La observaciones de Mc Kay en los primeros años del siglo XX en las montañas rocosas de los EE.UU, sobre la tinción de los dientes de algunas poblaciones indígenas residentes en la zona desde su nacimiento, lo llevó a describir el hecho como la "tinción del Colorado" ( en alusión al estado ), que luego suplantó por "esmalte moteado".
Esto se constató luego en otras poblaciones, y las observaciones de Mc Kay llevaron a intuir la posible acción del agua de bebida en dicha alteración, ya que pudo constatarse en dichas aguas una elevada concentración del ion fluor.
Recién en 1931, las investigaciones de Dean en 21 ciudades norteamericanas, que concluyeron en 1939 y fueron publicadas en 1942, avalaron las presunciones que ya se manejaban sobre la concordancia entre el esmalte moteado y la ausencia de caries que ya mencionara Mc Kay en 1929. En Argentina, Rodolfo Erausquin estudió el tema en los años 1934-1935, llegando a las mismas conclusiones en poblaciones de las provincias de Buenos Aires y La Pampa, y en sus estudios histológicos del esmalte dental, pudo detectar la tinción en bandas coloreadas de distinta opacidad, que según sus conclusiones lo adjudicó a distintos momentos o distintas concentraciones del ion fluor en pozos o napas tambien distintas.
Estas observaciones lo llevaron a denominar la alteración como "diente veteado".
En 1945, sobre la base de los estudios de Dean, se inician las primeras experiencias de fluoración de las aguas de consumo y el consiguiente mapeo epidemiológico en tres ciudades de EE.UU y una de Canadá, los que demostraron la eficacia del fluor en el descenso de la incidencia de caries dental.
Con el aliciente de los resultados obtenidos, el tema es abordado a nivel de la OMS, la que prácticamente en los albores de su funcionamiento, en 1948, dicta su resolución recomendando la utilización del fluor en la prevención de la caries. Numerosos estudios se sucedieron en el mundo, principálmente en comunidades que se abastecían del agua de consumo a través de tanques, a cuyo contenido se le agregaban las sales de fluor, y que a la postre demostraron la efectividad de la medida.
Los EE.UU y Canadá, fueron los paises pioneros en la fluoración de las aguas, los que utilizando concentraciones de 0,7 a 1,2 ppm, fluoraron las aguas de abasto de ciudades con menos de 100.000 habitantes, beneficiando a casi el 50% de la población de ambos paises. Esta acción sin embargo, no pudo ser incrementada por razones políticas, económicas, demográficas y sociales, pero fundamentálmente por la percepción de algunos estudios antifluoracionistas que, esgrimiendo investigaciones sobre los efectos nocivos y riesgos de la fluoración, aplacaron las decisiones de los líderes y de la propia población en aplicar las medidas.
En 1964, la ciudad de Canberra en Australia, y luego Melbourne en 1977, concluyeron que la adición de fluor al agua de sus poblaciones había logrado efectos positivos en la disminución de los índices de caries, lo que determinó una extensión de los beneficios a los 2/3 de la población del continente. En Asia, Singapur lidera la aplicación de la medida abarcando a casi el 100% de su población. Cabe consignar, que como consecuencia de las publicaciones de los resultados obtenidos, muchos paises logran dictar marcos legales y regulatorios para encuadrar el tema, siendo ésta acción liderada por el Reino Unido, Irlanda y España. Las leyes en general no apuntan a una aplicación masiva de la fluoración, pero son obligatorias para comunidades restringidas sobre las que resulta mas facil la tarea técnica y el monitoreo de los resultados. Lo mismo sucede en Israel, que a partir de 1981 cuenta con 30 plantas en todo el país.
Girona y Figueres fueron las primeras poblaciones españolas que a partir de 1990 comenzaron a fluorar sus aguas, seguidas luego por Murcia, el Pais Vasco y Tenerife, todas con resultados áltamente positivos.
En Latinoamérica, algunos intentos se dieron en la década de 1970 en pequeñas poblaciones, aunque resulta destacable el ejemplo de la provincia de Santa Fé en Argentina, que la ubica entre los paises líderes en la región. Ya en 1959, la provincia dicta el Decreto 0679 que promueve un estudio que delega en la Dirección Nacional de Odontología para establecer un programa de fluoración de aguas. Como resultado de dicho estudio, en 1960 promulga la ley 5180 que dispone la fluoración en las ciudades de Rosario y Santa Fé. Sin embargo tuvieron que transcurrir nueve años para su puesta en funciones, comenzando con la planta de la ciudad de Santa Fé. En 1975, la XXVIII Asamblea Mundial de la Salud, aprobó un programa para ser aplicado bajo su asesoramiento con un ajuste de hasta 1,5 mg./litro de fluor en el agua. En el mismo año, Argentina promulga la ley 21172 de fluoración y defluoración de las aguas, comprometiéndose la nación a la provisión de las sales a todas las provincias que adhieran al plan.
Sin embargo, los problemas económicos discontinuaron dicha provisión, lo que complicó la continuidad de los proyectos de Santa Fé. En la ciudad de Santa Fé, ya se había demostrado una caida del CPO en niños de 6 a 14 años del 49% a los tres años de iniciada la fluoración, del 67,5% a los seis años y del 56% a los nueve años. No obstante, y ante la falta de insumos y por problemas técnicos se suspende la fluoración en la ciudad. En 1994, con el apoyo del Ministerio de Salud de la Nación, se reiniciaron nuevamente las tareas, ésta vez en las aguas de Santa Fé, Rosario, Villa Gobernador Galvez, Granadero Baigorria y Reconquista, abarcando a casi 1.200.000 habitantes.
Las contrariedades se suscitaron nuevamente, ya que en Septiembre de 2008 la nación suspende el suministro de las casi 400 toneladas del producto que insumía el programa para las tres ciudades mas pobladas, y el parlamento provincial dicta una resolución reclamando la urgente solución del problema, la que no fué totálmente satisfecha hasta el presente.
Esta situación de discontinuidad, no solo afectó a Santa Fé. Formosa, Chubut y Misiones, tambien sufrieron interrupciones en sus programas de fluoración. La provincia de Formosa, dictó la ley1214 en 1996. Misiones instaló 26 plantas potabilizadoras que en 2012 cubren el 84% de la población y Chubut promulgó la ordenanza 3745/94 que impuso la fluoración en Rawson, y a partir de 2002 la extendió a otras localidades. En 2006 también debió interrumpir el programa. Los vaivenes en las políticas de fluoración en el país, han sido un hecho repetitivo, y es de esperar que restricciones presupuestarias u otras causales, no impidan la continuidad de los planes preventivos que demuestren sustentabilidad, que otorguen seguridades a la población y que logren obtener resultados positivos en los índices de salud.
Así las cosas, en estos momentos alrededor de 40 paises en el mundo, con casi 300 millones de personas involucradas en los programas, consumen aguas fluoradas, lo que demuestra la escasez de los mismos en relacion con la población mundial (4%), y ya se vislumbra un cambio en la metodología de ésta medida preventiva con la incorporación de la fluoración de la sal de cocina, que avanza lenta pero progresívamente en el mundo, si además se tiene en cuenta la importante cantidad de paises como China, Austria, Bélgica, Finlandia, Alemania, Dinamarca, Noruega, Holanda, Hungria, Japón y muchos mas, que nunca montaron programas de fluoración, y otros los prohibieron, como tambien algunos paises latinoamericanos como Chile y Perú, que deben enfrentar fuertes movimientos de recusación de la medida.
continuará.
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