de 700.000 millones de dólares, cifra por demás importante. Al mismo tiempo los informes que provéen los organismos de medición hacen ascender el gasto en educación al 6 % del PBI, y en salud al 7 % del PBI (10 % para la OMS), porcentajes por demás significativos. Sin embargo, los resultados en órden al IPS son magros. El rendimiento del sistema educativo es pobre en comparación con otros paises con un PBI inferior, y el sistema de salud, bastante desintegrado ofrece resultados muy alejados de lo que correspondería al gasto según el PBI, con una infraestructura pública deteriorada, y un 37 % de la población sin acceso a ninguna cobertura.
Esta situación, que puede observarse también en otros paises, y lo mismo para la inversa, puede obedecer a diversas razones que incluyen una incompetencia para la aplicación de los recursos disponibles, el subregistro, o peor aún, a una deficiente recolección de los datos que conforman los índices, o a una información sesgada o cognotada políticamente, situación que repercute en el resultado de las poíticas aplicadas, como bien lo manifiestan Fitoussi, Sen y Stíglitz.
La conformación del IPS se lleva a cabo sobre un conjunto de estudios, observaciones, datos y encuestas aplicadas a distintas áreas de la sociedad que permiten profundizar en los siguientes
"indicadores directos" relacionados con :
* Hábitat, salud, educación y situación económica de los hogares.
* Trabajo decente y seguridad social de las personas.
* Recursos psicosociales y seguridad para el desarrollo humano.
* Vida social, cultural, política y comunitaria.
Si desglosamos los atributos atinentes a los indicadores relativos a la salud, podemos resumirlos en los siguientes:
* Acceso a servicios de agua potable y saneamiento.
* Condiciones aceptables de habitabilidad.
* Acceso a un sistema integral de salud público o privado que
incluya la salud bucodental.
* Seguridad alimentaria y nutricional.
* Consumos sociales garantizados en servicios de prevención
atención y rehabilitación de la salud.
* Seguridad en el trabajo, en la escuela y en los lugares públicos.
LA SALUD BUCODENTAL COMO INDICADOR DEL IPS
La salud bucodental, como parte inescindible de la salud general, debe participar en la conformación del IPS, toda vez que representa un porcentaje del gasto en salud global que oscila en el 10 %, con variaciones no muy significativas en distintos paises. Dicha participación debe responder en aspectos concernientes a la salud pública, a los regímenes sociales, a la atención prepaga y privada, y a la economía sanitaria.
La incorporación de algunos índices de salud bucodental como el CPO, es un aporte sustancial que permite obtener información relevante y acceder a estudios comparativos.
La Federación Dental Internacional (FDI), en consonancia con su estrategia "Visión 2020", adoptó en Poznan (Polonia) en 2016 una nueva definición de la salud bucodental, posicionándola como parte integrable de la salud general y del bienestar individual y social.
El concepto de salud bucodental, abarca así no solo un criterio púramente biológico tal como la ausencia de enfermedad, sino que en su estructura polifacética incorpora la capacidad de hablar, sonreir, oler, saborear, tocar, masticar, tragar y transmitir una serie de emociones a través de las expresiones faciales con confianza y sin dolor, incomodidad ni enfermedad del complejo craniofacial, tomando como base los siguientes atributos que definen a la salud bucodental como :
1.- Un componente fundamental de la salud y el bienestar físico,
mental y social que se inserta en un contínuo proceso influido
por los valores y actitudes de los individuos y las comunidades.
2.- Un reflejo de los atributos fisiológicos, sociales y psicológicos
esenciales para la calidad de vida.
3.- Una expresión influenciada por las experiencias, percepciones
y expectativas cambiantes del individuo, así como por su
capacidad de adaptarse a las circunstancias.
Es importante revalorizar a la salud bucodental en el marco conceptual del IPS y en el contexto global de la salud.
Los resultados de las políticas aplicadas al sector de la odontología, no necesariamente marchan paralelos al desarrollo económico y aún al propio progreso social. Para interpretar ésta mención, solo basta analizar el mapeo mundial del índice CPO, y comprobar las
disparidades que se dan en paises que, como U.S.A, buena parte de la Europa del este, y varios paises latinoamericanos, especialmente Bolivia, en los que no marchan de consuno el PBI, el IPS y el CPO.
El concepto de "calidad de vida", más que el de "bienestar", es uno de los nuevos enfoques académicos sobre la capacidad de las sociedades para lograr, no solo un crecimiento económico, sino una valoración integral de las dimensiones humanas constitutivas del progreso social.
Por supuesto que la valoración del listado de dimensiones básicas de los distintos índices del progreso social no es absoluto, y depende de múltiples factores de naturaleza diversa que se apoyan en estudios y encuestas que no son replicables lineálmente en todos los paises en las mismas condiciones, ya que, situaciones de naturaleza histórica, de recursos, de necesidades y de culturas dispares, impiden la obtención de resultados absolútamente comparables. Así la pobreza, no es siempre comparable con los mismos criterios en distintos paises, pero el concepto de salud es más concreto, y la definición de la OMS puede considerarse como un marco de igualación que permite comparar más objetivamente los índices a nivel mundial.
La mayor parte de los indicadores de progreso social, se asientan en derechos consagrados por cada país, o por pactos internacionales a los que adhieren tales como la "Declaración Universal de los Derechos Humanos", el "Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos", el "Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales", la "Convención sobre los Derechos del Niño" y resoluciones de organizaciones mundiales como la OMS, la Cepal, etc. La mayor parte de ellos comprometen, pero no todos obligan a su cumplimentación.
No obstante el progreso social, fuera de su horizonte de expectativas futuras, se traduce en compromisos jurídicos y en la estandarización de umbrales a partir de los cuales sea posible evaluar los niveles de equidad y justicia que permitan apreciar los avances o retrocesos. Lo importante es el compromiso de medición y su posterior informe a nivel internacional.
CONCLUSIONES :
El progreso social es hoy en día un paradigma opuesto a la exclusión que impone la pobreza, y obliga a atender los indicadores y abordar las medidas que tienden a minimizarla, pero con la convicción de que no solo los paradigmas de ingresos, empleo y crecimiento económico son los más relevantes. La inclusión y aceptación como parámetros, de los niveles de salud a los que puede acceder la sociedad, incluyendo la salud bucodental, resultan insoslayables en el campo del progreso social, y el mejoramiento de sus niveles aporta a la cohesión social del pueblo, haciendo carne en aquella expresión tan antigua pero tan actual de Arthur Schopenhauer : LA SALUD NO LO ES TODO, PERO SIN ELLA, TODO LO DEMÁS ES NADA.
La Federación Dental Internacional (FDI), en consonancia con su estrategia "Visión 2020", adoptó en Poznan (Polonia) en 2016 una nueva definición de la salud bucodental, posicionándola como parte integrable de la salud general y del bienestar individual y social.
El concepto de salud bucodental, abarca así no solo un criterio púramente biológico tal como la ausencia de enfermedad, sino que en su estructura polifacética incorpora la capacidad de hablar, sonreir, oler, saborear, tocar, masticar, tragar y transmitir una serie de emociones a través de las expresiones faciales con confianza y sin dolor, incomodidad ni enfermedad del complejo craniofacial, tomando como base los siguientes atributos que definen a la salud bucodental como :
1.- Un componente fundamental de la salud y el bienestar físico,
mental y social que se inserta en un contínuo proceso influido
por los valores y actitudes de los individuos y las comunidades.
2.- Un reflejo de los atributos fisiológicos, sociales y psicológicos
esenciales para la calidad de vida.
3.- Una expresión influenciada por las experiencias, percepciones
y expectativas cambiantes del individuo, así como por su
capacidad de adaptarse a las circunstancias.
Es importante revalorizar a la salud bucodental en el marco conceptual del IPS y en el contexto global de la salud.
Los resultados de las políticas aplicadas al sector de la odontología, no necesariamente marchan paralelos al desarrollo económico y aún al propio progreso social. Para interpretar ésta mención, solo basta analizar el mapeo mundial del índice CPO, y comprobar las
disparidades que se dan en paises que, como U.S.A, buena parte de la Europa del este, y varios paises latinoamericanos, especialmente Bolivia, en los que no marchan de consuno el PBI, el IPS y el CPO.
El concepto de "calidad de vida", más que el de "bienestar", es uno de los nuevos enfoques académicos sobre la capacidad de las sociedades para lograr, no solo un crecimiento económico, sino una valoración integral de las dimensiones humanas constitutivas del progreso social.
Por supuesto que la valoración del listado de dimensiones básicas de los distintos índices del progreso social no es absoluto, y depende de múltiples factores de naturaleza diversa que se apoyan en estudios y encuestas que no son replicables lineálmente en todos los paises en las mismas condiciones, ya que, situaciones de naturaleza histórica, de recursos, de necesidades y de culturas dispares, impiden la obtención de resultados absolútamente comparables. Así la pobreza, no es siempre comparable con los mismos criterios en distintos paises, pero el concepto de salud es más concreto, y la definición de la OMS puede considerarse como un marco de igualación que permite comparar más objetivamente los índices a nivel mundial.
La mayor parte de los indicadores de progreso social, se asientan en derechos consagrados por cada país, o por pactos internacionales a los que adhieren tales como la "Declaración Universal de los Derechos Humanos", el "Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos", el "Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales", la "Convención sobre los Derechos del Niño" y resoluciones de organizaciones mundiales como la OMS, la Cepal, etc. La mayor parte de ellos comprometen, pero no todos obligan a su cumplimentación.
No obstante el progreso social, fuera de su horizonte de expectativas futuras, se traduce en compromisos jurídicos y en la estandarización de umbrales a partir de los cuales sea posible evaluar los niveles de equidad y justicia que permitan apreciar los avances o retrocesos. Lo importante es el compromiso de medición y su posterior informe a nivel internacional.
CONCLUSIONES :
El progreso social es hoy en día un paradigma opuesto a la exclusión que impone la pobreza, y obliga a atender los indicadores y abordar las medidas que tienden a minimizarla, pero con la convicción de que no solo los paradigmas de ingresos, empleo y crecimiento económico son los más relevantes. La inclusión y aceptación como parámetros, de los niveles de salud a los que puede acceder la sociedad, incluyendo la salud bucodental, resultan insoslayables en el campo del progreso social, y el mejoramiento de sus niveles aporta a la cohesión social del pueblo, haciendo carne en aquella expresión tan antigua pero tan actual de Arthur Schopenhauer : LA SALUD NO LO ES TODO, PERO SIN ELLA, TODO LO DEMÁS ES NADA.
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