El niño que es llevado a la consulta odontológica como medida preventiva, o siendo portador de una patología bucal, constituye el inicio de una relación que habrá de extenderse por muchos años.
Del resultado de ésta experiencia, dependerá el futuro de la salud bucodental del paciente, y el acrecentamiento de la clientela del profesional.
Lo que nunca debe soslayar el profesional de la salud, es que el niño es un sujeto de derecho en relación a todo lo que lo rodea y a todo aquello que puede incidir en su crecimiento y desarrollo.
El derecho a la salud es inalienable para todos los seres humanos, pero cuando se aplica a la niñez, alcanza una dimensión acorde con el resguardo que requieren esos adultos en potencia que representan el porvenir de la humanidad.
Un niño, adecuadamente motivado, impuesto en forma clara y sencilla sobre los alcances y propósitos de su higiene bucal, y atendido con la dulzura, serenidad, dedicación y prudencia por el odontologo y sus auxiliares, no solo será el mejor custodio de su salud en el futuro, sino que reclamará su atención al profesional cada vez que intuya alguna alteración en el equilibrio de su salud bucodental.
En este blog, se ofrece una tribuna para la exposición y discusión de los Problemas que Afectan la formación del Odontólogo, el ejercicio profesional y todo tema atinente al Mejoramiento de la salud bucal de la población, y a la Jerarquización de la profesión.