Todos los días 3 de Marzo, se celebra el "Día mundial de la audición", instituido por la OMS a los efectos de incentivar los mecanismos de prevención de la hipoacusia y sordera, y apoyar todas las acciones para el logro de tratamientos efectivos.
La exposición al ruido es una de las principales causas de la enfermedad, y la profesión odontológica no está exenta de sufrirla.
Para el año 2021, la OMS ha elegido como lema " Cuidado de la audición para todos. Identificar, rehabilitar, comunicarse ", en la creencia de que el oido representa un sentido esencial para el logro de una adecuada calidad de vida.
El ruido, definido como un sonido desagradable, inarticulado e indeseado, es un contaminante cuyos efectos sobre la salud no se han tenido en cuenta debídamente. Cuando la exposición al ruido es crónica y supera ciertos niveles, los efectos sobre la salud se transforman en áltamente negativos.
Estos efectos se producen en un sinnúmero de actividades y situaciones como ámbitos de trabajo, ruido social
( bares, estadios deportivos, locales musicales ), y ruido ambiental ( calle, medios de transporte, construcción ). A todo ello debe sumarse el ruido desarrollado en el desempeño de actividades personales y profesionales como el ejercicio de la odontología, todos ellos vinculados con diversos efectos directos sobre la salud como la hipoacusia, y otros no auditivos como fastidio, transtornos del sueño, enfermedad cardiovascular y deterioro del rendimiento cognitivo, especiálmente en jóvenes.
La pérdida de la audición es una de las afecciones crónicas más comunes. En los EE.UU es la tercera causa de enfermedad, y representa casi el doble de lo que reportan las estadisticas sobre la diabetes y el cáncer.
El daño a la audición, puede producirse aún mucho después de terminada la exposición, pero en el consultorio dental no solo debe superar ciertos niveles sino que además debe ser reiterada. Los ruidos de más de 85 dB durante un lapso prolongado comienzan a dañar la audición en forma lenta. Los superiores a 120 dB causan daño inmediato. La hipoacusia o sordera no reacciona a ningún tratamiento. Se calcula que existen unas 16.000 células ciliadas en el oido interno, y el 50 % pueden estar dañadas, situación que es irreversible.
EL RUIDO EN LA ODONTOLOGIA :
El ambiente en el que se desarrolla el trabajo del odontólogo padece de contaminación acústica. El ruido al que están expuestos los odontólogos, desde que los sistemas neumáticos de alta velocidad se incorporaron al armamentárium terapéutico, es un hecho de interés para legisladores, técnicos, médicos y psicólogos.
La turbina dental genera un ruido de 65 decibeles como mínimo, con picos que pueden superar los 120 db.,llegando a ocasionar pérdidas de la audición y sordera profesional. La intensidad del ruido, cuando se llevan a cabo tareas clínicas de larga duración, se asimilan a otras que se realizan en distintos ámbitos de trabajo, y que orillan los
140 dB. que marcan el umbral del dolor acústico.
Aparte de ciertos daños físicos, el ruido también es fuente de alteraciones psíquicas, aún en sujetos psicológicamente normales.
No había transcurrido demasiado tiempo desde la aparición de las turbinas dentales, y no se habían clarificado ciertos detalles técnicos que hacían a su mejor uso, cuando ya se llamó la atención sobre ese "sonido agudo, algo estridente, que puede resultar fastidioso, con la posibilidad de causar daños al nervio auditivo".
Innumerables estudios posteriores, pusieron de manifiesto la importancia del trauma sonoro, y la posibilidad de generar sordera de magnitudes variables que interfiera la comprensión del lenguaje ordinario. En respuesta a dicha inquietud, y en la medida en que era técnicamente imposible modificar los aparatos productores del ruido, se idearon tapones para los oidos que reducían en forma efectiva el sonido en el orden de fracuencia de 4.000 c/s, sin interferir apreciáblemente la audición del lenguaje normal.
La sordera generada por la exposición a éste tipo de ruido, que afecta no tanto la percepción de los sonidos graves como la de los agudos, evoluciona de la siguiente manera :
1.- Período de instauración de un déficit permanente, cuya duración
es mas o menos de un mes y consiste en la adaptación de los
oidos al ruido.
2.- Período de latencia total, en el que se percibe todavía la voz de
conversación y la voz susurrada.
3.- Período de latencia sub-total, en el que se percibe aún la voz de
conversación, en tanto que para la voz susurrada aparecen
dificultades crecientes de entendimiento.
4.- Período terminal de sordera manifiesta, fase en la que se observa
una dificultad progresiva para mantener una conversación
normal.
LA HIPOACUSIA :
El ruido es la principal causa prevenible de la hipoacusia. La hipoacusia inducida por ruido puede ser causada por la exposición única a una ráfaga de ruido intenso (por ej. un tiro ), o por exposición prolongada a ruidos constantes durante cierto tiempo con presiones de sonido superiores a los 75-85 db. en un ámbito cerrado.
La hipoacusia inducida por ruido es un problema de salud pública que hasta su fase 3 involucra a 1.300 millones de personas en el mundo (OMS), y afecta al 1.2 % de los odontólogos en los periodos 3 y 4 y entre el 10 y 26 % en los períodos 1 y 2.( Salud Bucal, Abril-Mayo 1979 ). En un trabajo de investigación epidemiológica llevado a cabo en Santiago de Cuba en el Servicio Estomatológico del Policlínico Docente Julian Grimau García (Medisan 2017), se concluyó que más de 50 estomatólogos de la clínica de odontología conservadora y prótesis, estaban expuestos a un ruido de 68 a 73 dB, y que el 62.7 % de los mismos presentaban problemas auditivos de distinto órden.
La OMS estima también que en el mundo hay más de 466 millones de personas con pérdida de la audición discapacitante, y para el 2050 se prevé que una de cada diez personas lo posea.
El " Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional "(NIOSSH) de U.S.A, informa que el 12 % de la población activa de dicho país tiene dificultades para oir, el 24 % se debe a exposiciones laborales, el 8 % padece tinnitus (acúfeno), el 13 % de los trabajadores de la sanidad ha estado expuesta a ruidos peligrosos, el 10 % tienen dificultades para oir bien y el 74 % reportan no usar protección auditiva.
En algunas oportunidades, previo a la instauración de la hipoacusia se perciben cambios en la percerción del sonido como zumbido o campanilleo denominados "acúfeno".
Debe tenerse presente que a la hipoacusia inducida por el uso de las turbinas dentales, se debe sumar el ruido social y el ruido ambiental que perciben todos los individuos, y resulta sumatorio al primero, y cuando el trabajo profesional se desarrolla en un ámbito sanatorial u hospitalario en el que trabajan varios profesionales al mismo tiempo, la lesión se incrementa potenciálmente.
PREVENCION :
En los últimos tiempos, se ha incrementado el conocimiento de las causas y factores que afectan la sensibilidad a la hipoacusia inducida por ruido. Se acepta que ésta es el síntoma de una enfermedad compleja producida por la interacción de factores genéticos y ambientales.
La predisposición hereditaria podría explicar el 50 % de los casos, y también se suman los medicamentos ototóxicos, el estrés oxidativo y la edad.
Los métodos de protección individual están representados por el uso de tapones comunes y premoldeados, los tests profilácticos periódicos para detectar mermas en la audición, el mejoramiento de los aparatos productores de ruidos, el trabajo en ambientes abiertos y bien ventilados, la adecuada información y orientación por parte de los organismos de seguridad social y entidades profesionales y el empleo de antioxidantes, cuya misión es la de evitar el progreso del daño auditivo en la comunidad odontológica.
La Organización Mundial de la Salud, ha instaurado el "Día Mundial de la Audiencia", que se celebra todos los 3 de Marzo, y su objetivo consiste en concientizar a la población en general, y a quienes están más expuestos en particular, como los odontólogos, a adoptar todas las medidas tendientes a prevenir los daños de la hipoacusia que son irreversibles.
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