Con relación al tema y su impacto sobre los odontólogos y sus pacientes, cabe mencionar que la contaminación afecta el agua, el aire y produce efectos en los ojos y en la piel, amén de síntomas y enfermedades que afectan la función cerebral y deprimen los mecanismos inmunitarios. El Comité Negociador Internacional sobre el Mercurio ( INCS ) en su reunión de Enero en Ginebra, concluyó que "hay en el mundo 15 millones de personas con serios riesgos para su salud por emisiones o contactos con el mercurio".
Estudios epidemiológicos llevados a cabo en la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Indiana, también hacen alusión a que los adultos jóvenes que tienen un nivel más alto de mercurio en su cuerpo (medido en las uñas de sus pies), pueden tener un riesgo 65 % mayor de contraer diabetes tipo 2.Este riesgo se hallaría asociado con el consumo de pescados y mariscos, que suelen representar una importante fuente de mercurio en la alimentación.
En buena hora se limite y hasta se impida el uso del mercurio en la práctica odontológica, ya que la amalgama dental puede ser reemplazada por otros materiales, que hasta ahora no ofrecen serias objeciones, pero que yá la OMS ha puesto su mirada en más de 800 sustancias químicas a las que por su acción, ha denominado " perturbadores endócrinos ", entre los que se incluyen numerosos materiales de uso dental y que abordaremos en una futura publicación.




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