Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), "el acceso a la salud es un objetivo impostergable, y si alguien necesita de lo que sabemos hacer pero no lo recibe, algo funciona muy mal ".
El derecho a la salud no es un privilegio. Es muy importante seguir profundizando en la investigación sobre las patologías dentales, tratando de lograr nuevos avances y aportes que permitan mejorar la salud bucodental deteriorada de la gente, pero también resulta imperativo el tratar que todo lo ya conseguido, pueda llegar a la totalidad de la población.
Sin embargo muchos factores, no sujetos al voluntarismo de la clase profesional, se constituyen en barreras a veces infranqueables para que ello suceda. Ya no se acepta que la sola acción de los profesionales de la salud sea el principal motor del mejoramiento de la salud poblacional. Tal vez ni siquiera sea el principal factor no obstante la importancia de su misión.
Las desigualdades sociales y económicas son consideradas en las últimas décadas como determinantes sociales de la salud de la gente. La igualdad en el acceso a los servicios, la atención en forma proporcional a las necesidades y el trabajo permanente y conjunto del sector de la salud con los otros sectores sociales, pueden lograr una efectiva equidad.
Los mecanismos de cooperación técnica, entre todos éstos sectores, promueven el establecimiento de sistemas de atención adecuados, de prevención y lucha contra las enfermedades, el mejoramiento de las condiciones ambientales, la formación de un personal de salud calificado, eficiente y eficaz, el desarrollo de la investigación biomédica, socioepidemiológica y operacional, y la ejecución idónea de los programas de salud.
En odontología, un programa variado destaca la creación de sistemas de atención primaria de la salud que alcancen a toda la población, el mejoramiento de la salud de la madre y el niño, la lucha para lograr una buena nutrición, el fomento de las medidas de promoción conocidas que han demostrado efectividad, y la formación de personal en todas sus categorías con una impronta en la salud comunitaria.
Ya no caben dudas de que las desiguales condiciones de vida producen desigualdades sociales en salud que siempre son injustas, pero al mismo tiempo son evitables. Si bien los profesionales vinculados a la salud constituyen el eje de todo programa o política del sector, la organización social y política del país, y las autoridades gubernamentales de los tres poderes del estado, son las que pueden determinar un abordaje integral de las desigualdades sociales que permitan la adopción de modelos que contribuyan a poner en condiciones de igualdad a toda la población.
Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Harvard, publicado el 5 de Octubre de 2015 en el JAMA Internal Medicine, llega a la conclusión que las disparidades en la atención de la salud determinan que los pobres y las minorías en general, deben esperar más tiempo para recibir atención, ya que su condición los obliga a optar por opciones sanitarias de emergencia o centros comunitarios o efectores públicos, quienes disponen para dicha atención de una menor cantidad de personal y menor eficiencia, y como consecuencia, deben esperar más tiempo para recibir los cuidados necesarios.
Todos éstos grupos desprotegidos, también sufren disparidades y resultan más vulnerables a las enfermedades transmisibles y no transmisibles, y ofrecen por tanto un campo más propicio para que las enfermedades bucodentales, no debidamente prevenidas y atendidas, produzcan verdaderos estragos en sus bocas.
Esta situación también se da en sectores de mayor poder económico que los carenciados, y que dependen de las diversidades de sus coberturas de salud, ya obras sociales o medicina prepaga. En el primer caso, la seguridad social ofrece baches fácilmente detectables, tanto en la prevención como en la atención de la enfermedad. Las largas esperas en los turnos programados, la falta de una adecuada orientación hacia los especialistas, las cirugías pospuestas por carencia de camas para internación, la falta de planes preventivos, el copago en algunas prestaciones especializadas, en los estudios por imágenes y en los medicamentos, y un destrato y atención descomedida por parte de cierto personal administrativo constituyen algunos ejemplos palpables.
En las empresas de medicina prepaga se detectan también disparidades, tanto en la división por categorías con costos que difieren en relación al cúmulo de acciones que cubren, las primas no siempre justificables, los listados profesionales acotados, los copagos y la falta de explicitación de los alcances de las coberturas, beneficios y acciones, son también ejemplos que explican la disparidad.
Por todo lo expresado, resulta conveniente que cada ciudadano, sano o enfermo, con exclusión de su condición social, asuma una serie de decisiones que están en consonancia con sus derechos y con su deber de atender no solo a su propia salud, sino también a la de su familia.
Una serie de prioridades deben conjugarse para evitar caer en disparidades, que no por obvias, deban aceptarse como inevitables, entre las que podemos citar :
1.- Disponer de tiempo para desplegar una actividad física
recomendable bajo supervisión de los organismos prestadores.
2.- Dormir bien.
3.- Recibir en lo posible una alimentación saludable bajo
supervisión profesional.
4.- Tener acceso a todos los servicios preventivos.
5.- Jugar un papel activo en la salud propia y familiar.
6.- Informarse sobre sus derechos en cualquiera de los programas
y planes de salud a los que puede recurrir.
7.- Saber adonde recurrir e indagar sobre la conveniencia o no de
elegir a su eventual proveedor de salud.
8.- Archivar en forma privada o a través de mecanismos
informáticos de las instituciones prestadoras, toda la
información acumulable sobre la salud propia y familiar.
9.- Disponer de un listado de los medicamentos que consume cada
uno de los miembros de la familia.
10.-Antes de concurrir a una consulta, anotar todas las preguntas e
inquietudes a transmitir al profesional, y no permitir que la
escasez de tiempo a que se aferran los interlocutores, vayan en
desmedro de su correcta atención, y si fuera necesario,
promover ante las autoridades del ente responsable de la
atención, la queja que corresponda cuando los profesionales
son obligados a cumplir con cupos de pacientes en escasos
períodos de tiempo.
Tal como lo expone la OMS, "pueden proponerse mecanismos para salvaguardar los principios de la salud para todos y la equidad en la atención. Pero por la propia naturaleza de los mecanismos, la base de esa protección es la persuación moral. En último término, las fuerzas implicadas son tan arrasadoras o tan débiles como lo sea la confianza en la rectitud de los objetivos perseguidos".
En 2005, la OMS puso en marcha la " Comisión de Determinantes Sociales de la Salud ", cuyo informe final titulado "Subsanar las Desigualdades en una Generación", publicado en 2008, supuso un hito en la sistematización del abordaje de los determinantes sociales de la salud, y un punto de partida para situar éste tema en la agenda internacional. En Mayo de 2009, la 62a. Asamblea Mundial de la Salud, adoptó la resolución WHA 62.14, que supone una clara llamada a la acción de los estados miembros para "reducir las inequidades sanitarias actuando sobre los determinantes sociales de la salud".
El ANÁLISIS DE LAS DEFICIENTES CONDICIONES DE SALUD BUCODENTAL QUE EXPERIMENTAN GRANDES SECTORES DE NUESTRA SOCIEDAD, PONEN AL DESCUBIERTO LAS DISPARIDADES, CARACTERIZADAS POR DEFICIENCIAS EN LA ATENCIÓN, ASOCIADAS CON DESVENTAJAS SOCIALES, ECONÓMICAS, AMBIENTALES Y GEOGRÁFICAS, QUE INFLUYEN EN LA INCIDENCIA, PREVALENCIA Y LA MORTALIDAD DE LA POBLACIÓN.
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