La desigualdad es una decisión
política, no una necesidad
económica.
Joseph Stiglitz
En numerosas publicaciones de éste blog, nos hemos referido a las implicancias que sobre la salud bucal (y la general por supuesto) tienen las restricciones alimentarias que impactan sobre la nutrición, no solo en su quántum físico, sino tambien en la falta de una dieta sana y armónica para sustentar las distintas funciones orgánicas e intelectuales.
La calidad nutricional resulta indispensable para el desarrollo cognitivo de los niños y adolescentes, y éste es un prerequisito insalvable para el progreso en los estudios y el ascenso social.
En un reciente estudio llevado a cabo en estudiantes de 16 años en Santiago de Chile ( Bull. WHO 2015 ), se evaluó la calidad nutricional de sus dietas y su rendimiento académico, el que resultó francamente desalentador cuando la dieta no respondía a los lineamientos clásicos de salubridad.
La Academia Americana de Pediatría, en un informe reciente, ha declarado que "la pobreza puede dañar significativamente la salud del niño". Al mismo tiempo recomienda a los pediatras que al cuestionario clásico destinado a los padres que consultan por la salud de sus hijos se agregue si "¿ tiene dificultades para llegar a fin de mes ?, ante la evidencia de que la pobreza influye de forma marcada en la salud y desarrollo de los niños en los que se manifiesta en un deficiente desarrollo del lenguaje, altos riesgos de asma, de enfermedades bucales, de obesidad e importantes niveles de estrés que interfieren en la expresión genética y la función cerebral que contribuyen a la aparición de problemas conductuales y transtornos crónicos de la salud cardíaca y mental.
Manifiesta la Academia, que los datos del censo de 2014 muestran que 1 de cada 5 niños y adolescentes estadounidenses menores de 18 años viven en la pobreza, sin desconocer que la caracterización de la pobreza infantil asienta en indicadores muy exigentes en relación a los empleados en otros paises.
La OMS, tanto como muchos paises entre ellos el nuestro, han fijado metas para llegar al "hambre cero", entendido como condición necesaria para lograr y preservar un equilibrado estado de salud. El hambre, entendido como una sensación fisiológica interna, especiálmente intensa que indica la necesidad de alimentos, se halla indisolúblemente ligado a distintas expresiones que definen el marco de su referencia, tales como la pobreza ,indigencia, miseria, exclusión, vulnerabilidad, etc. y se expresan patológicamente en la desnutrición, que provoca carencia de proteinas capaces de proveer los aminoacidos indispensables para el crecimiento y el equilibrio vital. No debe confundirse la desnutrición con la subalimentación, que si bien no provoca hambre, aporta una alimentación incompleta de nutrientes esenciales que a veces nos muestra a niños y adolescentes con apariencia normal o con rasgos de obesidad, pero totálmente vulnerables a los agentes externos e internos causantes de enfermedad.
Las últimas estadísticas de la CEPAL, hacen ascender a 167 millones el número de pobres en América Latina (28.8 de la población). Mil millones en el mundo computa la ONU.
Sin embargo la pobreza no solo se expresa en la deficiente alimentación. La OMS y otras organizaciones que reportan los datos sanitarios de los distintos paises, solo transcriben las cifras que les proveen los gobiernos, influidas en muchas ocasiones por connotaciones políticas; y las cifras que publican algunas ONGs nacionales o internacionales también observan sesgos que obedecen a la carencia de objetividad, a la ausencia de fuentes de datos fidedignas, y a la inclinación política de los medios que las difunden. En las estadísticas sanitarias de la OMS del año 2012, Argentina no ha informado sobre "cobertura de los servicios de salud", "personal sanitario", "infraestructura"," medicamentos esenciales" e "inequidades en salud". La ONU a través de la FAO, sin embargo destaca que según informes oficiales, "Argentina se encuentra dentro de los paises que han alcanzado la meta hambre cero en América Latina" con niveles inferiores al 5%. El gobierno argentino, proveedor de éste dato, lo fundamenta en que para el año 2012 había cubiertas en el país 3.540.717 personas por las asignaciones universales por hijo y por mujer embarazada con un gasto de 1.903.815.000 a lo que deben sumarse los servicios sociales básicos en salud y educación.
La organización " Red Solidaria" cuyo titular es Juan Carr, opina que Argentina está "a la vuelta de la esquina de lograr el hambre cero", y que " de cada 23 personas, una no tiene la comida garantizada " a pesar de que la producción de alimentos alcanza para dar de comer a 160 millones de personas ".
Pone el acento Carr, en la falta de un programa centralizado tal como lo posee Brasil.
La organizacón OXFAM International, que reproduce palabras de Ban Ki Moon, pone el acento en las 1000 millones de personas que cada noche se
acuestan con hambre en el mundo. Pone tambien de manifiesto que Brasil ha logrado, a través de un plan centralizado, rebajar los niveles de malnutrición infantil en casi dos tercios, sacando de la pobreza a 28 millones de personas mediante el programa "bolsa familia" iniciado en 2003, casi similar al Programa Alimentario Nacional (con la caja PAN), puesto en práctica por Alfonsin en Argentina casi 20 años antes,y que luego fuera discontinuado.
El Dr. Abel Albino, creador y presidente de la Fundación CONIN
(Cooperativa para la nutrición infantil), manifiesta que Argentina es el 6° país del mundo en riqueza y primero en la relación riqueza/habitantes, lo que no ha evitado que casi el 30 % de la población se encuentre bajo la línea de pobreza.
Pero aún en la intimidad de la pobreza, puede intentarse alcanzar la meta de "hambre cero".
En los foros internacionales, se estudia la pobreza de los paises a través de diversos índices que incluyen :
INFLACIÓN
DESEMPLEO
PBI total y per cápita
Treinta últimos años de rendimiento de
los bonos del gobierno.
Oferta de servicios de atención de salud
EXCLUSIÓN y desigualdad social
El manejo de éstos índices, tanto por parte de los gobiernos como de los organismos internacioales, ONGs y empresas de análisis, permite que con los mismos datos se puedan obtener resultados dispares y hasta totálmente opuestos.
Business Insider ha publicado en 2014 un informe del Instituto Cato en el que ubica a Argentina en el cuarto puesto entre los paises con miseria en el mundo, solo por encima de Venezuela, Irán y Serbia, quedando sorpresivamente muy por debajo paises como Bangladesh, Myanmar y algunos otros afectados por guerras y hambrunas.
Al mismo tiempo, en el informe para Naciones Unidas 2016 sobre Felicidad Mundial, el Earth Institute de la Universidad de Columbia (Nueva York), ubica a Argentina en el puesto 26 sobre los paises más felices del mundo entre 157 paises analizados.
Como puede observarse, tanto la información local como la internacional, adolecen de serios defectos, ya por intencionalidad política, sesgo ideológico, error conceptual o fallas metodológicas en la recolección de datos fidedignos.
Lo aconsejable por tanto, es adoptar un sano escepticismo en su lectura, y no tomar como cierto todo aquello que se publica aún en los documentos de organismos reconocidos.
Pero la realidad es la única alternativa que nos proporciona una información verificable, y en relación con los indicadores sociales y económicos podemos disponer de suficientes indicios para poder elaborar acciones y programas destinados a mitigar los males que afectan a las comunidades.
El Observatorio de la Deuda Social dependiente de la Universidad Católica Argentina, señala que en 2014 "uno de cada 10 hogares no tiene los recursos para alimentar a su familia, y que 8 millones de personas viven en situación de pobreza".
En 2016 se mantienen dichos índices casi invariables, y en 2019 el 40 % de la población sigue sumida en la pobreza. El mismo organismo señala que, más allá del nivel de ingresos, se pueden enumerar los siguientes INDICADORES DE POBREZA ESTRUCTURAL :
SEGURIDAD ALIMENTARIA
COBERTURA DE SALUD
ACCESO A LOS SERVICIOS BASICOS
DE AGUA Y SANEAMIENTO
VIVIENDA DIGNA
RECURSOS EDUCATIVOS
ACCESO A LA COBERTURA DE LOS
SISTEMAS DE SEGURIDAD SOCIAL
ACCESO A LAS COMUNICACIONES Y A
LA INFORMACION
El 18 % de la población no tiene acceso a por lo menos 3 de éstos derechos básicos, y según el Instituto Oxford, se alerta que el 50 % de la población sufre una carencia social.
En 2016 se reproducen los niveles del 2014, y según estimaciones serias todavía no se advierten síntomas de mejoramiento.
La situación descripta conlleva las siguientes
preguntas:
El reto del hambre cero puede obrar sobre los índices de pobreza?
La pobreza lleva irremediáblemente a la hambruna?
Las poblaciones que superan el hambre y la pobreza están exentas de la inequidad y la exclusión?
Estas preguntas apuntan a marcar una serie de cuestiones que sacuden nuestras sociedades, pues es bien cierto que no solo la indigencia y la pobreza cuando son abordadas y solucionadas crean ciudadanos con plena realización. Paises que doblegaron la pobreza, pero lo hicieron bajo regímenes políticos opresivos, no consiguieron erradicar la insatisfacción social. Al mismo tiempo el "hambre cero" no es garantía de salud plena, en la medida que no siempre logra una nutrición adecuada aportando calorías vacías o pobres en nutrientes esenciales.
No obstante todas éstas limitaciones, las Naciones Unidas redoblan su esfuerzo en mantener como "reto global" desde Junio de 2012, una de las principales conclusiones de la "Conferencia sobre Desarrollo Sostenible Rio + 20" que es "construir un mundo donde nadie pase hambre". Dicho reto fué concebido bajo cinco pilares :
QUE EL 100% DE LAS PERSONAS TENGA ACCESO
A ALIMENTOS ADECUADOS TODO EL AÑO.
ACABAR CON EL RETRASO DEL CRECIMIENTO
EN NIÑOS MENORES DE 2 AÑOS.
QUE TODOS LOS SISTEMAS ALIMENTARIOS
SEAN SOSTENIBLES.
DUPLICAR LA PRODUCTIVIDAD E INGRESO
DE LOS PEQUEÑOS AGRICULTORES.
REDUCIR EL DESPERDICIO DE ALIMENTOS Y
LAS PÉRDIDAS POST-COSECHA.
RUTAS PARA CONSEGUIR EL HAMBRE CERO :
Tanto la pobreza cero como el hambre cero constituyen una absoluta responsabilidad de los gobiernos, pero tambien los individuos en forma particular tienen la posibilidad y la obligación de involucrarse en acciones que promuevan los pilares del hambre cero, ya organizando emprendimientos que tiendan a mitigarlo, como manifestando públicamente para presionar a los poderes públicos a tomar las medidas necesarias. Así resulta indispensable:
Asegurarse que los niños y las mujeres embarazadas, ya en su hogar o en instituciones de la comunidad reciban los nutrientes esenciales que no pueden obtener en sus hogares. En dicho aspecto el desayuno o merienda en la escuela es una medida imprescindible. También debe avanzarse sin dilaciones en
el apoyo a las economías locales, a la agricultura ecológica y a los pequeños productores, permitiéndoles saltear los mecanismos de comercialización tradicionales fomentando las compras comunitarias en los mercados que centralizan la compra de nutrientes perecederos,
y compartir esfuerzos para reducir el desperdicio de alimentos, mecanismos que los gobiernos y los particulares deben propiciar. Con relación a ésta última propuesta, ha surgido en nuestro país un movimiento tendiente a la instalación de la "heladera social", abierta al público necesitado, que pone a su disposición los alimentos no consumidos en los locales de comida, y aun en las propias casas particulares.
Los retos de "hambre cero" y "pobreza cero", no son más que un intento de cumplir con uno de los derechos esenciales del ser humano, tratando de poner en igualdad de condiciones a los distintos sectores de la comunidad con independencia de su extracción social o de su condición económica, con especial preeminencia de los niños y adolescentes que constituyen el futuro de nuestras naciones.
En todo éste contexto socioeconómico que enmarca las condiciones de pobreza, se destaca un factor indispensable para el resguardo de la población, permanentemente agredido por los condicionantes sociales, y es la salud individual y de la población en general.
Muchos temas inquietan a la sociedad actual, pero el resultante de esa agresión, que es la inequidad sociosanitaria, se destaca con fuerza, pues juega con la vida y la muerte de la gente.
Sin embargo, las políticas públicas encaminadas a la resolución de los problemas crecientes relacionados con el sector de la salud, no logran despegarse de los esquemas clásicos que atan al sector de la salud a modelos perimidos que alientan la inequidad y la desigualdad.
Argentina expone bolsones poblacionales adecuadamente atendidos en su salud, y otros totálmente desprotegidos. Ello se dá en contextos geográficos, culturales, laborales y económicos, situación que no hace más que confirmar las expresiones de Carlos Lacerda, periodista, escritor y político brasileño, que manifestaba que no existen paises subdesarrollados, sino "desigualmente desarrollados".
Tal vez los estudios sociológicos tengan suficientes razones para aseverar que dichas desigualdades se sustentan en la falta de integración e inclusión social, vale decir la falta de consenso de los distintos miembros de un grupo social sobre la percepción de pertenencia a un proyecto o situación común.
Al decir de Sen (Rev. Panam. de Salud Pública. 2002), "la equidad en salud es una disciplina multidimensional. Incluye aspectos relacionados con el logro de la salud y la posibilidad de obtenerla", "integrándose en temas más ámplios como la justicia social y la equidad global".
En la Conferencia Mundial sobre Derechos Sociales llevada a cabo en Rio de Janeiro en 2011, se ratificó el objetivo mundial por intervenir de manera efectiva en dichos derechos, desarrollando acciones multilaterales, intersectoriales y medidas políticas (es decir, salud en todas las políticas), en el camino para alcanzar la equidad en salud actuando en seis objetivos políticos :
* Asegurar las mejores condiciones para el desarrollo de los niños desde su concepción hasta la edad adulta.
* Permitir que las personas tengan el control de su vida.
* Crear buenas condiciones de trabajo.
* Asegurar un buen entorno de vida y medio ambiente.
* Desarrollar comunidades y lugares saludables y sostenibles.
* Reforzar el papel de la prevención.
En los estudios llevados a cabo, se han identificado diversas disfunciones en los sistemas de gobierno que sustentan las situaciones de inequidad y desigualdad, entre los que se destacan los déficits democráticos, los débiles mecanismos de rendición de cuentas, la inmovilidad y falta de respeto a la institucionalidad y la ausencia de espacios políticos adecuados para la discusión de los problemas de salud que resultan subordinados a otros objetivos.
La salud global, y la bucodental en particular, requieren de un serio monitoreo y medición de las desigualdades, lo que constituye el primer paso para la definición de prioridades y la toma de decisiones que pongan en marcha acciones y estrategias destinadas a reducir las inequidades en salud.
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