He tomado conocimiento a través de la exposición llevada a cabo por la Sra. Presidenta de la Nación el día 15 de Diciembre en la red de difusión nacional, del lanzamiento del plan " Argentina Sonríe " destinado, según las palabras pronunciadas, a " dar solución a los graves problemas de salud bucal de gran parte de la población argentina " a través de "un sistema robotizado" a emplear en el tratamiento de las caries y la confección de prótesis para los ciudadanos que no tienen acceso a ellas. La información también hace referencia a tratamientos de endodoncia y cirugía bucal.
Según lo expuesto, el plan se llevaría a cabo a través de unidades móviles equipadas conveniéntemente que llegarían al número de 20 para todo el país.
Como durante casi 52 años he desarrollado mi ejercicio profesional en consultorio privado y parcialmente en ámbito hospitalario, como así también en la cátedra universitaria, en instituciones profesionales tanto como directivo o dictante de cursos, y al mismo tiempo he participado en cuanta reunión, jornada o congreso se abordaran temas de odontología comunitaria y social, tanto en mi país como en la mayor parte de Latinoamérica en mi condición de asesor temporario de la Organización Panamericana de la Salud, me interesé en el tema expuesto y abordé la página web del Ministerio de Salud de la Nación, que sería el efector del sistema, y no he encontrado referencia alguna al mismo ni a ningún estudio previo que lo fundamentara, como hubiera correspondido a tan importante decisión, además con un total desconocimiento de las facultades y de la propia Cofederación Odontológica de la República Argentina.
En nuestro país no sería la primera experiencia sobre el tema.
Ya en la década de 1940, la Dirección Nacional de Sanidad Escolar disponía de un programa que utilizaba casi el doble de las unidades que se destinan al plan actual, también equipadas con los medios más modernos para la época, y aplicados fundamentálmente a los niños en escolar escolar.
Una serie de problemas derivados de la logística en su ejecución, de los escasos resultados obtenidos y del costo desmedido ocasionado por los sueldos, mantenimiento de las unidades y dificultades operativas insalvables el plan fué desactivado.
No se conocen todavía los alcances del plan " Argentina Sonríe ", cual es su sustento epidemiológico y el presupuesto que insumirá su desarrollo.
Si pensamos que dicho plan se aplicará en la población con carencias de cobertura social, debiéramos pensar en un universo de aproximádamente 20 millones de personas a proteger.
Para una utilización racional del equipamiento, debiera emplearse por lo menos el doble turno de trabajo, por lo que se requerirán como mínimo dos odontólogos por unidad y dos asistentes dentales, sin contar los especialistas que todavía no alcanzo a comprender como engranarán en el sistema. Además será necesario un chofer y una persona de mantenimiento del equipamiento, y una programación que prevea la alimentación y alojamiento de todo el personal en las localidades a las que concurran.
Por lo expuesto, entiendo que cada unidad pudiera rendir su utilidad durante 300 horas mensuales, lo que multiplicado por 20 daría un total de 6000 horas mensuales o 72000 anuales.
Si solo tomamos en cuenta, según las estimaciones epidemiológicas, que el CPO global, pero especlialmente en la población adulta ronda el número 5, tendríamos como necesidades a cubrir, solo en obturaciones, alrededor de 100 millones de prestaciones (sin contar las endodoncias, prótesis, cirugías etc.), y si tenemos en cuenta que cada prestación insume media hora de trabajo, se requerirán aproximádamente 50 millones de horas profesionales, siendo que solo contamos con 72000, lo que pone al descubierto una apresurada y totálmente equivocada visión de la realidad.
Cuando se conozca el costo total del plan, sin duda se llegará a la conclusión de un verdadero desperdicio de recursos.
Un plan global que incluya el empleo de toda la infraestructura pública instalada, ya nacional, provincial y municipal debiera ser la meta a conseguir, y el empleo de las unidades rodantes quedar restringido a determinadas areas alejadas de los centros poblacionales sin pretender que se constituyan en baluartes de una lucha que van a perder de antemano.
También los recursos pudieran utilizarse a través de convenios con las entidades profesionales, tal como sucede con las Obras Sociales, utilizando la extensa red de odontologos federados, agrupando a los receptores de la atención en carteras debídamente auditadas.
La odontología debe apoyar cualquier proyecto que privilegie la salud bucal de la población, pero tambien debe hacer un llamado de atención sobre la escasa sustentabilidad del plan "Argentina Sonríe" tal como fué presentado en una alocución llena de buenas intenciones pero con una excesiva dosis de ilusión y tal vez de ingenuidad.
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