Si analizamos los índices de salud dental de la población argentina, podemos concluir que nos encontramos ante una verdadera epidemia silenciosa. La salud bucal, no debe ser analizada con la óptica reinante en la intimidad de un consultorio privado de una ciudad importante, ni desde la poltrona dirigencial de instituciones que manejan carteras de pacientes con un buen nivel de educación, y con una ausencia, no absoluta por cierto, de barreras socioeconómicas y geográficas, o de acceso a los entes prestadores públicos.
Una gran masa de ciudadanos, especialmente niños y ancianos, carecen de los más elementales cuidados de su boca, y dicha situación genera, al decir de David Satcher, desórdenes en su salud bucal que por su gravedad, pueden minar la autoestima, desanimar la interacción social normal, y conducir a depresiones y stress cronicos que interfieren con funciones vitales como respirar, comer y hablar. Estos problemas de enfermedad, restringen las actividades escolares, de trabajo y de familia, disminuyen la calidad de vida y originan indirectamente, costos económicos impredecibles.
Si analizamos el índice CPOD en nuestro pais, podemos observar que prácticamente se ha mantenido invariable en los últimos 40 años, situación que no se ha dado en otros paises de la región de las Américas, en los que sí se han producido reducciones considerables entre las décadas de los 80 y del 2000, que ascilan entre un 25% al 90%.
En 1987, Argentina ostentaba un índice CPOD de 3,4 en niños menores de 12 años. Resulta francamente lamentable, que luego no pudiéramos disponer de informes oficiales completos, pero los datos sesgados geográficamente, lo ubican entre el 3 y el 4. Cuando observamos dichos índices en los paises latinoamericanos, vemos que han logrado mejoras sustanciales en tán solo una década, como lo muestra el cuadro siguiente:
Indice CPOD
1987 1996
Chile 6 3.1
Uruguay 5.6 2.5
Mexico 4.4 3.1
Costa Rica 6.4 4.9
Brasil 6.7 3.1
Venezuela 3.7 2.1
Paraguay 5.9 3.8
Perú 4.8 3.1
Bolivia 7.6 4.6
En la Provincia de Buenos Aires, tambien existen disparidades manifiestas en los índices comparativos entre los centros urbanos importantes del interior, con el primer cordon del conurbano incluido, y las poblaciones menores con el segundo y tercer cordón del conurbano y el área rural incluidos. Sin embargo, se han realizado algunos esfuerzos en los últimos 40 años, a través de la atención primaria ( APS ) brindada en los centros hospitalarios y unidades sanitarias que se han creado en las zonas menos favorecidas.
Otro aspecto importante en la Provincia, es la c obertura que brinda la Obra Social Provincial
( IOMA ) a sus 1.500.000 afiliados obligatorios y 160.000 voluntarios.
La prestación de los servicios ,se lleva a cabo a través de contratos con las entidades gremiales odontológicas, que ofrecen a dicho fin, una plantilla de 6000 Odontólogos en todo el ámbito provincial.
No es poco el presupuesto con que cuenta el IOMA para la atención de la salud. En el año 2009 ascendía a 3200 millones de pesos, que se incrementaron en el 2011, a 4558 millones y el presupuesto actual ronda los 11.000 millones.
Si dividiéramos lo destinado a salud bucal, estimando como tope un 10% del gasto global, le correspondería a cada odontólogo una suma de algo mas de 15.000 pesos mensuales. Por supuesto que dicha suma se halla muy distante de lo que realmente percibe cada profesional, fundamentálmente por razones burocráticas, pero sería deseable que nuestras instituciones representativas encargadas de la firma de los respectivos convenios , encararan una acción más enérgica en defensa de una retribución digna para sus afiliados.
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