En páginas anteriores, hemos expresado que el gasto en servicios odontológicos en el Pais, representa aproximádamente el 10% del gasto total en salud.
Tambien hemos mencionado, que dicho gasto ascendía a 100.000 millones de pesos, vale decir que el gasto en odontología, orilla los 10.000 millones de pesos.En alguna oportunidad, he manifestado a modo de simple expresión de deseos, que si se repartiera dicho presupuesto entre los 53.000 odontólogos del pais, le correspónderían a cada uno 15.723 pesos mensuales para hacerse cargo de la salud dental de 754 personas por parte de cada odontólogo.
Si bien ésta ecuación económica, es un tanto utópica, no deja de hacernos pensar en la cuantiosa inversión en salud dental que ostenta nuestro pais, y que nó resultaría difícil encaminarla adecuadamente, sobre criterios que respeten el acceso de la población al sistema, la cobertura aceptable en número y calidad de prestaciones, y la digna retribución de los agentes de salud que participan del mismo, ya que, toda la población puede disponer de tratamiento en la estructura de las Obres Sociales ( nacionales y provinciales ), el Pami, las empresas de medicina prepaga y en los efectores públicos, todos entes sujetos a la normativa del Estado, administrando eficientemente los 250 pesos que todos los meses aporta cada habitante, de una u otra forma, para su atención odontológica.
Un tema que tambien debiera tenerse en cuenta, es el de la participación de los efectores estatales en la prestación de servicios a la comunidad. Todos sabemos, que aquellas personas sin cobertura que recurren a la atención pública, no reciben ni siquiera las prestaciones establecidas en el PMO ( salvo honrosas excepciones ), y en muchos casos, los centros de salud, se limitan a tratamientos de emergencia, exodoncias y muy excepcionalmente a prácticas preventivas .
El sistema público dispone del 3 % de su presupuesto global en salud para dicha tarea, suma apreciable que ronda los 3000 millones de pesos anuales.
Los aportes al sistema de Obras Sociales ( ver cuadro ), rondan los 4000 millones de pesos anuales para odontología, sin contar con aquellos aportes que muchas obras sociales derivan en forma solapada a la medicina prepaga, con lo que prácticamente duplican el número de afiliados a éste subsistema, que recauda para odontología al rededor de 1500 millones de pesos ( ésta cifra no es definitivamente exacta, pues la cobertura odontológica no es pareja en todas las entidades, fluctuando entre el 2% y el 17% ).
No es poco con lo que se cuenta para brindar atención odontológica en el Pais, y no es poco lo que gran número de personas aportan de su propio bolsillo para cubrir los co-pagos, las prácticas fuera de nomenclador, o por no disponer de afiliación a ningun sistema o directamente no usar la cobertura que disponen por temor al desmedro en la calidad de las prestaciones ( prejuicio no siempre justificable ), recurriendo a la práctica privada.
Y decimos que no es poco, pero tambien estimamos que bien pudieran incrementarse para lograr mejores niveles de salud dental, que se reflejen en mejores índices epidemiológicos ( que analizaremos en la próxima entrada ), si se pone el ojo crítico en los cuantiosos subsidios que el Estado aporta a las empresas de transporte, comunicaciónes, energia y combustibles, industria etc., que insumen el 5.61% del PBI, con un total de 80.000 millones de pesos al año, que en muchas oportunidades, favorecen a sectores de la sociedad no necesitados de dicha ayuda.
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