Continuación
La preocupación social por la salud y la seguridad social de los ancianos, no es nueva, pero las décadas de los 60 y 70 del siglo pasado, constituyeron un semillero de publicaciones y trabajos sobre cuya base se asentó el orígen y afirmación de una ciencia que, si bien ya era aceptada tácitamente, no tenía todavía una precisa expresión: la gerontología y geriatría.
El derecho de los ciudadanos de la tercera edad, no concluye con el otorgamiento de una jubilación digna. El cuidado de la salud, casi siempre resentida por los achaques que le impone el paso del tiempo, representa un desafío para los organismos de la seguridad social, especialmente, si tambien de ellos depende algún sistema de cobertura sanitaria, y en especial, si es obligatorio.
Podríamos decir, sin temor a equivocarnos, que el "Sistema de cobertura médica integral"( COMEI), dependiente de la Caja de Seguridad Social para Odontólogos de la Provincia de Buenos Aires, constituye un verdadero avance en la materia.
Sin embargo, no siempre discrimina entre los grupos etarios de la cobertura, tal como lo hace,ley
mediante, con las jubilaciones, pensiones y subsidios, pues practicamente equipara las prestaciones de los mayores de 60 años con las que cubren a los más jóvenes.
Ya hemos analizado la situación de vulnerabilidad en que se encuentran nuestros mayores,especialmente los jubilados, en un momento de sus vidas en que ven decrecer sus ingresos, al punto de que aquellos que dependen sólo de la prestación jubilatoria, atraviesan situaciones de estrechez económica y carencias en el cuidado de su salud.
Es por ello, que deben reformularse algunas metas del sistema y analizarse las posibilidades de una cobertura más amplia y generosa, tánto en el número de prestaciones cómo en la eliminación de los copagos ( medicamentos, estudios complejos etc. ), que liberen a los mayores de las acechanzas en el cuidado de su salud.
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