Juan Carlos Jaitt
INTRODUCCION
El desarrollo de la cobertura de la salud en nuestro Pais, en cuyo seno la práctica de la Odontología fué siempre el furgón de cola de la Medicina, fué determinando cambios apreciables en los modelos de atención que signaron las distintas etapas del proceso.
Al asumir el Estado la responsabilidad total en dicha materia, principálmente a partir de la segunda década del siglo pasado, esos tiempos estuvieron signados por una fabulosa inversión en infraestructura sanitaria ( hospitales, dispensarios, asilos etc. ) que se prolongó hasta los años 50 de la mano de Carrillo. Dichos establecimientos se hacían cargo de todas las acciones públicas en prevención y curación de los habitantes, con independencia de su proveniencia, su estado y su condición social. No debe desconocerse que existían establecimientos privados, pero la oferta estatal era fuerte.
Generalmente contaban con planteles profesionales remunerados y un número importante de colaboradores ad-honorem.
Los primeros se estructuraban en categorías que respondían a su antiguedad, especialización y función, y a mediados de siglo, se fueron escalafonando, obteniendo conquistas gremiales como las leyes de carrera hospitalaria, que establecieron mecanismos de ingreso, ascenso, retribución y cobertura social. Los segundos desarrollaban un verdadero curso de honores, que los habilitaba para un ejercicio profesional más seguro, lo que significaba para esos tiempos, en que la población tenía amplias posibilidades de acceso a la atención en la consulta privada, un reaseguro no desdeñable.
La subsidiariedad aplicada a partir de la década de los 60, marcó un deterioro en el sistema por en desentendimiento del Estado, que culminó en los 70 con la "racionalización de los servicios" y su transferencia a las órbitas provincial y municipal, que nó siempre disponían de los recursos para mantener su eficiencia.
Casi en paralelo al desarrollo del sector público, la llegada al País de oleadas de inmigrantes provenientes de la vieja Europa, que ya conocían algunas experiencias de organización colectiva, dió nacimiento a las mutualidades y organismos de socorros mútuos que fundaron sus propios hospitales y centros de salud que tambien daban empleo y cobertura a los planteles de profesionales prestadores de servicios.
Las condiciones de trabajo y remuneraciones eran pactadas con comisiones internas sindicalizadas que tenían el apoyo de alguna legislación vigente y de las instituciones profesionales.
Algunas organizaciones gremiales obreras, habían desarrollado también una experiencia en la protección de la salud de sus afiliados que comenzó tibiamente en los albores del siglo y se afianzó en la década de los 40, acentuándose a través de los años. Ejemplos como los ferroviarios, petroleros y otros en menor magnitud, fueron estructurando un sistema un tanto anárquico que se sustentaba en servicios propios con personal profesional mensualizado y en algunos casos contratos con instituciones privadas y consultorios individuales a los que se les asignaban ingresos fijos o variables, como retribución única o en relación a las prestaciones realizadas.
Los finales de la década de los 60 se hallan signados por la aparición de los hospitales de la comunidad (ley 17102) que no obstante pertenecer al sector público, estaban autorizados al cobro de aranceles con una distribución porcentual a su personal. Esta experiencia resultó frustrante y se desvaneció con el tiempo.
La década del 70 se halla signada por acontecimientos en el area de la salud, cuya vigencia, con cambios, todavía pervive. La idea de un seguro nacional de salud venía madurando desde hacia cierto tiempo,pero todos los intentos fracasaron por cuestiones políticas o de intereses sectoriales a pesar que ya se habían dictado las leyes pertinentes.
Sin embargo, el sentido movilizador del cambio intentado, que era la planificación e integración de los distintos efectores, pudo plasmarse en la institucionalización de las Obras Sociales a través de la ley 18.610 de 1970.
Al mismo tiempo los sectores públicos de la salud y la educación llegan a un acuerdo para poner en práctica un sistema de integración docente-asistencial a semejanza del que ya se venía aplicando en los centros de salud de los paises avanzados. Este acuerdo dá nacimiento e impulso a las residencias hospitalarias, y a la calificación de Hospital Escuela a aquellos establecimientos que las albergaban con el consecuente mejoramiento de dicha infraestructura e incremento de sus presupuestos.
Todos éstos avances resultaron en una mejora de la atención de la comunidad. Cabe acotar que ya en 1981 las Obras Sociales cubrían a 18.000.000 de afiliados, lo que representaba casi el 70% de la población total.
Tambien en la década del 70, comienza a gestarse y expandirse el empresariado de la salud, con la aparición de las organizaciones de medicina pre-paga que adquieren mayor fuerza en los 80.
La evolución del pensamiento sanitario, signó, como sustrato común para todas las etapas, el enfoque social o colectivo en lugar o como complemento del enfoque clínico individual. Pero en ningun caso, sus propuestas apuntaban a una colectivización y pauperización de la clase profesional a través de un endiosamiento del lucro empresario, de un desentendimiento del Estado, o de la constitución de polos de poder gremial o empresarial con poder económico, que sustraen recursos que debieran destinarse a una retribución digna del trabajo profesional en un ámbito de respeto y valoración.
Vaya ésta entrada como introducción al tema. En futuras entregas iremos desmenuzando los distintos subsectores en que se encuentra fraccionado en el presente el area de la prestación de servicios de salud.
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