Mas, cuando hablamos de futuro, ¿ a que período de tiempo nos referimos ?, ¿ a 1 año ?, ¿ a 10 años ?, ¿ a 30 o 50 años ?.
En realidad, existen actividades y políticas que pueden planificarse a corto plazo. Aún la formación de algunos recursos humanos profesionales, pueden programarse y obtener resultados satisfactorios en un tiempo relativamente corto. No ocurre lo mismo con los profesionales de la salud. El lapso que requieren para su readaptación, necesita de una cantidad de años equivalente como mínimo a la duración de la carrera.
Pero esos 5 años, término medio para concluir un curso de odontología son insuficientes. Cuando se pretende un cambio curricular, que devenga en una reprogramación de la actividad profesional, el recurso activo para el logro del cambio no es el educando, sino el plantel de docentes encargados de liderar la acción. Si el docente no está convencido de la necesidad del cambio, y no dispone de las herramientas y conocimientos a que deberá echar mano para dicha tarea, el resultado no se campadecerá con los objetivos previstos, y a la larga el proceso concluirá en un fracaso.
No son pocos los casos que pueden tomarse como ejemplo de lo antedicho, alguno de los cuales sucedieron en nuestras propias universidades públicas. En cuanto a las universidades privadas, casi todas fundamentan sus objetivos en el logro de " un nuevo profesional ", con enunciados en su marco conceptual, de propuestas " modernas " e " innovadoras " alejadas de los clásicos " moldes tradicionales ". Sin embargo, la experiencia en nuestro país nos ha demostrado que, a contrapelo de dichos enunciados, los planes de estudio y las currículas resultaron copias de las ya existentes, y los procesos pedagógicos privados no se apartaron de los vigentes en las universidades públicas.
Precisamente en éste contexto es donde se nota lo antedicho. Los docentes de las nuevas casas de estudios, o son simultáneamente docentes de universidades públicas en función, o lo han sido en un pasado reciente, o directamente solo fueron dictantes de cursos de posgrado en instituciones profesionales, por lo que resultaría harto difícil, aunque nó imposible, que muten con facilidad su metodología y su filosofía sobre un cambio radical en el ejercicio de la profesión.
Sin embargo, la necesidad de un cambio a futuro en el modelo de ejercicio de la odontología, será demandado por fuerza de los propios acontecimientos, que devienen de los progresos de la ciencia y la tecnología, giro que resultaría indispensable a los efectos de no producir una ruptura entre la demanda de servicios y la oferta de los recursos humanos dispuestos a prestarlos. Nuevos conocimientos y tecnologías se producen a un ritmo acelerado y creciente en áreas como la mecánica y la biofísica del tejido conjuntivo, la ingeniería de tejidos, la biotecnología, la ingeniería molecular, la informática y los biomateriales. La integración de éstos nuevos conocimientos en la educación odontologica es todavía precaria.
Desde hace muchos años, se viene hablando de un cambio de paradigmas en la formación del odontólogo a los efectos de preparar la profesión para un futuro, que como tal, es imprevisible, pero que por los datos que nos proporciona la realidad cambiante y el avance de la ciencia, nos la presenta como alejada de la actual situación.
La carga que representan las enfermedades bucodentales a escala mundial es elevada, y pone en tela de juicio la viabilidad del enfoque predomonántemente curativo actual. Al mismo tiempo, los actuales modelos educativos tradicionales en odontologia, no han logrado aún eliminar las disparidades en salud bucodental, siendo como lo es, una importante porción de la salud general.
Tampoco se pone demasiado énfasis en la integración de la odontologia en equipos de salud interdisciplinarios, hecho que fuera promovido en el informe " La educación de los profesionales sanitarios del siglo XXI ", que remarca el "aprender a aprender" y alienta al desarrollo de atributos de liderazgo y a la producción de "agentes de cambio ilustrados".
Tal vez una de las primeras menciones al respecto, se dió en la
" Conferencia Internacional sobre Atención Primaria de Salud ", celebrada por la OMS en Alma Ata en 1978, en respuesta a un
" sentimiento internacional de descorazonamiento ante lo extendido de las desigualdades en salud y asistencia sanitaria ", en la que participaron delegaciones de los 134 Estados miembros y representantes de 67 organizaciones especializadas.
Allí se planteaban algunos interrogantes relativos al tema que estamos tratando, tales como si los paises estaban dispuestos a introducir las reformas necesarias para asegurar la disponibilidad de tecnología y personal suficiente, aplicando cambios radicales en su desempeño para extender a toda la población en los próximos decenios los sistemas de atención, adaptándolos a las nuevas demandas y necesidades enmarcadas en la tendencia de Atención Primaria de Salud ( APS ).
En la reunión de expertos llevada a cabo 10 años después en Riga, se analizaron los resultados de la declaración de Alma Ata, tendientes a encauzar los debates y las decisiones de la 41a. Asamblea Mundial de la Salud el mismo año.
Pero la naturaleza de los cambios propuestos en todas éstas reuniones, no fué absoluta, y siempre se dejó un espacio para el cambio de prioridades con arreglo a situaciones que nó siempre dependen de la mera atención sanitaria. Siempre se puso el acento en el personal de salud ( fuerza de trabajo ), que en muchas oportunidades está poco preparado para el cambio, mal apoyado y desmoralizado; pero fundamentálmente, falto de líderes que orienten y den forma a su accionar.
En 1990, la OMS publica los resultados de una comisión de expertos llevada a cabo en Ginebra entre el 6 y 13 de Noviembre de 1989 ( Informe técnico 794 ), poniendo el acento en el estudio del personal de salud bucodental, enunciando una pregunta clave :
" ¿ CAMBIO O DETERIORO ? "
Ante las necesidades y demandas cambiantes en la atención bucodental, se elaboraron algunas metas educativas y planes de estudio tendientes a cumplimentarlas, proponiendo nuevas metodologías en la capacitación y formación profesional futuras.
Se ratifican algunas prioridades al respecto que ya fueran expuestas en 1962 en un informe del Comité de Expertos en Higiene Dental de la OMS, pero adicionándole nuevas demandas, en acuerdo a nuevos hechos que han incidido en la salud dental individual y colectiva denominándolos " patrones cambiantes de enfermedad ".
Siempre se puso el acento, en la necesidad de un determinado espacio de tiempo para el logro de objetivos puntuales. La reducción de la prevalencia de la caries dental, ha requerido no menos de 30 a 40 años para alcanzar metas desde un CPO de 15 a 4 en niños de 12 años en los paises que se lo propusieron.
Pero tambien es cierto, que en muchos paises en desarrollo, en los que la prevalencia de la caries aumenta junto con el número de dentistas, un cambio en los patrones estructurales y en la formación profesional resulta aconsejable.
Los cambios en los tipos de personal de salud bucodental y su composición, deben introducirse a largo plazo. Para 2030, se pronostican cambios en ciertos componentes del sistema de atención, fundados en los conceptos de mayor participación de la comunidad, el bienestar de la sociedad en general y la actitud cada vez mas flexible en relación con las oportunidades educativas.
Tanto la OMS como la ONU, realizan periódicamente llamamientos a favor de la prevención integrada de las enfermedades, especialmente de las no transmisibles (ENT ), alentando la colaboración e interdisciplinariedad entre todas las profesiones de la salud, evitando su actual desconexión.
Las Facultades, sin embargo, siguen formando recursos a un ritmo y con una capacitación, que nó siempre se adaptan a los sistemas de salud. A pesar de que las propias universidades se cuestionan, los organismos del estado revisan sus políticas y los propios odontólogos y sus organizaciones expresan un cierto disconformismo. Dieciocho facultades en nuestro país producen al rededor de 2000 egresos por año, sin analizar su pertinencia con las demandas y la creación de un mercado saturado de oferta que atenta contra el normal desarrollo de la profesión. La elección de la carrera, de las especialidades y del lugar de asentamiento de los profesionales, es totálmente libre, y quien ose poner en tela de juicio éstas libertades o proponga cambios o restricciones, lo menos que recibe como apelativo es el de " reaccionario ", cuando nó
" antidemocrático "
En 1990, en su libro " La enseñanza de la Odontología ", Alberto Arango Botero expone algunas iniciativas para un cambio de paradigmas en la formación de los odontólogos en la facultad de Antioquía, Colombia, basadas en las experiencias de " Docencia-Servicio " y en las " Clínicas Integradas ". Esta experiencia ya se venía aplicando, aunque nó en idéntica forma, en algunas facultades argentinas. En 1993, Paltex-OPS convoca la " III Reunión del grupo de trabajo del area odontológica " en Buenos Aires entre el 29/4 y 01/5. Su documento básico, fué preparado por Roberto Beltrán. En él, se señalan las deficiencias de los modelos de atención, derivados de una planificación de los sistemas educativos carentes de metas y propósitos, tanto en los establecimientos públicos como privados. Manifiestan los expertos del grupo que,
" así como la introducción de la investigación, significó la adopción de un enfoque diferente que alcanzó a disciplinas no científicas, exigiéndoseles un manejo diferente de sus teorías, la incorporación de lo social habrá de reorientar todo el quehacer universitario renovando la discusión sobre el valor de las humanidades y las ciencias, en tanto afectan la vida del hombre en sociedad ".
Un hecho que no siempre se tiene en cuenta cuando se menciona la planificación de los recursos de salud ( prácticamente inexistente en nuestro país ), está representado por el impacto que provoca en su desempeño, el avance de la ciencia a través de la investigación.
Ubiquémonos hipotéticamente en un contexto en que la ciencia , dé solución, a través de vacunas o medicamentos, a las dos enfermedades con mayor prevalencia en la profesión odontológica, la caries y la enfermedad periodontal, hecho que bien puede darse en cualquier momento, dada la etiología infecciosa de ambas afecciones ( con independencia de algún otro factor como la alimentación o la deficiencia en el empleo de las medidas preventivas, que serían abordables sin demasiados inconvenientes).
De darse una situación así yo me pregunto, ¿ serán necesarios tantos recursos humanos profesionales para el abordaje de otras patologías como las enfermedades de la mucosa bucal, los traumatismos de los maxilares, los transtornos de la ATM, las maloclusiones, las patologías propias de los huesos maxilares o las extracciones dentarias ( mínimas ) originadas en traumas o afecciones que las involucren ? ).
Existen algunos indicios, de que se está trabajando al respecto del logro de una medicina para combatir la caries dental, pero todavía los resultados son inciertos. Pero en el caso hipotético planteado, no caben dudas que la profesión odontológica vería notoriamente restringida su capacidad de desempeño, ya que la promoción de la salud puede quedar en manos de los maestros, y la protección, en manos de personal auxiliar. Todo lo demás, no relacionado a la caries y la enfermedad periodontal, requeriría para su abordaje de un volúmen de servicios profesionales mucho menor al actual.
Vale como referencia lo ocurrido con la poliomielitis, cuya última epidemia en el país, en la década de 1950, requirió de una ámplia movilización de recursos profesionales médicos y de recursos físicos como los pulmotores y los procedimientos de rehabilitación a través de aparatología y de especialistas en fisiatría. La vacuna Salk, y luego la Sabín, desterraron prácticamente la enfermedad, y los recursos disponibles quedaron obsoletos. Basta con recordar la activa participación de la ONG " Asociación para la lucha contra la parálisis infantil " ( ALPI ) con todos sus recursos humanos y técnicos, hoy casi en extinción. También podemos recordar el cierre de algunas facultades de odontología en Holanda, Alemania y Dinamarca, como consecuencia del descenso de los indices de enfermedad dental y periodontal.
Por ello, el currículum de una facultad, debe ofrecer todos los conocimientos, actitudes y habilidades para el ejercicio de la profesión en acuerdo a las demandas contemporáneas, a las patologías vigentes y a los medios y terapéuticas encaminadas a su solución. Pero también deben preveer con visión de futuro, los patrones cambiantes que incidirán en el ejercicio profesional, preparando a los educandos para una reconversión de su práctica si fuera necesaria.
Hoy se halla al tope de la consideración, tanto por los odontólogos como por los propios pacientes, la implantodontología, que no es solo un recurso abordado en el posgrado, sino que ya forma parte de la currícula de pregrado, llegando en algunas facultades, a convertirse en una cátedra mas del plan de estudios. Esta especialización, que incorpora cada vez más recursos humanos, y que insume cuantiosos recursos técnicos y económicos para su desarrollo, si bien ya es aceptada como un recurso terapéutico indiscutible , requiere todavía de un largo período de estudio y control de los efectos indeseables, no tanto del titanio, como de algunos componentes que se le adicionan como el hierro, nitrógeno, carbono, hidrógeno, vanadio y aluminio que están bajo la atenta mirada de los investigadores, sin descuidar la interferencia a la conducción eléctrica ( negativa para el cuerpo humano ). Pero el mayor peligro para la expansión de los implantes, y de los procedimientos de rehabilitación, se finca en una futura caida de la exodoncia como consecuencia de la disminución de los índices de prevalencia de la caries y las periodontopatías.
Es por ello, que las facultades deben prepararse para contar con docentes muy bien adiestrados para un cambio de paradigmas, que apunten a su propia reconversión, para luego asumir con idoneidad, la tarea de formar odontólogos en un nuevo marco referencial.
La boca ya no será la réplica de un articulador, y los huesos maxilares ya no serán tierra arrasada por tornillos metálicos. El sesgo biologicista del currículo actual, deberá acompañarse de un desarrollo importante de las actitudes humanistas y los principios éticos; deben redimensionarse las habilidades docentes para una adecuada transmisión de dichas actitudes, y debe fundarse conciencia en los educandos, para que al graduarse, sepan mensurar sus apetencias y legítimos intereses sin desmedro de los derechos de sus pacientes. Los docentes, y los profesionales de práctica, en virtud de los cambios que puedan avecinarse con decisiva influencia en la educación de grado y en la prestación de servicios, deberán someterse a revisión por parte de organismos aceptados por los poderes públicos, siempre en manos de las propias universidades, a los efectos de evitar desniveles en la atención de la salud de las poblaciones, tratando de limitar, y en lo posible derribar, la crónica incapacidad de la mayoría de las sociedades, de promover y proteger su salud, en acuerdo a sus circunstancias históricas y socioculturales. La FDI, en su informe, aconseja al respecto del tema expuesto :
* Desarrollar un sistema educativo que se centre más en las
cuestiones de salud pública y en el reconocimiento de las
disparidades en salud bucodental.
* Hacer hincapié en el pensamiento crítico, la comunicación
interprofesional en un estadío precoz y a lo largo de toda la
carrera profesional.
* Abogar en pro de la educación y la capacitación del personal
de atención bucodental con un claro compromiso con la
comunidad.
* Promover la aplicación de nuevas tecnologías durante el proceso
de formación profesional, tanto para el tratamiento como para
la prevención.
* Educar a toda la profesión para que sea más activa en términos
de responsabilidad social, para fomentar la salud bucodental
pública, en lugar de atenerse a una participación pasiva.
* Preconizar un nivel suficiente de desarrollo profesional contínuo.
* Alentar a todas las instituciones de enseñanza odontologica a que
incluyan una dimensión "verde" en sus planes de estudio.
La imágen pujante de una profesión, puede trocarse en obsoleta si no asume los cambios, y si no se dispone a aceptarlos y canalizarlos efectívamente a favor de la población.