En una comunidad, las relaciones de sus miembros no pueden basarse en la coexistencia de individuos ricos con pobres, de sanos con enfermos, de cultos con ignorantes, de explotadores con explotados y de felices con desdichados.. Resulta indispensable la elevación de unos hacia los otros, para permitir una vida digna y un desarrollo en franca armonía.
La justicia exige la desaparición de los privilegios, y la política debe tender a que todos disfruten de los beneficios del progreso.
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