Las personas no pueden medirse por el calendario, sino por la capacidad con que pueden llevar a cabo diversas acciones de la vida. Clemenceau, Churchill, Adenauer y otros no menos importantes, salvaron a sus países en situaciones catastróficas, pero no constituyeron una gerontocracia, y si hubieran sido marginados por su elevada edad, muy otro sería nuestro mundo. A lo largo de los años, la sociedad ha bregado por establecer normas para que la vejez pueda ser transitada con tranquilidad, y si bien mucha gente, y ciertos políticos en especial, piensan que el anciano en un determinado momento puede ser algo que molesta a la sociedad, en muchas oportunidades, tal como los casos enunciados, han sido un factor para su salvación y su progreso.
La estimación de la senectud, por tanto, no deja de ser un tema personal, pero si en algo coinciden los humanos con los animales y con los pueblos primitivos, es que el respeto y la consideración al anciano oscila entre la apreciación de su valiosa experiencia, o por el contrario deshacerse de ellos por considerarlos un estorbo, oscilando entre la veneración y el aislamiento, lo que es decir, entre la consideración y la crueldad.
Así, la organización familiar patriarcal de los chinos y los hebreos, que los veneran, contrasta con la de los antiguos egipcios que los consideraban detestables.
El derecho ha escalado a lo largo de los siglos, poniendo el acento en lo que dio en llamar " la tercera edad ", y fue avanzando en la cobertura de la contingencia de vejez, incorporándola progresivamente a lo que hoy llamamos " seguridad social ".
En nuestro país, en 1949 se consagran los "derechos de la ancianidad", adquiriendo rango constitucional en el Art.14 bis de la reforma constitucional de 1957, que fueron antecedidos por la constitución mexicana en 1917, la de Weimar en Alemania en 1919, la Social Security Act de los EE.UU en 1935, y otras. El plan gerontológico nacional de Argentina de 1971, es una consecuencia derivada del contenido del tema referido a las contingencias previstas en la ley 18.037/68.
La denominación de "seguridad social" se acepta en nuestro país como una garantía constitucional, aunque sus prestaciones se traducían en compensaciones económicas y coberturas de jubilación, incapacidad y muerte, pero no abarcaban la salud en su totalidad para las personas mayores. La ley 18610/70 de "Obras sociales"establece un amplio espectro de coberturas de la salud, y subsumiendo al plan gerontológico, crea, en la esfera del Instituto Nacional de Jubilaciones y Pensiones el "Programa de Asistencia Medica Integral" (PAMI) para jubilados y pensionados, con un alcance que hoy ronda los 5 millones de afiliados.
Este sistema, ya no solo se ocupa de la enfermedad, sino que avanza en criterios modernos para el logro de lo que se ha dado en llamar "envejecimiento saludable", siguiendo las políticas de salud propuestas por los organismos internacionales del área, que incluyen métodos de preparación para el retiro, fomento de espacios de esparcimiento y recreación, ayudas para el desarrollo de segundas ocupaciones, políticas de empleo con horarios reducidos, fomento de la salud y la autoestima, y promoción de hábitos saludables.
La denominación de "envejecimiento saludable" surge de la Asamblea General de la ONU del 18/12/2002 de Madrid, en la que se aprueba un Plan de acción mundial, que se ratifica y amplía en 2003, 2005, 2006, 2007, 2008, 2009, y 2010, elaborándose un documento definitorio en 2012, que compila los avances y establece nuevas propuestas.
En el año 2019, la Asamblea de la ONU comienza a pergeñar una política sobre el envejecimiento saludable, y aprueba una serie de medidas y recomendaciones proponiendo una acción concertada que comprometa a todos los países, a abordarla en profundidad durante la década "2021-2030.Se reconoce que para 2050 más del 20 % de la población mundial tendrá 60 años o más, y como consecuencia preocupante en muchos países las personas de edad avanzada se verán afectadas por la crisis financiera mundial,y que habrá más mujeres que se enfrentarán a múltiples formas de discriminación, alentando a los estados a sumarse a las distintas recomendaciones, entre las que promuevan la adopción de políticas sociales orientadas al desarrollo de servicios comunitarios para las personas mayores, teniendo en cuenta los aspectos físicos y psicológicos del envejecimiento y las necesidades especiales de los grupos más vulnerables, respetando las perspectivas de género y discapacidad en todas las políticas, erradicando los estereotipos negativos y apoyando todas las iniciativas y esfuerzos para forjar alianzas firmes con la sociedad civil (ver gráfico).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) también han aportado su estructura y sus estudios e investigaciones sobre en envejecimiento saludable, al que definen en términos coincidentes.
La OMS, ha fijado claramente sus objetivos en todas sus asambleas y reuniones específicas, condensándolas en una extensa publicación al respecto que sintetiza en su presentación.
La OPS, también ha realizado un aporte significativo con la publicación de un extenso y claro documento en el que realiza una exacta descripción de la situación actual de las personas mayores en América, haciendo énfasis en las propuestas de la ONU y la OMS.Manifiesta la OPS que las personas mayores sanas e independientes contribuyen al bienestar de su familia y de la comunidad, y constituye un mito presentarlas como receptores pasivos de servicios sociales o de salud.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) también han aportado su estructura y sus estudios e investigaciones sobre en envejecimiento saludable, al que definen en términos coincidentes.
La OMS, ha fijado claramente sus objetivos en todas sus asambleas y reuniones específicas, condensándolas en una extensa publicación al respecto que sintetiza en su presentación.
La OPS, también ha realizado un aporte significativo con la publicación de un extenso y claro documento en el que realiza una exacta descripción de la situación actual de las personas mayores en América, haciendo énfasis en las propuestas de la ONU y la OMS.Manifiesta la OPS que las personas mayores sanas e independientes contribuyen al bienestar de su familia y de la comunidad, y constituye un mito presentarlas como receptores pasivos de servicios sociales o de salud.
Sin embargo, también hace mención que en los momentos actuales, el número de personas mayores aumenta exponencialmente en coyunturas socioeconómicas complejas e inciertas, y solo las intervenciones oportunas permitirán potenciar la contribución de éste grupo etario al desarrollo social y prevenir que dicha situación se convierta en un factor de crisis para las estructuras sanitarias y de la seguridad social en las américas.
LA SALUD BUCALA medida que la población mundial envejece, el efecto acumulativo de la salud bucodental sobre el envejecimiento saludable se torna más significativo.
Si bien una dentadura sana y funcional constituye una porción fundamental de la salud y el bienestar general, los profesionales de la salud bucodental deben promover y proporcionar una mejor integración de la atención en los sistemas globales de salud durante todas las etapas de la vida, a cuyo efecto, la Federación Dental Internacional ha adherido fervorosamente a los lineamientos de la "Década del Envejecimiento Saludable" propuestos por la ONU. La FDI ya venía trabajando al respecto desde su Asamblea de 2009 en Singapur, y la llevada a cabo en 2015 en Bangkok, volcando sus decisiones y experiencias.
Como se desprende de la mayoría de sus declaraciones, el acento está puesto en la promoción y prevención, resultando de interés para la población en general exponer una serie de medidas graficadas en la publicación española El Dentista Moderno.







El envejecimiento saludable no solo aplica a las personas mayores con óptimos índices de salud. Aquellas mujeres y hombres que padecen alguna incapacidad y no pueden llevar a cabo las tareas atinentes a la conservación de su salud, requieren de algún auxilio de familiares o cuidadores que los guíen o que directamente lleven a la práctica las mismas.

No caben dudas, que una población añosa encarna problemas y situaciones de orden biológico, psicológico y sociológico.
Sin embargo, para la sociedad no es el viejo el que juega un papel importante, sino la sociedad respecto del viejo.
Las personas mayores no deben ser condenadas al ocio improductivo, y menos obligarlas a soportar estados de indigencia; pero fundamentalmente condenarlas a la soledad.
El ENVEJECIMIENTO SALUDABLE no solo representa una herramienta tendiente al resguardo de las condiciones biológicas del individuo, sino, y por sobre todas las cosas, evitar de privarlo de la esperanza a vivir dignamente la última etapa de su vida.













































