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viernes, 6 de marzo de 2015

LA SALUD BUCODENTAL Y EL SENTIDO DEL GUSTO


Los transtornos quimiosensoriales relacionados al sentido del gusto, llevan a la consulta a gran número de personas, y muchas otras no lo hacen porque no lo perciben en forma manifiesta o por una aceptación conformista en el caso de las personas mayores.
En muchas oportunidades, los transtornos se hallan asociados con problemas en el sentido del olfato, y los quimiosensores ubicados en nuestra boca, garganta y nariz, al ponerse en contacto con las moléculas liberadas por las sustancias y alimentos, envían la información a través de los nervios hasta el cerebro, donde los sabores y olores específicos son identificados.
En relación al sentido del gusto en particular, los sensores están constituidos por células agrupadas en las llamadas papilas gustativas de la lengua, la garganta y en otras zonas específicas de la boca. La lengua es sin embargo el órgano gustativo por excelencia a través de los distintos tipos de papilas entre las que se destacan por su tamaño las caliciformes que forman la "V" lingual en su dorso. Para algunos tipos de gusto u olores punzantes 
( amoníaco, mentol, pimienta, etc. ) participan como receptores las superficies húmedas de los ojos y la nariz.
Cinco son las sensaciones gustativas identificadas : dulce, amargo, salado, agrio y umami (glutamato existente en el caldo de pollo, extractos de carne y algunos quesos). La percepción de éstos tipos de gusto se lleva a cabo por distintos tipos de papilas, ubicadas en zonas específicas de la lengua. 
La percepción del sabor se combina con el olor de las sustancias, y a veces con otras características como la textura, temperatura, etc., y si bien puede distinguirse p.ej. el dulce del salado, si no se dan al unísono las sensaciones, no podrá distinguirse un chocolate de un caramelo. La relación intersensorial puede darse habituálmente asociando el gusto con el olfato, el tacto y la vista (en éste último caso es clásica la reacción visual ante algunos sabores picantes y agrios.

La ausencia total del gusto se denomina ageusia, y cuando la pérdida es parcial es hipogeusia, siendo poco común la pérdida total,   y en ciertos casos se produce una confusión de sabores conocida como percepción fantasma.

ETIOLOGIA :
                    
                       Los trastornos del sentido del gusto pueden deberse a infecciones de las vías respiratorias superiores o de la propia cavidad bucal, y a lesiones que interesan las papilas gustativas o los nervios sensoriales respectivos. Algunos medicamentos, productos químicos y afecciones bucodentarias pueden también desencadenar alteraciones del gusto, de la misma manera que ciertas intervenciones quirúrgicas en la cavidad bucal como la extracción de los terceros molares, sin descartar la quimio y radioterapia utilizadas en el tratamiento de los tumores malignos de la zona.
El diagnóstico en general, se basa en la propia percepción del enfermo, y es importante prestarle la debida atención, pues el sentido del gusto cumple una función de alerta en relación al contacto con productos o alimentos en mal estado, su afectación de la calidad de vida y en algunas oportunidades como aviso de la existencia de enfermedades como la diabetes, hipertensión, obesidad y ciertas enfermedades degenerativas del sistema nervioso.
La recuperación quimiosensorial se produce espontáneamente en muchos de los casos, y en otros, debe atenderse a las causales de hipogeusia ya descriptas.
Las lesiones nerviosas y la destrucción de las papilas gustativas, pueden desencadenar la pérdida parcial o total del sentido con escasa posibilidad de recuperación.
La edad es un factor importante en la disminución del sentido del gusto o en la confusión de los sabores (fantasmas), y afecta el reemplazo natural de las células, cuya vida es de apenas 10 días, y son repuestas naturálmente (único caso en las células sensoriales).
Tal vez esa razón hace que muchas personas mayores, portadoras de prótesis dentales, especiálmente completas, le achaquen a dichos implementos la disminución o pérdida del sentido del gusto.
A dicho efecto resulta oportuno transmitir a los pacientes las explicaciones del caso, ya que dichos aditamentos rehabilitadores no interfieren con la función de las papilas, especiálmente las caliciformes de la V lingual, que son los organos de mayor prevalencia en la transmisión de la sensación a través de los nervios específicos.
El sentido del gusto, no es un simple
mecanismo de detección de los sabores, sino que también cumple una función importante en ciertos procesos y actividades del cerebro, tanto interactuando con la memoria,
influyendo en los sistemas de retroalimentación hormonal y modificando las decisiones y el comportamiento de los sujetos en su alimentación.
El odontólogo debe por tanto, estar atento a todo lo aquí expuesto a los efectos de brindar la información adecuada a sus pacientes, atender aquellos casos que puedan obedecer a alteraciones locales o derivar a los enfermos en forma precóz.  
   

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